El Forjista
Cuando estaba en pleno desarrollo el conflicto con las patronales agrarias surgió Carta Abierta un grupo conformado por intelectuales, artistas, científicos y periodistas que comenzaron a publicar documentos para sentar posición sobre ese enfrentamiento, pero que luego siguió opinando sobre otros asuntos con definiciones de apoyo crítico al kirchnerismo.
El primer documento vio la luz el 13 de mayo de 2008, fue presentado en la librería Ghandi de la ciudad de Buenos Aires, se había formado una mesa coordinadora que estaba integrada por Horacio Verbitsky, Nicolás Casullo, Ricardo Forster y Jaime Sorín.
Ese primer documento llevó la firma de 750 destacadas personalidades de la cultura, entre ellos estaban, además de los mencionados: Noé Jitrik, Eduardo Grüner, Ernesto Laclau, Horacio González, Juan Gelman, José Pablo Feinmann, Cristina Banegas, David Viñas, Norberto Galasso, Patricio Contreras, Roberto Tito Cossa.
El documento emitido por Carta Abierta durante la disputa con las patronales del campo señalaba: “Un clima destituyente se ha instalado, que ha sido considerado con la categoría de golpismo. No, quizás, en el sentido más clásico del aliento a alguna forma más o menos violenta de interrupción del orden constitucional. Pero no hay duda de que mucho de los argumentos que se oyeron en estas semanas tienen parecidos ostensibles con los que en el pasado justificaron ese tipo de intervenciones, y sobre todo un muy reconocible desprecio por la legitimidad gubernamental”.(1)
El 12 de julio de 2008 unos días antes del voto “no positivo” de Cobos, Néstor Kirchner participó de la reunión de Carta Abierta realizada en la Biblioteca Nacional donde les anunció que una vez concluido el conflicto agrario el gobierno procedería a profundizar el rumbo progresista y continuaría por la senda de reconocer nuevos derechos.
Kirchner también concurrió a la reunión del 20 de diciembre del mismo año donde les agradeció el apoyo que le brindaron durante lockout: “…dieron un testimonio que fue más allá de lo testimonial dieron un gesto de valentía cuando, a nuestro juicio, yo creo que hay dos cosas centrales este año que plantean por donde va a pasar el debate y la construcción de la Nueva Argentina, hay una en que no nos derrotaron sino que fuimos traicionados, podemos haber tenido mil errores, de comunicación, todo es aceptable, pero lo cierto es que después de muchísimas décadas en la Argentina, este año por primera vez se planteó la discusión de la distribución del ingreso con sectores del poder (ovación)”
Pero además les expresa su convicción que el gobierno está en condiciones de revertir esa situación porque confía en el pueblo: “Lo que pasó ese 17 de julio que no pudimos obtener la victoria en el parlamento, yo estoy seguro que con el tiempo vamos a obtener la victoria en la sociedad, en la calle, en la gente, porque todos ustedes saben que en la lucha que estábamos llevando teníamos razón, podemos haber tenido imperfecciones metodológicas, estábamos peleando con un enemigo realmente poderoso, fortalecido, con alto nivel de rentabilidad, con alta concentración de poder, como dijimos cierta vez con fierros mediáticos, pero muy fuertes y estamos ahí, se va a seguir discutiendo a fondo, hay un interregno, pero yo creo que es fundamental discutir el modelo productivo y el modelo de distribución del ingreso en la Argentina, profundizarlo”.
Al sábado siguiente de la derrota en las elecciones de 2009 se realizó una reunión de Carta Abierta en el Parque Lezama, la concurrencia era de unas 200 personas y de manera sorpresiva hizo su aparición Néstor Kirchner en momentos que estaba haciendo uso de la palabra Horacio González, se sentó en uno de los escalones y esperó a que terminara de hablar, cuando lo hizo le ofreció el micrófono al ex presidente para que dirigiera unas palabras.
El primer tema que abordó fue mostrar su preocupación por el golpe de Estado en Honduras que fue el primer intento de otros que siguieron para deponer gobiernos democráticos y populares, elogió la actuación de Cristina cuestionando el golpe junto a otros presidentes progresistas de América del Sur.
Kirchner dijo en esa oportunidad: “No tengo ningún dejo de tristeza; al contrario, estoy con más fuerza que nunca para dar la batalla que haya que dar” le respondió a Reutemann que dijo que había que darle una semana a la presidenta para que absorbiera la derrota: “Se equivoca aquél señor que dice que Cristina todavía no digirió lo que pasó. Esto no es una carrera de automóviles ni un partido de futbol. Acá estamos peleando para construir un país distinto. Ya lo veremos a él disputando por las ideas del país que quiere; si es que tiene alguna idea”.
Después explicó porque fue candidato: “Creí que había que poner todo, sin especular, para defender y evitar lo que se estaba construyendo en la Argentina… tratando de debilitar la institucionalidad y la gobernabilidad”. (2)
Llamó a mantener las convicciones: “Se puede perder elecciones, esa es la democracia y nosotros cuando vamos a participar no vamos a ganar de cualquier manera sino teniendo las convicciones y los principios que tenemos que llevar adelante”
Y concluyó elogiando el trabajo de Carta Abierta: “Ustedes están dando un verdadero ejemplo de vida, tener la fuerza estar aquí, estar discutiendo y tener principios y tener ganas, realimenta la posibilidad que se puede construir un país distinto. Muchísimas Gracias. Mucha fuerza y gracias por la invitación de ustedes”.
En la película de Paula Luque sobre Kirchner se ve a Ricardo Forster, integrante de Carta Abierta, diciendo que sin preparación previa los llamaba por teléfono y les decía “voy para allá” cuando se enteraba de sus reuniones.
De igual forma que hicieron con la militancia juvenil, los medios de comunicación de la oligarquía salieron a descalificar a los intelectuales y artistas que apoyaban al kirchnerismo, especialmente porque estos no dejaban de llamar a las cosas por su nombre y eso era poner en evidencia el papel de las corporaciones mediáticas en contra de la democracia.
Es así que no dudaban en llamar desestabilización a lo ocurrido durante el lockout campestre de igual manera que a las operaciones desplegadas desde los medios para debilitar a un gobierno democrático.
José Pablo Feinman explicitó con claridad el rol de estos medios en su ataque descalificador a los más reconocidos intelectuales del país: “En la tapa de Noticias salen David Viñas, Horacio González, Noé Jitrik, Ricardo Forster y no recuerdo si alguno más, las fotos están alineadas: como si fueran delincuentes que la autoridad del Far West anda buscando. La nota promete decir – entre otras grandes revelaciones- cuánto ganan o cuanto cobran por servir ‘al poder’. Y con este preciso concepto de la filosofía política – preciso y difícil- hacen un juego hipócrita, un manejo espurio, fraudulento. El poder son ellos, pero lo ponen todo en Balcarce 50. Así ‘ellos’ -que son el más amarillo poder encaramado en el viejo, agrario, empresarial, eclesiástico y sanguinario poder de la Argentina- son súbitos rebeldes opositores. El ‘poder’ está allá, en la Rosada. Son ‘los Kirchner’. Seres diabólicos. Ellos son ‘el periodismo libre’. Eso los envalentona”(3)
Feinmann llegaba a la conclusión que los intelectuales comprometidos con la causa popular que además eran los más destacados de la Argentina eran escupidos y difamados de manera infame por periodistas al servicio del poder.