El Forjista
En diciembre de 1864 el general del partido colorado y socio del mitrismo Venancio Flores, comienza el sitio y el bombardeo de la ciudad uruguaya de Paysandú con la ayuda de fuerzas brasileras y del gobierno de Buenos Aires, la intervención del líder paraguayo el mariscal Solano López a favor del partido Blanco, marcará el inicio de la Guerra de la Triple Alianza, también conocida en nuestra historia como la Guerra del Paraguay.
Los caudillos federales le reclamaban a Urquiza la intervención en la guerra a favor de los blancos orientales, pero el entrerriano mantuvo una actitud pasiva para no irritar al gobierno bonaerense.
Son varios los partidarios federales que marchan a Paysandú a colaborar con la defensa, uno de ellos es Rafael Hernández, el 31 de diciembre las fuerzas agresoras comienzan el ataque final y para el 2 de enero de 1865, la resistencia ha sido totalmente vencida.
José Hernández, Carlos Guido Spano, Olegario V. Andrade y Francisco Fernandez componen un grupo que estaba dispuesto a colaborar en la defensa de la ciudad, pero no logran más que llegar hasta la isla de la Caridad ubicada frente a Paysandú, donde se enteran que el líder de la heroica defensa, el coronel Leandro Gómez junto a 21 de sus oficiales habían sido ejecutados después de rendirse.
A la Isla de la Caridad habían llegado varios de los que defendieron Paysandú y lograron escapar con vida, muchos con heridas, entre ellos se encontraba Rafael Hernández herido por una bala de cañón que le había destrozado la pantorrilla de una de las piernas, un médico estuvo cerca de amputarle la pierna, pero Rafael se lo impidió, José se dedica al cuidado de su hermano.
Varios poetas escribieron sentidos versos en homenaje a la heroica resistencia de Paysandú, uno de ellos fue Rafael Hernández que redactó “La caída de Paysandú”.
Una vez recuperado su hermano, José regresa a Paraná, Paraguay ya le había declarado la guerra a la Argentina por su apoyo a la agresión a la Banda Oriental y las tropas que ha tratado de reclutar el gobierno de Urquiza han tenido una enorme cantidad de deserciones porque son muchos los que consideran que de ninguna manera se justificaba la agresión al Paraguay en alianza con los portugueses.
El 6 de noviembre de 1865 nace su hijo Manuel, en enero de 1867 se traslada a la ciudad de Corrientes, donde ya se encontraba su cuñado Melitón González del Solar que es médico y estaba dedicado a combatir una enfermedad que afectaba a la provincia, también se trasladará hacia esa ciudad su hermano Rafael y su otro cuñado Nicanor González del Solar.
Todos colaboran con el gobierno federal de Evaristo López que en septiembre de 1866 sufre un intento del golpe de estado de los liberales que actúan en consonancia con el gobierno porteño.
Trabaja en el diario El Eco de Corrientes que le pertenece defendiendo al gobierno correntino y entrando en arduas polémicas con la oposición liberal, desde el periódico combate a Sarmiento al que cuestiona por sus simpatías por todo lo que sea extranjero, el 24 de septiembre de 1867 nace su tercera hija María Mercedes.
El 7 de marzo de 1867 es designado Fiscal Interino de Estado y el 31 del mismo mes el presidente de la Legislatura lo designa secretario de la Cámara cargo que acepta, pero sólo temporalmente.
El 16 de febrero de 1868 desde Corrientes le envía una carta a Urquiza donde desmiente versiones que supuestamente llegaron a oídos del entrerriano, que disputaba la presidencia contra Sarmiento, en el sentido que Hernandez viajó a Buenos Aires a reunirse con opositores a su candidatura.
