El Forjista
El gobierno se propuso mostrar un país muy diferente al que festejó el primer centenario de la Revolución de Mayo, en 1910 estaba en pleno auge el modelo agroexportador que permitía a una minoría tener un nivel de vida muy holgado, mientras las mayorías y en particular los trabajadores padecían las peores miserias.
Ese Centenario se celebró nada menos que con la presencia de una representante de los conquistadores de quienes nuestros patriotas se habían liberado, fue invitada la Infanta Isabel de Borbón, tía del rey Alfonso XIII de España, como para reafirmar el carácter dependiente de nuestro país y la mentalidad colonizada de su clase dirigente, la celebración debió realizarse con la vigencia del Estado de Sitio mientras eran detenidos miles de trabajadores por reclamar mejoras de su situación.
Por el contrario, el Bicentenario se celebró en un ambiente festivo con la participación de millones de personas y con un claro sentido de reafirmación de la soberanía nacional donde se hicieron flamear una marea interminable de banderas argentinas y con un entusiasmo contagioso por la comunión de los artistas con el público.
La planificación comenzó en marzo de 2008, Cristina lo designó a Oscar Parrilli como coordinador y le comentó que en Nueva York se había encontrado con la arquitecta argentina Margarita Gutman que le había dado algunas ideas, Parrilli por su parte incorporó al productor Javier Grosman, hubo una primera idea de hacerlo en la Rural de Palermo pero la presidenta insistía en que fuera en la calle.
Fue idea de Parrilli la de convocar a la compañía teatral Fuerza Bruta, se integró a trabajar el fundador del grupo Ricardo James para delinear el esquema del desfile.
Cristina eligió los veinte temas que iban a estar presentes en el desfile, el último fue “La burbuja de la ciencia y la tecnología” que luego dio pie para la construcción de una feria con idéntico motivo en Tecnópolis.
A Kirchner en cambio no lo atraía la idea, le decía a su esposa y a Parrilli: “Están perdiendo el tiempo”, cuando los medios se quejaban por los cortes de calles, Kirchner lo llamaba a Parrilli para quejarse: “Están puteándonos por Radio Mitre, C5N, por los cortes de calle” o le decía: “Le estás haciendo perder el tiempo a la presidenta…”.
Entre Kirchner y Zannini cargaban a la presidenta sobre la cantidad de gente que pensaban juntar 100.000 o 200.000 cuando el primer día se congregaron en el obelisco unas 300.000 Parrilli les preguntó: “¿Les alcanza esa cantidad…?” (1)
Los festejos comenzaron el 21 de mayo en el Teatro Colón, organizado por el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, que declaró que “iba tener que soportar” sentarse al lado de Kirchner si la presidenta concurría al Colón, Cristina le envió una carta anunciando que no iba a estar presente.
Delante del Obelisco se montó un escenario por el que desfilaron figuras de los más diversos estilos musicales, también pasaron artistas internacionales como Los Jaivas, Jaime Roos, Gilberto Gil y Pablo Milanés.
En la Casa Rosada se inauguró la Galería de los Patriotas Latinoamericanos la mandataria estaba acompañada por los presidentes Lula, Chávez, Correa, Mujica, Zelaya, Evo Morales y Piñera.
En esas circunstancias Cristina hizo un llamado a sus compatriotas: “Quiero convocar en estos doscientos años a todos los argentinos a construir un país en el cual todos podamos sentirnos parte de él, no solamente porque se está en el Gobierno o en otro lugar, sino porque hemos sabido superar diferencias y construir un proyecto estratégico que nos guíe, como fue este proyecto estratégico que tuvieron los patriotas ese 25 de mayo de 1810” (2)
Los festejos del día 25 comenzaron con el canto simultáneo del himno nacional desde el Obelisco y desde el Valle de la Luna, continuó con el Tedeum en la Basílica de Luján y una largada de ochenta autos de turismo de carretera desde la Avenida 9 de Julio.
A la noche hubo un show de luz y sonido de los doscientos años de historia en el Cabildo, los presidentes latinoamericanos caminaron en medio de la multitud desde la Casa Rosada hasta el Cabildo para presenciar el show, había preocupación entre los encargados de la seguridad de los mandatarios, pero todo transcurrió sin incidentes.
Un desfile de los artistas organizado por el grupo Fuerza Bruta que escenificó el Éxodo Jujeño, el cruce de los Andes, la Vuelta de Obligado, la inmigración, los golpes de Estado, la guerra de Malvinas y el retorno de la democracia. El desfile comenzaba en la Plaza de Mayo seguía por Diagonal Norte y se extendía por la Avenida 9 de julio.
La presidenta vivió y participó de la fiesta con particular entusiasmo, el cierre fue un show de fuegos artificiales y ya comenzado el 26 de mayo tuvo lugar un recital de Fito Páez acompañado por muchas figuras que concluyeron cantando el himno nacional.
Los días anteriores los medios de comunicación concentrados trataron de disminuir la importancia del festejo y poner de mal humor a la población por los cortes de tránsito necesarios para la organización de los eventos, sin embargo, la gente lo vivió de una manera muy diferente, luego de ese festejo mejoró la imagen de la presidenta según las encuestas.
Dice Sandra Russo: “La enorme fiesta del 2010 fue un punto alto en la historia reciente. Fueron quizás esos días la demostración empírica, corporal y emocional de que la Argentina no vive el clima de crispación que fogonean los grandes medios” (3)
Como parte de los festejos se inauguró el museo del Bicentenario donde la mayor atracción era el mural del artista mexicano David Siqueiros “Ejercicio Plástico”, el mural había pasado 18 años en un container por problemas judiciales y estaba en peligro de dañarse, en el 2009 el Senado votó la expropiación y comenzó la restauración, el mural tiene 200 metros cuadrados, había sido pintado en 1933 en el sótano de la quinta de Natalio Botana que era el dueño del diario Crítica.
La presidenta también intervino en las etapas históricas que se mostraban en las secciones del museo, lo hizo con un espíritu inclusivo, hasta se preocupó porque figuraran los aspectos destacados del gobierno del radical Arturo Illia.
Cristina Fernández considera ese festejo como el momento de mayor felicidad de su gobierno y de su vida política por ver al pueblo alegre festejando sin diferencias de clases o de ideologías.
El Bicentenario y Tecnópolis están relacionados, Tecnópolis se inauguró el 14 de julio de 2011, iba a estar ubicado al costado del edificio de la Televisión Pública sobre Figueroa Alcorta donde se armaría un escenario móvil, que los días de semana se procedería a levantarlo para que transiten los autos, pero Macri no lo permitió.
Cuando se inauguró Tecnópolis la idea era que permaneciera tres meses, pero el gran éxito logrado hizo extender ese tiempo, el comité de Tecnópolis estaba formado por Parrilli, Jorge Coscia y Tristán Bauer se convocó para que participaran ministerios, provincias, empresas y el Conicet.
Durante las jornadas del Bicentenario las clases sociales parecían convivir sin grietas, pero al ver el éxito del festejo, quienes responden a los intereses de las minorías privilegiadas comenzaron a fomentar las diferencias porque ahí es donde ellos sacan rédito, en la división está su negocio, comenzaron a decirle Negrópolis a Tecnópolis según la inventiva racista de esos grupos que utilizan el odio como principal arma política.