El Forjista

Biografía de Juan Domingo Perón

Capítulo 22 - La relación con la prensa

Perón asumió la presidencia con toda la prensa en contra, algunos diarios como La Razón, El Mundo y Noticias Gráficas moderaron su comportamiento una vez asumido, La Nación recurrió a un lenguaje más rebuscado para insinuar sus cuestionamientos, Crítica pasó de un furioso antiperonismo hacia el oficialismo sin paradas intermedias, La Prensa en tanto siguió cuestionando duramente al gobierno.

El gobierno terminó expropiando dos periódicos La Prensa en 1951 y La Nueva Provincia de Bahía Blanca en 1950, una de las voces más claramente opositora era el periódico del Partido Socialista La Vanguardia, dirigido por quién fuera el representante del más recalcitrante gorilismo, Américo Ghioldi. También la prensa comunista padeció de la clausura de sus periódicos.

En agosto de 1947 fue clausurado el taller donde se imprimía La Vanguardia, dicha medida fue dispuesta por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires alegando ruidos molestos, a pesar de la medida el periódico siguió apareciendo, pero con la distribución realizada por sus militantes, en 1952 fue levantada la clausura.

Personas vinculadas al gobierno compraron la mayoría accionaria de la Editorial Haynes que tenía en su poder varias publicaciones como el diario El Mundo, y posteriormente fue comprando varios diarios más como Crítica, La Razón, Noticias Gráficas y La Época.

También la editorial Haynes controlaba varias emisoras como Radio El Mundo, Mitre, Libertad y Antártida, el gobierno compró Radio Belgrano y Splendid, llegando a controlar casi todas las radios. Se llegó a instrumentar una cadena oficial que se llamó Alea S.A.

Según Félix Luna el panorama en la prensa escrita en 1949 era el siguiente, eran independientes según su criterio La Prensa, la Nación y Clarín. Eran oficialistas El Mundo, Democracia, El Laborista, El líder y los vespertinos La Razón, Crítica, Noticias Gráficas y La Época. El diario Democracia se convirtió en el vocero oficial del Partido Peronista.

El diario La Prensa tenía una relación comercial e ideológica con la agencia noticiosa United Press expresando las opiniones del gobierno estadounidense, muchos de sus artículos eran escritos en ese país y enviados en inglés para ser traducidos y publicados, desde la asunción de Perón se autoadjudicó el papel de cancerbero de la libertad, como señala Joseph Page con justicia, esta posición no dejaba de tener una gran cuota de ironía teniendo en cuenta el silencio de ese diario durante la década infame.

A comienzo de 1951 se produce una huelga en el diario logrando los trabajadores que el diario no saliera, el conflicto se extiende por un mes, los trabajadores intentan ingresar al diario produciéndose un enfrentamiento donde muere un obrero, el Congreso comienza una investigación se ordena la detención del dueño Alberto Gainza Paz que logra escapar a Montevideo en su propio yate.

En el Congreso surge un proyecto de expropiación que es aprobado el 11 de abril y posteriormente en noviembre fue cedida a la CGT, oficiando las veces de vocero de la central obrera.

En el debate parlamentario John William Cooke señala: “Estamos contra La Prensa, no por disparidad de opiniones, como sostiene el diputado Santander (radical), ni tampoco por los agravios recibidos, inferidos también por el Partido Radical … sino por razones fundamentales. Estamos contra La Prensa porque creemos que diarios de esa clase son los que han minado las bases de la nacionalidad… que es uno de los obstáculos que han impedido o demorado todas las posibilidades de reivindicaciones proletarias…Estamos con los obreros y estamos contra La Prensa”. (1)

Gainza Paz se trasladó de Montevideo a su amado país, los Estados Unidos, alojándose en el lujoso hotel Waldorf Astoria desde donde realizó una campaña internacional contraria al gobierno argentino.

La Secretaría de Prensa y Difusión quedó a cargo de Raúl Apold que realizaba amplias campañas publicitarias a favor del gobierno y que realizaba operaciones sobre la prensa para que se privilegiara las noticias que beneficiaban al oficialismo.

La oposición se rasgaba las vestiduras por todas las medidas adoptadas por el gobierno con respecto a la prensa en nombre de una libertad de prensa, que en realidad no existía en el país desde bastante tiempo atrás al menos desde el golpe que derrocó a Hipólito Yrigoyen.

Los sectores obreros nunca tuvieron lugar en los diarios o revistas de circulación más o menos masiva, eso ocurría por el compromiso de los dueños con el régimen oligárquico, por lo cual en verdad no había nadie con autoridad moral para arrojar la primera piedra.

Las minorías privilegiadas acostumbradas a apoyar los golpes de estado que destrozaron la democracia a lo largo de nuestra historia pretenden que los gobiernos populares y democráticos queden inermes ante sus embates, quieren quitarles a esos gobiernos elegidos por el pueblo el derecho a defenderse.

En ese sentido no cuestionamos de ninguna manera la expropiación del diario La Prensa que respondía a la política de una potencia extranjera, que actuaba en complicidad con ese gobierno extranjero para debilitar y destituir a un gobierno popular.

Pero además opinamos que ha sido muy positivo que el diario fuera entregado a la CGT que posibilitó que ocurriera algo que favorecía la libertad de expresión, como que los trabajadores tuvieran un medio para hacer conocer sus opiniones. Hasta hoy nos preguntamos como la Central Obrera Argentina carece de un medio en el cual exponer sus ideas y contestar los agravios que en general realizan los grupos de poder contra los trabajadores.

Pero sin duda hubo cuestiones criticables en cuanto al manejo de los medios, una de ellas es que estuvo muy restringido su acceso a personas vinculadas al pensamiento nacional y popular, que Jauretche, Scalabrini Ortiz o Hernández Arregui no fueran habitués de esos medios, privilegiando otras voces más dóciles sin duda significó un retroceso que de ninguna manera permitió incentivar el debate entre quienes apoyaban el proyecto.

Ese control estricto sobre la prensa tuvo un resultado que terminó siendo perjudicial para el peronismo, que los opositores hayan sentido que no tenían un medio donde difundir sus ideas posibilitó que se crearan decenas de pasquines con información falsa acusando a Perón, Eva y el peronismo de realizar actos perversos y que a falta de otro medio le resultaban creíble a muchas personas, esto se hizo notorio en el conflicto con la Iglesia donde aparecieron cientos de panfletos con las calumnias más extravagantes al cual el odio que se había apoderado de ciertas mentes los disponía a creer en cualquier barbaridad por ridícula que fuera.

Debe dejarse en claro que por más que un gobierno popular y democrático esté dispuesto a respetar estrictamente la libertad de expresión no faltarán aquellos serviles a la oligarquía y el imperialismo que saldrán a compararlos con los más feroces dictadores, lo cual evidencia que no existe por parte de esos grupos un interés por la democracia, sino que utilizan sus exageraciones y falsificaciones como mera herramienta para erosionar a los gobiernos democráticos.

Esta discusión nos lleva a una de las discusiones más álgidas sobre el peronismo ¿fue este movimiento democrático? O como decían sus enemigos era un émulo del fascismo italiano, el falangismo español o el nazismo alemán.  

Ir al capítulo siguiente

----------------------

(1) Norberto Galasso. Perón. Formación. Ascenso y Caída 1893 1955. Tomo I Colihue 2011 Pag. 566

Volver al índice