Decía la misiva: “Los Hernandez no han sido traidores jamás. En los últimos años que no han sido de flores para nosotros, podría haber buscado un refugio en las filas opuestas, pero nadie me ha visto vacilar en mi fe política, desertar de mis compañeros, desmayar en la lucha, ni pedirle a los enemigos ni un saludo, ni un apretón de manos ni la más ligera consideración…Yo no tengo amigos en las filas opuestas, y el que se pasa de las mías, deja de ser mi amigo”.
El 27 de mayo de 1868 estalla en Corrientes un movimiento sedicioso alentado por el mitrismo que logra arrestar al gobernador, Hernández contó dos años después los momentos difíciles que pasó: “En el momento de la revolución, soldados de la armada rodearon nuestra casa, intimándonos orden de prisión. Abandonamos la ciudad y en el carácter de gobierno continuamos cinco meses la lucha armada de que fue teatro aquella provincia. El gobierno embargó nuestra imprenta. Mi esposa reclamó de este violento despojo, pero fue desoída, y la injusticia se consumó como se consumaron todas las injusticias”.
Efectivos rodean la casa del gobernador Evaristo López y lo detienen, los miembros del Club de la Libertad donde se agrupaban los liberales que consumaron el golpe de Estado decidieron entregar el gobierno al presidente de la Legislatura, Francisco Escobar.
Otros efectivos rodearon la casa de Hernández, su esposa entretiene al jefe de la partida mientras él escapó por los fondos y se refugió en el convento de San Francisco en cuya escuela enseñaba gramática.
Se ve obligado a abandonar la provincia de Corrientes y se instala unas semanas en la ciudad de Rosario donde su amigo Ovidio Lagos lo invita a escribir en el diario La Capital, la mayoría de esos artículos versaban sobre los sucesos en Corrientes, en uno de ellos propone que la Capital del país se establezca en Rosario, también cuestiona la idea de Sarmiento de importar métodos y maestros estadounidenses.
Explicaba su propuesta de la capital en que: “El poder de Buenos Aires, que ha de ser siempre una amenaza para los pueblos mientras aquella provincia se mantenga como hasta aquí dominada por un círculo esclavista y anárquico, ese poder se encontraría contenido por la proximidad del Gobierno Nacional, establecido en un punto fuera del alcance de su influencia; se hallaría observado de cerca, y forzosamente estrechado dentro de los límites territoriales de su provincia”.
“…la capital en el Rosario neutraliza el poder de Buenos Aires, garante a los pueblos contra toda tentativa anárquica cuya iniciativa puede partir de aquel centro, y asegura también a la República contra las criminales tendencias de la desmembración”.
Deja la ciudad de Rosario para trasladarse a Buenos Aires, pero al poco tiempo viaja a la ciudad entrerriana de La Paz acompañando al gobernador depuesto de Corrientes Evaristo López, es designado por este ministro secretario de Gobierno en Campaña, mantiene correspondencia con Urquiza al que le pide consejo, y un mes después logra concertar una reunión entre López y Emilio Mitre enviado del gobierno central en Paso de Santillán, pero no se arriba a ningún acuerdo en la reunión.
En 1868 Urquiza y Sarmiento disputan la presidencia, es elegido el sanjuanino, a partir de ese momento Urquiza deja de apoyar a los federales correntinos, declarándose neutral en lo que es interpretado como una nueva traición al partido Federal.
El 22 de octubre se realiza una reunión en Concordia entre Urquiza, Evaristo López y el enviado de Buenos Aires, Dalmacio Vélez Sarsfield, Urquiza acepta el desarme mutuo con la permanencia de las tropas que comandaba Emilio Mitre que significaba que el partido liberal correntino quedaba dueño de la situación, los federales entrerrianos y correntinos consideran la actitud de Urquiza como un nuevo acto de deslealtad.
El 18 de noviembre de 1868 Hernández le envía una carta al ministro Vélez Sarsfield para que intervenga Corrientes, ese mismo día se entrevista con el presidente Sarmiento junto al gobernador correntino derrocado Evaristo López, pero no hay acuerdo porque Sarmiento exige la renuncia de López.