El Forjista
Al igual que la gran mayoría de los argentinos, Juan Domingo Perón proviene de familias de muy variados orígenes, su bisabuelo paterno era de Cerdeña, casado con una dama escocesa que se radicó en Buenos Aires, en tanto que su abuelo Tomás Liberato Perón se casó con una uruguaya con antepasados vasco francés.
Su abuelo paterno Tomás Liberato Perón fue un destacado médico que llegó a ocupar el Consejo Nacional de Higiene, fue diputado y senador vinculado al Partido Conservador, sirvió en el Ejército en la Guerra del Paraguay, también ejerció la docencia, estuvo residiendo un tiempo en Francia y se le atribuye haber sido el primer argentino en desarrollar una vacuna antirrábica, se casó con Dominga Dutey con quien tuvo tres hijos uno de ellos Mario Tomás nacido en 1867 fue el padre de Juan Domingo.
Por su parte, la abuela materna Mercedes Toledo era india tehuelche del pueblo de Azul, contrajo matrimonio con Juan Irineo Sosa, santiagueño de familia quechua, de profesión albañil que vivía en Lobos, de esa pareja nacieron siete hijos, una de ellas fue Juana Sosa la madre de Juan Domingo.
Mario Tomás Perón ejerció de juez de paz en La Plata, en 1890 se trasladó primero Roque Pérez y luego a Lobos para administrar una pequeña estancia, se enamora de Juana Sosa, la pareja tiene dos hijos, Mario Avelino nacido en 1891 y Juan Domingo, cuya fecha de nacimiento es motivo de discusión.
El nacimiento de Juan Domingo según su acta de nacimiento fue el 8 de octubre de 1895 en Lobos, fecha en que es inscripto por su padre en el registro civil, sin embargo, a partir de una investigación del Dr. Hipólito Barreiro en su libro “Juancito Sosa, el indio que cambió la historia”, surgió otra fecha y lugar, Perón habría nacido dos años antes, el 7 de octubre de 1893 en Roque Pérez, sus padres contrajeron matrimonio el 25 de septiembre de 1901.
Su médico de cabecera, Antonio Puigvert confesó que en una oportunidad Perón le reconoció que tenía dos años más de los que realmente figuraban en su documento, también su amigo Jorge Antonio llegó a hacer referencia a este hecho. Norberto Galasso da verosimilitud a esta nueva versión de la fecha y el lugar de nacimiento de Perón.
Mario Tomás no se encontraba a gusto en Lobos por lo que decidió seguir su vida en la Patagonia, tierra casi despoblada, que ofrecía posibilidades a quien se animara al rigor climático, se trasladó a una estancia llamada Chank Aike situada al noroeste de Río Gallegos, en un principio se instaló sin su familia, quedando Juana y sus dos hijos en la casa de unos familiares, un año después viajan todos los integrantes de la familia a instalarse en el lejano sur.
Un amigo del padre se encargó de la educación de los niños, la caza, principalmente de guanacos, era un entretenimiento con el que comenzó de muy chico porque uno de los primeros regalos de su padre fue un rifle calibre 22, también se hizo diestro en el manejo de los caballos y comenzó ahí su amor por los perros, compañeros imprescindibles en la principal actividad de las estancias sureñas, la cría de ovejas.
Las cosas no resultaron bien y en 1904 la familia decide trasladarse a Chubut a unos 15 kilómetros de Puerto Camarones a igual distancia de Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, allí Mario Perón administrará la estancia La Masiega, cambiará en otras oportunidades de trabajo siempre en la administración de estancias, hasta que decide arrendar un campo de cuatro leguas, pero la suerte no lo acompaña en ninguno de sus emprendimientos.
Así explicará sus vivencias en la inmensidad patagónica: “Acaso aprendí a montar a caballo antes que a caminar. Cuando llegué al hogar patagónico mi padre estaba en Puerto Camarones, tratando de organizar las bases de un establecimiento ganadero que nos permitiera subsistir con cierta independencia. Recuerdo el primer regalo de mi progenitor: una excelente carabina de caza. Él mismo llevó hasta Comodoro los pingos de la tropilla predilecta, con sus antiguos peones y amigos probados, que los tenía a montones en Lobos, en Roque Pérez, en Navarro. Guiándose por el mapa de las estrellas sortearon los graves inconvenientes del raid, que culminaría con la instalación de los animales sobre aquella meseta basáltica donde transcurrió buena parte de mi niñez patagónica. Escrito está que el hombre inició su marcha con sus piernas más que con su cabeza. Y como hombre de a caballo no tardé en hacerme íntimo amigo de aquellos troperos de novela épica que mi padre trajo contratados para su aventura pobladora del sur”. (1)
La familia adopta la decisión de enviar a sus hijos a estudiar a Buenos Aires al cuidado de la abuela Dominga Dutey, y la media hermana del padre, Vicenta Martiarena, hija del primer matrimonio de doña Dominga.
