El Forjista
Al llegar al gobierno promovió la mayor purga en las Fuerzas Armadas efectuada desde el retorno de la democracia, pasaron a retiro 19 generales, 13 almirantes y 12 brigadieres, desplazó al general Ricardo Brinzoni que era el Jefe del Estado Mayor del Ejército, designando en su reemplazo a Roberto Bendini a quién conocía de Río Gallegos.
Se propuso actuar de manera rápida sin perder tiempo, por eso estas decisiones las adoptó el Día del Ejército, el 29 de mayo de 2003, cuatro días después de haber asumido.
Varios dirigentes del peronismo, comenzando por Duhalde, eran partidarios de que el gobierno ratificara las leyes de impunidad conocidas como la de Obediencia debida y Punto Final, Brinzoni era también uno de los que impulsaba esa medida.
Cuando estuvo en el programa 6,7,8 en 2010 comentó las presiones que tuvo para que no se declarase la inconstitucionalidad de las leyes que impedían el enjuiciamiento de los genocidas y comentó que el general Brinzoni le había propuesto, cuando gobernaba la Alianza, un acuerdo cívico militar para asegurar la impunidad, siendo esa una de las razones por las que procedió a desplazarlo.
Roberto Bendini, el nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército, comandaba la XI Brigada Mecanizada de Río Gallegos desde marzo de 2001, había sido ascendido a general en 2002, fue observador en la guerra entre Irán e Irak en 1988, Jefe del Batallón de Cascos Azules argentinos en Croacia en 1993, asesor para investigaciones de desarme de la ONU en Suiza en 1995, participó de cursos de Derecho Internacional de los Conflictos Armados en Italia y el Colegio de Guerra en los Estados Unidos, en 1998 fue delegado ante la Junta Interamericana de Defensa y agregado militar en Washington, un año después fue nombrado subjefe de Operaciones del Ejército.
El 7 de julio de 2003 concurrió a su primera Cena Anual de las Fuerzas Armadas en esa ocasión expresó: “Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas quiero que queden en la historia grande, que sean recordadas por haber participado y protagonizado a pleno en la forja de una nueva Nación, donde el pueblo volvió a soñar y a sentirse con derecho a ser feliz”
Y más adelante dijo: “Hace a la preservación de la institución en su rol histórico, político y estratégico separar la paja del trigo, hacerse cargo cada uno de lo que hizo, sin pretender escudarse en el prestigio y la historia de nuestras Fuerzas Armadas. No sólo es de buenos patriotas sino de hombres de honra”. (1)
A pesar del tono apacible y componedor del presidente, el diario La Nación siempre vocero de los sectores reaccionarios señalaba: “Las palabras de anteayer del primer mandatario distanciaron aún más al sector castrense del pensamiento de la Casa Rosada. En las fuerzas causó preocupación el mensaje del jefe del Estado” y agregaba que uno de los militares retirados presentes había opinado sobre el discurso del presidente que "Siguió con la política de confrontación" (2), en lo que era una reafirmación del punto de vista del diario contrario a enjuiciar a genocidas y torturadores.
Una fecha histórica fue aquel 24 de marzo de 2004 cuando le ordenó al Jefe del Estado Mayor del Ejército, Roberto Bendini que descolgara los cuadros de Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone en el Colegio Militar, ex presidentes de la dictadura cívico-militar, ese día Kirchner acompañado de una comitiva de militares, periodistas y fotógrafos se posicionó ante el cuadro de Videla y le dijo a Bendini una sola palabra “Proceda”.
También dirigió unas palabras a los cadetes y oficiales en un discurso en el que comenzó diciendo:“Nunca más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión de él mismo, quien decide el destino de la Argentina. Definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los salvadores mesiánicos, que solo traen dolor y sangre a los argentinos”(3)
Otra decisión fundamental fue convertir ese sitio de horror y muerte que fue la Escuela de Mecánica de la Armada ESMA en un Museo de la Memoria para que los argentinos no olviden lo que ocurrió en ese ámbito donde reinaron asesinos implacables.
Una medida de enorme significación fue designar por primera vez a una mujer en un ámbito que había estado reservado para varones, Nilda Garre fue nombrada ministra de Defensa en reemplazo de José Pampuro el 1° de diciembre de 2005, lo acompañó hasta el final de su mandato, Cristina Fernández la confirmó en el mismo cargo en el que permaneció hasta el 10 de diciembre de 2010, cuando se creó el Ministerio de Seguridad y fue nombrada al frente del mismo.
El 23 de marzo de 2006 se realizó un acto de ascenso a coroneles de los oficiales Martín Rico y José Jaime Cesio, Rico había sido asesinado el 27 de marzo de 1975 cuando estaba investigando a la organización parapolicial Alianza Anticomunista Argentina conocida como la triple A, en tanto que Cesio había sido propuesto para su ascenso en los años 1973 y 1974 y pasado a retiro en 1975 por denunciar en un programa de televisión la existencia de bandas armadas integradas por militares que estaban cometiendo delitos como secuestros y asesinatos, se le instruyó un sumario por haber realizado esa denuncia y fue pasado a retiro.
El 29 de mayo de 2006 en el día de Ejército concurrió al Colegio Militar acompañado por la ministra de Defensa, Nilda Garré, en su exposición cuestionó la participación de militares activos y retirados en un acto efectuado días antes en la Plaza San Martín para recordar a militares muertos en acciones de la guerrilla y donde se lanzaron expresiones claramente reñidas con la democracia reivindicando el terrorismo de Estado.
En ese acto ante una formación de militares, Kirchner volvió a señalar ideas que quedaron marcadas en la memoria de todos aquellos argentinos interesados en el respeto a los derechos humanos: “Que quede claro que como presidente de la Nación Argentina no tengo miedo, ni les tengo miedo. Queremos el Ejército de San Martín, Belgrano, Mosconi y Savio y no de aquellos que asesinaron a sus propios hermanos, que fueron Videla, Galtieri, Viola y Bignone… (referido al acto en la Plaza San Martín) se incurrió en conductas, acciones y palabras rayanas con la apología del delito al reivindicar el terrorismo de Estado… Hay un nuevo país y necesitamos soldados comprometidos con el destino de la Patria y, como presidente, vengo a reivindicar a un Ejército Nacional comprometido con el país y alejado definitivamente del terrorismo de Estado” (4)
A raíz de ese acto se dispuso un sumario a los militares retirados que participaron del acto, entre ellos un general y varios coroneles, un teniente coronel carapintada que había participado de la rebelión contra el presidente Alfonsín, también hubo sanciones para los cinco militares en actividad que participaron: tres capitanes, un teniente primero y un teniente. Además se inició una acción penal contra un capitán que había agredido a un periodista.
En el mismo acto en que participó Kirchner, el general Roberto Bendini se dirigió a los militares diciendo: "Lealtad, subordinación y disciplina es la columna vertebral del Ejército. Todos los militares en actividad y en retiro están obligados legal y reglamentariamente a respetarlos, quien no esté dispuesto a respetar esos valores debe abandonar la fuerza”.