El Forjista

Biografía de Néstor Kirchner

Kirchner y el arte de lo imposible

Capítulo 9 - La asunción

La noche anterior a asumir la presidencia, el matrimonio se encontraba en el departamento de Juncal y Uruguay en la Capital junto a Carlos Zannini, éste y Cristina estaban dando forma al discurso que debía pronunciar frente a la Asamblea Legislativa, cuando se lo mostraron a Kirchner, respondió: “Esta porquería no la leo. Es una porquería”

Cristina le pidió que le fijara los ejes centrales a los que quería referirse, así lo hizo y su esposa escribió el discurso que necesitó muy pocas correcciones porque quedó muy satisfecho con esa nueva versión.

La idea central consistía en dejar bien en claro que venía a romper la inercia de fracasos sucesivos, que llegaba a proponer un sueño para cambiar la situación y reconstruir la confianza del pueblo en base a la verdad y la justicia.

Duhalde le traspasó los atributos de mando en el Congreso donde realizó una histórica exposición ante la Asamblea Legislativa, luego se dirigió a la Casa Rosada para tomarle juramento a los ministros, en el trayecto fue saludado por miles de manifestantes, pero cuando llegó a la casa de gobierno se sumergió en la multitud, estaba ahí inmerso entre la gente cuando un fotógrafo de Clarín golpeó involuntariamente su cámara contra la frente del presidente, en lo que parecía preanunciar las difíciles relaciones del kirchnerismo con ese diario, fue  llevado al enfermería donde le pegaron la herida y se le colocó un apósito.

Cuando el periodista y escritor Daniel Míguez le preguntó por qué el día de la asunción se zambulló en la multitud, su respuesta fue: “Un día como hoy, hace exactamente treinta años, yo estaba en esa plaza festejando la asunción de Cámpora. ¿Cómo iba a dejar pasar esta oportunidad única en la vida y no darme el gusto? Yo soy uno de ellos, de los que están ahora en la plaza” (1)

Su exposición en el Congreso fue una pieza de enorme valor, dejando claramente establecidos los objetivos de su gobierno, sin hipocresías ni falsas promesas, como habían hecho otros previamente.

Gran cantidad de mandatarios de América Latina viajaron a la asunción, estuvieron presentes Fidel Castro, Hugo Chávez, Lula, Ricardo Lagos, Jorge Batle, Alejandro Toledo, Gonzalo Sánchez de Lozada, Álvaro Uribe, Lucio Gutiérrez (Ecuador), Alfonso Portillo(Guatemala) y Mireya Moscoso(Panamá), también estuvo el en ese entonces príncipe de España, Felipe de Borbón, actualmente rey.

Los derechos humanos tuvieron una presencia fundamental en su gobierno y también en el discurso de asunción: “Tengamos siempre presente que en nuestro país la existencia de las Madres y las Abuelas fue la que frenó las venganzas por mano propia. No se mató a ningún represor. Por eso es falso hablar de venganza. A los asesinos se los juzga. No se los tortura. No se los tira desde un avión al Río de la Plata. Y las familias siempre saben dónde están. Revancha sería aplicar el mismo procedimiento que los desaparecedores aplicaron. Aunque ¿de dónde sacar tanta crueldad?”

Quedaba claro que venía a cambiar el país, con un Estado presente, promotor del desarrollo y de la distribución de la riqueza, cuando señalaba: “Debemos hacer que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona, es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo permanente de inclusión, creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la educación, la salud y la vivienda promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno. Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir los trabajadores, los jubilados, los pensionados, los usuarios y los consumidores.”

Esa transformación implicaba mirar hacia América Latina, incluso más allá de las ideologías lo que quedó evidenciado por la diversidad doctrinaria en los mandatarios que llegaron a la asunción, y haciendo de Malvinas una bandera que siempre se mantendría en alto: “Nuestra prioridad en política exterior será la construcción de una América Latina políticamente estable, próspera, unida, con base en los ideales de democracia y justicia social. Venimos desde el sur de la patria de la tierra de la cultura malvinera y los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas“

Pero sin duda el párrafo más recordado fue cuando dijo: “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias, me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la casa Rosada. No creo en el axioma que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo”.

Y finalizó entusiasmando a la mayoría de los presentes cuando afirmó: “No he pedido ni solicitaré cheques en blanco, vengo en cambio a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación, vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la justicia, vengo a proponerles un sueño que es el de volver a tener una Argentina con todos y para todos, les vengo a proponer que recordemos los sueños de nuestros patriotas fundadores y de nuestros abuelos inmigrantes y de pioneros, y de nuestra generación que puso todo y dejó todo, pensando en un país de iguales, pero yo sé y estoy convencido, que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos, vengo a proponerles un sueño quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, pero además quiero un país más justo, anhelo que por estos caminos se levante  a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación, la nuestra, muchas gracias. Viva la Patria”.

