El Forjista
El mal que aqueja a nuestro país
El periodista español Fonsi Loaiza autor del libro “Oligarcas, los dueños de España”, señala con total razón, que el término oligarca se utiliza solamente para designar a los magnates de aquellos países que no tienen una buena relación con los Estados Unidos, por ejemplo Rusia, en cambio los multimillonarios de países como Estados Unidos, la Europa sumisa o Argentina, son presentados como emprendedores, innovadores, talentosos, es decir alguien a quien deberíamos admirar.
En nuestro país el término oligarquía cayó en desuso en la dictadura, a pesar que la mayoría del gran empresariado fue cómplice de ese régimen y muchos de ellos hicieron grandiosos negocios con los dictadores.
Nuestros destacados pensadores nacionales se han esforzado en mostrar que la clase dominante en nuestro país es una oligarquía, no sólo porque fuera un sector minoritario, sino porque eso implicaba un comportamiento parasitario, porque sus enormes ganancias se concebían empobreciendo al resto de la sociedad.
Estos oligarcas asientan sus fortunas sobre la desigualdad y por eso son fervientes impulsores en la perdida de derechos del resto de la sociedad, por eso apoyan regímenes de derecha y de ultraderecha que se dedican a empobrecer a los argentinos.
Ahora pasaremos a ver lo que opinaban esos patriotas a los que llamamos pensadores nacionales para referirse a esa oligarquía que fue fundamentalmente terrateniente, que ahora se ha diversificado pero que no ha perdido esa mentalidad antinacional y explotadora.
Los pensadores nacionales y la oligarquía
Raúl Scalabrini Ortiz mostraba como el reparto de tierras en nuestro país fue para unos privilegiados que concentraron enormes territorios: “Los nativos no podían entrar en el sagrado recinto del privilegio de la propiedad… Comerciantes y aristócratas porteños se lanzaron como buitres sobre la codiciada presa, en íntima fraternidad de intereses con los supuestos capitales extranjeros. Así nació, en esa comunidad de conveniencias y de usurpación de la propiedad vernácula, ese connubio que ha perdurado hasta el día de hoy entre nuestra oligarquía y el capital extranjero. Así nacieron esos inmensos latifundios que durante cerca de un siglo han esterilizado de vidas humanas inconmensurables extensiones de nuestra tierra más fértil”.
Este pensador también explicaba que la oligarquía tenía un socio esencial que les permitía establecer un fuerte dominio sobre la sociedad, esos cómplices eran y son los medios de comunicación: “En un país empobrecido, los grandes diarios son órganos de dominio colonialista … Sin ninguna dificultad es fácil comprender hasta qué punto el manejo de la información interna facilita la eliminación incruenta de adversarios, resquebraja las bases de toda resistencia, atempera las oposiciones y hasta puede justificar las acciones más descabelladas con el antecedente de hechos aparentemente incontrovertibles”
Por su parte Juan José Hernández Arregui explicaba que “Mil personas eran dueñas en 1930 de la tercera parte de la provincia de Buenos Aires, o sea, de 100.000 km cuadrados de las mejores tierras del mundo. Cincuenta familias era propietarias de más de cuatro millones de hectáreas”
Y agregaba que la conciencia de esa clase implicaba mirar con desprecio al resto de los sectores, desconfiando de que pudieran cuestionar la forma injusta en la que llegaron a enriquecerse: “La fuerza de la oligarquía radica en que como minoría empedernida tiene espíritu de cuerpo... Su conciencia es cerrada; su liberalismo, la máscara fría de su soledad histórica, de la intolerancia frente a todo lo que amenaza su estilo de vida… En actitud defensiva frente al pueblo, sus miembros están estrechamente unidos por un cohesivo sentimiento de clase fundado en la conciencia de la usurpación del poder político”
Y señalaba cuales eran esos espacios donde se juntaban para asentar ese espíritu que los hacía diferentes al resto: “Esta conciencia de clase se fortalece, a través de relaciones diversas, en los partidos de polo, en la Sociedad Rural, en la banca, mediante el entretejimiento racional y calculado de los contratos matrimoniales que concentran en pocas manos, siempre las mismas, mediante los latifundios interpenetrados familiar y jurídicamente por la fusión de los apellidos, su poder material sobre el país”
En tanto que Jorge Abelardo Ramos fue quién más insistió en mostrar el carácter parasitario de esa clase que fue siempre un impedimento para el desarrollo nacional: “La base del equilibrio social y de la riqueza oligárquica se encontraba en la distribución de la propiedad rural. El Censo Nacional de 1914 indica que existían 2858 propiedades de 5.000 a 10.000 hectáreas, 1474 de 10.000 a 25.000 y 485 propiedades de más de 25.000 hectáreas. De estas últimas había algunas que pasaban las 100.000 hectáreas”
Y explicaba cómo fue esa concentración a lo largo de la historia: “El proceso de concentración de la tierra en pocas manos comenzó al día siguiente de la Revolución de Mayo. El comercio libre originó la valorización paulatina. La clase terrateniente se consolida particularmente con los enfiteutas de Rivadavia y con las grandes distribuciones de Rosas, que vendía campos fiscales para atender necesidades del Estado o recompensar a federales netos. Después de Caseros, todos los gobiernos entregaron a la voracidad terrateniente las mejores tierras del país. Avellaneda no pudo innovar, llevando a la práctica sus ideas de tierras barata para el productor directo. La entrega de campos sureños a los oficiales y soldados harapientos de la guerra de fronteras se transfiguró en la adquisición a bajo precio por los acaparadores y compañías extranjeras del antiguo dominio tehuelche.”
