El Forjista
Kirchner tenía planificada su candidatura a presidente recién para 2007, pero fueron los acontecimientos del 2001 los que provocaron un adelanto en sus planes, muy pocos argentinos conocían al gobernador de Santa Cruz, para muchos era sólo el esposo de la senadora Cristina Fernández que era más conocida que él, al menos en Buenos Aires.
Pero en momentos en que en las calles y desde los balcones se gritaba “que se vayan todos” el desconocimiento en el electorado le jugaba a favor, porque nadie podía señalarlo como responsable de la grave crisis por la que atravesaba el país, además entendió perfectamente la situación, los argentinos no estaban dispuestos a soportar un nuevo ajuste, cuando casi todos los políticos, incluso de su partido, consideraban que la solución a la crisis pasaba por aplicar las viejas recetas liberales.
En agosto de 2002 participó de un programa de televisión en la provincia de Santa Fe donde ya era presentado como candidato a presidente del peronismo, Kirchner se apresuró a aclarar que no tenía nada en común con el “pejotismo burocrático” que había derivado hacia el conservadorismo y que se proponía construir una línea nacional, popular y progresista que no excluyera a los trabajadores como había ocurrido con el menemismo.
Señalaba en ese reportaje algunas ideas que luego se efectivizarían en su presidencia: “Se necesita un proyecto neokeynesiano, hay que hacer un fuerte plan de inversión pública como hizo Estados Unidos en el 30 con Roosevelt en la recesión, como hizo Alemania con el Plan Marshall en la reconstrucción, como hizo Indonesia en el 72, como hizo Italia en el 80, como hizo España en la transición franquista, para activar la economía. Pero digo neokeynesiano porque hay que hacerlo sin déficit fiscal, como una forma de dar plena sustentabilidad, porque acá la inversión pública la asocian al déficit fiscal y después salen las escuelas ortodoxas de la economía que dicen que eso es destruir la economía, destruir la moneda… Yo creo que se puede tener una administración absolutamente ordenada con una fuerte inversión pública”.
Adelantaba una medida fundamental de su gobierno “creo que hay que tener una fuerte política de subsidios” y dejaba en claro que nadie le iba a manejar la economía: “Cuando yo digo que quiero ser presidente y ministro de Economía es porque acá se acabaron los lobbies en Argentina, porque acá la gente vota a un presidente y después tiene a un ministro de Economía que viene del CEMA o que viene de FIEL o que viene de la Fundación Mediterránea o que viene de un grupo financiero…”
Entrevistado por Jorge Lanata en el programa Dia D elogiaba la gestión que estaba realizando Roberto Lavagna como ministro de Economía de Duhalde y realizaba un balance categóricamente negativo del gobierno de Carlos Menem que iba a ser su competidor en las elecciones: “Menem generó un proceso de exclusión social que no conocemos en nuestra historia, Menem llevó la deuda de nueve mil millones a casi 150 mil millones durante su gestión, Menem generó un proceso de quiebra de los industriales nacionales que no recuerda la historia, vendió el patrimonio nacional, generó un proceso de corrupción estructural muy fuerte”.
Parte de la campaña de sus adversarios fue señalar a Kirchner como un “chirolita de Duhalde” el mismo presidente se encargó de negarlo de manera rotunda afirmando que: “Los que dicen que es mi Chirolita no lo conocen, y menos la conocen a Cristina”.(1)
El lanzamiento oficial de la campaña se efectuó el 25 de enero de 2003, fue el primero de los centenares de actos a los que concurrió, la provincia más visitada fue Córdoba por tratarse de una de las más adversas al peronismo, incluso participó de una charla en la Fundación Mediterránea, una institución conservadora que impulsó la carrera de Cavallo en la política, sin embargo, Kirchner no dejó de cuestionar al ex ministro.
El 25 de febrero de 2003 cuando Néstor cumplió 53 años en el teatro Ateneo se presentó la fórmula Kirchner-Scioli, en la cena de festejo que se realizó luego, estuvieron presentes Felipe Solá, la vicegobernadora de Buenos Aires Graciela Gianettasio, José Albistur, Alberto Fernández, Miguel Nuñez, Eduardo Valdés, Daniel Scioli y su esposa Karina Rabollini, el día anterior Scioli había ganado las elecciones internas en el PJ de Capital Federal.
Al mes siguiente siete gobernadores peronistas firmaron un documento apoyando a Kirchner, eran los de Buenos Aires, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, Misiones, Formosa y Tierra del Fuego.
