El Forjista
El periodista Roberto Parrottino escribió en la revista Caras y Caretas: “Maradona lloraba y se recomponía después de cada traspié con las canciones de Favio de fondo. Se emocionaba con ‘Fuiste mía un verano’. En los momentos tristes, Favio era, dijo Diego, un amigo sin que lo supiera”.
Precisamente el día del Amigo de 1997, Diego lo fue a ver a Leonardo Favio en su recital de regreso al país en el Teatro Astros, también se había producido el retorno de Diego a Boca Juniors.
Diego lo fue a visitar al camarín después del recital, el cantante emocionado opinó: “La presencia de Diego me justifica como autor y cantante. Es lo más bello que me pudo ocurrir en la vida mía, como artista, verlo a Diego. Su sola presencia hace latir corazones al unísono en el mundo entero. Fue una noche emocionante que yo no olvidaré nunca más y que mis hijos verán con orgullo. Es nuestro, es de acá, es irrepetible. Pasarán los siglos y se hablará de Maradona”.
Una foto plasmó el momento, con Diego apoyando su cabeza sobre el hombro de Favio, y éste dándole un beso en la frente, la foto que Favio atesoró tenía una dedicatoria que decía: “A mi maestro motivador. Con todo mi amor, Diego”.
En julio de 2004 Maradona sufrió una descompensación después de ir a ver un partido de Boca y es internado en terapia intensiva con respirador artificial, su estado es grave, Leonardo Favio publica un poema en Página 12 titulado “Mi cotidiano insomnio” y ahí decía:
Mi cotidiano insomnio
se obstina en el misterio
de recordarme al otro
aquel que fui
El niño que rondó algún potrero
que, seguro, ya no besa la luna
Aún no habías nacido
y andabas en mi envidia
como en todos los niños
Diego, en la callada foto
que conservo en mi cuarto
donde desguarnecido
te apoyaste en mi pecho
vi tu desolación
de niño acorralado
Se adivina el madero
en tu mirada tierna
Una constelación de multitudes
te ha cercado por siempre
Ya no tendrás olvido,
ya no tendrás descanso
Mientras haya un planeta
en que respire un niño
un niño habrá que sueñe
que es Diego y que repite
los goles imposibles
de músicas y pájaros
Diego, no te puedo ayudar
Hoy he llorado