El Forjista
El golpe que intentó realizar el general Menéndez muestra que aún perduraban en el ejército sectores profundamente reaccionarios que no podían soportan a las masas como protagonistas de la nueva Argentina, pero también evidenció el carácter antidemocrático de la oposición antiperonista que desde los inicios actuó con la finalidad de deslegitimizar al gobierno primero para luego proceder a derrocarlo.
El 30 de julio de 1951 el general Menéndez se reunió con el radical Arturo Frondizi, el socialista Américo Ghioldi, el conservador Reynaldo Pastor y el demócrata progresista Horacio Thedy para informarlos de sus planes golpistas, los políticos se comprometieron a colaborar con el gobierno que surgiera luego de derrocado Perón, Ghioldi le anunció que para ayudar con el clima desestabilizador se harían detonar algunas bombas y que el gremio La Fraternidad con la que el político tenía contactos, lanzaría un paro.
La colaboración de Ghioldi llegó el 1° de agosto con la explosión de varias bombas en distintos puntos de la ciudad y al día siguiente se produjo un alto ausentismo de ferroviarios pertenecientes a ese sindicato. La colocación de explosivos constituyó seguramente uno de los primeros actos criminales efectuados por los denominados “comandos civiles” constituídos por miembros de la clase alta y media que efectuaron actos de terrorismo, muchos de los cuales fueron ocultados o tratados con indulgencia por los historiadores liberales.
Frondizi tuvo un segundo encuentro con Menéndez, en tanto el sector unionista de la UCR planteó como forma de provocar el aislamiento del gobierno la abstención del partido en las elecciones, pero los intransigentes de Balbín y Frondizi no acompañaron esa postura.
La intención de Menéndez era evitar las elecciones que mostrarían el gran apoyo que mantenía Perón, unos días antes del golpe pidió su pase a retiro el general Lonardi un viejo adversario de Perón, se fijó como fecha del golpe el 28 de septiembre día en que Perón debía asistir a un acto en Campo de Mayo, el plan incluía el asesinato del presidente en Campo de Mayo si lograban detenerlo o bien bombardeando la Casa Rodsada con los aviones de la Marina de la base de Punta Indios.
Según Galasso que Eva haya decidido no ser candidata a la vicepresidencia provocó que muchos militares desistieran de participar en este golpe, uno de lo ellos fue Lonardi que dejo libre a sus partidarios para decidir si continuaban participando de la conspiración.
Las fuerzas comprometidas con el golpe eran escasas, el plan consistía en movilizar una compañía de tanques de Campo de Mayo hasta la base aérea de Palomar, ahí también se dirigirían aviones navales y se incorporarían los cadetes del Colegio Militar. También estaban comprometidos a sublevar el regimiento de La Tablada que luego tomaría la base aérea de Morón, ambas columnas se unirían para avanzar por Rivadavia hacia la casa Rosada.
Los sublevados apenas lograron sumar dos tanques a una columna que estimaban a priori que sería de treinta, quienes participaban de la rebelión en Campo de Mayo estaban bajo las órdenes del capitán Alejandro Lanusse que veinte años después llegaría a la presidencia producto de un golpe militar, podríamos decir que este militar hizo con el golpe de Menéndez las divisiones inferiores en el equipo de los golpistas.
El director del Colegio Militar se negó a sumarse a la rebelión, la base de Morón otro punto de concentración fue rodeado por las tropas leales.
Menéndez reunió a todos sus partidarios en la Escuela de Caballería a quienes arengó para alentarlos, mientras aviones se disponían a lanzar panfletos sobre la ciudad de Buenos Aires.
De acuerdo a lo planeado la columna de tanques se dirigió al Palomar, pero las tropas leales no tardaron en rodear la Base Aérea, Menéndez se percató que no tenía ninguna posibilidad de triunfo, por lo que se dirigió al Colegio Militar y se entregó al oficial de guardia, los aviadores navales que debían aterrizar en El Palomar se dirigieron a Montevideo donde pidieron asilo político, la socialista Alicia Moreau de Justo ayudó a escapar a varios de los militares comprometidos con el golpe, al mediodía la situación estaba controlada por las fuerzas leales.
El congreso declaró el Estado de Guerra Interna en una sesión a la que la oposición no concurrió mostrando su simpatía con el golpe.
La CGT decretó la huelga general y convocó a movilizarse a la Plaza de Mayo, a las 15:30 Perón se dirigió al pueblo reunido, a la que el estadounidense Page denomina “turba”, que vivaba sostenidamente a Perón y reclamaba un castigo ejemplar para los golpistas.
En su discurso Perón expresó: “Compañeros… un grupo de malos argentinos ha deshonrado el uniforme de la Patria, pero hay muchos jefes y oficiales que visten con honra ese uniforme…Compañeros sabemos bien que estos criminales no actuaban por su cuenta, sabemos bien que detrás de ellos están las fuerzas oscuras del capitalismo y del imperialismo… les pido que se desconcentren con toda tranquilidad. Ya ha terminado todo. El país está en orden y tranquilidad. Volvamos a nuestro trabajo y sigamos defendiendo la Nación desde nuestros puestos”. (1)
Mientras ocurría el golpe, Eva Perón se encontraba internada y se le aplicaba radium en un procedimiento sumamente invasivo, la oficina de la Presidencia informó al público que la primera dama sufría una enfermedad seria que consistía en “una anemia de regular intensidad, que está siendo tratada con transfusiones de sangre, reposo absoluto y medicación general”. (2)
Page en su constante intento de difamación muestra al presidente aprovechando la situación tanto de golpe como de la enfermedad de Eva, pase lo que pase, para el norteamericano la víctima era el culpable.