El primer acto multitudinario se realizó en el estadio de River Plate donde concurrieron unas 45.000 personas, el primer orador fue Felipe Solá, luego lo hizo Scioli, mientras que el cierre correspondió a Kirchner con un discurso de doce minutos, la mayor ovación la obtuvo cuando afirmó: “Nunca más nos van a cambiar a Evita por María Julia Alsogaray”.(2)
El 16 de abril de 2003 Kirchner anuncia de la continuidad en su gobierno del ministro de Economía de Duhalde, Roberto Lavagna, aunque cuando los periodistas le preguntaban sobre el ministro en ese rubro solía decir: “Yo voy a ser presidente y ministro de Economía. Voy a tener los técnicos necesarios, pero la Argentina no puede volver a subordinarse a los lobistas de ningún grupo económico, como ya ha ocurrido ¿Para qué tener ministros de Economía que salen de las escuelas y fundaciones que ya conocemos? Por favor, que sigan en las escuelas, nomás” (3)
En plena campaña electoral Cristina participó de un acto en Catamarca donde fue atacada con huevos e insultos por parte de violentos partidarios de Luis Barrionuevo, producto que la senadora había apoyado el desafuero del líder de los gastronómicos a raíz que sus partidarios habían quemado urnas en unas elecciones en esa provincia, Cristina le responde a los atacantes: “No nos pararon las balas de la dictadura, menos nos van a parar una patota a las órdenes de un mafioso”.(4)
Todas las encuestas daban ganador a Menem, pero por un margen que obligaba a la segunda vuelta, el segundo puesto se le adjudicaba a Kirchner, pero había algunas que lo señalaban al liberal López Murphy entrando a la segunda vuelta en lugar de Kirchner, lo que colocaba a dos fuerzas de derecha en la segunda vuelta.
A pocos días de la elección le dijo al periodista Daniel Míguez: “Sé que soy un mal candidato”, pero a renglón seguido agregó: “Pero si gano voy a ser un buen presidente. Vas a ver…” (5)
En esa charla con el periodista continuó delineando las medidas que iba a implementar, siempre con la mente puesta en generar empleo, llegar al superávit comercial y fiscal, no aumentar las tarifas, volcar recursos a paliar la difícil situación social. Y volver a darle valor a la política para que sean los políticos quienes gobiernen y no los gerentes del poder económico y para eso había que enfrentar a las corporaciones.
En el cierre de la campaña en La Matanza dijo: “El 27 de abril el pueblo tiene que optar entre dos modelos diferentes. El modelo de la concentración económica, el modelo de los sectores financieros, el modelo que trajo el hambre y la falta de trabajo a nuestro pueblo, el modelo de la desesperación y la angustia, el que volteó los sueños y las esperanzas… Y el otro modelo, el de muchísimos argentinos de distintas ideas que conforman el frente nacional y popular de la patria. Es volver a reconstruir el modelo de la producción y el trabajo, la inclusión social, el modelo que devuelve a los hijos de los trabajadores a la universidad, que le vuelve a dar movilidad ascendente a la clase media para ser, junto con la clase trabajadora, la polea transformadora de la historia que viene” (6)
El viernes previo a las elecciones el matrimonio viajó a Río Gallegos para votar el domingo y esperar los resultados, el primer lugar lo ocupó Carlos Menem con el 24,42% seguido de Kirchner con el 22,24%, en Santa Cruz la adhesión a su candidatura había ascendido al 78%.
José Pablo Feinmann relata de manera soberbia lo que significó para los argentinos la visión del bunker de Menem aquella noche de elecciones: “El caso es que Menem gana esa primera vuelta. Tenía instalado su bunker en un rumboso hotel céntrico y hacia ahí iban las cámaras de la TV. El espectáculo es terrorífico. Las clases medias que gozaron con el uno a uno, que hicieron célebre el deme dos, que viajaron a Miami siguiendo la estética de Susana Giménez, símbolo impecable del descaro menemista, vieron en ese hotel a ciertas figuras que les hicieron castañar los dientes, algo que sucede cuando se tiene -mucho- miedo. Entonces ¿volverían todos estos?” (7)
Sentados en el bar del hotel estaban Matilde Menéndez responsable de la destrucción del PAMI, María Julia Alsogaray que arrasó con todo lo que gestionó, Alberto Kohan, Emir Yoma, Jorge Asís, una especie de tren fantasma que encendía todas las alarmas de quienes ya tenían suficiente dosis de destrucción para sus vidas.