Además Ramos desarrollaba una descripción muy completa de esta clase social y su rapacidad: “La clase terrateniente se convirtió en una de las plutocracias más ricas del mundo… la parte sustancial de su ‘capital fijo’ estaba constituida por su monopolio de la tierra y sólo subsidiariamente por una inversión reproductiva. Renta de la tierra y beneficio capitalista derivaban hacia una clase propietaria que favorecida por la naturaleza y por el sistema mundial montado por el imperialismo, no reinvertía capital en la ampliación de su ‘capital fijo’ para traducir la inversión en una productividad mayor. Por el contrario, volcaba sus gigantescos ingresos en gastos suntuarios, radicación de capital en el exterior, adquisición de bienes raíces e incesantes viajes a Europa escoltada por una comitiva asiática. El sistemático ausentismo de la clase estanciera subrayaba su parasitismo”
La misma mentalidad
Por supuesto que se han producido cambios en la composición de la oligarquía, en la que sin embargo siguen formando parte los terratenientes a los que se han agregado aquellos sectores empresarios producto de la industrialización del país.
Pero veremos que estos que pudieron llegar más tarde siempre consideraron como un toque de distinción el de tener grandes extensiones de tierra y esa tendencia que muy bien explicaba Arturo Jauretche también implicaba mantener esa mentalidad de la vieja oligarquía.
Así lo explicaba Jauretche: “El camino que se le abre como única perspectiva para obtener la consagración social, que busca al negarse como burgués, es también hacerse propietario de la tierra. Entonces, con paciencia y saliva, como el elefante, hará mérito. Con plata abrirá las puertas de la Sociedad Rural y, anualmente, irá anotando puntos, exposición por exposición, toro por toro. Las páginas de los remates de hacienda de los grandes diarios crearán el hábito de su nombre; cuando ya no erice la piel de nadie, habrá comenzado a madurar; pero dejará de erizar esas delicadas pieles más que por un acostumbramiento, por un olvido: cuando se olvide que fabrica palas, clavos, televisores, tornillos; que opera en la bolsa, que trabaja con listas de pagaré, etc.”
Ser propietario de extensiones de tierra implicaba “llegar” no sólo ser un nuevo rico que siempre es mirado con desconfianza por los que siempre lo fueron: “Esa necesidad de entrar por la Sociedad Rural explica que mientras en Europa y en Estados Unidos un banquero o un industrial miran a un ganadero como un ‘junta-bosta’, aquí el empresario se siente disminuido ante el ganadero. Para salvar esa disminución es necesario comprar una estancia y tener cabaña -así sea de perros- porque sólo por la Rural, puede lograr el ascenso social apetecido”
Pero además era una forma de sustraerse a los continuos vaivenes de la díscola economía de nuestro país: “También es cierto que hay algo de cálculo burgués; éste sabe que todavía el desarrollo integral del país sufre golpes como en 1930 y en 1955, y que su estabilidad corre riesgo en una sociedad en que lo único intangible es la riqueza inmovilizada en la gran propiedad, a cubierto además de ser tradición inconmovible su carácter sagrado, capitaliza todas la valoraciones que el conjunto de la sociedad introduce en la economía de la República. Allí no importa que los negocios sean malos o buenos ni las aptitudes personales, porque funciona como una caja de ahorro capitalizable”
Lo que queremos mostrar en este trabajo es que más allá que su composición puede haber sufrido cambios. la mentalidad antinacional, explotadora, ilimitadamente codiciosa y con impunidad para violar la ley, no ha sufrido ningún cambio.
