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El Forjista

Biografía de Juana Azurduy

 

Capítulo 11 - Luisa

 

 

El coronel patriota Manuel Warnes había sido designado gobernador de Santa Cruz de la Sierra por Belgrano después de la derrota de Vilcapugio debió dejar la gobernación y pasar a la lucha guerrillera junto a Antonio Álvarez de Arenales.

El 25 de mayo de 1814 Warnes vence a las tropas realistas lideradas por José Blanco en la región de La Florida donde muere incluso el jefe realista.

Warnes reasumió la gobernación de Santa Cruz, pero al año siguiente ante la presencia de tropas enemigas fue obligado a ponerse nuevamente al mando de su ejército, abandonando la gobernación y enfrentando al enemigo en Santa Bárbara el 27 de noviembre de 1815 con el triunfo de los patriotas.

Los guerrilleros de Padilla y Juana se habían convertido en un objetivo central de los realistas al punto que organizaron un importante contingente fusionando dos columnas, los Padilla se ven en la urgencia de asociarse con otro caudillo Umaña con el que habían mantenido serias diferencias, pero el ejército de Umaña es atacado cerca de Tarabuco y fue prácticamente destruido.

Manuel Ascencio decide dividir sus tropas en dos grupos, uno al mando de Sebastián Fernández y el otro a cargo de Juana con la misión de ocupar Tarabuco.

Los realistas tenían la costumbre de cortar las cabezas de sus enemigos tomados prisioneros, así lo hicieron con el caudillo Gregorio Núñez a cuyo sepelio concurrieron Manuel y Juana, estando en el sepelio fueron atacados y Juana, que estaba embarazada, comenzó a sentir los dolores de parto.

Luego de la escaramuza, Juana se dirigió a orillas del río acompañada por unas mujeres que la ayudaron en el parto, poco después de tener a su hija, a la que iban a llamar Luisa, llegaron los realistas lo que obligó a las mujeres a alejarse rápidamente del lugar.

Juana y con la bebé recién nacida escapaba acompañada de un reducido grupo, también llevaban un cargamento de objetos valiosos que habían sido sustraídos al enemigo lo que provocó un intento de robo debiendo Juana hacer frente al ladrón al que atravesó con su espada.

El matrimonio acordó que no debían someter a su hija recién nacida a los peligros de la guerra y por eso decidieron entregársela al cuidado de una indígena, Anastasia Mamani, esa separación duró más tiempo del que Juana hubiera deseado.

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