La abuela vivía en una casa en pleno centro San Martín al 500, con sus dos hijas Vicenta y Baldomera, ambas maestras, al lado de la casa en San Martin 548 se encontraba la escuela a la que acudieron los dos hermanos Perón junto con sus primos, Julio y María Amelia ambos hijos de Tomás Hilario Perón, hermano de Don Mario que se había suicidado unos años antes.
Los hermanos Perón cambiaron de colegio primario, Juan Domingo la finalizó en 1907, para luego realizar el secundario en el Colegio Internacional de Olivos cursando estudios entre 1908 y 1910.
La llegada a Buenos Aires no le resultó nada grata a Perón, extrañaba las costumbres adoptadas en la Patagonia, para colmo de males, la enfermedad de su hermano Mario lo obligó a retornar al cuidado de sus padres, así explicaba sus primeras impresiones de la vida en Buenos Aires: “Entonces, fue cuando me vine a Buenos Aires. ¡Ah, que soledad en Buenos Aires! Viví totalmente solo. Estuve en el Colegio Internacional Politécnico… ¡Qué soledad! Era un colegio de internado, sabe. Primero en la Capital, y luego en Olivos". (2)
En el colegio de Olivos adquirió especial interés por los deportes, interés que después continuó en el Colegio Militar, todo indicaba que una vez terminado el colegio secundario se inscribiría en la Facultad de Medicina, sin embargo, al enterarse que algunos de sus compañeros del colegio pensaban seguir la carrera militar, comenzó a recabar información y terminó por interesarse en esa profesión.
La abuela Dominga movió sus influencias, su marido había ocupado cargos de importancia y era miembro del Partido Conservador, para que Juan Domingo pudiera ingresar al Colegio Militar con una beca, en esos momentos en la localidad de San Martín donde hoy se encuentra el Liceo Militar, también hizo lo posible para obtener una partida de nacimiento que indicara que sus padres se habían casado antes de su nacimiento, al parecer un requisito indispensable de la época.
Digamos algo sobre la cuestión de la situación legal de los padres de Perón, el biógrafo estadounidense de Perón, Joseph Page, señala lo siguiente: “Ciertos rasgos de resentimiento que Perón mostró más tarde en su vida podrían derivar de las circunstancias de su concepción”. (3)
Page no es el único que indica la cuestión del resentimiento que utilizan para explicar el comportamiento político tanto de Perón, como muy especialmente de Eva Perón, debería llamar la atención que todos aquellos que se rebelan contra los poderosos sean acusados de resentidos y nunca se busque la razón de la rebelión en el proceder injusto y abusivo de quienes detentan el poder.
Cuando Ernesto Sábato señaló en su libro “El otro rostro del peronismo” lo siguiente: “… el motor de la historia es el resentimiento que, en el caso argentino, se acumula desde el indio, el gaucho, el gringo, el inmigrante y el trabajador moderno, hasta conformar el germen del peronista, el principal resentido y olvidado”.
Arturo Jauretche le contestó contundentemente: “No, amigo Sábato. Lo que movilizó a las masas hacia Perón no fue el resentimiento fue la esperanza. Recuerde Ud. aquellas multitudes de octubre del 45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en Plaza de Mayo …”
Nosotros pensamos a diferencia de Page, que esa despreocupación de sus padres por las formalidades seguramente lo hayan contagiado en él, en una de sus características más admirables de su personalidad, su absoluta indiferencia por la opinión de la pacatería conservadora de la oligarquía, ignorar “el qué dirán” de las clases pudientes fue una de las razones de la admiración que supieron granjearse por parte de la mayoría del pueblo argentino tanto él como su segunda esposa.
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(1) Enrique Pavón Pereyra. Conversaciones con Juan Domingo Perón. Editorial Colihue/Hachette. 1978. Pag.74
(2) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 pag. 39
(3) Joseph Page. Perón. Una biografía. Editorial Sudamericana. Edición en e-book pag. 32 y 33