El Forjista

Vida y obra de Erich Fromm

Las convicciones de Erich Fromm

Capítulo 24 - Sadismo y masoquismo

En ciertas personas surge una agresividad que no está vinculada a la defensa de la propia vida que es el tipo de reacción que el ser humano comparte con el resto de los animales, esta agresividad en cambio se encuentra enraizada en el carácter y tiene por intencionalidad la de lograr el control absoluto sobre otros individuos.

Existen algunas formas de sadismo que pueden considerarse como más benignas y que se producen cuando una persona controla a otra para el beneficio de esta última, no obstante, no deja de tener aspectos negativos porque limita su libertad e iniciativa, muchas veces esto ocurre en la relación de padres e hijos, aún cuando ninguna de las dos partes llegue a tomar conciencia de esa situación, pero más tarde o más temprano, la persona controlada resultará dañada de algún modo si se le impide la posibilidad de crecer independientemente. (1)

En el sádico puede detectarse en la mayoría de los casos, una característica que a primera vista puede resultar contradictoria y es su absoluto servilismo hacia sus superiores, en tanto que frente a una persona débil descarga su sadismo pleno.

Casi siempre junto al sádico en la misma personalidad se esconde un burócrata, que se evidencia en su obsesión por el orden, que lo predispone de muy mala manera ante la vida que muchas veces discurre de tal manera que no puede ser totalmente planificada y nos depara una serie de sorpresas que al burócrata le resultan por demás desagradables.(2)

El mayor pecado para el burócrata es no respetar las reglas, no le importa si las mismas tienen sentido o son justas, sólo se deben respetar y esa es su principal función.

El caso que siempre mencionaba Fromm era el del dirigente nazi Heinrich Himmler, Comandante en Jefe de las SS y Ministro del Interior,  al querer graficar el prototipo del sádico, pero además afirmaba y por cierto que nos causa cierto escalofrío, que en la vida cotidiana nos cruzamos con muchos himmlers que simplemente no llegan a adquirir la dimensión y la peligrosidad del original por la sencilla razón que no tienen la oportunidad y no se dan las condiciones objetivas para que desplieguen sus “habilidades” destructivas, pero así también señalaba que de ninguna manera se podría decir que atrás de cada uno de nosotros se oculta un Himmler.

Existen caracteres sádicos y otros que no lo son, muchos de los primeros llegan a manifestarse en su vida cuando las circunstancias se lo permiten, en cambio otros nunca llegarán a ser sádicos aún cuando las condiciones les sean favorables, por eso consideraba que es importante detectar a aquellas personas con carácter sádico especialmente si pueden llegar a ocupar cargos de importancia, y no dejarnos engañar porque puedan aparecer cariñosos con los niños o los animales, o porque se los muestre realizando una buena acción.(3)

Leamos una alocución de Himmler para entender la mentalidad de quienes fueron responsables del genocidio más despiadado: “Un principio debe tener validez absoluta para el SS, y es ser honesto, decente leal, un buen camarada para los miembros de nuestra misma sangre y para nadie más. Lo que suceda a los rusos o los checos me es completamente indiferente. La buena sangre que otros pueblos tengan se la tomaremos quitándoles sus hijos, si es necesario y criándolos entre nosotros. El que otras naciones vivan en prosperidad o perezcan de hambre sólo me interesa en tanto necesitamos esclavos para nuestra cultura; de otro modo no me interesa. El que en la construcción de trincheras para los panzers caigan o no 10000 mujeres rusas sólo me interesa en tanto la trinchera esté lista para Alemania. Nunca seremos crueles ni despiadados donde sea  innecesario”.(4) Aquí desarrolla una teoría de la apropiación de niños metodología que lamentablemente fuera ejecutada sistemáticamente por la dictadura argentina iniciada en 1976, este gobierno también fue un catálogo del más descarnado sadismo. Hasta el momento han recuperado su identidad 102 personas que siendo niños habían sido apropiadas por los represores o fueron entregados en adopción sin informar sobre su origen, muchos de ellos nacieron en los campos de concentración de la dictadura.

