El Forjista
Para llegar a la presidencia, Néstor Kirchner necesitó del apoyo imprescindible de Eduardo Duhalde, cuando asumió muchos medios especulaban si en realidad no sería un simple instrumento del experimentado líder bonaerense, decían con un poco de mala fe, que iba a ser el Chirolita de Duhalde.
Contrariamente a esa predicción las diferencias entre ellos no tardaron en salir a la luz, Duhalde nunca tuvo una postura progresista, había sido el vicepresidente del gobierno neoliberal de Carlos Menem, durante un tiempo intentaron ocultar las diferencias, pero a pesar de los esfuerzos, tarde o temprano las mismas estallaron y eso ocurrió en el 2005 en las elecciones legislativas.
Sin embargo, las divergencias ya venían apareciendo desde un tiempo antes, el Congreso Nacional de Partido Justicialista realizado en Parque Norte el 25 de marzo de 2004 se había desarrollado en un clima de tensión por las distintas posturas entre la minoría kirchnerista y la mayoría duhaldista.
Varios gobernadores peronistas estaban molestos por el acto en la ESMA realizado el día anterior del que no participaron, el más duro fue De la Sota que cuestionó a Alberto Fernández por haberlo llamado menemista.
En ese Congreso el kirchnerismo presentó la propuesta de amnistiar a todos los expulsados del partido siendo rechazada en medio de sonoros abucheos.
Cuando Cristina hizo uso de la palabra fue abucheada e insultada, una de las afirmaciones que provocó enojo fue cuando afirmó que estaba bien que se le diera participación a la mujer en la conducción del partido pero que eso no debía ser “por portación de apellido”, Chiche Duhalde y Olga Ruitort que en ese momento era la esposa de De la Sota, que habían sido elegidas para la conducción al igual que Cristina, le dieron una dura respuesta.
Cristina renunció a la conducción del PJ a la que fue nominada junto a los gobernadores Sergio Acevedo y Mario Das Neves que en ese momento respondían al kirchnerismo, tiempo después Das Neves lo enfrentará.
No obstante, Kirchner logró que se interviniera el distrito de Santiago de Estero comandado por Arturo Juárez, acusado de encubrir las muertes de las jóvenes Leyla Nazar y Patricia Villalba.
Desde el primer día Kirchner mostró una independencia de criterio notable en uno de los asuntos más sensibles para Duhalde como era la situación política de la Provincia de Buenos Aires, el presidente apoyó al gobernador Felipe Solá para que construyera un espacio político propio sin esperar el permiso o el visto bueno de Duhalde, Florencio Randazzo jefe de Gabinete de Solá fue el encargado de ese armado.
Además, Kirchner ignoró los reclamos del caudillo bonaerense para que no se revisaran y siguieran vigentes las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, en cambio fue a fondo con la decisión de derogarlas y comenzar con los juicios a los genocidas.
Uno de los inconvenientes que debió sortear fue que el bloque justicialista en la Cámara de Diputados respondía mayoritariamente a Duhalde, ese era un asunto que debía modificar.
Cuando llegó la fecha para el armado de las listas el presidente pretendía que le dejaran elegir la lista de diputados nacionales, en tanto los provinciales se repartirían en tercios, entre el kirchnerismo, el duhaldismo y el sector del Solá.
Como en la provincia de Buenos Aires también se elegían senadores nacionales Chiche Duhalde tenía la aspiración de ser la primera en esa lista, hubo negociaciones hasta el 29 de junio que fue cuando se produjo la ruptura.
El kirchnerismo estaba dispuesto a concederle al sector de Duhalde cinco diputados nacionales, se consideraba que podían llegar a ingresar hasta 20, de pronto Duhalde reclama nueve lugares y Kirchner responde dando por terminada la negociación.
Cuando el periodista Daniel Míguez le preguntó al presidente si la ruptura con Duhalde era definitiva este le respondió: “Absolutamente. Estoy cansado que me extorsionen. Prefiero sacar menos votos, pero hacerlo con la gente nuestra”.(1)
El kirchnerismo había triunfado en el 2003 con el Frente para la Victoria donde le PJ presentó tres listas, agrupación que mantuvieron por si era necesaria en casos como este, el presidente siempre había sido muy crítico de lo que llamaba pejotismo del cual Duhalde era uno de los mayores exponentes, en cambio en sus filas se hablaba cada vez con mayor frecuencia de la transversalidad que significaba el armado de un espacio político con personas de las más diferentes procedencias.
De hecho, ya había dejado de lado parte de la simbología peronista mientras sumaba al gobierno a muchos referentes de agrupaciones no peronistas que se podían caratular como de centro-izquierda, su alianza con Aníbal Ibarra como la incorporación al gobierno de Nilda Garré que procedía del FREPASO era una muestra de esto.
Cuando Kirchner apoyó a Ibarra hubo varios dirigentes duhaldistas de la Ciudad de Buenos Aires que se sumaron al macrismo creando la que se conoció como la ‘pata peronista’, también hubo adhesión diferenciada en Misiones cuando Kirchner apoyó a Rovira y Duhalde a Puerta.
La atención se centró en la candidatura a senadora de la provincia de Buenos Aires, donde se enfrentaron Chiche Duhalde y Cristina Fernández, la esposa del presidente lanzó su candidatura el 7 de julio en el Teatro Argentino de La Plata, la candidata no nombró a Duhalde, pero hizo una referencia a la película El Padrino, considerando una extorsión la actitud asumida por el caudillo bonaerense, en la platea había 15 gobernadores y gran cantidad de intendentes.
El lanzamiento de la candidatura de Chiche se realizó en la quinta de San Vicente, la candidata cuestionó la política de Derechos Humanos y elogió los planes sociales que venían desde el gobierno anterior.
Como para acentuar su carácter conservador el duhaldismo celebró una alianza con el ex comisario y ex intendente de Escobar Luis Abelardo Patti, que tenía varias denuncias por delitos de lesa humanidad, para completar el panorama de ese peronismo conservador se sumó el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo y el empresario Francisco De Narváez que ocupaba el cuarto puesto en la lista de diputados nacionales.
Cristina cerró la campaña electoral el 20 de octubre en el Mercado Central en La Matanza, los resultados en la provincia de Buenos Aires fueron contundentes a favor del kirchnerismo, Cristina obtuvo el 45,77 %, contra el 20,43 % de Chiche Duhalde, en cuanto a diputados nacionales obtenidos la diferencia también fue significativa, 18 para el kirchnerismo y 6 para el duhaldismo.
A nivel nacional el kirchnerismo obtuvo en esa elección el 40% de los votos eso le permitió decir a Kirchner “Hoy empieza mi gobierno”, preocupado como estuvo siempre por haber asumido con apenas el 22% y fue en ese momento cuando le señaló a sus íntimos que no iba a ser candidato en 2007.
(1) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Miguez. Planeta 2013. Pag. 122