Los párrafos que hemos transcripto de Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, Jauretche y Ramos parecen ser el motivo para que sus obras, todas esenciales para comprender el país, no sean reimpresas, es como si se los quisiera condenar al olvido.
La oligarquía tradicional
Hoy la ganadería se ha trasladado hacia tierras menos fértiles y se alimenta el ganado en corrales con un sistema denominado feedlot, mientras que las mejores tierras se dedican a la agricultura especialmente a la soja.
Pero esto no cambia nada de lo que venimos señalando anteriormente, especialmente en cuanto a esa mentalidad oligárquica.
Cuando en el 2008 se produjo la batalla por las retenciones móviles los representantes de los terratenientes intentaron promover la idea que la oligarquía no existía más, que era una manifestación de un pasado lejano, propio de un “setentismo” que pretendía regresar con moldes vetustos.
El economista ultraliberal Juan Carlos de Pablo uno de los habituales visitantes de Milei en la quinta de Olivos señalaba durante ese conflicto que: “Cualquier tipo que diga que el sector sigue en manos de latifundistas o productores ausentes está diciendo una estupidez”.
Mientras que Elisa Carrió muy activa por esos días en la defensa de los intereses de la Sociedad Rural y en los intentos destituyentes de la presidenta Cristina Fernández declaraba que “la oligarquía no existe”.
No obstante, datos por demás significativos del año 2002, indicaban que sólo 4000 dueños controlaban 74 millones de hectáreas, mientras que existían 53 propietarios en la provincia de Buenos Aires que son dueños de tierras con más de 20.000 hectáreas.
Mientras que el periodista económico Alfredo Zaiat en un artículo del 12 de julio de 2008, citaba un estudio realizado por Eduardo Basualdo uno de los investigadores que más incursionó en el tema de la tenencia de la tierra, y decía: “que en la zona pampeana el 86,4 por ciento de la producción agrícola sigue en las mismas manos que hace un siglo y que esas familias y grupos tradicionales la realizan más de la mitad en sus tierras y el resto en otras que ellos mismos arriendan, que suman a las propias para mejorar la escala de producción.”
El mismo periodista. pero el 11 de septiembre de 2011 indicaba: “La propiedad de la tierra sigue tanto o más concentrada que antes, fenómeno que se asocia ahora con el actual proceso de concentración de la producción. Esto es fruto de la irrupción de nuevas formas de funcionamiento de la actividad para operar con economías de escala, con una elevada participación del capital financiero y extra sectorial que alquila grandes extensiones, apropiándose de gran parte de la rentabilidad agraria sin inmovilizar recursos con la adquisición de tierra.”
EL periodista David Cufré basándose en el mismo estudio de Basualdo mostraba que las familias tradicionales perduraban en su dominio de la tierra y así lo expresaba: “Los grupos agropecuarios están constituidos mayormente por familias de la aristocracia, que dieron origen a la Sociedad Rural. Son 35, que reúnen un total de 1.564.091 hectáreas, a razón de 44.688 hectáreas cada una en promedio. Figuran las familias Gómez Alzaga, con 60.000 hectáreas, Anchorena, con 40.000, Balcarce, Larreta, Avellaneda, Duhau, Pereyra Iraola, Ballester, Zuberbühler, Vernet Basualdo, Pueyrredón, Bullrich, Udaondo, Ayerza, Colombo, Magliaro y Lanz, entre otras”
Pero esto son los nombres tradicionales de la oligarquía terrateniente veamos ahora a los que llegaron después en actividades no se relacionaban con la actividad agraria pero que invirtieron en tierras cuando tuvieron la riqueza suficiente para hacerlo.
Todos quieren ser terratenientes
Eduardo Elztain es el principal accionista de IRSA, dueño también del Banco Hipotecario fue socio del magnate George Soros en el grupo CRESUD, es poseedor de unas 468.000 hectáreas y su grupo es considerado el grupo ganadero más grande del país.
Marcelo Mindlin uno de los empresarios aliados de Macri y luego a Milei, forma parte de ese selecto grupo de los privilegiados dueños de la energía argentina que con sus disparatados tarifazos asfixia a los argentinos, fue durante un tiempo socio de Elztain, además tiene en la Patagonia tierras que se extienden por 42.000 hectáreas.
