El Forjista
El 18 de marzo de 2009 la presidenta presentó en el Teatro Argentino de La Plata el anteproyecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que fue más conocida como la ley de Medios, expresando: “Espero que el resultado de esta ley sea que cada uno aprenda a pensar por sí mismo y no como le marca una radio o un canal”. (1)
También informó que antes de remitirla para su tratamiento en el Congreso se debatiría en todo el país en foros conformados para tal fin, ningún gobierno había podido aprobar una ley de este tipo por eso Cristina anunció casi de manera profética: “Esta Ley va a poner a prueba a la democracia argentina”.
Si no se había realizado antes era por la oposición de los dueños de los medios: “había un suprapoder en la Argentina, lo que significa que por sobre los poderes instituidos por la Constitución hay otros poderes que tienen suficiente fuerza para imponer decisiones en cualquiera de los tres poderes a partir de la presión”.(2)
Gabriel Mariotto, interventor del Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), había estudiado periodismo en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, había sido el autor del anteproyecto y promovía que fuera derogada la Ley de Radiodifusión que había sido instaurada por la dictadura.
Mariotto al hacer uso de la palabra recordó a algunos de quienes habían luchado por una Ley que democratizara la difusión de la palabra y citó a Margarita Graziano fallecida en 2006, docente de la UBA y una de las mayores cuestionadoras de la concentración de medios e hizo mención al ex senador radical Ricardo Laferriere, que por ser impulsor de la una Ley de Medios en 1984 se convirtió en un marginado de la política.
Fue el menemismo el que habilitó la posibilidad de consolidar esas enormes corporaciones con ramificaciones en varios ámbitos, porque la ley anterior no permitía a quienes eran dueños de diarios poseer otros medios, en ese gobierno se le permitió a Clarín quedarse con el canal 13 y también que fuera dueño de una empresa de cable.
En ningún lugar del mundo los dueños de los medios pueden tener el poder que lograron acá ni en Inglaterra, ni en Alemania, ni España, en los Estados Unidos los propietarios de diarios no pueden tener medios de comunicación radiales o televisivos.
En mayo de 2004 un grupo de militantes de los medios comunitarios, organizaciones sociales, de derechos humanos, sindicales, de universidades, de referentes de medios públicos y otras organizaciones de las más diversas extracciones políticas elaboraron un documento para expresar su interés para que hubiera una regulación democrática de la radiodifusión.
Este grupo llegó a sumar 300 organizaciones que se denominaron Coalición por una Radiodifusión Democrática con 21 puntos básicos por los derechos de la comunicación que se convirtieron en bandera de la libertad de expresión.
Al presentarse el anteproyecto Clarín desplegó su periodismo de guerra, comenzando a lanzar acusaciones infundadas como por ejemplo que el gobierno estaba detrás de interferencias en sus medios, Mariotto se preocupó por investigar el tema y quedó claro que las mismas eran producto de problemas técnicos localizados en América Central.
También Marcelo Bonelli operador de la corporación inventó la noticia que importantes funcionarios del gobierno de los Estados Unidos habían realizado manifestaciones contrarias al país por la implementación de esta ley, lo que fue desmentido por el mismo gobierno de los Estados Unidos que además utilizó duros términos contra el diario señalando que las citas son “absolutamente falsas y fueron publicadas sin fundamentos de verdad” (3) Como es práctica habitual de ese medio la desmentida no fue publicada.
Pero ese grupo no fue el único, el grupo América de Vila-Manzano también recurrió a mecanismos contrarios a la libertad de prensa que dicen defender, el periodista Reynaldo Sietecase cuenta en su libro Kamikazes que en el mes de julio de 2009 llevaba tres años con el programa “Tres poderes” que hacía junto a Maximiliano Montenegro y Gerardo Rozin, cuando fueron convocados por un gerente del Canal América donde se emitía el programa, en esa reunión el gerente les planteó sin posibilidad de negativa que dicho programa debía sumarse a la campaña del canal contra la Ley de Medios, se llegó a un acuerdo para que el programa no tuviera una posición tomada y se invitara a personas a favor y en contra.
El 27 de agosto la Ley se envió al Congreso después de concretarse una amplia discusión en todo el país tal como se había prometido.