Fidel Castro tenía previsto para el día siguiente de la asunción, una exposición en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho, pero ante la multitud que concurrió, el líder cubano habló desde las escalinatas de la facultad, fiel a su costumbre el discurso se extendió por varias horas.

Ese mismo día Kirchner concurrió al sepelio del dirigente socialista Alfredo Bravo, ejemplar político y dirigente gremial, detenido y torturado por la dictadura, Cristina había cultivado una muy cordial relación con él.

Kirchner era plenamente consciente que le esperaba una tarea muy difícil por la situación en que había dejado el país el gobierno de la Alianza con un 21,5 % de desocupación y con 21 millones de pobres.

Al filósofo y escritor José Pablo Feinmann con el que Kirchner se reunía periódicamente le dijo dos frases que indudablemente marcaban su compromiso y su conocimiento de lo dura que significaba la tarea que tenía por delante: “De aquí me sacan con los pies para adelante. Solamente así.” y “Yo, de aquí, no me voy en helicóptero”.(2)

Cuando Feinmann le pregunta a Kirchner si quienes le plantearon el pliego de condiciones en referencia a Claudio Escribano, era porque se sentían fuertes o en cambio se trataba de que consideraban que el presidente estaba débil, Kirchner le contestó: “Lo segundo. No olvides algo, soy el presidente que asumió con sólo el 22 % de los votos. Nadie, nunca, en la puta vida, asumió con menos votos la presidencia del país ¿Cómo querés que no me vean débil?” (3)

No obstante, todas las decisiones adoptadas en los primeros días lejos estaban de mostrar un presidente débil, por el contrario, se mostraba muy activo y resolviendo asuntos que llevaban tiempo sin solución.  

Una de sus primeras tareas fue viajar a Entre Ríos con el ministro de Educación Daniel Filmus para intervenir en el conflicto salarial de los docentes, dos días después realizaría el mismo gesto en la provincia de San Juan, con estas acciones mostraba que la educación se encontraba entre sus prioridades.

El 27 de mayo pasó a retiro a 52 jefes militares entre ellos al jefe del Ejército Ricardo Brinzoni que había sido designado por De la Rua, produciendo un cambio importante en las cúpulas de las tres fuerzas, al frente del Ejército designó al general Roberto Bendini, este nombramiento significaba el retiro de 27 generales.

Kirchner había conocido a Bendini en 1991 cuando él era intendente de Río Gallegos y el militar era jefe del regimiento de Tanques en Puerto Santa Cruz, diez años después Bendini volvió para ocupar la comandancia de la Brigada Mecanizada en Río Gallego, Kirchner ya era gobernador.

Otras de las decisiones adoptadas en los inicios de su gestión fue disponer que en la delegación oficial que debía viajar a la reunión anual de la Organización Internacional del Trabajo OIT en Ginebra se incluyera a representantes de la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) y procedió a desplazar del PAMI a los directivos que respondían a Luis Barrionuevo.  

Recibió a una delegación de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que también estaba integrada por otras organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.

Todas estas medidas adoptadas en los primeros días enviaban un claro mensaje a la población y mostraba a un presidente muy distinto a los que venían gobernando el país.

En un reportaje realizado por el periodista Daniel Tognetti, en marzo de 2004, le dice que se levantaba a las 6:30 y se dirigía de inmediato a la Casa Rosada, el periodista lo consulta sobre su seguridad personal que era un motivo de preocupación de sus custodios por su tendencia de descuidar el protocolo, su respuesta fue “que no hay nada mejor que te cuide la gente”  

También fue consultado por su decisión de no reprimir las protestas, contestando: “entre los costos de la represión y los costos de la persuasión, prefiero los costos de la persuasión”.

En ese reportaje también mostró su famosa libretita donde tenía anotado los números importantes del Estado Nacional, los intereses que había que pagar por año en concepto de deuda externa, la recaudación diaria y el nivel reservas en el Banco Central, que al 15 de marzo de 2004 eran de 15.000 millones de dólares.  

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(1) Diez años. Una década de gobierno kirchnerista. Daniel Míguez. Planeta 2013. Pag. 60
(2) El Flaco, Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. José Pablo Feinmann Planeta 2011 pag. 118
(3) El Flaco, Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. José Pablo Feinmann Planeta 2011 pag. 96

 

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