El Forjista

Biografía de José Hernández

 

Capítulo 2 - Después de Caseros

 

El 3 de febrero de 1852 se produce la batalla de Caseros en donde Rosas es derrotado poniendo fin a su gobierno, en esa batalla fallece su tío Juan José Hernández, combatiendo en el bando rosista.

Los triunfadores en Caseros se dividen en seguida, trece provincias reconocen a Urquiza como el líder de la Confederación Argentina, mientras que la arrogante provincia de Buenos Aires que no estaba dispuesta a compartir los cuantiosos ingresos de la aduana con el resto, se mantuvo escindida.

Finalizando el año 1852 el general Hilario Lagos, ex rosista, y ahora al servicio de Urquiza se levanta contra el gobierno de Buenos Aires y sitia la ciudad, lo enfrentan Faustino Velazco y el coronel Pedro Rosas y Belgrano, hijo de Manuel Belgrano adoptado por Rosas, quienes recorren las estancias enrolando a peones para el ejército bonaerense, el joven José Hernández fue uno de ellos.

Las tropas bonaerenses son derrotadas, Velazco muere y Rosas y Belgrano es tomado prisionero, Hernández logra huir junto a otros integrantes del bando vencido.

Luego de la derrota regresa a las labores en los campos, pero en noviembre de 1854 la provincia es nuevamente invadida esta vez por tropas al mando del general Jerónimo Costa que responde a Urquiza, Hernández se vuelve a alistar y se pone a las órdenes del general Manuel Hornos, participa del combate del El Tala, donde las tropas bonaerenses obtienen la victoria, a los pocos días José cumple 20 años.

El general Costa que había sido un héroe en la lucha contra los franceses junto a otros 126 combatientes federales son ejecutados luego de haber sido tomados prisioneros por orden del gobernador Pastor Obligado, los diarios de Buenos Aires celebraron la sanguinaria decisión.

Ese año 1854 fallece su padre fulminado por un rayo en el medio del campo, José permanece tres años más en la milicia participando en la guerra contra el indio, llegando a conocer la situación en los fortines que también será expuesta en el Martín Fierro, en 1857 se retira de la vida militar.

Es por esa época en que su pensamiento político comienza a adoptar un cambio, hasta ese momento había participado en dos combates en las tropas defensoras de la secesión de Buenos Aires, comienza a ver con simpatía la política adoptada por la Confederación que mejor respondía a su idea de país.

Se siente identificado con las ideas que planteaba el diario La Reforma Pacífica que dirigía Nicolás Calvo, en la redacción trabajaban Juan José Soto, Ovidio Lagos, uno de los principales adversarios del periódico era Domingo F. Sarmiento, que había mostrado a lo largo de su trayectoria un desprecio por todo lo nacional y en particular por los gauchos a los que Hernández había aprendido a respetar en su contacto cotidiano con ellos.

El liberalismo unitario porteño se agrupaba en torno de figuras como Valentín Alsina, Bartolomé Mitre, Sarmiento, Rufino de Elizalde y Vélez Sarsfield, sus adversarios los llamaban “pandilleros” por su accionar violento.

Por el contrario, en torno a La Reforma Pacífica se nucleaban unos jóvenes a los que sus adversarios denominaban “chupandinos” porque se reunían en los almacenes donde bebían en abundancia según sus detractores, este sector promovía la adhesión a la Confederación.

En las elecciones de 1857 ambos partidos se enfrentaron, los diputados elegidos serían los que elegirían al gobernador, triunfan los pandilleros a punta de pistola con una activa participación policial a favor de los liberales, es elegido gobernador Valentín Alsina, resulta derrotado el general Escalada, suegro de San Martín.

La Reforma Pacífica hablaba de la Mazorca de Mitre, mientras que en Sarmiento en una carta que dirige a su coterráneo Domingo de Oro le contaba con detalles y alegría el fraude que ejecutaron, le decía: “Nuestra base de operaciones ha sido la audacia y el terror, que empleados hábilmente, han dado este resultado admirable e inesperado…algunas bandas de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad, acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros… en fin, fue tal el terror que sembramos en toda esta gente, con éstos y otros medios, que el día 29 triunfamos sin oposición… El miedo es como una enfermedad endémica en este pueblo; ésta es la gran palanca con que siempre se gobernará a los porteños; manejada hábilmente, producirá infaliblemente los mejores resultados”.

Sarmiento era Jefe del Departamento de Escuelas de Buenos Aires, ante este terror liberal muchos comenzaron a emigrar de la ciudad entre ellos Lucio V Mansilla, Benjamín Victorica, Mariano Fragueiro, Juan María Gutiérrez, Vicente G. Quesada, Santiago Derqui, el general Guido y Nicolás Calvo.

En la campaña quién se negaba a votar al candidato oficial era detenido, sufría el cepo, eran enviados a la frontera con el indio, situación que por lo general le hacían perder la familia y sus pertenencias, toda esta situación fue claramente expuesta en el Martín Fierro.

La elección de 1857 es reflejada en el poema nacional en la voz de Picardía el hijo de Cruz, reproducimos algunos versos que muestran esas circunstancias:

Cuando se reunió la gente
Vino a proclamarla el ñato,
Diciendo con aparato
“Que todo andaría muy mal
“Si pretendía cada cual
“Votar por un candidato

Y quiso al punto quitarme.
La lista que yo llevé.
Mas yo se la mesquiné
Y ya me gritó: … “Anarquista
“Has de votar por la lista
“Que ha mandado el comiqué

Atravesao me agarró
Y se aprovechó aquél ñato;
Dende que sufrí ese trato
No dentro donde no quepo
Fi a ginetear en el cepo
Por cuestión de candidatos

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