En tanto que Clarín lanzó una campaña publicitaria televisiva mintiéndole a sus televidentes afirmando que no iban a poder seguir viendo sus programas favoritos, que algunos canales iban a desaparecer, cuando la ley en ningún momento se inmiscuía en los contenidos y garantizaba los puestos de trabajo.
Otro de los engaños de la corporación fue cuando lanzó otra publicidad donde alertaba que la ley iba a regular lo que se publicara en los diarios cuando esta ley no los incluía.
Clarín se dedicó a presionar legisladores para que votaran en contra o al menos para que se ausentaran y no dieran quorum, las amenazas convencieron a varios, Agustín Rossi logró el quorum de manera muy apretada, como parte de la campaña contra la ley la oposición en Diputados abandonó el recinto para deslegitimar el tratamiento.
Lo que la ley planteaba era desmonopolizar los medios de comunicación para que hubiera múltiples voces y no estuvieran concentradas en pocas expresiones, se obligaba a los grupos concentrados de medios de comunicación a desprenderse de algunas de las empresas que controlaba, en lo que se dio en llamar desinversión.
Un artículo de la Ley impedía la conformación de monopolios, establecía que el máximo de licencias para privados a nivel nacional y provincial no podía exceder el 35 % de la población o de los abonados, los medios debían emitir al menos un 60 % de la programación con producción nacional, impedía que los dueños de los medios hubieran sido funcionarios de la dictadura y limitaba la participación de empresas extranjeras al 30%.
El gobierno buscó el apoyo de los partidos de centro izquierda y para eso realizó modificaciones, ya se le había introducido unas 138 modificaciones en las discusiones que se venían realizando, incluso una de ellas había sido reclamada por Clarín y la oposición en el sentido que no se permitiera a las telefónicas ingresar al negocio de la televisión, durante el macrismo se le permitió a Clarín quedarse con una empresa telefónica acrecentando el poder de ese oligopolio.
El 16 de septiembre el proyecto fue aprobado en Diputados por 147 votos a 3 en contra y 3 abstenciones, los diputados del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el peronismo antikirchnerista abandonaron el recinto. En el Senado la ley fue aprobada el 10 de octubre por 44 a 24.
La diputada Elisa Carrió confesó que: “No tenemos ningún problema en defender a los llamados grupos económicos si es en defensa de la libertad de expresión”.
Tampoco tuvo empacho en asumir la defensa de Clarín cuando dijo desde una de las señales del grupo: “Le van a tener que hacer un monumento a Magnetto” y dijo que en un país serio la presidenta sería destituida.
Esta postura a favor de los poderosos grupos económicos le hizo perder gran parte del caudal electoral que había obtenido en elecciones anteriores, en 2011 la Coalición Cívica obtuvo el 1.84 % y Carrió reconoció que “Soy la razón de la derrota”.
Silvana Giudici de la UCR que luego pasó a las filas macristas es una de las políticas más cercanas a los intereses de Clarín por eso expresó: “Esta es una ley de revancha. La verdad es que la ley no es sólo contra Clarín, sino que representa la concepción del kirchnerismo en el poder frente a la prensa independiente” (4) Ya hacía tiempo que Clarín había dejado de ser un medio independiente, si es que alguna vez lo fue.
Pero aún después de aprobada hubo dirigentes políticos y jueces que se pusieron al servicio de las corporaciones para evitar la aplicación de la ley y garantizar la continuidad del monopolio, el diputado Enrique Luis Thomas logró que una jueza de Mendoza, Olga Pura de Arrabal, dicte una medida cautelar que ordenaba la suspensión de la aplicación de la ley en todo el país.
Cristina recordó que en todos los años que había sido legisladora nunca actuó de esa manera: “Nunca que perdí una votación fui a ver a un juez para que la Justicia me diera los votos que no pude conseguir en este recinto”.(5)
En diciembre de 2009 un juez federal en lo Civil y Comercial, Edmundo José Carbone, hizo lugar a una medida cautelar presentada por el grupo Clarín, reclamando la suspensión de los artículos 41 y 161, este último obligaba a las empresas excedidas a desinvertir en un plazo no mayor a un año, consideraba que esos artículos menoscababan los derechos de propiedad.