Como para confirmar que las finanzas es uno de los negocios más rentables del país, independientemente de los avatares políticos, la familia Brito, propietaria del Banco Macro es dueña de 87.000 hectáreas en la provincia de Salta donde posee unas 70.000 cabezas de ganado.
No podemos dejar de mencionar al llamado “rey de la soja” el grupo Grobocopatell que tiene el dominio sobre unas 170.000 hectáreas, aunque ellos afirman que algunas son arrendadas y que no son de su propiedad..
El grupo Macri también ha incursionado en el acaparamiento de tierras, SOCMA es dueña de la finca El Yuto que tiene 20.000 hectáreas en la provincia de Salta, se estima que en total el grupo llegaría a dominar una superficie de cercana a las 100.000 hectáreas. Pero no hay que olvidar que la madre del ex presidente Mauricio Macri, es Blanco Villegas, familia dueña de importantes estancias en la Provincia de Buenos Aires. Serían unas 26.000 hectáreas de las mejores tierras del país las que posee la familia materna del presidente.
José Aranda uno de los máximos directivos de Clarín también es terrateniente, es dueño de una estancia de 40.000 hectáreas en Corrientes dedicada a la producción de arroz y que estuvo asociado a algunos proyectos con el magnate George Soros, ambos intentaron promover la construcción de una represa en el 2011 para beneficiar a sus campos, que el gobierno de Corrientes prohibió luego de varias movilizaciones de vecinos, el proyecto contemplaba anular el curso de un arroyo.
También se ha producido una creciente extranjerización de la tierra, durante el gobierno de Menem con Miguel Ángel Toma como Secretario de Seguridad Interior se autorizó la venta de ocho millones de hectáreas a extranjeros, un 20% de esa extensión se efectuó en un territorio en que la ley no permitía la propiedad de extranjeros por ser zona fronteriza.
Joseph Lewis es considerado una de las mayores fortunas del mundo, compró en 1996 las primeras 11.000 hectáreas en una zona muy cercana al límite con Chile, tiempo después adquirió otras 8.000, en la actualidad mantiene secuestrado el Lago Escondido a pesar de los reiterados reclamos de los pobladores.
En sus tierras se ha construido un aeropuerto que posibilitaría la salida e ingreso de aviones del exterior sin el control correspondiente. Lewis cuenta en la actualidad con una extensión estimada en 38.000 hectáreas.
Los vínculos de Macri con Lewis y los del grupo Clarín que llevaba a jueces con todos los gastos pagos a vacacionar en la finca de Lewis es otra clara muestra de la relación de nuestra oligarquía con intereses extranjeros de los que se sienten más cercanos que con sus compatriotas.
Explotación de los trabajadores
Ahora comenzaremos a señalar características de esta oligarquía en su búsqueda constante de mayores ganancias a cualquier precio y a expensas del bienestar de la mayoría de los argentinos y que le da una particular calidad de parásitos de esta sociedad.
Una de esas características es la explotación de sus trabajadores, los terratenientes que “tiraban manteca al techo” en sus viajes anuales a Europa a principios del siglo XX tenían a sus trabajadores en condiciones inhumanas y de desamparo.
Por eso cuando Perón dispuso el Estatuto del Peón Rural para comenzar a implementar cuestiones mínimas de derechos para los trabajadores rurales, los patrones entraron en un estado de furia contra Perón y el peronismo, algo que perdura hasta nuestros días.
Los terratenientes tenían a sus trabajadores al borde de la indigencia por eso Perón expresó al justificar esta ley: “Sé bien que ello no agradará a algunos patrones sin conciencia. Sé también que será motivo de críticas por parte de algunos merodeadores de las grandes empresas y escribas sin escrúpulos al servicio de los poderosos que ya han visto mal que yo defienda con más emoción el perfeccionamiento de la raza humana que el de los toros y perros argentinos…Entendemos qué en muchos aspectos, la situación de los peones había llegado, en ciertas oportunidades, a ser una forma disimulada de la esclavitud.”
En su oposición a la medida la Sociedad Rural decía que si les pagara más los trabajadores se dedicarían parte del mes a holgazanear, que no se podía fijar horarios al trabajo y que todo esto debía ser determinado por el patrón a voluntad.
Hoy vemos a todos nuestros empresarios votando y financiando a gobiernos de derecha o de ultraderecha porque les prometen “reforma laboral” que es un eufemismo para expresar la quita de derechos a los trabajadores, a los que si pudieran esclavizarían sin problemas.
