El Forjista
Desde los inicios de su gestión intentó ampliar las bases de sustentación convocando a dirigentes que no abrevaban en las aguas del peronismo, comenzó a hablar de transversalidad porque la idea era sumar voluntades provenientes de distintas vertientes ideológicas, hubo quienes llegaron desde el socialismo o el radicalismo, incluso el Partido Comunista adhirió al proyecto, pudo incorporar agrupaciones y militantes que desconfiaban del Partido Justicialista, el mismo Kirchner había asociado lo que él llamaba el pejotismo con posturas conservadoras y retrógradas.
Fueron numerosos los movimientos sociales que se incorporaron al kirchnerismo entre ellos el Frente Tierra, Vivienda y Hábitat de Luis D’Elía, Barrios de Pie de Jorge Ceballos, el dirigente de la CTA Edgardo Depetri que tiempo después conformó el Frente Transversal, mientras que el Intendente de Morón, Martín Sabatella, anunciaba el 14 de septiembre de 2004 el lanzamiento de un nuevo partido Encuentro por la Democracia y la Equidad, que luego se conoció como Nuevo Encuentro.
Ni bien captaron que las medidas adoptadas por el gobierno apuntaban a beneficiar a los sectores más rezagados y que privilegiaba recuperar la voluntad soberana para adoptar las propias decisiones sin injerencias externas, al contrario de lo que hicieron los gobiernos anteriores, sectores progresistas que no estaban integrados al PJ comenzaron a acercarse.
Así explicó Sabatella su adhesión al kirchnerismo: “Al principio nos pesaba la contradicción y la duda de lo que iba a hacer. Contradicción porque estaba el PJ de por medio, al que nosotros habíamos enfrentado y no sabíamos cómo se iba a reacomodar todo eso. Veíamos al PJ como una estructura pragmática que era funcional a cualquier ideología. Mantuvimos autonomía y distancia orgánica, pero empezamos a sentir una sintonía con el pensamiento que expresaba el kirchnerismo, con el rumbo, y al mismo tiempo mucha distancia con la estructura que lo sostenía. Con la recuperación del rol del Estado, la integración regional, las perspectivas de derechos humanos, empezamos a advertir que ésa era nuestra agenda. Todo eso nos convoca. La relación personal fue muy buena y empezamos a sentirnos parte del rumbo, a sentirlo como propio. Era también nuestro rumbo” (1)
También recibió la adhesión de otros sectores de centro-izquierda como el que lideraban Ariel Basteiro y Jorge Rivas de la Confederación Socialista, cuando se le preguntó a Jorge Rivas que era lo que más lo entusiasmaba del kirchnerismo, respondió sin dudar: “los enemigos”.
El 29 de abril de 2004 se efectuó una reunión en la Casa Rosada que nucleó a Aníbal Ibarra Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Luis Juez intendente de Córdoba, Miguel Lifschitz intendente de Rosario y Hermes Binner ex intendente de la misma ciudad, ambos miembros del Partido Socialista, el que no vio con buenos ojos esa reunión fue José Manuel De la Sota porque Juez pensaba lanzar su candidatura a la gobernación mientras que Juan Schiaretti era el candidato de De La Sota.
Ninguno de estos sectores terminó confluyendo electoralmente con el kirchnerismo, Ibarra porque en el 2006 fue desplazado de la Jefatura de Gobierno y estuvo un largo tiempo alejado de la política, el Partido Socialista recluido en la gobernación de Santa Fe conformó el Frente Progresista que acompañó algunas de las leyes impulsadas por el gobierno, Juez en Córdoba terminó su derrotero pendular en alianza con la derecha macrista.
En mayo de 2006 Kirchner viajó a Viena a una conferencia sobre cambio climático, en la delegación viajaron varios dirigentes radicales como Gustavo Posse, Intendente de San Isidro y Julio Cobos gobernador de Mendoza, en ese momento desplegó su idea de la Concertación Plural que tuvo su concreción práctica en las elecciones de 2007.
