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El Forjista

Biografía de Arturo Jauretche

 

F.O.R.J.A.

 

El 6 de mayo de 1935 la Convención Nacional del radicalismo controlada por el alvearismo decidió disolver la Convención Metropolitana asestándole un duro golpe a los opositores internos. Jauretche se reúne con sus amigos y les transmite su idea de conformar una agrupación para enfrentar la capitulación alvearista. Para designar al nuevo grupo se inspira en una frase de Yrigoyen: “Todo taller de FORJA parece un mundo que se derrumba”. FORJA será la sigla de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina.

La reunión constitutiva se realizó el 29 de junio de 1935, concurrieron Luis Dellepiane, Amable Gutierrez Diez, Manuel Ortiz Pereyra, Gabriel Del Mazo, Homero Manzi, Juan Luis Alvarado, Arturo Jauretche y Juan B. Fleitas, entre otros, éste último que presidió la reunión había sido Ministro de Agricultura de Yrigoyen. Fue designado presidente de FORJA Luis Dellepiane y Del Mazo vicepresidente. Se aprobó una declaración que redactó Jauretche que era encabezada con la consigna “Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina Libre”.

La declaración decía: “Que el proceso histórico argentino, en particular y el latinoamericano, en general, revelan la existencia de una lucha permanente del pueblo en procura de su soberanía, para la realización de los fines emancipadores de la Revolución Americana, contra las oligarquías como agentes de los imperialismos en su penetración económica, política y cultural, que se oponen al total cumplimiento de los destinos de América”.

Scalabrini no formó parte de la nueva agrupación, aún cuando colaboró constantemente con ella, porque no aceptó afiliarse al radicalismo que era una de las condiciones para integrarla. Algunos de los miembros también colaboraban en el semanario Señales que se había constituido en un lugar habitual de reunión y donde escribía Scalabrini.

El 2 de septiembre FORJA dio a conocer un “Manifiesto al pueblo de la República” donde se repasan minuciosamente cada una de las medidas del gobierno de Justo que sometían al país al dominio del Imperio Ingles: el Banco Central, el Instituto Movilizador, la Coordinación del Transporte, las juntas reguladoras, el vergonzoso Pacto Roca-Ruciman.

FORJA declaró el abstencionismo revolucionario, no se presentará a elecciones mientras el régimen corrupto y entreguista estuviera en el dominio de la administración del país, la agrupación no era un espacio para oportunistas que sólo buscaran cargos, será a lo largo de su historia un sitio donde el mantenimiento en alto de los ideales, en momentos sumamente obscuros, era lo único que los mantenía unidos y alertas.

El 13 de mayo de 1936 Jauretche abandona la revista Señales, tres meses después lo hará Scalabrini Ortiz, en tanto el 25 de mayo de 1936 aparece el primer Cuaderno de FORJA,  donde se reproducen dos conferencias brindadas por Scalabrini Ortiz, en las cuales exponía con la brillantez y la claridad habitual los mecanismos de dominación del Imperio Inglés que convirtieron a nuestro país en una semicolonia. El segundo cuaderno aparecido unas semanas después, tenía por autor a Gabriel Del Mazo que exponía sobre el pensamiento de Hipólito Yrigoyen.

El estallido de la Guerra Civil Española produce divisiones entre los políticos argentinos, FORJA se diferenciará de todos, en coincidencia con su manera de ver el patriotismo militante, propone que los argentinos no se enfrenten por sucesos que ocurren en el extranjero: “La causa nacional exige la concentración en lo propio y los conflictos exteriores son uno de los medios más eficaces para desviarnos y postergar la comprensión de los nuestros”.

Un nuevo cuaderno de FORJA escrito por Jorge del Río denunciaba de manera muy documentada el escándalo de la CHADE, compañía de electricidad que para obtener un contrato en la ciudad había pagado coimas, algunos diputados radicales también participaron del reparto, con esos recursos mal habidos el radicalismo pudo comprar el comité de la calle Tucumán, edificio que aún pertenece a ese partido.

La prensa en su mayoría estaba en manos de los sectores oligárquicos por lo cual hubo una campaña de silenciamiento de la muy profusa actividad de FORJA, así lo describió Jauretche: “Una orden de silencio total pesa sobre FORJA. Filtrar una línea en un periódico es una hazaña que, entre nosotros, se festeja como una victoria…. Nadie ofrece teatros gratis, ni grandes stadiums. Unos cuantos carteles pegados dejan empobrecida la escasa tesorería…Somos todos pobres y recurrimos entonces a amigos, a los de la causa y a amigos personales, pero estos se cansan pronto y como dice Discépolo ‘están secas las pilas de todos los timbres que vos apretás’. Un volante, una oblea que llegan a manos del público, son el producto de ingentes esfuerzos…Sin prensa, sin radiotelefonía, sin carteles murales, tenemos nuestras gargantas y nuestras manos. Las manos se ponen a tizar las paredes hasta que el nombre de FORJA sea obsesión. Las gargantas funcionan permanentemente. Cada esquina es una tribuna. Cada forjista, un orador. No hace falta  retórica para gritar verdades: limpieza de almas y fe, eso es lo necesario”.

