El Forjista
En los estudios que comenzó en la cárcel su mayor preocupación era dilucidar porqué Italia había girado hacia el fascismo se preguntaba “¿cómo diablos llegamos a esto?”.
Italia había fracasado en crear sus propios intelectuales nacionales, estos estaban influenciados por corrientes progresistas de la cultura francesa o alemana, o absorbían las ideas reaccionarias de la iglesia católica con inmensa influencia en el país.
De alguna manera los intelectuales se erigían en agentes extranjeros o del vaticano, pero nunca italianos, eran cosmopolitas, pero no nacionales, esto permitía el surgimiento de charlatanes o aquellos que se reunieron en torno a Mussolini ganando prestigio e influencia.
La falta de una política nacional y un Estado eficiente era la causa del fracaso de los gobiernos, con el sueño de explotar territorios coloniales, involucrados en desastrosas campañas militares contra poblaciones nativas mal armadas, quedándose con tierras que casi nadie quería y alojando ahí a campesinos del sur que no querían emigrar a Norte o Sur América.
Los extranjeros veían el fascismo con sus coreografías y uniformes, pero no llegaban a ver la violencia; “El fascismo italiano era un puño de hierro oculto dentro de un títere de guante vestido de terciopelo, y los extranjeros se reían de sus trapisondas e incluso lo admiraban”
Las masas populares de Italia estaban cómodas en su subordinación al orden impuesto por la élite gobernante, a la pequeña burguesía supuestamente ilustrada la consideraba integrada por charlatanes, superficiales, que se pavoneaban como académicos presumidos que no trabajaban ni producían.
Muchos de ellos se creían que estaban contra el orden establecido, pero como carecían de convicciones y no tenían identidad social solían terminar el lado reaccionario.
Gramsci en tanto nacido en Cerdeña, había sido testigo del racismo del norte que llamaba monos a los sardos, y que despreciaban a la población del sur, con una discriminación propia del fascismo.
El 16 de junio de 1930 recibió la visita inesperada de su hermano mayor Gennaro, la única persona que residía fuera de Italia que podía visitarlo, la última vez que lo había visto fue en mayo de 1922 poco antes de partir a Moscú, Gennaro se había trasladado a París en diciembre de ese año, poco tiempo antes había recibido una paliza de los fascistas cuando lo confundieron con su hermano Antonio.
Gennaro fue enviado por Palmiro Togliatti que también residía en París, para conocer la posición de Antonio sobre los acontecimientos en Rusia donde Stalin había desalojado del poder a gran parte de la vieja guardia bolchevique y había quedado como único e indiscutido líder del país, en ese momento Stalin había girado hacia la izquierda renegando de la colaboración con los socialdemócratas.
En 1928 el PCI había expulsado a su amigo Tasca y a Bordiga pero también fueron expulsados otros compañeros cercanos a Gramsci, su hermano le dijo que lo pensara que volvería en un mes luego de visitar a su familia en Ghilarza para que le dijera que debía trasmitirle a la conducción del PCI en el exilio.
Cuando Gennaro regresó las precauciones fueron muchas porque estuvo controlado permanentemente por la policía, pudo hablar con su hermano con la presencia de una autoridad de la prisión que debía controlar que no hablaran de política, el burócrata interrumpía la conversación cada vez que consideraba que trataban temas que no estaban autorizados.
Lo que transmitió Gennaro al volver a París era que su hermano no tenía una idea formada sobre los sucesos en Rusia y en el Comintern, esta respuesta fue interpretada como que Gramsci aprobaba las purgas y el giro a la izquierda.