El Forjista
En su asunción dijo ante la Asamblea Legislativa: “La seguridad jurídica debe ser para todos, no solamente para los que tienen poder y dinero. No habrá cambio confiable si permitimos la impunidad. Rechazamos de plano la identificación entre gobernabilidad e impunidad que algunos pretenden” (1)
Durante la presidencia de Duhalde la Corte Suprema que era la que perduraba de la época menemista admitió miles de recursos de amparo contra el corralito presentados por ahorristas, que ponía al gobierno en difícil situación financiera con las arcas casi vacías.
Al igual que el operador del diario La Nación, Claudio Escribano, la Corte Suprema también elaboró su pliego de condiciones con la finalidad de mantenerse en sus puestos de privilegio y evitar ser reemplazados, una de las cartas con que los supremos amenazaron era la posibilidad de dolarizar la economía declarando inconstitucional la pesificación de los depósitos efectuada en la salida de la convertibilidad, lo que provocaría un descalabro de consecuencias imprevisibles.
El 4 de junio de 2003, cuando llevaba pocos días en el gobierno utilizó la cadena nacional de radio y televisión por primera vez para pedir el juicio político y la remoción para el presidente de la Corte Suprema menemista, Julio Nazareno, que había sido la cabeza de la mayoría automática que posibilitó la entrega del patrimonio nacional y la impunidad de los funcionarios que consumaron el saqueo.
En su alocución afirmó: “En el día de ayer, y con asombro, hemos escuchado y contemplado las impropias afirmaciones hechas a la prensa por el señor presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Dr. Julio Nazareno, impropias del cargo que ostenta por lo que dice, impropias del cargo que ostenta por lo que sugiere, impropias del cargo que ostenta por la presión que intenta esconder. Es el pasado que se resiste a conjugar el verbo cambiar que el futuro demanda, acostumbrado como está a un constante toma y daca para subsistir y lograr sus objetivos a costa de la calidad institucional, es el pasado que no entiende lo nuevo que se resiste a encarar cambios, no entiende que no estamos dispuestos a negociar el resultado de cuestiones que la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene que resolver, y que largamente exceden las cuestiones económicas que se explicitan para confundir a los ciudadanos”.
Y continuó con igual énfasis: “Es escandaloso y constituye el más grave agravio a la seguridad jurídica el solo hecho de que algunos especulen con tomar de rehén a la gobernabilidad para la obtención de ventajas o garantías personales o institucionales”
Le reclamaba al Congreso que adoptara medidas para desplazar a algunos miembros que deshonraban la función nada menos que en el mayor tribunal de justicia: “Así como nosotros estamos dispuestos a asumir todas las responsabilidades de nuestro cargo ceñidos al rol que la Constitución de la Nación Argentina nos confiere, pedimos con toda humildad, pero con coraje y firmeza, que los señores legisladores, que el Honorable Congreso de la Nación, haciéndose cargo de su importante y fundamental rol institucional marquen un hito en la nueva Argentina que queremos. Preservando a las instituciones de los hombres que no están a la altura de las circunstancias”.
Cuenta el periodista Daniel Míguez que cuando Kirchner le contó a Aníbal Fernández la idea de usar la cadena nacional para denunciar a la Corte Suprema, al ver la cara seria de Fernández le preguntó si tenía miedo, Aníbal le contestó que no, Kirchner le dijo entonces: “Aníbal, si no tomamos medidas de fondo, ¿para qué sirve el poder? ¿Qué es el poder? ¿Que te saluden los granaderos? ¿El helicóptero? ¿La quinta de Olivos?" (2)
Los cinco integrantes de la mayoría menemista eran, su presidente Julio Nazareno que había sido socio del estudio jurídico de Menem, Eduardo Moliné O’Connor, directivo de la Asociación Argentina de Tenis, Antonio Boggiano con fuertes vínculos con el sector más retrógrado de la Iglesia, Adolfo Vázquez un hombre con relaciones fluidas con Emir Yoma el cuñado de Menem y Guillermo López que llegó a la Corte con poca experiencia judicial amparado por Carlos Corach, ministro de Interior de Carlos Menem y uno de los encargados de manipular el Poder Judicial.
El Congreso inició el juicio político y Nazareno renunció el 28 de junio, en ese momento tenía 22 acusaciones en su contra, Carlos Fayt asumió la presidencia de la Corte, Kirchner propuso a Eugenio Zaffaroni un jurista de prestigio internacional que era cuestionado por los sectores conservadores y que había sido muy crítico de la gestión de Kirchner como gobernador de Santa Cruz, hasta el punto que en una oportunidad se había referido a él como el “nazi en la Patagonia”, Kirchner y Zaffaroni no se conocían personalmente, a pesar de lo cual el diario La Nación no se privó de afirmar que Kirchner había designado a un candidato amigo.
Cuando asumió el cargo Zaffaroni el 1° de noviembre ya se había producido otra vacante en la Corte por la renuncia de Guillermo López y un mes después se aprobó la destitución de Eduardo Moliné O’Connor.
El último día del año 2003 el gobierno adoptó una decisión histórica al proponer por primera vez en la historia a una mujer para ocupar un lugar en el Supremo Tribunal, se trataba de Carmen Argibay, la aprobación de su pliego demoró por la oposición de la Iglesia porque la magistrada sostenía una opinión favorable a la despenalización del aborto, no obstante, fue aprobado, pero después del de otra mujer, Elena Highton de Nolasco, que tenía posiciones más conservadoras.
Con la nueva conformación la Corte falló a favor de la pesificación rechazando la presentación de un particular y de esa manera clausuraba las posibilidades de juicios sobre ese asunto.