En 1938 se realizaron elecciones presidenciales, el radicalismo domesticado e integrado al régimen presentó al fórmula Alvear- Mosca, los conservadores presentaron la candidatura de Roberto Ortiz, que fue anunciada en la Cámara de Comercio Británica, el representante de esta institución destacó las cualidades del elegido, quién respondió sin ponerse colorado: ”La Argentina tiene con vuestra patria enlaces financieros y obligaciones tan importantes como muchas de la obligaciones que existen entre las metrópolis y diversas partes del Imperio”. El fraude permite que la fórmula conservadora Ortiz-Castillo fuera declarada triunfadora.

Durante el año 1937 Jauretche se reencuentra con una muchacha que había conocido siete años antes en Mendoza, el 20 de septiembre de ese año se casa con Clara Iturraspe, el testigo presentado por el novio es el teniente coronel Francisco Bosch que había liderado las fuerzas rebeldes en Paso de los Libres, al día siguiente la pareja se casa por iglesia y partieron de luna de miel al Paraguay.

FORJA logró también llegar al interior del país, en Rojas se encontraba el joven Darío Alessandro, uno de los amigos de toda la vida de Jauretche, ese grupo extendió su influencia hasta las ciudades de Pergamino y Olavarría, en Lincoln, la ciudad natal de Jauretche, también se conformó un grupo. En La Plata bajo la influencia de Gabriel del Mazo se incorporó René Orsi, también en Bahía Blanca se formó un grupo que integraba Miguel López Frances. En Córdoba donde Amadeo Sabattini mantiene la tradición yrigoyenista sin romper con el partido radical, el forjismo contó con la adhesión de José Cafasso y en Mar del Plata se destacó la militancia de Francisco Capelli.

Lisandro de la Torre se enfrentó con el régimen producto de la política de Carnes, si embargo había ayudado a su consolidación,  el político que integraba el partido Demócrata Progresista se suicidó, luego que su compañero de bancada Bordabehere fuera asesinado en el recinto del Senado, al interponerse a un disparo que estaba dirigido a la persona de De la Torre, así explicaba Jauretche este fatal desenlace: “Para mí, el drama de Don Lisandro fue haber llegado, recién en los altos años, a la comprensión de su error permanente: no percibir que el problema argentino era sustancial y no formal y comprender que él formaba parte de la estructura colonial del país y que sus divergencias en hechos concretos carecían de sentido, sin la divergencia de fondo entre lo nacional y lo foráneo. Su dramática resolución, como la de Lugones, es hija de la convicción de que la verdad recién descubierta necesitaba otra vida para marchar por ella”.

El 10 de junio de 1939 FORJA se dirigió a Alvear: “¿Para qué levantó usted la abstención radical? Para pacificar el país y crear el clima de legalidad que los ingleses exigían para la sanción de este sistema de leyes que Constituye el Estatuto Legal del Coloniaje. Para que el radicalismo eligiera concejales siempre discípulos aprovechados; para lo del gas; para ese despacho legislativo sobre Teléfonos que lleva la firma de diputados suyos…Su consigna, Dr. Alvear, ha sido otra: apoderarse del radicalismo para desviarlo de su destino privando a la Argentina de su única defensa…”.

Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, la agrupación forjista en la Universidad en alianza con el Partido Comunista, logra imponer a Francisco Capelli al frente de la FUA, que declara su apoyo a la neutralidad del país. Esa posición del PC duró apenas hasta que Hitler invadiera la URSS, momento en que pasó a defender fervientemente el ingreso de la Argentina en la contienda, FORJA en cambio mantuvo una consecuente posición contraria a la guerra imperialista.

El 15 de noviembre de 1939, haciendo un inmenso esfuerzo económico en que arriesgó y perdió sus ahorros, Scalabrini Ortiz edita el diario Reconquista, pero a los 40 días el periódico se encuentra ahogado financieramente, el precio del papel se había elevado producto de la guerra. En ese momento le llegó una oferta de la embajada alemana para sostener el diario, pero Scalabrini fiel a su independencia incorruptible prefirió cerrar el diario.

En la apertura de un local de FORJA en el barrio de Belgrano, Jauretche explicaba la posición de la agrupación en lo relacionado a la guerra: “No queremos luchar por nuestros opresores ni por los que pretenden suplantarlos. Queremos luchar por una Argentina libre y democrática que signifique Patria, Pan y Poder al Pueblo”.