Menem anunció que Carlos Melconián sería su ministro de Economía y que Francisco De Narváez quedaba a cargo de la campaña electoral.
Kirchner y Cristina se quedaron varios días en Río Gallegos para luego viajar a Buenos Aires y comenzar a esbozar el futuro gabinete, no tenían dudas que iban a triunfar en la segunda vuelta que se iba a realizar el 18 de mayo.
Kirchner declaró que no estaba dispuesto a debatir con Menen, mientras Elisa Carrió anunciaba su apoyo a Kirchner al que consideraba “el mal menor” en las elecciones, su partido Afirmación para una República Igualitaria ARI había conseguido en la primera vuelta el 14% de los votos, personalidades de la cultura como Ernesto Sábato también señalaban que daban su apoyo al gobernador de Santa Cruz.
Kirchner viajó a Brasil a reunirse con Lula que lo había invitado, después de la reunión declaró que tenía muchas coincidencias con el presidente brasilero, luego vuela a Santiago de Chile donde se reunió con el presidente Ricardo Lagos.
A los pocos días aparecieron encuestas para la segunda vuelta que no dejaban lugar a dudas que Kirchner iba a ganar holgadamente, incluso por una diferencia de 70 a 30.
Incluso entre los colaboradores de Menem estaban los que, ni bien conocieron los resultados de la primera vuelta, le recomendaron que bajase su candidatura, uno de ellos era su candidato a vicepresidente el salteño Juan Carlos Romero, también el gobernador de La Rioja Ángel Maza y el de La Pampa Rubén Marín, otros en cambio, lo alentaban a seguir.
Menem decidió presentar su renuncia grabando un mensaje donde mentía diciendo que no se presentaba porque no estaban dadas las condiciones porque era objeto de persecución, dijo en su alocución: “Yo respeto la ley. Gané la primera vuelta y me voy. Los que no respetan la ley son los que trampearon al pueblo a partir del Congreso de Lanus”. (8)
Se refería al Congreso del PJ donde se decidió que no hubiese interna y que posibilitó que el peronismo presentara tres candidaturas.
Antes de presentar la renuncia sus representantes intentaron pactar con Duhalde para que no fueran convocados por la Justicia, que la Corte Suprema siguiera con los mismos integrantes y poder controlar la SIDE, nada de eso fue aceptado porque Kirchner no estaba dispuesto a realizar concesiones.
Néstor Kirchner estaba muy enojado con la renuncia presentada por Menem porque además de evitar una abrumadora derrota, el riojano buscaba deslegitimizar y debilitar el gobierno de su rival, además pretendía imponer condiciones para beneficiarse él y sus socios políticos.
Kirchner no dejó dudas de su estado de ánimo cuando declaró ante los periodistas: “… que los argentinos conozcan su último rostro: el de la cobardía. Y que sufran su último gesto: la huida”. (9)
También pronunció un discurso ese 14 de mayo de 2003: “No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado. Ni para que termine en un mero acuerdo de cúpulas dirigenciales. No voy a ser presa de las corporaciones. Tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla está decidido a dar vuelta la página de la historia… Pertenezco a una generación que no se doblegó ante la persecución, y ante el mayor sistema represivo creado en nuestro país. Estas alquimias, con una dirigencia claudicante que entregó la dignidad de los argentinos, que nos ha sometido permanentemente a la mayor de las injusticias, no nos va a hacer consentir ni cambiar el rumbo. Tenemos la fuerza de aquellos que nos incorporamos a la política porque creíamos que este país se podía cambiar. Llegamos a la política con convicciones políticas, ideológicas y doctrinarias para hacer un país distinto. Esas convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de la Casa Rosada”. (10)
Aún antes de asumir, la oligarquía a través de uno de sus voceros, Claudio Escribano, desde el diario La Nación, intentaba imponerle las condiciones al presidente electo: “La Argentina debe alinearse con Estados Unidos. No son necesarias relaciones carnales, pero si alineamiento incondicional. Es incomprensible que aún no haya visitado al embajador de Estados Unidos”
En otro punto le decía: “No queremos que haya más revisiones sobre la lucha contra la subversión. Está a punto de salir un fallo de la Corte Suprema de Justicia en ese sentido. Nos parece importante que el fallo salga y que el tema no vuelva a tratarse políticamente. Creemos necesaria una reivindicación del desempeño de las Fuerzas Armadas en el contexto histórico en el que les trocó actuar”. (11)
Eso mismo se lo repitió personalmente en una reunión realizada en la casa de Alberto Fernández, el rechazo a tamaña imposición valió que Escribano volviera a escribir otra de sus vergonzosas páginas señalando: “Argentina ha resuelto a darse gobierno por un año”. (12)
José Pablo Feinmann reflexionó con absoluta razonabilidad que “las columnas del señor Escribano en La Nación mandaron a muchos a la muerte” (13), al igual que las columnas que realizaban en épocas de la dictadura colaboracionistas como Mariano Grondona o el diario de Bahía Blanca La Nueva Provincia de la familia Massot.
