El Forjista
En septiembre de 1826 Buenos Aires gobernada por Rivadavia intentó imponer al país una Constitución unitaria, Facundo Quiroga expresando la voluntad de su pueblo y de las provincias se levantó en La Rioja, derrocó al gobierno de Catamarca y venció en Tucumán al general Lamadrid, para marchar a continuación hacia San Juan, provincia en que fue derrocado el gobierno unitario y se nombró a otro gobernador que proclamó su adhesión a Quiroga, entre los vecinos que se declararon favorables al riojano se encontraban el padre de Sarmiento, José Eufrasio Quiroga Sarmiento que le había enseñado a leer a Domingo Faustino y José Antonio de Oro el hermano de su maestro.
Antes de estos acontecimientos Sarmiento había regresado desde San Luis a su provincia respondiendo a una propuesta del gobernador unitario que le había ofrecido solventar sus estudios en Buenos Aires, pero cuando llegó ya estaba instalado el nuevo gobierno federal, ante la imposibilidad de estudiar comenzó a trabajar en una tienda y almacén.
Sarmiento fue testigo del ingreso de Facundo Quiroga a San Juan, suceso que retrató de la siguiente manera tiempo después: “esas hordas de salvajes, sucios, peludos, con andrajos de lana por vestidos, con cabellos y barbas desgreñadas por falta de afeite, en tiempos en que no se usaba la barba entera”.
Aquí comienza a mostrarse un aspecto de la mentalidad sarmientina: su desprecio por aquellos que no vestían con elegancia, no estar “bien” vestido era sinónimo de salvajismo, en cambio estarlo de acuerdo a las modas europeas era una muestra de cultura. Nuestro prócer daba una importancia exagerada a las formas y nunca llegaba al fondo de las cuestiones o de las personas, alguien mal vestido y que no estaba acicalado adecuadamente no merecía ninguna consideración.
La investigación valiosa realizada por Manuel Gálvez muestra que mientras en aquellos escritos que estaban destinados al público Sarmiento afirmaba algo, luego era desmentido en cartas personales a sus amigos o conocidos. Por eso en una carta a un amigo llegó a reconocer que en las seis incursiones que Facundo realizó en San Juan siempre se comportó como un “cristiano” mostrando que ese Facundo monstruoso que presentó en su más conocido libro no tenía nada que ver con la realidad.
A los 17 años visitaba todas las noches a su tío sacerdote, Juan Pascual Albarracín, hermano de su madre, junto a quién leía la Biblia. Uno de los libros que lo marcará será una biografía de Benjamín Franklin, quién desde un hogar humilde llegó a la presidencia de los Estados Unidos, bajo esa inspiración se propondrá imitar la misma trayectoria.
Su familia era federal sin embargo de muy joven asumió como propia la causa unitaria que era la causa de Buenos Aires, así lo explicó: “Yo había sido educado en familia que simpatizaba con la Federación, y renegué de ella de improviso”.
Lamentablemente ni Gálvez, ni Sarmiento explican esa conversión, pero más allá de las motivaciones, es importante consignar que desde joven sirvió a los intereses de la ciudad puerto y le dio la espalda a las provincias. Su condición de provinciano fue una de las razones por la cual la oligarquía lo santificó, tratando de mostrar que la causa de Buenos Aires no era sólo una cuestión de porteños.
Los caudillos de Buenos Aires y Santa Fe, Rosas y Estanislao López derrotaron a Lavalle el 6 de abril de 1829, luego de la victoria el santafesino se retiró a su provincia y Rosas quedó en dominio de Buenos Aires, en tanto que el general derrotado escapó a Montevideo. Mientras tanto Facundo Quiroga ingresó triunfante a Córdoba, uno de sus oficiales era el padre de Sarmiento.
Mientras su padre combate junto a las huestes de Quiroga, Sarmiento decide abrazar la causa unitaria cuyos partidarios habían logrado recuperar San Juan. El 22 de junio Quiroga es derrotado en La Tablada, pero el caudillo mendocino José Aldao derrota a las tropas sanjuaninas e ingresa en la ciudad, encarcelando a varios oficiales unitarios, sin embargo no es el caso de Sarmiento que se encontraba en el campamento del Pocito. Pero la inestabilidad política de la región se evidencia cuando las tropas de Aldao de regreso a Mendoza se amotinan derrocando al gobernador y deteniendo a su hermano Francisco Aldao.