El Forjista
Las elecciones se realizaron el 11 de noviembre, por primera vez votaban las mujeres en el país, y podían ser elegidas, aunque sólo el peronismo llevó algunas en sus listas, la elección a presidente fue ganada de manera abrumadora por Perón que obtuvo el 63 % de los votos, Balbín que encabezaba la boleta radical alcanzó el 32 %, el Partido Conservador que llevaba a Reynaldo Pastor apenas superó el 2% y el Partido Comunista legalizado por el peronismo no llegó al 1%.
Los historiadores liberales tratan de desmerecer este impresionante triunfo popular, al señalar cuestiones que supuestamente habrían ayudado al peronismo como la enfermedad de Eva, como si alguno de aquellos que sentían un feroz desprecio por la esposa del presidente se hubiesen conmovido por dicha situación.
Estas argucias sólo tratan de ocultar lo más evidente que es la gestión del gobierno peronista que fue plebiscitada de manera contundente llevando a cabo un proyecto político, económico y social que beneficiaba a la inmensa mayoría de los argentinos, los cuales habían sido directamente ignorados por los gobiernos anteriores y aunque no lo sabían aún, también por gobiernos posteriores.
Una semana antes de esa fecha, se produjo un nuevo acto violento de la oposición una bomba estalla en la librería Peuser donde se exponía el libro de Eva Perón “La Razón de mi vida” de reciente aparición.
Eva votó desde la habitación del hospital porque el 6 de noviembre había sido intervenida quirúrgicamente por un médico estadounidense el Dr. Pack en un intento de extirpar el tumor que la consumía. Luego de la operación el médico dio un informe optimista que le brinda esperanzas a la familia, sin embargo, dicha apreciación no tardaría en ser desmentida.
A pesar de su situación insistió en grabar un mensaje al pueblo argentino como su aporte a la campaña electoral, en esas circunstancias dijo: “Perón debe triunfar en todas partes por abrumadora mayoría. Durante más de cinco años la propaganda extranjera ha hablado de la dictadura de Perón. El pueblo argentino debe contestarle con su voto libre de pueblo soberano… Mi consigna es esta, la consigna de la compañera Evita: que cada voto peronista sea el 11 de noviembre el grito de un corazón argentino descamisado y peronista diciendo silenciosamente: la vida por Perón”. (1)
La campaña electoral había continuado con el enfrentamiento irreconciliable que ya existía previo a la elección, la oposición levanta la voz señalando que sus actos son reprimidos por la policía o son objeto de agresiones con piedras por parte de militantes oficialistas, a su vez esta no ahorraba insultos hacia el presidente y su esposa, cualquier recurso era válido, en la campaña opositora se mostraban fotos de Eva en su condición de actriz con ropa atrevida para la época.
Sin embargo, hasta el intento del golpe de estado, la campaña opositora se había desplegado prácticamente sin incidentes, los cuales comenzaron a producirse ni bien se comprobó la participación de la oposición en el intento. El 13 de septiembre la UCR realizó un acto multitudinario en Constitución.
Sorprendentemente Luna dice que los políticos no participaron en el golpe, a pesar de las pruebas contundentes de lo contrario y cuando él mismo reconoce las reuniones con Menéndez y la intervención de Alicia Moreau de Justo escondiendo a militares golpistas.
La oposición cuestiona que hay varios dirigentes detenidos pero sin hacer mención a la participación de varios de ellos en el intento golpista de Menéndez.
Otro actor fundamental de la campaña electoral fue Enrique Santos Discépolo, un multifacético artista, autor de letras inolvidables de clásicos del tango, actor, guionista y director. Había conocido a Perón cuando este fue agregado en Chile y desde momento había mantenido una entrañable amistad, Discépolo y Tania su compañera solían esperar los años nuevos junto a Eva y Perón.
Discépolo, aún antes del surgimiento del peronismo, había tenido una sensibilidad particular por los padecimientos de los humildes, por eso se entusiasmó con la llegada del Movimiento Nacional al gobierno, y no ocultó sus simpatías.
Para la campaña electoral de 1951, la Secretaría de Prensa y difusión a cargo de Raúl Apold diseñó una campaña publicitaria radial bajo el título “Pienso y digo lo que pienso” donde participaron distintas figuras populares que alternaban en la conducción, como Tita Merello, Luis Sandrini, Juan José Miguez, Lola Membrives y Pierina Dealessi, a pesar de la popularidad de los participantes el programa no había tenido ningún suceso, hasta que Discépolo que también asumió el compromiso de escribir los monólogos, incluyendo a un personaje “Mordisquito” que se caracterizaba por su cuestionamiento al peronismo.
Fueron 40 emisiones, las cuales concluían con “¡A mí no me la vas a contar!” Y que intentaban responder a las principales objeciones y quejas de la oposición, tal vez la más célebre haya sido la queja porque ya no se podía consumir productos importados como el Té de Ceylán como consecuencia de la política peronista de restricción de las importaciones para la protección de la industria nacional. Recientemente escuchamos quejas similares de los Mordiquistos de hoy en día.
A raíz de esta participación, la vida de Discépolo cambió rotundamente, siendo un personaje querido por casi todo el mundo, comenzó a sentir el desprecio de muchos que le quitaron el saludo, que escupían cuando el pasaba por al lado, o que compraban las entradas de las obras de teatro donde actuaba para luego ausentarse y que el actor encontrara la sala vacía.
El odio antiperonista fue cegando la vida de Discépolo que cayó en una profunda depresión, el 23 de diciembre de 1951, el genial poeta popular murió en su departamento, muchos dijeron que la causa de su muerte fue la tristeza. Perón y Eva sintieron profundamente su muerte, un amigo se iba por haber defendido una causa en la que creía.
Sin embargo, Discépolo no pudo ser borrado de la memoria de los argentinos producto de una obra invalorable, pero la historia liberal intentó ocultar su militancia por la causa de los humildes.
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(1) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 pag. 590