El Forjista

El coraje de Guillermo Saccomanno

 

Una de las funciones de la prensa oligárquica es que miremos sin ver, por eso cuando alguien se anima a decir ciertas verdades causa sorpresa y hasta la repulsa de aquellos a los que les conviene que vivamos en las tinieblas.

Esto fue lo que ocurrió con el extraordinario discurso del escritor Guillermo Saccomanno en la inauguración de la Feria del Libro que significó exponer contradicciones y exponer a quiénes son los responsables de los problemas por los que atraviesa la industria editorial.

¿Cómo es posible que a nadie se le haya ocurrido mostrar la contradicción manifiesta en que un acontecimiento cultural como la Feria del Libro sea realizado dentro de una institución con una tradición funesta como la Sociedad Rural?

Así lo dijo brillantemente Saccomanno: “¿Es una paradoja o responde a una lógica del sistema que esta Feria se realice en la Rural, que se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros?”

Y de esa manera dejó en evidencia algo tan sabido como silenciado, que en la Sociedad Rural, se paseó en carroza al dictador Juan Carlos Onganía, se aplaudió al sanguinario tirano Jorge Rafael Videla, en tanto que se silbó y abucheó al presidente de la democracia Raúl Alfonsín.

Se olvidan los organizadores de tales eventos que la Sociedad Rural al cumplirse el primer año de la dictadura, el 24 de marzo de 1977, publicó una solicitada en todos los diarios felicitando a los tiranos y festejando el aniversario.

Pero el discurso de Saccomanno incursionó en los problemas de la industria por la falta de papel debido a la especulación de los oligopolios que dominan el rubro, sin olvidarse de señalar, el prontuario de cada de uno ellos, en el caso de Ledesma de la familia Blaquier explicando su complicidad en crímenes de lesa humanidad en la última dictadura y en la responsabilidad compartida con la otra empresa Celulosa Argentina, en que uno de sus directivos José Urtuvey aparece señalado en los Panamá Papers.

El papel de los oligopolios en la inflación como en el desabastecimiento con fines especulativos, está reafirmado por gran cantidad de estudios, y es parte de la incontrolable suba de precios que padece históricamente nuestro país.

Luego de la magistral exposición de verdades de Saccomanno, la prensa canalla procedió a cumplir con otra de sus funciones que es la de disciplinar a los disidentes, a aquellos que no están dispuestos a someterse mansamente al poder económico, y por eso tanto Clarín como La Nación lanzaron a sus mastines a sueldo a morder los talones de Saccomanno, en su habitual forma de morder que es a través de la calumnia y la difamación.

El 2 de mayo el diario Clarín llegó a poner el tema en la tapa con una foto del escritor y el título “Saccomanno: más críticas por su discurso”, en tanto que La Nación hacía mención a “la provocadora presentación”.

Precisamente Clarín y La Nación dos empresas colaboracionistas con la dictadura, con la que además hicieron enormes negocios, se sienten aludidos cada vez que se habla de los cómplices sin los cuales posiblemente no se hubiera podido consumar el genocidio, o por lo menos sd hubiera podido atenuar sus nefastas consecuencias.

Pero otra cuestión sumamente preocupante es que en el plano político no se avizoren ejemplos de coraje como el que expuso Saccomanno, mientras de un lado de la grieta se responde ciegamente a esos intereses económicos que han saqueado al país constantemente, del otro lado se ha elegido la conciliación con la oligarquía que una y otra vez ha demostrado que sus ansias de lucro es lo único que las motiva, sin importar las consecuencias para la inmensa mayoría de los argentinos.

El coraje mostrado por Saccomanno para llamar a las cosas por su nombre sin ningún tipo de vueltas es lo que necesita el país en este momento para recuperarnos de la profunda crisis en que nos hundió el macrismo.

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