El Forjista
Gramsci pasó largos años sin comunicación con su familia en Cerdeña, en noviembre de 1918 “Il Grido del Popolo” fue cerrado, siguió trabajando sólo para Avanti! que publicaba una edición que se imprimía en Turín para la región del Piamonte, sus comentarios teatrales eran esperados con interés, la vieja guardia había vuelto a tomar el control del Partido Socialista al ser liberados y él no tenía cargo alguno.
En tanto a Turín regresaron sus amigos Togliatti, Tasca y Terracini después de la guerra y propusieron crear un nuevo periódico “L’Ordine Nuovo” que tenía por finalidad principal difundir los logros de la Revolución Rusa.
En mayo de 1919 se publicó el primer número, Gramsci era secretario editorial, el periódico comenzó con 300 suscriptores y 3000 lectores, en 1920 pasó a tener 1100 suscriptores y se imprimían unos 5000 ejemplares que se distribuían en Turín y el Piamonte.
El periódico comenzó a considerar a los comités internos de los sindicatos como consejos de fábricas a los que emparentaba con los soviets, esos comités eran elegidos en las fábricas por los trabajadores sindicalizados, Gramsci promovía que fueran todos los trabajadores los que votaran, en un artículo que escribió con Togliatti argumentaban que esos consejos serían un émulo de los soviets..
El sector más coincidente con la Revolución Rusa dentro del Partido Socialista en Turín donde se encontraba Gramsci, comenzó a realizar agitación en las fábricas, por esa razón el 20 de julio de 1919 Gramsci fue detenido y pasó algunos días en prisión.
En septiembre de 1919 los 2000 trabajadores de Fiat en Brevetti eligieron el primer consejo de fábrica y poco después eso se trasladó a la sede central.
En el Partido Socialista (PSI) había tres grandes tendencias, los moderados liderados por Turatti que propiciaba la participación en elecciones, la extrema izquierda de Amadeo Bordiga con sede en Nápoles que insistía en la abstención electoral y un sector intermedio conocido como los maximalistas de Serrati que también propiciaba la participación, pero al solo efecto de difundir las ideas socialistas.
Los consejos de fábrica siguieron extendiéndose en Turín, se estimaba que unos 30.000 trabajadores formaban parte de esos consejos de fábrica en Fiat y Lancia.
La potencia de esa organización se mostró cuando una movilización de 120.000 trabajadores marchó al centro de la ciudad para dispersar un acto del fascismo.
Las patronales se pusieron nerviosas por el volumen que estaban alcanzando los consejos de fábrica que estaban avanzando en Turín como un fenómeno local.
El 29 de marzo de 1920 las empresas realizaron un lock-out y pidieron que interviniera el ejército, alegaban que esos consejos estaban interfiriendo con el gerenciamiento de las empresas
EL PSI había crecido de 50.000 miembros en 1914, a 300.000 en 1920 y se había llegado a los dos millones de trabajadores sindicalizados, cuando antes de la guerra era la cuarta parte.
En las elecciones de 1919 la bancada de diputados socialistas había aumentado de 50 a 150 integrantes, pero ese crecimiento se daba en medio de una falta de claridad ideológica.
En abril de 1920, Gramsci afirmó en Avanti! de Turín que la ciudad estaba ocupada por 50.000 soldados con artillería en las colinas y tanques recorriendo la ciudad.
Con el lockout y el ejército la ciudad estaba en virtual ley marcial, el 13 de abril se convocó a una huelga general reclamando que los consejos de fábrica controlaran la producción, la huelga duró 10 días y concluyó en una negociación que en realidad significó una derrota para los trabajadores.
El 30 de abril los empresarios volvieron a cerrar las fábricas, al día siguiente los trabajadores las tomaron por 24 horas y establecieron el control de la producción, en Fiat llegaron a fabricar la mitad de la producción diaria, pese a la ausencia del personal técnico y administrativo.
Pero la lucha se circunscribió a Turín mientras las direcciones nacionales políticas y sindicales se mantuvieron al margen, la normalidad regresó en octubre con una negociación con el gobierno nacional, los consejos de fábrica nunca volverían a controlar la producción.
Los luchadores de Turín fueron acusados de anarquistas y aventureros desde todos lados, algunos de los amigos de Gramsci como Tasca y Terracini se inclinaron hacia la participación electoral, mientras que él y Togliatti apoyaban el abstencionismo.
Gramsci se esforzó por mantener el contacto con las masas y formó un grupo de educación socialista para debatir los temas más importantes, para él lo más importante era marchar junto a las masas, mientras la cuestión del abstencionismo y la participación era secundaria.