Son esos mismos empresarios que apoyan la disminución de los salarios y las jubilaciones que llevan indefectiblemente a la destrucción del mercado interno del que dependen algunas de sus empresas y los dueños de pequeñas y medianas empresas, pero en su codicia sólo piensan en ganar más a expensas de los trabajadores.
Esta oligarquía es una fervorosa apoyatura del gobierno de Milei, recordemos que antes de asumir el presidente pasó varios meses, sin saber quién pagó al cuenta, en el Hotel Libertador del Eduardo Elztain del grupo IRSA, donde se diseñó el proyecto antipopular y cruel que se comenzó a aplicar el 10 de diciembre del 2023.
      Mientras que Eduardo Eurnekian es el Doctor Frankenstein, el  creador del monstruo que nos gobierna, también logró colocar a hombres de  confianza en el gobierno como Guillermo Francos y Mariano Cúneo Libarona.
    Desde asunción, Milei sólo participa de reuniones con  empresarios que aplauden a rabiar sus propuestas, sus insultos y desvaríos, en  una muestra que están dispuestos a cualquier cosa que le asegure sus inmensas ganancias,  sin importarles lo que ocurra con el resto de los argentinos.
La Asociación Empresaria Argentina AEA que tiene como principales referentes a Paolo Roccade Techint y Héctor Magnetto de Clarín se ha cansado de emitir documentos de apoyo incondicional a este gobierno fascistoide.
Oligarquía Apátrida
Estos magnates se aprovechan de la situación que les otorga el Estado Nacional para enriquecerse y cuando logran su objetivo buscan la forma de instalar sus empresas y su residencia en donde no paguen impuestos, incluso aquellos que han recibido o reciben subsidios en el país que abandonan.
Un caso típico es Marcos Galperín dueño de Mercado Libre y uno de los argentinos con mayor fortuna que decidió irse a vivir a Uruguay en diciembre de 2019 cuando ganó un gobierno peronista, había regresado al país con el triunfo de Macri y actualmente es uno de los más entusiastas apoyos al gobierno de Milei.
A pesar del poco cariño de Galperín por la Argentina y su codicia sin límite, el Estado argentino lo beneficia anualmente con un subsidio que llega a los 100 millones de dólares anuales, un escándalo mientras se quitan medicamentos a los jubilados y enfermos oncológicos y se les quita subsidios a los discapacitados.
Galperín no es el único que muestra su pasión por el dinero e indiferencia por su Patria, el grupo conducido por Alejandro Bulgheroni cuyo patrimonio se estima en 5.400 millones de dólares, con un centro de actividad en el petróleo, instaló la sede en las Islas Vírgenes y tiene otras sociedades radicadas en Delaware y España.
El patrimonio familiar de Javier Madanes Quintanilla asciende a los 590 millones de dólares, el grupo está conformado principalmente por dos empresas: FATE que fabrica neumáticos y ALUAR radicada en Puerto Madryn que tiene el monopolio de la producción de aluminio, esta familia apareció mencionada en los Panamá Papers con sociedades offshore en Islas Cook, Bahamas, Islas Vírgenes y Panamá, con conexiones a cuentas en Suiza.
Máximo Cavazzani es el inventor del juego para celulares Preguntados, su principal negocio es el desarrollo de software que le permitió ser dueño de una fortuna que llega a los 500 millones de dólares, su empresa Etermax se dedica a la creación de videojuegos, Cavazzani también radicó la sociedad en Uruguay dedicada al software y a la publicidad online.
Alfredo Coto dueño de la cadena de supermercados que lleva su apellido, la fortuna familiar llega a los 450 millones de dólares, realizó inversiones inmobiliarias en Miami y España, en los Panamá Papers apareció con tres sociedades en Panamá y otra en las Islas Vírgenes.
Al que le aparecieron varias cuentas off-shore no declaradas fue a Mauricio Macri y su familia, si en otras partes del mundo hubo renuncias por esta filtración, en Argentina donde los medios y el poder judicial se encuentra en poder de la derecha, a nadie se le ocurrió convocar a Macri para que explique la procedencia de esos fondos y pague los impuestos correspondiente a la posible evasión.
El patrimonio de Paolo Rocca asciende a 5.600 millones de dólares, su familia controla la empresa Techint, cuya sede fue trasladada e Luxemburgo.
Techint también domina la Unión Industrial Argentina de la que Perón dijo que no era ni industrial ni argentina, y que por eso apoya la política desindustrializadora de Milei en cuyo gobierno logró colocar a varias personas de su confianza en puestos claves.
