El Forjista
Néstor Kirchner y algunos de sus ministros tuvieron enfrentamientos con el sector más reaccionario de la Iglesia Católica, situación por demás lógica si tenemos en cuenta la complicidad de la cúpula eclesiástica con la dictadura militar, a pesar que hubo sacerdotes e incluso obispos asesinados durante ese nefasto y sangriento episodio de nuestra historia.
Uno de los primeros choques entre el gobierno y la Iglesia se produjo en el 2004 cuando se designó para ocupar un lugar en la Corte Suprema a Carmen Argibay, que se había declarado atea y con una opinión favorable a la legalización del aborto.
En la oportunidad la Iglesia presentó a varias organizaciones vinculadas a ella como Médicos Católicos, Abogados Católicos, Empresarios Católicos, etc. con la idea de sumar sellos para parecer que el rechazo era numeroso cuando todos respondían al mismo origen, estas organizaciones de manera repudiable también intentaron cuestionar la impecable trayectoria de Argibay a pesar de haber sido una destacada jurista que ocupó puestos de relevancia, cuando lo único que en verdad les interesaba rechazar eran las ideas de la jueza en cuanto a religión y a que las mujeres pudieran decidir sobre su propio cuerpo.
En febrero de 2005 el obispo castrense Antonio Baseotto le envió una carta al ministro de Salud, Ginés González García, a raíz que éste había promovido la distribución gratuita de profilácticos, donde lo acusaba de cometer “apología del delito de homicidio por propiciar la multiplicación de los abortos” y agregó la frase nada cristiana, advirtiéndole que la Biblia dice que “los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar”.
Esta última frase fue repetida por el Papa Benedicto XVI en el año 2010, pero para un contexto mucho más adecuado, porque lo hizo para referirse a los curas que abusaron de menores.
El 24 de febrero el gobierno le reclamó al Vaticano que desplace a Baseotto, el 10 de marzo la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas DAIA lo acusó de antisemita y también pidió su remoción, en 1986 en Santiago del Estero el obispo había dicho sobre la comunidad judía: “…no les importa con qué medio se enriquecen. Y si la pornografía es buen negocio, vende pornografía. Y si la droga es un buen negocio, vende droga, y si para ganar más conviene chantajear, va a chantajear. Y si para ganar más tiene que hundir a la competencia por cualquier medio, lo va a hacer”.
El diario La Nación salió a cuestionar al gobierno porque según su criterio: “alentó a aquellos que estimulan el estilo confrontativo del Presidente, que optó por pedir públicamente su remoción en lugar de realizar gestiones reservadas seguramente más eficaces”(1)
El Vaticano no hizo caso del reclamo del gobierno argentino que entonces dispuso dejar sin efecto la designación del sacerdote en las Fuerzas Armadas, recién un año después el 4 de marzo de 2006 Baseotto renunció al cargo de obispo por la edad, el Vaticano recién la aceptó el 15 de mayo de 2007.
Kirchner y Jorge Bergoglio tampoco se llevaron bien a pesar que el actual Papa Francisco también tenía disputas con los sectores más retrógrados de la Iglesia representados por el obispo de La Plata Héctor Aguer.
Monseñor Aguer tiene una larga nómina de exabruptos como el de oponerse a la distribución de material de educación sexual y prevención del SIDA bajo el argumento de ser de “inspiración neomarxista”, mientras que en otra oportunidad afirmó que “la pedofilia y los femicidios son culpa del divorcio”.
Kirchner fue en dos oportunidades al Tedeum realizado en la Catedral Metropolitana para celebrar el 25 de mayo, pero luego decidió realizarlos en el interior, porque al presidente no le agradaba ser sermoneado por Bergoglio, en el 2004 el cardenal había advertido sobre "el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes".
Pero además hubo llamados como el realizado por el Episcopado en mayo de 2004 a “la reconciliación en nuestra sociedad, herida por la división y el desencuentro. A los argentinos el pasado nos sigue pesando demasiado”, en lo que parecía ser una forma de propiciar la impunidad y evitar el reclamo de justicia por la violación de los Derechos Humanos.
