El Forjista

Leonardo Favio

 

19 - Aniceto

 

En 2008 concurre al cumpleaños de Niní Marshal donde el productor teatral Lino Patalano le pregunta si nunca se le había ocurrido realizar un ballet en base a la historia de la película “El romance del Aniceto y la Francisca” y así surgió la idea de filmar “Aniceto”.

Se pone a trabajar en el guion con Verónica Muriel, Rodolfo Mórtola y el músico de ‘Gatica’, Iván Wyszogrod.

Comenzó a filmar en Quilmes, con los actores y bailarines Hernán Piquín como Aniceto, Natalia Pelayo en el papel de Francisca y Alejandra Baldoni es Lucía.

Al final Favio realiza varias dedicatorias: “A mi hermano Horacio por su fe en mi”, también a “Buby Stagnaro, quién hace muchos años me enseñó a usar la luz” y finalmente a Felipe Solá, a Héctor Ricardo García y a Horacio Verbitsky “porque sé que me quieren, porque siempre que los llamo están”.

Se trata de un ballet filmado ambientado en la misma época del original, de los 60, después de terminada la filmación expresa que nunca había estado tan feliz con una obra, la escenografía fue pintada por personal del Teatro Colón.

Laura Roatta, que junto a Margarita Fernández se encargaron de la coreografía, comentó que: “Leonardo sabía perfectamente lo que buscaba… si hasta compró un libro con todos los términos de los pasos de danza para transmitirnos lo que quería. Por ejemplo, creía que si Aniceto estaba feliz, debía girar. Y un día nos trajo un video y nos dijo: ‘Cuando la Francisca sale de la casa, quiero esto’ pulsó play y nos marcó un pas de bourrée que cruzaba toda la escena en ‘El Corsario’”.

La coreógrafa reconoció que luego de trabajar con Favio modificó su técnica: “Uno adorna creyendo que embellece, cuando en lo simple está la belleza real…Así es Aniceto: simple y bella. La última obra de un creador sabio y generoso. De un gran artista sensible y humano”.

El crítico Luciano Leguizamón dice en Página 12 “En ‘Aniceto’, Leonardo nos presenta nuevamente aquel cuento de su hermano –‘El cenizo’– que había alcanzado notable éxito años atrás bajo el nombre ‘Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más…’. Pero aquella película en blanco y negro, de gran ascetismo, aparece ahora como ballet, con derroche de tremendos coloridos y música clásica. Aniceto es, al mismo tiempo, volver al principio, al principio de su cine, pero también al pueblo y a las historias de su infancia, pero con el bagaje expresivo y la paleta multicolor adquirida en sus años de madurez. Tiene mucho de paradojal: es la intimidad, pero a gran escala”.

Favio comentó. “Personajes como el Aniceto, la Francisca y la Lucía existieron en Luján de Cuyo… Había muchos de ellos que iban a los bailes con su mejor ropa, siempre planchadita… Existieron y seguramente aún existen. ¿Quién no ha llorado debajo de la luna?”

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