El Forjista
Con respecto a este tema lo planteó así desde el primer día: “El cumplimiento estricto de la ley que exigiremos en todos los ámbitos debe tener presente las circunstancias sociales y económicas que han llevado al incremento de los delitos en función directa del crecimiento de la exclusión, la marginalidad y la crisis que recorren todos los peldaños de la sociedad.” (1)
Es decir, no se podía hablar de seguridad sin tener en cuenta la situación social, había que solucionar ésta para que la inseguridad disminuyera, sin dejar de contemplar la prevención del delito, pero eso no era del agrado de la oposición que se concentraba en reclamar represión e incremento de las penas como única solución.
Durante el primer año de su gobierno y en consonancia con su política de derechos humanos, procedió a desplazar a cientos de efectivos de la policía por haber cometido delitos o incurrir en prácticas violentas, el jefe de la policía Roberto Giacomino que venía de la gestión anterior fue reemplazado el 7 de octubre de 2003 cuando se vio involucrado en un caso de corrupción.
Kirchner había pedido los legajos de los comisarios y oficiales de alto rango y los estudió uno por uno, luego dispuso dos criterios para promover los ascensos, que los aspirantes tuvieran que rendir cuenta sobre sus patrimonios y que no pesaran acusaciones por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, ni denuncias durante la democracia, se tuvo en cuenta el rol de cada oficial en la represión del 20 de diciembre de 2001.
El 23 de marzo de 2004 fue asesinado Axel Blumberg luego de intentar escapar de sus secuestradores, este crimen provocó un gran impacto en toda la sociedad, su padre Juan Carlos, empresario textil, realizó una convocatoria a una marcha a la que se sumaron la oposición y los medios de comunicación, se concentraron unas 150.000 personas en las inmediaciones del Congreso Nacional.
La marcha se convirtió en un cuestionamiento al gobierno que consideraba que era indispensable mejorar la situación social cuando los sectores conservadores limitaban el reclamo a la mano dura, todos los partidos políticos se hicieron eco de los reclamos del padre de la víctima y el Congreso procedió a endurecer las penas, sin que esas medidas hayan mostrado ser eficaces para la disminución del delito.
Le siguieron otras marchas que no tuvieron la misma adhesión, en general la concurrencia era de clase media, la revista Gente tradicional medio que representaba el pensamiento de una porción de esa clase, editó un ejemplar que iba acompañado con una vela para llevar a la marcha.
En esa manifestación realizada el 1° de abril Blumberg leyó un documento que exigía el endurecimiento de las penas, la baja de la edad de imputabilidad y el juicio por jurados, el petitorio fue respaldado por gran cantidad de personas que firmaron ese reclamo.
El 14 de abril el Congreso aprobó en tiempo récord la que se conoció como Ley Blumberg que modificaba el Código Penal, se creó la fundación Axel Blumberg por la Vida de Nuestros Hijos, cientos de jóvenes se anotaron como voluntarios, el 22 de abril se realizó una segunda marcha que también tuvo gran concurrencia, ese día el empresario fue recibido por la Corte Suprema a quien le entregó un petitorio de 12 puntos.
La tercera convocatoria fue el 26 de agosto frente al Congreso reunió unas 50.000 personas, Blumberg entregó un petitorio a los presidentes de las Cámaras de diputados y senadores, luego se produjeron dos marchas más el 2 de mayo de 2005 en Plaza Lavalle y el 31 de agosto de 2006 en Plaza de Mayo con menor concurrencia.
Para el 10 de abril de 2004, no había pasado un mes del asesinato, ya estaban detenidos todos los integrantes de la banda que secuestró y asesinó a Axel, en octubre de 2006 se conoció la condena que consistió en reclusión perpetua para dos de los integrantes, en tanto que los otros diez miembros de la banda recibieron condenas que fueron de los tres y medio a los veinte años.
Kirchner privilegió el dolor del padre por la pérdida del hijo, lo recibió y se avino a modificar leyes para incorporar la dureza que reclamaba Blumberg, el presidente puso en su despacho un retrato de Axel, aun cuando la credibilidad de su padre se fue desgastando mantuvo la foto de joven hasta el último día de su mandato.
La derecha aprovechó la situación y convirtió a Blumberg en nuevo héroe, sin embargo, luego de las elecciones de 2007, se descubrió que aunque se presentaba como ingeniero no lo era y que había impreso sus tarjetas personales con ese título de una Universidad de Rottinger en Alemania que no existía., se presentó a candidato a gobernador sacando el 1,26% de los votos.
Macri que mantenía un contacto fluido con él, tomó distancia desmintiendo que fuera a ser candidato a la provincia por su partido, terminó siendo el candidato de Jorge Sobish el gobernador de Neuquén responsable político del asesinato del maestro Carlos Fuentealba.
El 23 de julio de 2004 Kirchner despidió a otro jefe de policía, Eduardo Prados, ocurrió luego de una violenta protesta contra el código de convivencia que pensaba aprobar la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, Prados no acató la orden presidencial por la cual la policía no debía portar armas en las manifestaciones, la marcha terminó con un ataque al palacio legislativo por parte de quienes protestaban.