Durante el gobierno de Cristina había declarado que la Argentina no era competitiva porque los sueldos eran altos, ahora con Milei está cumpliendo su sueño de pagar salarios de miseria y también ha procedido a realizar despidos y suspensiones.
La fortuna de la familia Eurnekian asciende a los 3.000 millones dólares es la titular de una fundación radicada en Liechtenstein que a su vez controla un entramado de sociedades radicadas en las Islas Vírgenes, Luxemburgo y España.
Por lo que venimos mostrando es evidente que el gobierno de Milei fue loteado entre los integrantes de esta oligarquía rapaz, sedienta de ganancias a expensas de la pobreza que causa su desmedida codicia.
Oligarquía antidemocrática
Los medios ocultan de liberadamente la complicidad de la Sociedad Rural con todas las dictaduras, cada Exposición Rural en Palermo, se resaltan las virtudes de la gente de campo tratando de confundir al público, sin diferenciar entre los trabajadores y los patrones, unos pobres y otros enriquecidos y con mayor tiempo en la ciudades que pisando la tierra de sus campos.
La Sociedad Rural aplaudió a rabiar a los dictadores Aramburu y Rojas, paseó en carroza al tirano Onganía y volvió a ovacionar a Videla de igual manera que ahora lo hizo con Milei, recordando que a Alfonsín lo abuchearon.
      Los diarios Clarín y La Nación hicieron grandes negocios  durante la última criminal dictadura, mientras fueron el instrumento para  ocultar la realidad y los crímenes de los dictadores.
    Otro de los grandes beneficiados durante la dictadura fue el  grupo Macri, en 1976 no llegaba a facturar 100 millones de dólares y tenía  siete empresas, seis años después había cuadruplicado los ingresos y manejaba  más de 40 empresas.
Carlos Pedro Blaquier murió impune en marzo de 2023, dueño de la empresa Ledesma fue protagonista de la Noche del Apagón cuando la dictadura en camionetas facilitadas por la empresa secuestró a 400 trabajadores que fueron torturados y 36 de ellos fueron asesinados y desaparecidos, la Corte Suprema retuvo varios años este expediente, no mostró la celeridad con la que condenó a Cristina, y también otras instancias colaboraron para garantizarle impunidad a este oligarca jujeño.
Al producirse el golpe de estado José Alfredo Martínez de Hoz era miembro del directorio de Acindar al cuál renunció para asumir el Ministerio de Economía, el principal dueño de la empresa era Arturo Acevedo.
El comisario inspector Carlos Rampoldi llegó a Villa Constitución en 1977 en su testimonio en la CONADEP informó que un grupo especial de la policía santafesina se encontraba apostado en las instalaciones de Acindar. Otro policía declaró que el dueño de Acindar Arturo Acevedo realizaba pagos extraordinarios a las fuerzas policiales y también señaló que: “Acindar se convirtió en una especie de fortaleza militar con cercos de alambres de púes. Los oficiales policiales que custodiaban la fábrica se alojaban en las casas reservadas para los ejecutivos de la empresa”.
Durante los años de la dictadura en la planta de Acindar había personal civil de las fuerzas armadas espiando a los trabajadores para detectar a posibles fuentes de conflictos a los que despedía de inmediato en el mejor de los casos.
A Arturo Acevedo dueño de Acindar lo continuó su hijo que también se llamaba Arturo, éste jugó un papel menor cuando se produjeron las privatizaciones menemistas, prefiriendo la expansión de la empresa en el exterior en Chile, Brasil y Uruguay pero esa experiencia concluyó en un fracaso, en el 2000 vendió la empresa al grupo Belgo Minera que era una siderúrgica brasilera.
Acindar y Techint aprovecharon la dictadura para bajar salarios y eliminar conquistas laborales, produjeron despidos arbitrarios y se permitieron incrementar la jornada de sus trabajadores, pero la cuestión no quedó ahí también utilizaron su poder para desplazar a otros empresarios competidores, pues algunos de ellos fueron presionados para que vendan sus empresas.
Al llegar la dictadura Techint aprovechó la oportunidad para sacarse de encima una Comisión Interna combativa, entre quienes padecieron las consecuencias se encontraba Enrique Ingegnieros que fue una de las víctimas de la llamada “noche de los tubos” cuando 4 trabajadores fueron secuestrados el 22 de septiembre de 1976. Enrique Roberto Ingegnieros ingresó a trabajar en Techint el 17 de mayo de 1976 y casi un año después el 5 de mayo de 1977 fue secuestrado por un grupo de tareas en las propias instalaciones de la empresa. Fue llamado a la oficina de personal mientras trabajaba porque supuestamente lo esperaba un familiar y fue secuestrado.