El 1° de septiembre de 2004 renunció otro de los responsables de la mayoría automática menemista, Adolfo Vázquez lo hizo para evitar el juicio político y perder una abultada jubilación, sólo quedaba Antonio Boggiano al que 15 días después se le inició el juicio político, siendo destituido por el Senado en 2005.
Afirma el periodista Daniel Míguez que fue Cristina quién propuso a Ricardo Lorenzetti para integrar la Corte a quién conocía de la Convención Constituyente, la particularidad era que nunca había sido juez, fue asesor de gremios y de la CGT de Santa Fe, también trabajó para grandes empresas.
Lorenzetti también había militado en el peronismo de su ciudad Rafaela, sin embargo, algunos periodistas han definido su ideología como lorenzettista, luego de verlo actuar varios años como integrante de ese cuerpo.
Entonces el máximo tribunal quedó constituido por los cuatro designados por el kirchnerismo: Zaffaroni, Highton, Argibay y Lorenzetti que se sumaban a Carlos Fayt, Enrique Petracchi y Juan Carlos Maqueda que venían de gobiernos anteriores. Los designados no eran amigos, ni conocidos, en una muestra cabal de la independencia del Poder Judicial.
Durante el gobierno de Menen la cantidad de miembros de la Corte pasó de 5 a 9, el kirchnerismo envió al Congreso una ley para bajar la cantidad de integrantes de nueve a siete, por lo cual no debió designarse a nadie más, pero esta medida era temporal porque el número de integrantes se fijó nuevamente en 5 o sea que, a medida que se produjeran vacantes no se reemplazarían hasta llegar a ese número.
Dos años después que el Congreso anulara las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y un año después que la Sala I de la Cámara Federal convalidara la anulación, el 14 de junio de 2005 la Corte Suprema ratificó esa decisión con el voto de Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti, Eugenio Zaffaroni, Elena Highton, Carmen Argibay y Antonio Boggiano, mientras que Carlos Fayt se opuso y Augusto Belluscio se abstuvo.
El 22 de febrero de 2006 se aprobó la reforma del Consejo de la Magistratura, un proyecto que fue presentado por Cristina Fernández, reduciendo la cantidad de miembros de 20 a 13, perdió lugares la corporación de abogados que se opuso al proyecto, con la modificación el oficialismo pasaba a tener 5 representantes, 2 de la oposición, 3 de los jueces, 2 de los abogados y uno de los académicos.
En tanto que el Jurado de Enjuiciamiento dejó de funcionar de forma permanente para conformarse sólo cuando existiera una acusación contra un juez, quedó integrado por 7 miembros: 2 jueces de cámara, 4 legisladores y un representante de los abogados.
Cuando en mayo de 2007 un juez determinó que investigaría a Fulvio Madaro, titular del Enargas y a Néstor Ulloa administrador de Nación Fideicomisos, Néstor Kirchner le pidió la renuncia a ambos, a pesar que en el gobierno consideraban que no habían cometido ninguna irregularidad, en 2011 un estudio de los peritos de la Corte comprobó que no se habían pagado sobreprecios por dos gasoductos en el sur y el norte y revocó los procesamientos.
Como consecuencia del conflicto con Uruguay por las papeleras el 7 de julio de 2006 el gobierno dispuso el reemplazo del secretario de Medio Ambiente Atilio Savino por Romina Picolotti y se dispuso que esa dependencia deje de depender del Ministerio de Salud y pase a la Jefatura de Gabinete, al año siguiente la secretaría detectó que la empresa Papel Prensa contaminaba el río Baradero y la intimó a hacer una obra para tratar los residuos que implicaba un costo de 10 millones de dólares, la empresa reclamó judicialmente argumentando que los controles lo debía hacer la provincia y no la Nación y comenzó una campaña de Clarín, uno de los dueños de Papel Prensa, contra Picolotti.
El 9 de julio de 2007 se publicó una nota describiendo actos de Picolotti presentándolos como irregularidades, cuando eran habituales de la función como contratar personal, alquilar de edificios y se hablaba de los “extraños manejos” de Picolotti, como la corporación suele encontrar jueces y fiscales amigos sus denuncias se trasladaron a los tribunales, por eso para 2020 se espera el juicio oral contra Picolloti.
Si bien la intención de Kirchner parecía estar encaminada a desplazar a los funcionarios imputados en causas judiciales, el festival de falsas denuncias de los medios oligárquicos y la postura de cierto sector del Poder Judicial sumiso a los deseos de las corporaciones mediáticas, lo hizo revisar esa posición.
En la conmemoración del Día del Holocausto el 20 de abril de 2007 en el Auditorio Belgrano expresó: “Lo digo aquí como lo vengo diciendo en todo el mundo. La Argentina sufrió los dos brutales atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA y fue terrible como la Justicia miró para otro lado. Y nosotros hemos visto como, en aquellos años, en lugar de investigar y condenar a los culpables, se intentó taponar, llenar las trabas la búsqueda de la verdad. Nosotros reafirmamos nuestro compromiso indeclinable para esclarecer los ataques” (3)
Los esfuerzos del kirchnerismo por buscar a los responsables de los dos atentados sufridos por nuestro país fueron constantes, tanto Kirchner como luego Cristina, señalaron reiteradamente sus intenciones en este asunto, incluso en ámbitos como las Naciones Unidas, por eso resultó absolutamente injusto que se intentara acusar tanto a Cristina como a su canciller Héctor Timerman de encubrir a los autores, cuando precisamente el kirchnerismo se empeñó en hacer exactamente lo contrario, encontrar a los responsables a pesar del tiempo transcurrido y de aquellos que sí intentaron encubrir los atentados como se verificó en los juicios realizados con ese objetivo.
(3) Quisiera que me recuerden. Néstor Kirchner Compilación Luz Laici. Editorial Planeta 2010 pag.34 y 35