El Forjista

El golpe de Estado de 1955

El 16 de junio

Este día de 1955 fue demostrativo del estado de ánimo de las fuerzas antiperonistas, incluidos aquellos civiles comprometidos con el golpe de estado. El levantamiento fue producido principalmente por la Marina con apoyo de algunos pilotos de la Fuerza Aérea, la Armada nunca había aceptado al peronismo y conspiraba sistemáticamente.

El carácter cultural y social de la Marina llevaba a sus integrantes a pensar mayoritariamente que el peronismo había subvertido el orden establecido, que no era otro que el orden liberal único sistema que aceptaban los miembros del arma. Esta fuerza esta dispuesta a luchar contra el movimiento y principalmente contra su líder, bajo la suposición que muerto Perón sus seguidores engañados por su “demagogia” volverían a pensar como correspondía.

El golpe del 16 de junio tenía por objetivo matar a Perón, para lograr ese objetivo no había que tener ninguna contemplación y no importaban las víctimas que el intento pudiera ocasionar, esto muestra el estado emocional de los sectores más gorilas, ya usaran uniformes o no. Pocos actos como éste demostrarán hasta que punto había llegado el odio de la oligarquía que a esa altura también se había apoderado de amplias capas de la clase media.

Los golpistas de triunfar tenían previsto formar un gobierno con representantes de las tres armas y por Miguel Zavala Ortiz de la Unión Cívica Radical, este llegó a ser canciller en la presidencia de Illia, por Américo Ghioldi del Partido Socialista que concluyó su carrera política como embajador de la dictadura iniciada en 1976 y en representación del Partido Demócrata se nombraría a Adolfo Vichi. (9)

El almirante Toranzo Calderón era el cabecilla del levantamiento que consistió en bombardear la Casa de Gobierno, la Plaza de Mayo y el Palacio de Hacienda, en tres oportunidades los aviones de la Marina y algunos de las Fuerza Aérea bombardearon estos blancos, sorprendiendo a aquellas personas que concurrían a sus labores, los muertos superaron los 300 y considerando los heridos las víctimas fueron más de mil, el comando revolucionario se había establecido en el Ministerio de Marina. (10)

Una de las bombas hizo blanco en un trolebús en el cual no quedaron sobrevivientes, desde el comando en el Ministerio de Marina se pensaba avanzar hacia la Casa de Gobierno, pero la rebelión no tardó en ser vencida al finalizar la tarde. Incluso en la recuperación del Ministerio de Marina participó un grupo de trabajadores que se presentaron voluntariamente para reprimir el acto de salvajismo.

El Ministro de Marina, contralmirante Anibal Olivieri y el Comandante de la Infantería de Marina, vicealmirante Benjamín Gargiulo se plegaron a los rebeldes, éste fue la única víctima entre los golpistas porque se suicidó en la creencia que el gobierno aplicaría la pena de muerte entre los que se habían levantado. (11)

El Ejército se mantuvo leal a Perón, pues sólo el general Bengoa estaba comprometido con el levantamiento pero ante el adelantamiento de la fecha no pudo participar, la Marina en conjunto participó y también algunos aviadores de la Fuerza Aérea.

Según Marta Lonardi dos Tenientes de Navío acompañaron a Olivieri al Ministro de Marina, que abandonó el Hospital Naval para integrarse al golpe, se trataba de los tenientes Eduardo Massera y Horacio Mayorga, ambos eran por esa época ayudantes del ministro y alcanzarían notoriedad por participar en la criminal dictadura militar que comenzó en 1976. Mayorga estuvo a cargo de la Base Naval donde se produjo la Masacre de Trelew en 1972.

La hija del General Lonardi dio una versión de los acontecimientos que durante la denominada Revolución Libertadora fue la oficial pues hacía aparecer a Perón o sea a la víctima como el principal responsable de semejante matanza, los noticieros posteriores a la caída de Perón lo acusaron de convocar a la plaza a sus seguidores para que los maten los golpistas. “Perón tuvo sobrado tiempo para declarar zona de guerra la Casa Rosada y sus alrededores; en cambio, llamó a sus partidarios para que congregados en multitud le sirvieran de escudo”.(13)

Particular forma de ver las cosas desde el momento que las verdaderas víctimas desconocían el ataque y la mayoría eran desprevenidos peatones y transeúntes que sufrieron la furia asesina de los antiperonistas, es cierto que hubo peronistas que se acercaron al lugar pero sólo pudieron ayudar con las ambulancias a médicos y enfermeros pues el panorama era desolador, pocos podían creer lo que estaba ocurriendo. A las 12:40, a las 14:30 y a las 17:40 los aviones dejaron caer sus bombas nadie podía saber cuando terminaría ese infierno desatado por el odio de los golpistas. (14)

Por la noche grupos de civiles cometen otro acto de salvajismo, supuestos partidarios del gobierno queman iglesias incluida la curia metropolitana, acto imperdonable y que debió ser investigado y castigado, pero que de ninguna manera se lo puede acusar a Perón como lo hace Félix Luna y otros autores, pues ni él mismo podía detener la furia desatada en medio del conflicto con la Iglesia, por hombres que en su sed de venganza no reparaban en inmolar a más de 300 inocentes, incluidos niños, ninguno de los dos acontecimientos, el asesinato y la quema de Iglesias, pueden ser olvidados por la historia como actos criminales y de una irracionalidad inconcebible, pero para la historia escrita por los vencedores del 16 de septiembre de 1955 sólo quedó marcado el hecho de la quema de iglesias, mientras que los asesinos fueron premiados con cargos de relevancia en el gobierno de los fusiladores. Por otra parte tampoco se pudo demostrar quienes fueron los autores de los incendios en las iglesias.

La actitud de Perón, el supuesto “tirano”, quedó marcada por la benignidad con que se sancionó a los principales responsables de la asonada. A Toranzo Calderón le correspondió la máxima pena de reclusión perpetua, al ex ministro Olivieri un año y medio, 50 pilotos de la marina y 25 de la aeronáutica fueron dados de baja, pero se exiliaron en Montevideo luego de arrojar las bombas. (15)

Según algunas versiones el radical unionista Zavala Ortiz estaba en el Ministerio de Marina, mientras que otros como Julio Godio lo señalan como integrante de la tripulación de aviones que bombardearon la Plaza de Mayo, lo real era el apoyo de los principales partidos de la oposición a este tipo de salida, muchos de ellos después se convertirán en maestros de la democracia.

Si a alguien perjudicó la quema de los templos fue al gobierno peronista, por lo que no puede descartarse que hayan sido grupos de provocadores entre los mismos golpistas que hayan producido la quema con el claro objetivo de deteriorar la imagen del peronismo. El posterior llamado a la conciliación realizada por Perón y que no haya extremado las sanciones contra los golpistas muestran en que parte estaba instalado el odio más irracional.

El sentido de la luctuosa jornada de junio de 1955 aparece con total claridad a quienes quieran ver la historia sin la ceguera del odio antiperonista que se instaló en las almas de políticos y militares que no soportaban el acceso de los postergados a la vida política en un plano de igualdad con los demás ciudadanos.

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(9) Julio Godio pag 96 y 105
(10) Robert A. Potash El Ejército y la política en la Argentina 1945- 1962 De Perón a Frondizi Editorial
Sudamericana 1984. Pags 258 a 261
(11) Idenm pags 258 a 261
(12) Marta Lonardi Pag 46
(13) Idem pag 46
(14) Félix Luna. Perón y su Tiempo tomo III Editorial Sudamericana 1986 Pags 277, 278 y 297
(15) Idem pag 277, 278 y 297

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