El Forjista

Leonardo Favio

 

14 - Gatica, el Mono

 

A Gatica lo unía el peronismo y su afición por el boxeo, siendo joven se acercó a la cantina Knock Out para ver desde afuera a su ídolo Gatica que ya retirado del boxeo y sin dinero recibía a la gente en esa cantina, el ex boxeador también tuvo que aceptar trabajar como luchador de catch en la troupe de Karadagian.

Por los años 74, 75, Emma la esposa de Gatica, le propuso hacer una película sobre el boxeador, hizo los cálculos y no tenía presupuesto para encarar ese proyecto y optó por una película con menores costos como fue “Soñar, soñar”.

En 1988 el actor Edgardo Nievas convenció a Jorge Zuhair Jury de escribir el guion de una película sobre Gatica, le llevó un año, cuando lo terminó le preguntó a Nievas quién debía dirigir la película, el actor dijo que debería ser él mismo, pero Jury respondió que el adecuado era su hermano, Leonardo Favio.

Le transmitieron la idea a Favio que se encontraba en Pereira que al leer el guion quedó convencido de encarar la película.

Adriana Schettini escritora que publicó un libro sobre Favio, le preguntó: “¿En julio del 89 habías dicho que para Gatica ibas a trabajar ‘en base a la ternura, porque Gatica era un hombre de una ternura increíble’, es la ternura un rasgo distintivo de tu cine?”

La respuesta fue: “Sí, siempre me manejo en base a la ternura. La ternura es tratar de penetrar en el otro, de comprenderlo hasta en su pequeñez. La ternura es una mezcla de piedad y de amor. La ternura es saber reconocerse a uno mismo en el otro”. Poco le faltó para decir “La Patria es el otro”.

Según informó el diario Página 12 el 14 de mayo de 1993: “Nieva trabajó durante tres o cuatro años en los gimnasios pegando y recibiendo para poder componer al Gatica boxeador, asesorado por los ex pugilistas Abel Laudonio, Sergio Víctor Palma y Arnoldo Parés”

Favio consideraba que era imprescindible que apareciera Perón en la película, para que Gatica le dijera la célebre frase: “Mire, General, cómo ruge la leonera: Somo’ los más grandes, General, dos potencias se saludan…”

Favio también extrae una frase de un personaje de Osvaldo Soriano, para hacerle decir a Gatica: “Yo nunca me metí en política, yo siempre fui peronista”.

Favio contó como fue, casi de casualidad que eligió a Armando Capó, el actor que interpretó a Perón, el cual se acercó a su oficina, a ofrecerse para algún papel de extra, Favio le dijo que en ese momento no tenía nada para él, pero a poco que Capó abandonó la oficina, Favio se percató que era perfecto para hacer el papel de Perón, se asomó a la ventana y lo vio irse, así que le gritó para que retornara ya que tenía un trabajo que ofrecerle.

Fernando Martín Peña, quién efectuó el prólogo del libro de Galasso sobre Leonardo Favio, cuenta que el guion de Gatica constaba de dos enormes tomos, cuando terminó la película no estaba conforme, por lo que procedió a demorar el estreno un año para concluirla como él quería y lo dejara satisfecho.

La película se estrenó el 14 de mayo de 1993, Leonardo Favio declara para que no quedaran dudas que su intención fue dar a: “…conocer que le amputaron los brazos a Gatica, que no se lo dejó combatir, como se prohibió a Hugo del Carril. A esas persecuciones obstinadas que hubo en el 55, así como en el 76… La intención era mostrar un momento de nuestra historia. Tomar a Gatica como era nuestra gente, simple, humilde. Que era toda a nivel de corazón”

Adriana Schettini sostuvo, respecto a “Gatica, el Mono”: “Si Leonardo Favio no fuera peronista, Gatica… hubiera sido una muy buena película. Pero Favio es peronista hasta los huesos, popular como pocos y aún lleva la marca de la pobreza pegada en el pellejo. Por eso solo, por eso, ‘Gatica….’, es una obra maestra…”

El 24 de julio de 1993, Alberto Ure escribió en el suplemento “Cultura y Nación” de Clarín: “Leonardo Favio no es solamente un buen director de cine, ingenioso y original, lo que ya sería mucho decir. Es un grande. Ya ganó, porque el pelotón que lo sigue es una nube de polvo que casi no se ve. Para seguir con los ejemplos de grandes pasiones argentinas, Favio puede tirar la gorra, ir al trote, rodar y seguir con el caballo rengo, porque el disco es suyo”.

A un periodista Favio le dice “Gatica soy yo”, mostrando que siente que hay similitudes entre ambas vidas: la pobreza, el compromiso por la misma causa y la admiración por ese coraje que tuvo Gatica al mandar saludos a “mi amigo que está en Panamá” que le valió que le quitaran la licencia para boxear y que lo llevó a rebuscársela para subsistir.

En enero de 1994 viaja a España a recibir el premio Goya por Gatica al considerarla la mejor película Iberoamericana, el premio se lo dio José Sacristán que le dijo al público: “Este hombre que ustedes están viendo es un genio”.

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