El Forjista

Leonardo Favio

 

13 - El regreso al país

 

En 1983 realizó una gira por Latinoamérica que terminó en el teatro Astros de la calle Corrientes, con el público aplaudiéndolo de pie.

El historiador Norberto Galasso se acercó en esa oportunidad a su camarín para dejarle una copia de su libro “Discépolo y su época”, Favio lo leyó, de alguna manera se sintió identificado por la incomprensión que rodeó a Discépolo y le envió una carta con el siguiente texto: “Tu Discepolín es una maravilla. He vivido con él. Tuve permanentemente la impresión viva de Discépolo, impresión que no se me borrará jamás. Permanecerá en mí, como un espejo en el cual veo reflejada tantas escenas de mi vida… Su dolor, su pureza, su ingenuidad, la mediocridad en la que se desenvolvió, La incomprensión de esa época, como la de hoy, para con nuestros sueños. Claro que nosotros contamos con la ventaja de parapetarnos, cuando nos angustiamos mucho, en la doctrina, esa recopilación de datos que nos señalan el camino, el estilo de vida a seguir…”

Favio compartía su tiempo entre la Argentina y Pereira, en uno de los regresos al país, dijo: “En el extranjero lo que más extrañaba era a mi pueblo todo. Y ahora que he vuelto tomé conciencia de que muchos de mis más entrañables amigos ya no están aquí. Se han ido para siempre… como Leopoldo Torre Nilson y otros, que llevo en mi alma y a quienes recuerdo caminando por las calles que recorríamos juntos o parando en los cafés donde juntábamos ocio”.

En uno de sus regresos también expresa su preocupación por los amigos mendocinos que pasaban dificultades económicas, a ellos les dejó los viñedos para que lo trabajaban y se quedaran con las ganancias que dada la situación económica no era suficiente.

Así opinó en ese momento: “Fundamentalmente, soy una persona que vive preocupada por el hecho social, que yo trabaje como cantante, como compositor o como cineasta no me aparta en absoluto de mi sensibilidad social. Yo estoy pagando el precio de tener una conducta honrada, de saber quién es Cristo y quién es el Diablo, entonces para mí este silencio es mi orgullo… En la vida hay dos senderos por los cuales vos podes transitar, no hay opción para un tercero o estás con los que sufren o estás con los que hacen sufrir. Yo elegí la vereda de los que sufren.”

Además de sus convicciones políticas también tenía un profundo sentimiento religioso: “Me enorgullece que Dios haya bajado al mundo para estar entre pecadores, analfabetos y prostitutas, cuando podía haber hecho otras cosas más fáciles. Leo la Biblia permanentemente. A través de ella aprendí a amar al pueblo judío”

En un reportaje deja en claro que imagen le agradaría dejar a sus hijos: “Me gustaría que mis hijos me vean con cierto orgullo, no como realizador cinematográfico o como cantante. No. Como ser humano, eso. Para mí es un orgullo que Pérez Esquivel me haya dado un abrazo, que Facundo Cabral sea mi amigo, que Mercedes Sosa me bese cuando me ve, que Horacio Guarany me quiera, y me pone orgulloso saber que gozo del odio y del miedo de la oligarquía. Si puedo transferirle eso a mis hijos, esos valores, estoy hecho. En mi caso, si se calla el cantor, no pasa nada”.

Esta será tal vez su etapa más política donde no dejará de opinar sobre todo lo que le pregunten y no tema enfrentar a las clases dominantes y a los medios de comunicación que le responden: “La solución sería incendiar los medios de comunicación. Así, todo estaría solucionado. Por la televisión, que se mete en nuestros hogares y nos ametralla, ni siquiera le miramos la cara a nuestra mujer o a nuestros hijos. Los medios nos pretenden informar todo pero en realidad nos mal informan de todo: sólo nos dicen lo que se les da la gana, o nos ofrecen un prototipo de vida, un estilo de vida, donde el triunfador es el más bonito, el más seductor. Los informativos son siniestros. Dirigidos, en fin, por hombres que están en la crisis, dirigidos por los monopolios, por los bancos, que al hombre lo están envenenando”

También asume una clara posición en cuanto a los Derechos Humanos: “Lo mío, comparado con lo que he visto y he sabido, es juego de chicos. ¿Qué importancia tiene que a Leonardo Favio se le haya prohibido trabajar? ¿Qué importancia cuando tenemos 30.000 desaparecidos, cuando está el terror, la tortura? Lo mío fue dorado comparándolo con lo que les pasó a tantos… ¿Cómo hablar de Favio cantando en el exterior? Hay que hablar de lo que pasó acá. Y gritar que si dejamos todo así, en ocho años más los tenemos de nuevo, igual o peor. Por eso, insisto en que esto tiene que servir, más allá de las amenazas que me hicieron y de mi exilio. Y tuve miedo. ¿Cómo no iba a tenerlo?... Me moviliza lo de las Madres. Me tiene obsesionado. Me gustaría colaborar… Cuando estuve con ellas y las vi con las fotitos de sus hijos... no sé… pensé en los míos… ¿Cómo ser útil? Esa es mi obsesión”. A uno de sus álbumes incorpora el tema “Madres de Mayo” de Rafael Amor.

Hacia 1987 ya ha grabado siete discos más: “Este es Leonardo Favio” y “Nuestro Leonardo Favio”, en 1977, “Hablemos de amor”, en 1978 y “El concierto en Ecuador”, poco después. “Aquí está Leonardo Favio” en 1983, “Yo soy” en 1985 y “Amar o morir”, en 1987.

Cada tanto regresa a Las Catitas acompañado de Carola y sus dos hijos más chicos, también por esos años comienza a tener problemas de salud le detectan mononucleosis que provoca debilitamiento de los músculos limitando su movilidad.

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