En la mesa de la reaccionaria conductora de los almuerzos televisivos además de responder a la pregunta “¿Se viene el zurdaje?”, Kirchner señaló: “Hay algunas corporaciones que están acostumbradas a tener, en vez de un presidente, un gerente de sus intereses”.(14)
Y en cuanto al tema del “zurdaje” respondió: “Hablar en esos términos le costó 30 mil desaparecidos a los argentinos”
Su hermana Alicia resume así la trayectoria política que concluyó en la presidencia: “Desde chico, desde que yo me acuerdo, Néstor vivió para la política. No era una etapa, no era transitorio, no era un entusiasmo momentáneo. Era su objetivo. Cuando se largó en 2003, me dijo ‘En esta no entramos, pero voy para el 2007’ Pensaba que estaba bien si perdía, que eso lo haría conocido para las elecciones siguientes. Nunca le importó, ni en esa campaña ni en ninguna otra, si llegaba a un lugar y había gente que podías contar con los dedos. A eso estábamos acostumbrados. Veníamos de muchos años de trabajo político en esas condiciones, ganando persona por persona. Y después la sorpresa. Nos miramos y dijimos ‘no, es ahora’. Cuando sorpresivamente se baja Menem, todos nos tuvimos que venir a Buenos Aires en menos de una semana. Hicimos esas mudanzas, sin creer del todo todavía, que Néstor era presidente”.(15)
Desde la década del 90 la familia Kirchner figuraba en la AFIP como grandes contribuyentes por las ganancias reportadas en el estudio jurídico, en el 2003 en su presentación como primera declaración jurada como presidente figuraba en depósitos y dinero en efectivo la suma de 4.387.674 dólares, sin embargo, no faltó quién dijera que había llegado pobre a la política y se fue rico.
Pocas veces presidentes como Kirchner y Cristina, tuvieron que rendir cuentas tantas veces de su patrimonio, incluso no debió hacerlo un presidente como Macri que tuvo una fortuna muy superior, radicada en el país y en el extranjero, que fue protagonista de un escándalo internacional como los Panamá Papers, ocultado y silenciado por parte de la prensa argentina que fue cómplice de ese gobierno.
Gran parte de las calumnias, exageraciones o simples mentiras sobre el patrimonio de los Kirchner partieron de esa prensa que forma parte de la rapaz oligarquía, mientras que la persecución a la que fue sometida toda la familia, incluso aquellos que no tuvieron una actividad política, se debió a la presión que el macrismo ejerció sobre parte del Poder Judicial que dio inicio a uno de los capítulos más bochornosos de lawfare.
(1) Néstor el presidente militante. Gabriel Pandolfo. Aguilar 2011. Pag. 165
(2) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 44
(3) Néstor el presidente militante. Gabriel Pandolfo. Aguilar 2011. Pag. 142
(4) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 45
(5) Kirchner íntimo. Daniel Míguez, Planeta 2011 Pag. 76
(6) La Presidenta. Historia de una vida, Sandra Russo., Sudamericana. 2011. Pag. 284
(7) El Flaco, Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. José Pablo Feinmann Planeta 2011 pag. 29
(8) Néstor Kirchner. Un muchacho peronista y la oportunidad del podes. Valeria Garrone – Laura Rocha. Editorial Planeta 2003. Pag. 25.
(9) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 54
(10) La Presidenta. Historia de una vida, Sandra Russo., Sudamericana. 2011. Pag. 282 y 283
(11)Kirchner el tipo que supo. Mario Wainfeld. Siglo Veintiuno editores. 2016. Pag. 80
(12) Kirchner el tipo que supo. Mario Wainfeld. Siglo Veintiuno editores. 2016. Pag. 81
(13) El Flaco, Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. José Pablo Feinmann Planeta 2011 pag. 93
(14) Néstor el presidente militante. Gabriel Pandolfo. Aguilar 2011. Pag. 166
(15) La Presidenta. Historia de una vida, Sandra Russo., Sudamericana. 2011. Pag2. 212 y 213