A Eva que estaba recibiendo el tratamiento prescripto por los médicos y que le estaban haciendo transfusiones por su debilidad, intentaron mantenerla al margen de todo los sucesos cuando a la atardecer se entera de lo ocurrido decide hablar por radio, sin escuchar las recomendaciones de los médicos ni de Perón, en su alocución a las 21 horas de aquel 28 de septiembre agradece a los trabajadores “que han sabido convertirse en escudo y trinchera de Perón”, a las mujeres “que han dado una lección de fortaleza y fervor, y a las Fuerzas Armadas, que han sabido ser dignas de la grandeza de su pueblo” y agrega “Yo les doy a todos las gracias en nombre de los humildes, de los descamisados… Espero estar pronto en la lucha con ustedes, como todos los días de estos años felices de esta nueva Argentina de Perón, y por eso les pido que rueguen a Dios para que me devuelva la salud que he perdido, no para mí, sino para Perón y para ustedes, mis descamisados. A todos les dejo un abrazo de mi corazón de Perón y de mi pueblo”. (3)
Page nos dice también que hubo un severo castigo a los golpistas en verdad el gobierno fue bastante magnánimo porque podría haber aplicado la pena de muerte, pero se negó a hacerlo, Menéndez recibió una pena de 15 años de prisión y sus subordinados penas menores, Lanusse sólo 4 años.
Aún debilitada por la enfermedad el espíritu indomable de Eva Perón le permitía encontrar fuerzas para continuar en su combate contra el golpismo oligárquico, al día siguiente del golpe se reunió con tres sindicalistas José Espejo, Isaías Santín y Florencio Soto, y con el Comandante en Jefe del Ejército general Humberto Sosa Molina, para informarles que la Fundación iba a adquirir 5.000 pistolas automáticas y 1.500 ametralladoras que serían entregadas a los trabajadores en caso de producirse un nuevo intento de derrocar al gobierno, este intento de formar milicias populares fue desechado luego de la muerte de Eva.
Como consecuencia del intento de Menéndez se produjeron cambios en el gobierno se decidieron varios pases a retiro en las Fuerzas Armadas y se denuncia que en el golpe participaron varios dirigentes políticos. Al mes, nueve generales son pasados a retiro, se inician juicios contra los radicales Mauricio Yadarola, Silvano Santander y Miguel Angel Zabala Ortiz y el conservador Reynaldo Pastor por su posible participación en el golpe.
Había gran expectación por el acto del 17 de octubre de 1951, además de Perón estaban en el balcón Eva y Espejo, a Eva se le entregaron medallas en reconocimiento por su labor y por el renunciamiento, lo cual le provocó una profunda emoción que quedó patentado en su discurso: “Yo no terminaré de pagarle a Perón ni entregándole mi vida, para agradecerle lo bueno que siempre fue y es conmigo. Nada de lo que tengo, nada de lo que soy, ni nada de lo que poseo es mío: es de Perón. Yo no le diré la mentira acostumbrada, yo no le diré que no lo merezco, sí, lo merezco, mi General. Lo merezco por una sola cosa, que vale más que todo el oro del mundo, lo merezco porque todo lo hice por amor al pueblo…. Yo les pido, compañeros, una sola cosa: que juremos todos públicamente defender a Perón y luchar por él hasta la muerte, y nuestro juramento será gritar durante un minuto para que nuestro grito llegue hasta el último rincón del mundo: la vida por Perón… Aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria…Y les pido una sola cosa: estoy segura que pronto estaré con ustedes pero si no llegara a estarlo por mi salud, ayuden a Perón, sigan fieles a Perón como hasta ahora, porque eso es estar con la Patria y con ustedes mismos”(4)
Eva termino su discurso conmovida y llorando en los brazos de Perón, Joseph Page en su ánimo destructivo nos dice que hasta el “cínico” de Perón estaba emocionado.
El 3 de febrero de 1952 fue detenido el coronel retirado José Francisco Suarez quién había recuperado la libertad en noviembre de 1951, estaba detenido por su participación en actividades conspirativas, ni bien fue liberado siguió con sus planes.
Su proyecto consistía en instaurar una dictadura de dos años, suprimir la Constitución de 1949 y llamar a elecciones con la proscripción del peronismo.
Suarez estuvo detenido dos años, en el proceso que se le siguió estuvieron involucradas unas 600 personas, incluyendo dirigentes del radicalismo.
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(1) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 pag. 579 y 580
(2) Joseph Page. Perón. Una biografía. Editorial Sudamericana. Edición en e-book pag. 334 y 335
(3) Norberto Galasso. Tomo I pag. 580 y 581
(4) Idem pag. 583