El Forjista

Antonio Gramsci, una biografía

Andrew Pearmain

13 - Con su familia en Roma

Su esposa Julia, junto a su hijo Delio y su cuñada Eugenia llegaron a Roma a fines de octubre de 1925, su esposa trabajaría en la embajada rusa en Italia, sin embargo no se iban a alojar en el mismo domicilio, considerando que la persecución contra Gramsci podía poner en peligro la seguridad de sus familiares.

Gramsci alquiló una pieza en una cada de familia en Via Morgagni, y a los pocos días la casa fue allanada, la pesquisa duró cuatro horas, le había dicho a los dueños de casa que era un profesor, pero con el allanamiento se enteraron que eso no era así.

Luego de su trabajo cenaba con su familia y se quedaba a pasar la noche, Eugenia se encargaba del cuidado del niño, las hermanas también se volvieron a encontrar con Tatiana.

Julia estaba decepcionada de Roma, había abandonado la música, se quejaba que el empleo la dejaba exhausta porque no estaba acostumbrada a realizar jornada completa, mientras que Eugenia era quien se encargaba de la administración de la casa, de la limpieza, de cocinar y del cuidado del niño.

Julia quedó nuevamente embarazada, el niño nacería para agosto cuando su hermano cumpliera dos años, Gramsci pasaba sus mejores momentos con el niño cuando se quedaba solo porque las hermanas salían.

Entre fines de 1925 y fines de 1926 hubo varios intentos sin una gran organización, de matar a Mussolini, en noviembre de 1926 un ex diputado socialista Tito Zaniboni, en abril una aristócrata irlandesa con problemas mentales Violet Gibson, luego deportada e internada en un asilo para enfermos mentales, y en octubre un chico de 15 años llamado Anteo Zamboni que fue linchado ni bien se lo detuvo.

Por cada intento se incrementaba la represión, mientras la propaganda del gobierno hacía hincapié en que el Duce era invulnerable, en tanto Gramsci consideraba que los atentados eran contraproducentes, y dejaba en claro que no tenían vínculo alguno con el PCI.

En el Tercer Congreso del Partido Comunista realizado en Lyon, Francia, obtuvo una amplia adhesión para ingresar al Comité Ejecutivo y también tuvo gran adhesión la principal resolución conocida como las Tesis de Lyon, la tendencia de Bordiga quedó disminuida a una minoría minúscula.

El PCI seguía mostrando su apoyo a la Revolución Rusa, aun cuando comenzaron a presentarse las grandes divisiones en Rusia luego de la muerte de Lenín, la primera de ellas con Stalin y Bujarin por un lado y por el otro Trotsky, Zinoviev y Kamenev.

Togliatti compañero de Gramsci en Cerdeña y Turín, era el representante del PCI en Moscú, cuando recibió una carta de Gramsci cuestionando las divisiones internas en Rusia decidió no mostrarla porque estaba en desacuerdo, Togliatti se inclinaba a apoyar a la línea de Stalin y Bujarin, porque veía que la balanza se inclinaba hacia ese lado, Gramsci cuestionó la posición de Togliatti, fue así como se distanciaron y no volvieron a tener contacto entre ellos.

Mientras que recibió una carta de su otro amigo, Tasca, que vivía en el exilio en Francia y que le mostraba serias dudas políticas y personales sobre la militancia en el partido, era una carta desalentadora.

A pesar del avance del fascista y las discrepancias con sus viejos compañeros de militancia se negaba a irse al extranjero y dejar las responsabilidades cuando incluso varios de sus camaradas lo impulsaron a dejar el país ante los peligros que se incrementaban, terminó arrepentido de no haber escuchado esas voces, en lo que llamó “perversidad de deseo y vanidad heroica”.

En tanto su familia no estaba cómoda en Roma, Eugenia fue la primera en expresar que quería regresar a Rusia, uno de los argumentos era que Julia se sentiría más cómoda dando a luz en Rusia en el sanatorio para miembros del partido y que el bebé estaría mejor atendido, Gramsci no puso objeciones.

A fines de julio Eugenia, Tatiana, Julia y Delio emprendieron lo que dijeron que era un viaje de vacaciones, Julia cruzó la frontera sola el 7 de agosto y tres días después llegó a Moscú y el 30 de agosto dio a luz a un niño al que llamaron Giuliano.

Mientras Antonio se reunió con el resto de la familia en Bolzano y pudo disfrutar de unos días con Delio, Eugenia se marchó con Delio a Moscú a comienzos de septiembre de 1926, Antonio jamás volvería a ver a su esposa y nunca conocería a su segundo hijo.

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