Himmler presenció una ejecución en masa en Minsk y le afectó bastante no obstante lo cual, lo consideró necesario porque decía que alguien que decide sobre la muerte de los demás debía conocer lo que es morir y comprobar a lo que se enfrenta el ejecutor de la sentencia, algunos miembros de la SS se suicidaron o tuvieron problemas psicológicos luego de la matanza.

Cuando Himmler vio que su país se encontraba derrotado quiso entablar negociaciones con los aliados, en un intento de quedar como líder de la Alemania derrotada. Había predicado sumisión y en la derrota mostró la más absoluta deslealtad. Luego de la derrota huyó disfrazado de cabo, con un parche en el ojo, sin bigotes y con papeles falsos. Al ser detenido no soportó ser tratado como subalterno y se presentó al jefe del campo de detención y le expresó cual era su verdadera identidad, poco después optó por el suicidio, acto al que años antes había descalificado. Himmler fue un ejemplo del carácter autoritario y sádico, era débil y encontró cierta sensación de seguridad al someterse a un líder, surgiendo también su pasión por dominar a los demás para superar su impotencia y timidez.

El sadismo de Himmler era anterior a ocupar su cargo de jefe de las SS, pero su posición le otorgó la posibilidad de poner en práctica todos sus deseos de destrucción, como ya dijimos entre nosotros viven miles de himmlers pero es limitado el daño que pueden ocasionar, pero cuando las fuerzas del odio y la destrucción se hacen cargo del poder político en una sociedad, esa gente emerge de manera muy peligrosa, son los que ansían servir al gobierno para torturar, aterrorizar y matar. No resulta fácil detectar a esos sádicos, los himmlers se parecen a cualquiera y pueden amar a sus hijos y esposas. La atmósfera  familiar de Himmler era carente de alegría, trivial y sin vida, no había más expectativa que la de mantener su posición social, no existía una vida espiritual que incentivara el desarrollo, pertenecían a una clase media donde se padecía del resentimiento, la impotencia y la falta de alegría.(5)

Por su parte el anhelo sádico de Adolfo Hitler ya estaba plasmado en su libro “Mi lucha”, tenía un doble sentimiento hacia el pueblo alemán lo amaba y lo odiaba a la vez, lo cual resulta común en los sádicos, además quedaba explícitamente expresado todo el odio que sentía hacia aquellos a los que consideraba sus enemigos.

Hitler ya manifestaba en su libro que las masas debían ser dominadas por un poder superior: “Lo que ellas quieren es la victoria del más fuerte y el aniquilamiento o la rendición incondicional del más débil”.

En otro pasaje decía el líder nazi, préstese atención también a su visión sobre las mujeres: “Como una mujer que prefiere someterse al hombre más fuerte antes que dominar al débil, así las masas aman más al que manda que al que ruega, y en su fuero íntimo se sienten mucho más satisfechas por una doctrina que no tolera rivales que por la concepción de la libertad propia del régimen liberal; con frecuencia se sienten perdidas al no saber qué hacer con ella y aún se consideran fácilmente abandonadas. Ni llegan a darse cuenta de la imprudencia con la que se las aterroriza espiritualmente, ni se percatan de la injuriosa restricción de sus libertades humanas, puesto que de ninguna manera caen en la cuenta del engaño de esta doctrina”.(6)

Pero también Fromm aborda un tema de suma importancia, si bien fueron los líderes nazis quienes se beneficiaron con el usufructo del poder, las masas que apoyaron a ese movimiento no deben ser excluidas del sadismo con que el régimen trató a las minorías.

La racionalización o excusa que utilizaron Hitler y sus seguidores en lo relativo al dominio sobre otros pueblos o sectores internos que constituían la minoría, consistía en que lo hacían por el bien de las víctimas o por el avance general de la Humanidad, Hitler se consideraba actuando de acuerdo a las leyes invisibles de la naturaleza.