Julio Alak el ministro de Justicia dijo que apelaría, el gobierno acusó a Carbone de connivencia con los denunciantes y puso en evidencia su pasado de juez de la dictadura, además declaró que el fuero que debía intervenir era el Contencioso Administrativo que es el que tramita las cuestiones con el Estado.
Diez días después en Salta el juez Miguel Antonio Medina hizo lugar a un amparo solicitado por el Comité de Defensa del Consumidor CODELCO, cuyo titular era el diputado del Partido Conservador Popular, Guillermo Durán Cornejo, sosteniendo que la ley generaba disparidad entre los consumidores de las distintas provincias.
La justicia logró demorar la aplicación de la ley a la espera que cambiaran los vientos y que fueran favorables a los monopolios, la Corte Suprema fue cómplice y demoró en demasía para expedirse, recién lo hizo en el 2013 pero dejando abierta la posibilidad para que el grupo Clarín siguiera demorando su aplicación.
Cuando llegó Mauricio Macri a la presidencia una de sus primeras decisiones fue derogar la Ley con un Decreto de Necesidad y Urgencia.
El Estado dio nacimiento a nuevos canales como Encuentro y Pakapaka, este último para la audiencia infantil, Cablevisión del grupo Clarín se negaba a incluir esos canales en su grilla, el gobierno hizo varios reclamos incluso organizó festivales para que Pakapaka fuera incluido, al final Clarín se avino a hacerlo, pero sólo para el abono codificado.
En un acto realizado el 9 de septiembre de 2010 Kirchner hizo mención a las dificultades para aplicar la Ley de Medios: “No dejen sola a la presidenta. Por favor, los que militamos en el campo nacional y popular, ayudémosla a seguir mejorando la calidad institucional, para no ver como Clarín trata de apurar una decisión de la Corte para parar la desinversión. Confiemos en la independencia de poderes para que la Justicia y la igualdad existan siempre y las presiones desaparezcan …Magnetto quiere gobernar sin haber ido nunca a elecciones y sólo a partir de la construcción de una concentración mediática”. (6)
Unos 20 días después cuando el juez Elvio Sagarra frenó la decisión del gobierno de determinó la caducidad de la licencia de Fibertel, Kirchner salió a cuestionar el fallo: “No siga favoreciendo a un monopolio. Que se termine el juego de la justicia cautelar, que es una verdadera vergüenza… Yo hice muchísimo esfuerzo, terminé con la Corte menemista, creamos un sistema de elección de jueces absolutamente cristalino, y ahora quienes tienen responsabilidad de conducir a la Justicia tienen que hacer el honor a ese tema. Todo el mundo sabe que hubo una reunión de Jorge Rendo (director de Clarín) con el presidente de la Corte; yo no quiero pensar mal de esa reunión”.(7)
El 5 de octubre de 2010 en una reunión de la agrupación Concertación Forja Kirchner expresó su deseo de que se terminaran los monopolios: “Los monopolios se acercan a su fin… Estoy seguro que el año que viene podremos ver el fin de los monopolios. La Ley de Medios es del pueblo. Hay que vivir en un país sin monopolios mediáticos. Soy optimista y tenemos posibilidades de hacer una gran Argentina. Que no nos tiren malas ondas. El señor Magnetto es el jefe de la oposición política en la Argentina, es el jefe de las corporaciones. Fíjense que cuando sube la tarifa del cable o todo lo que tenga que ver con el grupo corporativo de Magnetto, eso no sale en ningún diario”. (8)
En tanto que en su libro Cristina Fernández intentó clarificar sobre la importancia de una ley que democratice la palabra: “Porque libertad de expresión no podía convertirse en libertad de extorsión: libertad de prensa no podía ser confundida con la libertad de los propietarios de los medios de prensa y porque el derecho a la información significa el derecho a toda la información, no al ocultamiento de una parte de ella y a la distorsión y manipulación de otra. Esa ley lo que pretendía era consagrar la pluralidad y el principio de que todos puedan ser escuchados, quería elevar la voz de los que nos gustaban y de la que no nos gustaban” (9)