El Forjista
Así fue como después de la renuncia en San Juan, Cayetano se dirige a la vecina Mendoza donde consigue un trabajo como profesor en una escuela. pero con un sueldo que no cubría mínimamente sus gastos mensuales, no obstante, mandó a llamar a su familia a pesar de los problemas económicos que habían provocado que tuviera los muebles embargados.
Como el director de la banda de la policía se encontraba enfermo se lo designó subdirector, pero resulta ser que el director era pariente de aquél de apellido Colecchia con el cual Silva tuvo su disputa en San Juan, por lo que prontamente comenzaron las calumnias contra él.
Para evitar incidentes se procedió a trasladarlo nombrándolo director de la banda de los guardiacárceles que después fue convertido en cuerpo de Bomberos.
El haber hallado cierta tranquilidad también repercutió en nuevas creaciones como una marcha titulada “Viva Mendoza” cuyos originales fueron perdidos, y escribió otra llamada “Centenario de San Lorenzo” con motivo de la inauguración del Monumento al Ejército de los Andes el 3 de febrero de 1913, en el Cerro de la Gloria que en ese entonces se llamaba del Pilar, la familia tampoco pudo encontrar esta partitura a la que consideraban una pieza valiosa.
En 1914 cae enfermo, a sus males físicos se le suma una depresión, había arrastrado a lo largo de su vida diabetes y una vieja afección intestinal.
Su esposa también enfermó y debió trasladarse a Buenos Aires a la casa de uno de sus hermanos, viajó con una de sus hijas más pequeñas, mientras el resto de la familia permaneció en Mendoza con el maestro y de una persona amiga de la familia que cuidaba de los más chicos.
Alberto nos cuenta que en razón de los problemas que derivaron en un nerviosismo constante lo llevaron a reaccionar a veces aplicando castigos físicos a sus hijos, también tuvo divergencias con la persona que cuidada de sus hijos y decidió ir a vivir solo.
Aunque hoy en día resulta una aberración la aplicación de castigos físicos a los niños, en esa época era normal, incluso en instituciones educativas y hasta en las fuerzas armadas se aplicaban castigos físicos a los jóvenes soldados, que su hijo lo indique en ese momento parece sugerir que hasta el momento no había recurrido a esos drásticos castigos.
Recuperada su esposa se va a vivir a Rosario con sus hijos, mientras él se queda en Mendoza con el hijo mayor Jacinto que ya había conseguido trabajo en la policía.
Escribe pesimistas cartas a su hijo Alberto, el segundo, donde le hablaba de las dificultades que atravesaba y las dificultades económicas que lo agobiaban, no quiere ir a Rosario y depender de la familia de su esposa, considerando que algunos de sus integrantes le habían recomendado a Filomena que no contrajera matrimonio con él.
En Mendoza el Director General de Escuelas Pedro Sabella le pide que escriba un himno dedicado al empresario José Federico Moreno, esta composición pudo recuperarse porque la partitura la donó a la dirección de Escuelas, esta le fue enviada a la familia por gentileza de un maestro que también le envió la marcha Monterrey.
A pesar de continuar en Mendoza envió varias cartas a Buenos Aires con su pedido de reincorporación al ejército, por una respuesta que nunca llegaba y que lo hacía sufrir.
A principios de 1917 tuvo diferencias con el jefe del Cuerpo de Bomberos y renunció a su único puesto, las clases particulares habían disminuido, su salud se agravó y mostraba un cansancio físico y moral.
Sus hijos le habían insistido reiteradamente que viajara a Rosario, su orgullo no se lo permitía, pero esta vez no le quedó otra solución que ir hacia allá.
Rosario lo vio llegar desilusionado, enfermo y pobre, si bien la situación mostró cierto alivio debido a que sus hijos mayores habían conseguido trabajo.
Su depresión se ahondó al ver amigos en puestos encumbrados que le prometieron trabajos que nunca se concretaron, consiguió un puesto en la policía de Rosario pero con un sueldo paupérrimo que era más bien una especie de subsidio.
Así y todo pudo componer algunos temas a pedido de algún amigo o colega, compuso la música para una obra de teatro que se llamó “Se ruega al público” que fue estrenada en el Teatro Ópera de Rosario y que le permitió un modesto pero bienvenido ingreso adicional.
Ya existía la Sociedad Argentina de Autores que luego se llamó Argentores, en agosto de 1918 recibió la suma de 85 pesos, en mismo mes percibe otra liquidación de 36 pesos, en abril de 1919 llega otra de 106 pesos por funciones que tuvieron lugar en el teatro Boedo de la Capital y Olimpo de Rosario.
Aún viviendo en Rosario se alejó de la familia y cayó en el abuso de alcohol, en agosto de 1919 fue internado, a esa altura ya había perdido toda esperanza de reincorporarse al ejército.
Falleció el 12 de enero de 1920 a los 51 años, fue enterrado en el cementerio de la Piedad de Rosario, en 1997 sus restos fueron trasladados a Venado Tuerto.