En la asamblea realizada el 12 de septiembre de 1940 se decidió quitar la obligación de ser afiliado al radicalismo para integrar FORJA, eso permitió el ingreso de Scalabrini Ortiz que fue  designado Director del Departamento de Economía. Dellepiane y Del Mazo que discrepaban con la decisión renuncian, Jauretche asumió la presidencia de FORJA.

Pero esa no era la única diferencia de los dos que abandonaron la agrupación. La gran prensa y los partidos del régimen impusieron un clima a favor de las potencias occidentales, y se lanzaron a acusar de nazis a todos aquellos que no querían que los argentinos derramen su sangre en lejanos territorios para el exclusivo beneficio de las grandes corporaciones. Esa presión surgió su efecto en Gabriel del Mazo y Luis Dellepiane y en su decisión de abandonar FORJA.

La resolución de la Asamblea de quitar la obligatoriedad de la afiliación implicaba el alejamiento definitivo del radicalismo, esto provocó una serie de distanciamientos como por ejemplo el de Jauretche con su testigo de boda, Francisco Bosch.

 La capitulación del radicalismo escribía una nueva página el 10 de mayo de 1941 cuando en la convención nacional bajo la dirección de Alvear se decidió el apoyo a las potencias aliadas. Un grupo de jóvenes de FORJA se hicieron presentes, ingresando al grito de “¡Viva Yrigoyen!” y a favor de la neutralidad, se produjo un enfrentamiento donde volaron sillas y otros objetos. Alvear intentó hablar pero le fue impedido, intervino la policía que detuvo a unos 10 integrantes de FORJA, luego la Convención continuó y aprobó su apoyo a las potencias aliadas. El diario Crítica que había colaborado para crear el clima golpista contra Yrigoyen acusó a los jóvenes forjistas de nazis.

En un acto desarrollado al cumplirse el sexto aniversario de FORJA, el 19 de julio de 1941, Jauretche les dice a sus compañeros de lucha que están asistiendo al triunfo de las ideas políticas de la agrupación pero también a su fracaso como fuerza política, el público los comprende y los apoya pero no los seguía.

La policía comenzó a aparecer con cierta frecuencia en los locales de FORJA cada vez que se realizaba una conferencia o un acto, incluso un día Jauretche decidió iniciar su conferencia a pesar de la orden policial de no hacerlo, ese incumplimiento provocó que el local fuera rodeado por la policía pero también por mucho público que se congregó para ver qué pasaba. Este fue un pequeño triunfo para la agrupación que con el escándalo producido logró que se dejara sin efecto el edicto que prohibía las reuniones.

Homero Manzi entregaba el material de la agrupación a dos oficiales que se lo hacían llegar a Perón que se encontraba en Italia. También logró llegar a dirigentes sindicales, tal vez el más conocido era Libertario Ferrari, porque integraba el Consejo Directivo de la CGT en las jornadas del 17 de octubre de 1945. En la Universidad también se conformó una agrupación forjista que se denominó Unión Federalista Revolucionaria Argentina.

Jauretche también fue elegido presidente de FORJA en 1942, ese mismo año muere Alvear y al presidente Ortiz lo reemplaza el vice Castillo. Al año siguiente muere el general Justo. El régimen iba perdiendo a sus principales protagonistas, en el país había un clima de hastío generalizado.

El 1° de febrero de 1943 Scalabrini Ortiz renuncia a FORJA  para dedicarse a la investigación de los problemas argentinos, su renuncia ni siquiera fue tratada por la dirección de la agrupación,
 Jauretche recibió una invitación para hablar con el presidente de la Nación Castillo que mantenía una posición neutralista, Jauretche concurrió y le recomendó llamar a elecciones libres, es decir le propone nada menos que concluir con el fraude, para lo cual le aconsejaba intervenir la provincia de Buenos Aires que estaba controlada por los conservadores, y le advierte que si no solucionaba los grandes problemas del país los militares concluirían por echarlo, si no daba batalla contra el conservadorismo y el radicalismo alvearizado los militares lo sacarían en el término de un año, su profecía se cumplió mucho antes. Luego del golpe que lo derrocó Castillo sospechó que Jauretche estaba al tanto del golpe, pero no era así, sólo tuvo una correcta lectura de la realidad.

Los conservadores decidieron lanzar la candidatura a la presidencia de Robustiano Patrón Costa, señor feudal de los ingenios del norte y un símbolo de la explotación salvaje de los trabajadores, el levantamiento militar del 4 de junio de 1943 se produjo exactamente el día que se iba a proclamar la fórmula.

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