Oligarquía inflacionaria
La Argentina es un país distinto a todos porque nadie puede controlar la inflación, una de las razones por la cuales no se la controla es que nuestros gobernantes no se animan o son socios de quienes fijan arbitrariamente los precios.
A pesar de las falsedades liberales que atribuyen la inflación a la emisión monetaria, las principales causas de la inflación son dos: los monopolios y oligopolios que controlan los mercados y las devaluaciones, que también se aprovechadas por los monopolios y oligopolios para incrementar los precios de sus productos aunque no tengan ningún componente importado.
Cualquier cosa que se nos ocurra comprar a los argentinos, especialmente aquellos productos de primera necesidad, debe enfrentarse al dilema de elegir entre uno, dos o a lo sumo tres empresas que venden ese producto, esta producción está en manos de monopolios u oligopolios.
Nuestro país no tiene una ley antimonopólica, la última aprobada fue la del macrismo que parecería ser una ley a favor de los monopolios, donde debían conformarse organismos que nunca se crearon, porque la derecha es socia y gobierna a favor de esos monopolios.
Analicemos algunos rubros para confirmar que existe a los sumo tres empresas que dominan el mercado, veremos algunos de ellos:
Siderar la mayor siderúrgica nacional es una compañía del grupo Techint, concentra el 99% del mercado de chapa laminada en frío y el 84% de la chapa laminada en caliente.
En cemento tres firmas controlan el 96% del mercado ellas son Loma Negra, Minetti y Avellaneda.
En panificación industrial, la empresa mexicana Bimbo compró a la argentina Fargo copando de esa manera alrededor del 70 % del rubro.
En cuanto a las gaseosas Coca y Pepsi se reparten el 84 %, correspondiendo el 60% a la primera y el 24 % a la otra.
Arcor acapara el 80 % del mercado de golosinas y el 78 % de enlatados.
En los relativo a la venta de galletitas entre Arcor y Mondelez (Ex Kraft) concentran el 80 % de ese rubro.
En fideos Molinos Río de la Plata concentra el 80 % con cinco marcas como Manera, Mattarazzo, Lucchetti, Don Vicente y Favorita, también en harinas Molinos Río de la Plata predomina, junto a Molinos Cañuelas llegan al 82%.
En la producción de yerba mate Las Marías que vende marcas como Taragüi, Unión y otras tiene el 37 % mientras que molinos Río de la Plata el 15 % con sus marcas Cruz Malta y Nobleza Gaucha. Cinco empresas controlan el 85% del mercado.
Con los aceites comestibles, la concentración se establece entre dos empresas: Aceitera General Deheza con marcas como Natura, Mazola y otras, y Molino Río de la Plata con Cocinero, Lira y Patito, entre ambas rozan el 80 %, si se añade el Molinos Cañuelas llegan al 90 %.
Otro mercado como el del azúcar se lo reparten tres empresas que dominan el 85% del rubro, ellas son Ingenio El Tabacal, Ledesma y Valpafe.
La producción láctea ha sufrido un cambio significativo en los últimos años por la caída del consumo de leche en el país, el crecimiento de la multinacional canadiense Saputo que compro en 2003 Molfino, ya es la segunda productora muy cerca de Mastellone que es la primera.
Cuatro empresas multinacionales Unilever, Johnson, Procter & Gamble y Reckit Benckiser se apoderan del 83% de los productos de limpieza como jabón en polvo, lavandina, desodorantes, detergentes, etc.
Los economistas televisivos inventarán muchas más causas y tratará que el público no vea la realidad, pero la razón principal de la inflación son estos empresarios.
La mafia judicial
Ningún país tiene un Poder Judicial independiente que asegure la igualdad ante la ley a todos los ciudadanos, sin importar lo que digan sus respectivas constituciones nacionales.
El Poder Judicial y el aparato de seguridad se conforma para que la clase dominante tenga asegurada sus riquezas y para que ningún rebelde ose cuestionar su poder sobre el resto de la sociedad.
Pero aún así lo que ocurre con la justicia argentina es pornográfico, y ha superado todos los niveles de corrupción conformando una mafia que fue consolidada durante el gobierno de Mauricio Macri.