Hicieron un mal uso de Darwin que nada tenía que ver con las ideas autoritarias y sádicas del nazismo, pero Hitler usó su teoría y la distorsionó para justificar su salvaje y brutal accionar en el plano interno y externo.(7)

Mientras los nazis exaltaban el nacionalismo alemán nunca respetaron el nacionalismo de otros países, por el contrario tuvieron un claro comportamiento imperial de igual forma que las potencias occidentales, avasallaban a las naciones débiles, por eso despreciaban a la India a la consideraban que debía seguir sometida a Inglaterra.

Nos decía Fromm: “El amor al poderoso y el odio al débil, tan típicos del carácter sadomasoquista, explican gran parte de la acción política de Hitler y sus adeptos”.

Y continuaba explicando: “Nunca combatió contra algún poder fuerte y firmemente establecido, sino que lo hizo siempre contra grupos que consideraba esencialmente impotentes. La “revolución” de Hitler, y a ese respecto también la de Mussolini, se llevaron a cabo bajo la protección de las autoridades existentes, y sus objetos favoritos fueron los que no estaban en condiciones de defenderse”.(8)

Que existan individuos que gocen matando y actuando cruelmente, de ninguna manera significa que todos seamos sádicos o que nuestra cultura lo sea, el sadismo aparece en  personas frustradas y en clases sociales que se sienten impotentes y que tienen escasas satisfacciones en la vida, por ejemplo ocurrió con las clases bajas en el Imperio Romano  a quienes se les compensaba su pobreza material con espectáculos sádicos, o a la clase media alemana de cuyas filas Hitler reclutó a sus fanáticos adeptos, el sadismo también puede rastrearse en las clases gobernantes que ven amenazadas sus posiciones.(9)

Desde los espectáculos romanos hasta las modernas unidades de la policía, la tortura se ha empleado como pretexto para fines religiosos o políticos, y a veces para divertir a las masas empobrecidas y mantenerlas alejadas de los verdaderos problemas sociales.  Entre las manifestaciones de sadismo deben incluirse los malos tratos que reciben los niños. El castigo psíquico puede ser muchas veces más doloroso que el físico, existen ocasiones en que los padres se los infligen a sus hijos, los maestros a los alumnos, los superiores a los subalternos, se lo utiliza porque la víctima no puede defenderse.

El stalinismo llevó la tortura y los asesinatos a niveles nunca vistos, superando en crueldad a los métodos empleados por el zarismo, un caso que pinta a Stalin de cuerpo entero indica que en 1938 un miembro del Comité Ejecutivo Central, de apellido Akulov, sufrió una caída que le provocó una conmoción que lo tuvo al borde de la muerte, Stalin se preocupó porque tuviera la mejor atención, después de una larga convalecencia cuando se encontraba recuperado fue arrestado y ejecutado. Se detenía a las esposas e hijos de los más importantes funcionarios, que mientras tenían en prisión a sus familiares debían seguir trabajando como si nada anormal ocurriera, así sucedió con Kalinin y Molotov que tenían a sus esposas detenidas. Stalin mantuvo detenida a la esposa de su secretario privado mientras éste seguía en sus funciones. Al líder soviético le encantaba mostrarle a la gente que tenía un absoluto poder sobre ellos, podía hacer que los encarcelaran, que los torturaran, que los mataran, y también que los premiaran. (10)

Depende de la estructura social y política que el poder de quienes mandan sea controlado y restringido, de tal manera que se vean impedidos ante cualquier tentación de utilizar sus puestos para dar rienda suelta a sus deseos sádicos. Las minorías religiosas o raciales ofrecen posibilidades de satisfacción sádica aún para los miembros más pobres de la mayoría. El sadismo es una aparente solución a tener una vida sin productividad y alegría, es la transformación de la impotencia en omnipotencia. (11)

El sádico admira y se somete sumisamente a quién tiene poder, en cambio desprecia e intenta dominar a los indefensos, también suele ser xenófobo y neófobo, la novedad le provoca temor.

