El Forjista

Biografía de Hugo Chávez

Y un día América Latina se puso de pie

Capítulo 2 - Maisanta

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Pedro Pérez Delgado, más conocido como Maisanta, fue un caudillo federal que tuvo lazos familiares con la familia Chávez-Frías, en Barinas tuvo dos hijos Pedro y Rafael Infante, éste último fue el padre de Elena la madre de Hugo, tanto ella como los dos hijos de Maisanta llevaban los apellidos de sus madres, porque en esos tiempos, si los hijos no eran concebidos dentro del matrimonio no podían llevar el apellido paterno. Perez-Delgado tuvo otra hija a quién Hugo Chávez llegó a conocer.

La razón del apodo Maisanta se relaciona con su condición de católico y la costumbre que adoptaba cada vez que concurría a una batalla, alentando a sus tropas con el grito “Madre Santa” refiriéndose a la  Virgen del Socorro que era la patrona de la región central, pero lo pronunciaba de una manera tal, que lo que se escuchaba era la contracción Maisanta, solía gritar “Mai Santa, acompáñame” o “Mai Santa, guíame”.

Pedro Pérez Delgado nació en 1875 y murió envenenado en prisión en 1924 luego de estar un largo tiempo encarcelado, a los 17 años se enroló en la lucha contra el poder central que ejercía el dictador Juan Vicente Gómez, en esa lucha se fue ganando la fama de ser un hombre valiente.

Doña Elena comentó que dentro de su familia, cuando se hacía referencia a Maisanta, se lo calificaba como un forajido, relatándose historias espeluznantes sobre su conducta, algo bastante parecido a lo ocurrido con nuestros caudillos federales del siglo XIX.

Relató Elena que su abuela le reprochaba a su hija: “No sé por qué esa muchacha –esa muchacha era mi madre– se ensemilló de la raza de ese asesino…” y seguía comentando la madre de Chávez  “Decían que mi abuelo había sido un asesino y que mataba a la gente, que les cortaba el cuello y luego ponía la cabeza en el pico de la silla”.

Elena sufría silenciosamente por esa ignominia pues estas palabras le afectaban profundamente, como también hería el sentimiento de sus hijos, llegando a la conclusión que: “A Hugo no le gustó que me hablara así y creo que eso tuvo que ver con la decisión de salir a buscar la verdadera historia de Maisanta”. Adán Chávez también explicó esta situación señalando que la imagen que ellos tenían de niños sobre su bisabuelo, era la de un asesino que andaba por los llanos robando ganado.

La situación se modificó cuando en 1974 apareció el libro del médico y escritor José León Tapia titulado “Maisanta, el último hombre a caballo” que mostró a una persona muy diferente a la que retrataba la historia oficial de la oligarquía, reivindicando al caudillo y su lucha, tan profunda había sido la distorsión impuesta por esa versión que hasta sus propios familiares la habían aceptado.  Chávez recibió este libro como si se tratara de una revelación y se puso con sumo ahínco a  investigar sobre la vida de su bisabuelo.

Esta desfiguración había partido de un hecho real, su bisabuelo había matado al coronel Pedro Macías en 1895, cuando lo hizo apenas contaba con 15 años y fue para defender el honor de su única hermana Petra que había quedado embarazada de quién era, además de militar, uno de los poderosos del pueblo. Luego de matar a coronel huyó del pueblo y se alistó con las guerrillas que enfrentaban el poder central.

Hugo Chávez investigó la trayectoria de su abuelo recorriendo los pueblos en los cuales había desplegado su campaña, asumiendo la responsabilidad de reivindicar la figura de Maisanta, cuando Chávez estuvo detenido y su hogar fue allanado muchos de los documentos que había logrado juntar se perdieron o fueron hurtados.

Algunas de esas recorridas investigativas las realizó acompañado de Adán, entrevistando a ancianos que habían participado en la gesta revolucionaria, Hugo tenía la intención de escribir un libro pero este anhelo nunca lo pudo cumplir, principalmente por la pérdida del material al que nos referimos.

La figura de su bisabuelo se convirtió en algo permanentemente presente en su actividad política, cuando debió enfrentar el referendo revocatorio, su comando de campaña se llamó Maisanta. Y en un acto realizado en el 2004 en el Teatro Teresa Carreño, Chávez expuso durante dos horas sobre la vida de Maisanta con el objetivo que los venezolanos conocieran la verdadera historia.

Un día un compañero de promoción recortó un artículo que había leído en un diario, escrito por Oldman Botero y titulado “Maisanta, el general de guerrilla”, Chávez que para esa altura tenía cajas completas con los documentos que había recolectado sobre la vida de su bisabuelo, descubrió en esa lectura que Maisanta había tenido una hija que se llamaba Ana Domínguez de Lombano, que vivía en Villa de Cura, entonces viajó a Maracay para entrevistarse con el autor del artículo que le indicó la dirección de Ana.

Chávez se apareció en la casa a la hora de la siesta,  un día de 1989, vestido de militar, diciéndole: “Estoy  aquí porque soy bisnieto del papá suyo, de Maisanta...”, recibiendo por respuesta: “Hijo, no es preciso que me lo digas, porque eres su viva estampa”. Después Chávez visitó varias veces esa casa acompañado por su esposa y sus hijos.

Comentó la hija de Maisanta: “Hugo es lo más parecido a mi padre que he visto en mi familia. Tiene las mismas entradas, esa frente amplia, los ojos chinos. Pero en lo que más se parece es en su afán de lucha, su amor a la libertad. Es su vivo retrato”.

Ana era la poseedora de las pocas pertenencias de su padre, cuando Hugo estuvo en prisión ella le hizo entregar por medio de uno de sus hijos un escapulario que había pertenecido a Maisanta, para Chávez se trató de uno de los regalos más preciados que recibió en su vida, convirtiéndose en  una especie de amuleto del que nunca se quiso despegar.

 

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