Durante la gobernación de Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires su ministro de Seguridad León Aslanián lanzó en 2005 una serie de reformas que contemplaban la participación vecinal, fortalecimiento de Asuntos Internos en las fuerzas de seguridad, desplazamiento de los agentes vinculados a delitos, implementación del 911, creación de la Policía de Buenos Aires 2 un cuerpo de seguridad autónomo de la policía convencional, el proyecto fue dejado de lado por el ministro de Seguridad Ricardo Casal cuando Daniel Scioli resultó electo gobernador.
En noviembre de 2007 el dirigente socialista Jorge Rivas fue atacado de manera brutal para robarle, era vicejefe de gabinete fue golpeado en la cabeza y a raíz de eso perdió la movilidad y el habla. Está postrado en una silla de ruedas y se comunica a través de una computadora, en un reportaje realizado por la revista Noticias, Rivas dijo: “Me siento víctima de la violencia que genera la desigualdad social” consultado como hacía para sostener una idea progresista luego de su desgracia, señaló: “Primero aclaro, por las dudas, que lo que me ocurrió no es culpa de mi ideología. Por otro lado, sostengo mis convicciones más allá de mi suerte personal y tratando de pensar en el bien común”. (2)
En la campaña de 2009 Kirchner cuestionó a los jueces garantistas y señaló que había delincuentes que entraban por una puerta y salían por otra, el miembro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni le respondió: “Tanto Kirchner como los otros políticos son instigados – si no prácticamente coaccionados- a hacerlo por los medios de comunicación, que son los primeros que se entrometen en el Poder judicial expandiendo un discurso demagógico y vindicativo que proviene de las ahora agónicas administraciones republicanas de los Estados Unidos: si hay homicidios es porque los jueces no encierran a más gente”
Y preguntado si Kirchner se equivocaba o mentía Zaffaroni respondió: “Se equivoca, se equivoca políticamente, pero no es el único, y se equivoca mal, porque el margen de cualquier juicio político a su respecto, nadie puede negar que no es responsable de los males que hoy se pagan con un alto costo social. Las consecuencias sociales de una catástrofe que se remontan con el repunte de la economía, hay daños que cuestan una generación para repararse. Estamos pagando costos y es significativo que quienes hace diez años impulsaban el desastre de hoy impulsen campañas a favor de la represión y pretendan estigmatizar a los jueces”.(3)
El integrante de la Corte Suprema decía que durante la dictadura no existía esa sensación, porque no se permitía que los medios muestren la inseguridad y que si se aplicaran las medidas que predican los medios viviríamos en un estado policial que nadie soportaría.
Dice el periodista Reynaldo Sietecase que cada vez que un menor mata, se pide bajar la edad de imputabilidad, aun cuando los delitos son excepcionales y que los menores suelen ser las víctimas, el Ministerio de Salud, informaba que en el 2010 murieron 500 chicos en hechos violentos.
Hubo una campaña contra los menores que roban y matan a los que se presenta como monstruos con lo que es una manera de desatenderse del problema y se usa el atajo de pedir castigos más duros.
Los homicidios dolosos, bajaron en el gobierno de Kirchner de 3750 en 2002 a 2139 en 2007, la forma en que se acostumbra presentar este dato es en porcentaje por cada 100.000 habitantes, de esa manera la cifra bajó del 9.70 al 5,50%, siendo uno de los más bajos de América.
Sin embargo, los medios de comunicación ocultaron este dato, en 2012 el diario La Nación decidió informar la cantidad de muertos sumando dos décadas para que el dato fuera escalofriante, en tanto que el diario Clarín recién en 2018 cuando existía un gobierno afín a su ideología y a la pauta que cobraba, reconoció que la Argentina tiene uno de los índices más bajos del continente.
En el encuentro de La Cámpora el 21 de diciembre de 2009, Kirchner decía sobre la cuestión de la inseguridad: “Tenemos que tocar todos los temas sin miedo, nos quieren correr muchas veces con el tema de la seguridad, como si fuera un tema tabú para los sectores progresistas de la Argentina. Y es un tema que tenemos que tocar sin temor, pero con absoluta claridad. Porque algunos creen que el tema de la seguridad se soluciona solamente con bajar la edad de imputabilidad y quieren penar hasta los nenes de diez años que no tienen ni siquiera comprensión de la situación que les toca vivir. El tema de la seguridad en la Argentina se soluciona con trabajo, con inversión, con justicia, con equidad” (4)
Y el 10 de septiembre de 2010 en un Seminario Nacional de Políticas Públicas le decía a los jueces: “Que no se enojen no estamos abordando la independencia de otros poderes. Sino que les pedimos que cumplan con su mandato constitucional. Hay muchos que se escudan en un falso garantismo. El verdadero garantismo es respetar el derecho de todos, pero sometiendo a todos a las leyes que corresponden. Cuando recrudece algún tipo de delito quieren sacar leyes nuevas. Pero los que administran justicia deben decidirse a actuar” (5)
Aunque en más de una oportunidad él también fue acusado de garantista por negarse a reprimir la protesta, siempre intentó eludir esa falsa disputa entre la mano dura que no respeta las garantías elementales de todos los ciudadanos y aquellos jueces que liberaban detenidos antes de que cumplan su condena y que al poco tiempo volvían a reincidir en el delito o provocaban un daño aún mayor.