Con dos operadores en el Poder Judicial como Daniel Angelici y Pepín Rodríguez Simón, el macrismo sacó jueces que no se sometían y trasladaron jueces amigos a lugares claves donde acepten sus órdenes, violando toda norma, para asegurar la impunidad de esta oligarquía que estamos describiendo y procediera a perseguir con causas armadas a quienes cuestionaban su dominio.
La situación de Rodríguez Simón es una muestra de lo que estamos señalando, cuando fue requerido por una jueza se escapó a Punta del Este donde permaneció hasta que asumió Milei, regresando sin consecuencia alguna.
Otro caso es el del mismo Macri con cientos de causas donde los jueces con los que juega al futbol o al tenis corren para cerrárselas, con el récord de la causa del Correo que ya lleva más de 20 años, contrastando con el apuro de esta mafia judicial cuando debe condenar a un peronista.
Esta mafia judicial es la que permite que estafadores, tomadores compulsivos de deudas, fugadores y represores como Caputo, Sturzenegger o Patricia Bullrich regresen a gobiernos siempre para hacer daño al país y a los argentinos.
Ningún proyecto nacional y popular podrá avanzar sin enfrentar y ponerle un definitivo final a esta mafia que se apoderó de la justicia.
La oligarquía liberal
Los grandes empresarios se declaran liberales en lo económico y cuando pueden se dedican a despotricar contra el Estado, en los últimos tiempos los hemos visto emocionados y exultantes con las promesas austríacas de Milei.
Sin embargo, muchos de ellos han construido su fortuna en base a negocios con el Estado nacional, pero a la hora de confeccionar el currículum sufren de amnesia y olvidan esa ayuda.
Vimos con Clarín y La Nación a los que la dictadura le regaló Papel Prensa colocándolos en una posición dominante que les permitió desembarazarse de parte de la competencia cobrándoles el papel del diario mucho más caro que lo que les salía a ellos.
También tenemos el caso del grupo Macri que creció exponencialmente con la obra pública, durante todos los gobiernos, en algunos casos cobrando precios abusivos como fue el escándalo de las cloacas en Morón, esto no le impide a Mauricio Macri presentarse como un político impoluto y antiestatista.
Pero casi todos los grandes grupos empresarios se beneficiaron cuando el presidente del banco Central en la dictadura Domigo Cavallo decidió estatizar la deuda externa privada que fue transferida a todos los argentinos, también entre los beneficiados estaba el grupo Macro pero en este caso con muchos otros integrantes de la oligarquía vernácula.
Durante el interinato de Eduardo Duhalde en la presidencia después del estallido en 2001 se procedió a lo que se dio en llamar la pesificación asimétrica, el grupo Clarín se había endeudado en dólares, el gobierno le permitió a Clarín pagar la deuda en pesos pero en vez de realizarlo por el valor real del dólar que se había triplicado, lo hicieron por 1,40, del resto se tuvieron que hacer cargo todos los argentinos, por eso los dueños de Clarín se encuentran entre las mayores fortunas del país y siguen concentrando empresas mediante la extorsión a los gobiernos.
Capitalismo caníbal
Utilizamos este término de la escritora Nancy Fraser autora de un libro con ese título, esta oligarquía apoya incondicionalmente al gobierno de Milei, como antes lo hizo con el de Macri, pero que boicotea los gobiernos populares aumentando los precios, realizando lockout, calumniando con las mentiras de sus medios e inventando causas para perseguir a los líderes políticos que se niegan a obedecerla, necesita de un capitalismo que arrase con la vida humana.
Hambrear a los jubilados, quitarle los remedios a los enfermos oncológicos, eliminar subsidios a la discapacidad, no proveer de alimentos a los comedores populares, tiene un costo en vidas humanas, estadística que el INDEC no se preocupa por estimar, ocupado como está en mentir con la desocupación, la pobreza y la inflación
Y mientras este drama ocurre, los oligarcas incrementan sus riquezas que le asegura bienestar por varias generaciones, en tanto apoyan a un gobierno que entrega la soberanía y se humilla ante una potencia extranjera.
Con otro componente adicional cual es la de la represión semanal a los jubilados, el intento de asesinato a un fotógrafo, con unas fuerzas represivas descontroladas, quien sabe con qué sustancia, que no tienen inconvenientes en golpear a discapacitados.
Lo que hasta hace poco se denominaba capitalismo salvaje hoy es directamente un capitalismo caníbal que nuestra oligarquía rapaz no duda en aplaudir.