Si una persona sádica vive en una sociedad donde la mayoría no son sádicos y donde ese comportamiento es indeseable, el individuo no cambiará su carácter pero no actuará de acuerdo a él, su sadismo no desaparecerá pero se irá secando por ausencia de incentivo.

La persona de carácter sádico será inocua en una sociedad antisádica, se la considerará enferma, nunca será popular y se le cerrarán los accesos a los puestos encumbrados. La evolución de un individuo no puede entenderse sólo basándose en los antecedentes familiares y su constitución, si no conocemos la ubicación de la persona y su familia dentro de la sociedad y el espíritu de ese sistema social, no se podrá conocer los rasgos persistentes y arraigados.(12)

El masoquismo se presenta cuando existen unos manifiestos sentimientos de inferioridad, impotencia e insignificancia en el individuo. Se tienden a magnificar la importancia de los defectos y debilidades, muestran una tendencia a disminuirse y se niegan a tomar el control de sus propias cosas. No realizan aquellas actividades que les resultan satisfactorias y terminan por someterse a fuerzas externas, las cuales pueden adoptar muy diferentes maneras.(13)

Ambos impulsos, el masoquismo y el sadismo, son intentos para evadirse de la profunda sensación de soledad e impotencia, el masoquismo es además una forma de liberarse del yo individual pues la libertad se convierte en una pesada carga que les resulta imposible de soportar.

En ciertas sociedades el masoquismo puede obtener cierto reconocimiento, como fue la sumisión al líder en los casos del fascismo, el nazismo y el stalinismo, que muchas personas participen de ese sentimiento lo convierte en algo aceptable y deseable.

La anulación de la personalidad es un aspecto del masoquismo, pero también existe otra arista que hasta puede parecer atractiva, esta es la de pertenecer a una entidad más poderosa que los individuos que la constituyen, esa entidad puede ser un líder, una religión, un partido, una nación, etc.

Al formar parte de un poder fuerte, por más infeliz que sea el individuo, será partícipe de ese poder y esa gloria. Entrega su propio yo, renuncia a su personalidad perdiendo su integridad como individuo y se despoja de su libertad, pero a cambio obtiene seguridad y el orgullo de participar de un poder en el cual se ha sumergido.(14)

Muchas veces esta autonegación de la personalidad se presenta como una gran demostración de amor, en realidad Fromm afirmó reiteradamente que el amor y el masoquismo son abiertamente antagónicos.

Como ya se mostró, el nazismo tenía un alto componente de sadismo pero también era una importante expresión de masoquismo que se evidenciaba en el deseo de someterse a un poder fuerte. Las masas nazis recibían señales que las instigaban a reconocer su insignificancia y a disolver cualquier duda o cuestionamiento en el marco de un poder superior del que debían estar orgullosas de ser parte. Goebbels el Ministro de Propaganda de Hitler decía que “el socialismo representa el sacrificio del individuo al todo”.(15)

Seguramente muchos stalinistas hubieran suscripto esa afirmación del líder alemán, la educación en el régimen nazi no se proponía reafirmar la personalidad de los individuos, sino que se limitaba a aceptar mansamente las decisiones de las autoridades, aún aquellas que pudieran  parecer injustas.

Ir al capítulo siguiente

(1) El amor a la vida, pags. 92 y 93
(2) Ob. Cit., pags. 98 y 99
(3) Ob. Cit., pags. 101 y 102
(4) Anatomía de la destructividad humana, pag. 318
(5) Ob. Cit., pags. 318 a 323
(6) El miedo a la libertad, pags. 247 y 248
(7) Ob. Cit., pags . 251 y 253
(8) Ob. Cit., pags. 256 y 257
(9) Anatomía de la destructividad humana,  pag. 141
(10) Ob. Cit., pags. 286 a 290
(11) Ob. Cit., pags. 290, 291 y 292
(12) Ob. Cit., pags. 299 y 300
(13) El miedo a la libertad, pags. 166 y 167
(14) Ob. Cit., pags 177 y 180
(15) Ob. Cit., pag. 258

 

Volver al Indice