Precisamente en esa elección se vieron todas las alianzas que Kirchner había tejido durante su gobierno obteniendo el apoyo de lo que se conoció como el radicalismo K representado por gobernadores como Gerardo Zamora de Santiago del Estero, Miguel Saiz de Río Negro y Arturo Colombi de Corrientes, los intendentes Gustavo Posse de San Isidro, el “Japonés” Enrique García de Vicente López y Daniel Katz de Mar del Plata.
Incluso después de las elecciones del 2007 Kirchner intentó volver a acercar a Roberto Lavagna al gobierno, le dijo a José Pampuro que tomara contacto con el ex ministro de Economía para que se integrara al Consejo Directivo del Partido Justicialista, Pampuro y Lavagna llegaron a un acuerdo.
Kirchner y Lavagna se reunieron en la quinta de Olivos el 1° de febrero de 2008, allí convocaron a Julio Blank de Clarín y a un fotógrafo del diario para que diera la primicia dos días después, en un intento de Kirchner de recomponer la relación con esa corporación.
Kirchner explicó de la siguiente forma su nueva aproximación a Lavagna: “Estamos frente a una perspectiva de reagrupamiento de la derecha y el liberalismo, y es preciso superar diferencias entre quienes pensamos de la misma manera, para darle sustentabilidad al proceso de crecimiento y cambio que iniciamos en 2003 y continúa ahora con la presidencia de Cristina”.(2)
Pero ese acuerdo no llegó a concretarse, en abril de 2008 Lavagna no fue parte de la nueva conducción del PJ que se eligió en el Congreso del partido.
Una vez que dejó la presidencia había consolidado una alianza con los intendentes de la provincia de Buenos Aires, los gobernadores, buena parte del sindicalismo y su figura más representativa Hugo Moyano, así fue como Kirchner fue elegido para conducir el Partido Justicialista.
En el acto de lanzamiento de la Juventud Sindical efectuado en el Luna Park el 23 de agosto de 2010, Kirchner decía: “Desde este acto de la juventud, convoco a la recuperación de la alianza policlasista entre trabajadores, clase media y los empresarios nacionales para hacer un frente nacional y popular que nos permita hacer un cambio en la Argentina para que los años que vienen, sean años de recuperación y felicidad para todo el pueblo” (3)
Fueron decenas las agrupaciones que se fueron sumando al kirchnerismo, sería difícil repasarlas a todas, intentaremos mencionar algunas más que se agregan a las ya señaladas.
El Movimiento Evita surgido en el 2004 emerge como una organización social identificada como piquetera por sus formas de luchas en los años 2001 y 2002, con una importante inserción en los barrios más carenciados del gran Buenos Aires aunque también con una organización nacional, sus máximos dirigentes son Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, esta agrupación se encontraba entre las que mayor cantidad de militantes movilizaba en los actos efectuados por el kirchnerismo, la otra agrupación con una capacidad similar era La Cámpora.
Concentración FORJA estaba conformada por militantes provenientes del alfonsinismo que tienen como máximo dirigente a Gustavo López, actualmente el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella es integrante de esa fuerza política.
La organización barrial Tupac Amarú que tiene como máxima dirigente a la jujeña Milagro Sala ha desplegado en esa provincia una impresionante acción social que permitió a personas de muy humilde condición acceder a la vivienda y al trabajo cooperativo, que sus niños puedan educarse y contar con recreación que en general le están vedadas a la gente de escasos recursos económicas, toda la obra realizada fue destruida con la llegada del macrismo a la presidencia y del radicalismo a la gobernación, el gobernador Gerardo Morales se dedicó a la persecución de la dirigente luego de manipular la justicia de manera escandalosa. La Tupac Amarú también tiene una organización nacional, aunque su mayor desarrollo lo alcanzara en Jujuy.
Los esfuerzos para concretar ese movimiento amplio que permitiera emprender un camino que garantizara la soberanía nacional y un país más justo tuvieron un resultado contundente en las elecciones de 2007, para eso debió dejar de lado sus prevenciones hacia un Partido Justicialista mucho más receptivo a posiciones progresistas, y sumando un amplio espectro de voluntades que desconfiaban del PJ pero que veían con buenos ojos las acciones desarrolladas por el gobierno, sin duda fue un hábil constructor de alianzas, sin perder de vista el objetivo principal que era mejorar la vida de los argentinos.