El Forjista
El 20 de octubre de 2010 fue asesinado el joven militante de 21 años del Partido Obrero, Mariano Ferreyra, por una patota de la Unión Ferroviaria mientras participaba en una marcha de protesta en contra de las tercerizaciones y las condiciones injustas en la que trabajaban muchos ferroviarios, el crimen ocurrió en las cercanías de la estación Avellaneda de la línea ferroviaria General Roca, hubo complicidad policial liberando la zona para que los agresores pudieran actuar con total impunidad.
Ferreyra participaba en una movilización donde reclamaban por la reincorporación de trabajadores tercerizados despedidos y el pase a planta permanente de unos 1500 ferroviarios que estaban en esa situación de precarización laboral, la modalidad de la tercerización desconocía los derechos de los trabajadores a la vez que implicaba un redituable negocio del que participaban José Pedraza y otros sindicalistas vinculados a este dirigente de la Unión Ferroviaria.
El accionar de la patota sindical además de provocar la muerte de Mariano Ferreyra también ocasionó heridas en otros tres militantes que participaban de la marcha en una de ellas de suma gravedad, Elsa Rodríguez recibió un balazo en la cabeza que la postró en una silla de ruedas con el habla comprometida y una incapacidad del 100%.
Néstor Kirchner se enteró cuando estaba viajando a la provincia de Chaco acompañando al gobernador Jorge Capitanich para inaugurar un complejo de viviendas, se lo veía preocupado, permaneció en silencio por un rato, cuando de repente reaccionó para decirles a quienes lo rodeaban: “Estos hijos de puta tienen que ir presos para toda la vida. Los criminales y los autores intelectuales”.
Y al rato agregó: “Máximo cuando se enteró, me llamó y me dijo: ‘Viejo, es como si me hubieran matado a mí’ Y tiene razón. Es lo que había pensado yo.” (1)
Después volvió a mantenerse en silencio y reconcentrado, cuando terminó el acto, ante la consulta de los periodistas les dijo que se trataba de un crimen horrendo, que las instituciones iban a castigar a los autores y reclamó que no hubiese impunidad.
En los días posteriores el ex presidente se siguió mostrando preocupado por el tema, una semana después moriría por un infarto, cuando comenzó el juicio por el asesinato de Ferreyra, Cristina expresó: “Mi hijo siempre dice que la bala que mató a Mariano Ferreyra rozó el corazón de su padre”.
Un senador del Frente para la Victoria definió el estado de ánimo del ex presidente luego del atroz asesinato de Mariano Ferreyra, diciendo: “Está que camina por las paredes” (2)
El intendente de Quilmes Francisco “Barba” Gutiérrez le avisó al expresidente que había un testigo que sabía cómo habían asesinado a Mariano Ferreyra, Kirchner le pidió al ministro de Justicia, Julio Alak, que lo acompañara a declarar en condición de testigo de identidad reservada.
Alak llamó a la fiscal del caso Cristina Caamaño, luego acompañó al testigo que fue con el rostro cubierto ante autoridades y a continuación lo llevaron a la medianoche para evitar a los periodistas a declarar ante la jueza Wilma López ante quién confirmó que el asesino había sido Cristian Favale.
Tanto la jueza Wilma López como la fiscal Cristina Caamaño actuaron realizando una investigación prolija que dio rápidamente con los responsables materiales, también pudieron llegar hasta los instigadores y quienes incumplieron sus funciones como en el caso de los policías.
El viernes 22 de octubre en el último acto en el que participó en Chivilcoy, Kirchner declaró: “No tengan ninguna duda de que la presidenta ha impulsado la investigación sobre los autores intelectuales del hecho”(3) Horas después comenzaron las detenciones de los responsables de la muerte del joven militante.
José Pablo Feinman explicó como esa muerte lo afectó a Kirchner quién en una oportunidad le dijo: “Yo no le voy a pegar a nadie”, se refería a que no iba a reprimir la protesta, por eso esa muerte le afectó, Feinmann comenta: “Supe que ese hombre no venía a reprimir. Que toda represión le dolería. De hecho, un eminente psiquiatra me dijo que la muerte del joven Ferreyra tal vez aceleró su muerte, que sabía que le tirarían ese muerto y esa mancha en su gobierno sin muertos, lo atormentó duramente” (4)
Cristina recibió a la familia de Mariano Ferreyra, le preguntaron que iba a pasar con la investigación si se descubría la responsabilidad de Pedraza, les respondió que el que tenía que ir contra él, si era responsable era la Justicia, pero que de su parte no iba a proteger a nadie y que iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para que se investigara en serio y que los responsables fueran presos.
El juicio oral por el asesinato de Mariano Ferreyra dio inicio el 6 de agosto de 2012 los acusados eran Pedraza y Juan Carlos Fernández acusados como instigadores, entre los acusados además estaban siete ferroviarios, un barrabrava del club Defensa y Justicia y siete policías.
Cristian Favale y Gabriel Sánchez, este último señalado también por uno de los testigos como ejecutor de los disparos, que fueron los autores materiales del asesinato recibieron una condena de 18 años de prisión, la misma pena recibió quién comandaba la patota Pablo Marcelo Díaz, para Pedraza se estableció una pena de 15 años de prisión la misma sanción que para su mano derecha Juan Carlos Fernández, la fiscalía había pedido cadena perpetua para Pedraza.
El diario Página 12 comentaba sobre la investigación: “Los allanamientos a su casa y a sus oficinas, el análisis de las llamadas, revelaron que Pedraza había tenido un rol activo como autor intelectual del ataque a los tercerizados aquel 20 de octubre de 2010. Fue una de las pocas veces que, en casos similares, se condenó a los autores intelectuales del crimen.” (5)
José Pedraza fue detenido el 22 de febrero de 2011 en su departamento de Puerto Madero acusado de ser uno de los instigadores del asesinato de Mariano Ferreyra, este dirigente que en algún momento había tenido una posición combativa, durante del gobierno de Menem apoyó las políticas de privatizaciones de los ferrocarriles que significaron el despido de miles de trabajadores, falleció en diciembre de 2018 a los 75 años, cumpliendo su condena en prisión domiciliaria.
Ya vimos que Néstor Kirchner consideraba la militancia como una forma de vida, por eso sentía un profundo respeto por aquellos que dedicaban su tiempo a defender una causa, aunque no fuera la misma que la suya, además él se había comprometido a no reprimir la protesta, no quería que en la Argentina jóvenes como Kosteki y Santillán perdieran la vida en las calles por sostener sus ideales, o como aquellos que murieron en las jornadas de diciembre del 2001, convencido que nadie debía correr riesgo en democracia por hacer conocer su opinión.
Pero también es muy posible que ese horrible asesinato le haya traído de regreso los fantasmas del pasado que durante un largo tiempo no lo dejaron dormir, en el recuerdo de sus compañeros de militancia en La Plata que cayeron bajo las balas de los genocidas.