El Forjista

Biografía de Domingo Faustino Sarmiento

Sarmiento, el prócer de la oligarquía

Capitulo 30 – El pasado lo condena

 

De regreso al país, el capitán de otro buque le comunicó que había sido elegido presidente, el 29 de agosto de 1868 llegó a Buenos Aires siendo recibido por una multitud que lo ovaciona y lo acompaña a pie hasta su casa.

Uno de los mayores críticos del gobierno que comenzaba era el diario La Nación Argentina que se burlaba de todos los logros que Sarmiento se atribuía tal como haber sido el responsable de la derrota de Rosas y Peñaloza.

Ese diario era partidario de Mitre, fue éste quién tiempo después lo compró quitando la palabra Argentina del título y que aún hoy continúa saliendo. En los cuestionamientos a Sarmiento también se incluían calumnias. Un día muy temprano en que se dirigía al cementerio a visitar la tumba de Dominguito, un periodista del diario lo vio y procedió a inventar la siguiente noticia: “El rey se divierte. Antenoche, el futuro magistrado de este pueblo honró con su presencia la bellísima quinta de don Mariano Varela, de la cual regresaron a esta población en la mañana de ayer, después de haber celebrado una alegre francachela”. El diario mitrista sigue informando en la actualidad con idéntico ausencia de rigor.

Pero el diario también incluía noticias que eran ciertas y que avergonzaban al sanjuanino al informar que “ha sostenido en Chile, contra su patria, los pretendidos derechos de un país extranjero para despojarla de su territorio”.

El diario sarmientista El Nacional intentó salir en defensa del electo presidente pero ante la imposibilidad de refutar que había actuado contra su patria optó por señalar que había cambiado de opinión.

Esta débil argumentación dio pie para una contundente respuesta de La Nación: “como si un argentino, por no ser Presidente, estuviera exonerado de los más sagrados deberes del patriotismo”.

Esta información provocó un escándalo lo que muestra que Sarmiento resultó electo sin que la inmensa mayoría de los argentinos conocieran la actividad contraria al país desplegada en el país trasandino, la denuncia causó estupor, pero también hubo muchos que sospecharon que en realidad se trataba de una calumnia instrumentada por sus enemigos políticos.

Pero aunque fuera tarde el diario estaba dispuesto a mostrar la gestión del sanjuanino en el país vecino, con el título “El cuerpo del delito” el 6 de octubre reprodujo un artículo de Sarmiento del 4 de mayo de 1849 donde llegaba a la conclusión que el nuevo presidente “ha sido el abogado de un gobierno extranjero contra su propio país” y que él “ha sugerido, ha propagado y ha hecho triunfar la idea de hacer despojar a la República Argentina de sus territorios” después de ese artículo “inició en la prensa la tarea de probar que no pertenecía a la República Argentina, sino a Chile, los territorios de la Patagonia que hoy Chile señala en su mapas bajo el nombre de Chile oriental…”.

El Nacional, haciendo piruetas, trataba de justificar al nuevo presidente explicando que en realidad sus opiniones se debían a que buscaba atacar a Rosas, no encontrando mejor argumento que recordar que tanto Florencio Varela  como Valentín Alsina convocaron a las armas francesas para atacar a Buenos Aires y que no por eso se podía acusar de traidores “a esos venerables argentinos”.

El diario sarmientista pretendía justificar en su antirosismo una posición que no hacía sino demostrar la ausencia de cualquier sentimiento patriótico en Sarmiento, olvidando que al alentar el cercenamiento del territorio nacional el perjuicio se extendería más allá de la gestión rosista, provocando al país un daño permanente. Esta argumentación no hace sino mostrar la mentalidad colonial de aquellos que se asociaron a potencias extranjeras para combatir a Rosas.

La Nación Argentina continuó con su cuestionamiento preguntándose con razón si propiciar la entrega del territorio era una decisión que iba contra Rosas o contra el país: “el aconsejar a los gobiernos extranjeros que le arrebaten sus territorios”  y se pregunta “¿Son acaso de Rosas, o de la República Argentina, las tierras de Magallanes?”.

Pero el diario mitrista también mostraba su posición antinacional al justificar a Alsina y Varela reconociendo que habían convocado a las tropas francesas pero que ellas nunca ingresaron al país y que no entregaron tierras a Francia, sin embargo ocultaban que los franceses tomaron la isla Martín García y que Varela se proponía desmembrar el país cediendo Entre Ríos y Corrientes a la Banda Oriental, por otra parte nunca habría que olvidar la incursión de las escuadras inglesas y francesas en aguas argentinas que mereció una heroica respuesta patriótica en la Vuelta de Obligado. Esta disputa entre mitristas y sarmientistas no era más que un enfrentamiento temporario de dos grupos de la oligarquía, ninguno de los cuales podía eludir su responsabilidad en las componendas con potencias extranjeras para someter a nuestro país a decisiones foráneas.

Manuel Gálvez señalaba: “¡Cómo habrá gozado en Southhampton don Juan Manuel, al saber que sus antiguos enemigos se llaman traidores unos a otros!” Sin embargo no le debe haber causado ninguna gracia ver el daño que estos liberales le estaban provocando a la Nación.

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