Otro punto álgido de enfrentamiento, fue la aprobación del Matrimonio Igualitario, Kirchner ya no era presidente sino diputado y apoyaba con entusiasmo esa ley, mientras Bergoglio escribía una carta dirigida a los fieles donde decía "no se trata de una simple cuestión política sino de la pretensión de destruir el plan de Dios".
Sin embargo, en algunas cuestiones coincidieron Kirchner y Bergoglio, cuando en 2006 el cardenal decidió celebrar una misa en San Patricio por los “Mártires contemporáneos” entre ellos los sacerdotes palotinos asesinados el 4 de junio de 1976 durante la dictadura en lo que se conoció como La Masacre de San Patricio, Bergoglio mandó la invitación y habló por teléfono con el secretario general de la presidencia insistiendo que le gustaría que el presidente estuviera presente, Oscar Parrilli lo consultó a Kirchner que le dijo que iba a ir pero le pidió que no lo anuncie con anterioridad, así fue que el presidente participó de la misa por lo que Bergoglio le agradeció el gesto.
Según Cristina en su libro Sinceramente el distanciamiento entre Kirchner y Bergoglio ocurrió porque ninguno de los dos quiso cruzar la Plaza de Mayo para ir a visitar al otro, y le dijo al Papa en una de las reuniones que mantuvieron “En el fondo, creo que la Argentina era un lugar demasiado chico para ustedes dos juntos” (2)
Bergoglio fue elegido Papa en marzo de 2013, Kirchner había fallecido dos años y medio antes, pero a raíz de las diferencias que habían mantenido, los opositores al kirchnerismo festejaron porque preanunciaban que también sería un enconado opositor al gobierno de Cristina, como no fue así, a partir de esa verificación también convirtieron al Papa en objetivo de sus descalificaciones, calumnias e insultos.
Cristina recibió a Bergoglio una sola vez en su mandato, en junio de 2011, siendo cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Bergoglio le dijo “Nos vamos los dos a fin de año”, él terminaba su misión como presidente de la Conferencia en noviembre de 2011 y Cristina en diciembre finalizaba su gobierno, a Bergoglio el reglamento le impedía ser reelecto pero a Cristina no.
Cristina por su parte escribió en su libro se reacción al enterarse de su designación como Papa: “Sabía que me iba a llevar bien con Bergoglio; estaba absolutamente convencida”. (3)
Y agregó: “Estaba muy segura de lo que él pensaba en las cosas que, tanto a Néstor como a mí, nos preocuparon siempre: la pobreza y la desigualdad”. (4)
Hasta el momento hubo siete encuentros entre Cristina y el Papa Francisco, cuatro en Roma, tres en Santa Marta la residencia privada del Papa y una en el Vaticano, una vez en Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud, otra en Asunción del Paraguay y la última en la Plaza de la Revolución en La Habana.
Todos los encuentros fueron muy cordiales, en el segundo encuentro en Brasil, Francisco la recibió con un “Felicitaciones abuela” por el nacimiento de Néstor Iván, hijo de Máximo, y le regaló medias y zapatos para el nieto.
En el primer encuentro que sostuvieron Francisco le habló de la Patria Grande y el papel que estaban desempeñando los presidentes de América Latina como Correa, Evo y Dilma, y le dijo: “Así que veo muy bien esa unidad de todos ustedes trabajando en pos de esta Patria Grande”. (5)
Cristina remarca la atención con que el Papa ha seguido la situación de Argentina y América Latina: “Siempre sentí un apoyo muy fuerte por parte de Francisco en nuestra disputa con los fondos buitre y lo encontré contento, interesado y sobre todo conmovido por la votación en la que 124 países miembros de las Naciones Unidas habían acordado crear un marco jurídico multilateral para regular las reestructuraciones de deudas soberanas. En aquella oportunidad Francisco me dijo: ‘Es muy importante, Cristina, lo que se logró en Naciones Unidas’”. (6)
Entre las acciones de Francisco relacionadas con la Argentina se puede mencionar que designó como obispo a Gustavo Carrara nacido en la villa 11-14, primer cura villero en llegar a esa jerarquía, la beatificación del obispo de La Rioja Enrique Angelelli asesinado por la dictadura en agosto de 1976 y del cura gaucho José Gabriel Brochero.