El Forjista

Conspiración en marcha

 

Como ha ocurrido a lo largo de la historia argentina, al menos desde que existe el sufragio universal, la oligarquía puso en funcionamiento su maquinaria desestabilizadora para derrocar al actual gobierno popular encabezado por Alberto Fernández, es cierto que se trata de una gestión timorata, pero eso no quita que existieron logros que de ninguna manera serían posibles en un gobierno neoliberal, este gobierno ha cometido muchos errores pero los ataques que recibe no son por sus yerros sino por sus virtudes.

Como lo explicaba muy bien Naomí Klein en su libro "La Doctrina de Shock", el neoliberalismo necesita fomentar las crisis porque de esa manera se crea en la población en clima necesario para que esos pueblos estén dispuestos a aceptar medidas que los perjudican en nombre de poner fin a la crisis.

Los integrantes de Juntos por el Cambio vienen adelantando desde hace meses las medidas que están dispuestos a aplicar si retornan al gobierno: sin anestesia han anunciado el fin de las indemnizaciones por despidos, el cierre del PAMI, derogación de toda legislación laboral, reforma previsional que desembocará en menos jubilados con jubilaciones congeladas, privatizaciones y reducción de impuestos para los magnates que ganan en dólares.

Pero para aplicar este programa antipopular necesitan que haya una crisis que la justifique y eso es lo que están gestando: los terratenientes forzando una devaluación, las empresas formadoras de precio propulsando una inflación incontrolada y desabasteciendo, los medios concentrados ayudando a generar un clima de indisimulado golpismo para forzar un adelantamiento de las elecciones, todo bendecido e impulsado por un Poder Judicial corrupto indisimuladamente instrumento de esa oligarquía rapaz.

Mientras tanto el gobierno responde a cada desafío con convocatorias al diálogo que han demostrado reiteradamente su fracaso, pareciendo que nada han aprendido de la experiencia del Brasil, durante el gobierno del Dilma Roussef con sus concesiones a empresarios y economistas liberales que no hicieron otra cosa que desembocar en su derrocamiento, cuando los tiburones del poder económico olfatean sangre y debilidad, atacan sin piedad.

Ante esta situación debemos que comprender que más allá de las debilidades de este gobierno que ha demostrado falta de coraje, los ciudadanos debemos responder en defensa propia, con la única herramienta permanente que tienen los pueblos, que es la movilización.

Históricamente el pueblo ha recurrido a la movilización para torcer las intenciones malévolas de una clase social que desprecia al país que le ha permitido enriquecerse, el 17 de octubre de 1945 fue la fecha más importante para la clase trabajadora argentina, rescatando a su líder de las garras de esa oligarquía que lo había encarcelado.

Más recientemente la imponente movilización por el 2 X 1 destrozó las intenciones de la Corte de la Suprema Corrupción de liberar genocidas, sólo la fuerza de un pueblo movilizado puede poner fin a las intenciones desestabilizadoras.

Pero además de ganar las calles es imprescindible que las consignas y los objetivos sean claros, por eso es necesario dejar bien establecido contra quienes es la marcha, con nombre y apellido, señalando a todas las instituciones que actúan contra la democracia, no valen la generalizaciones, hay que decir claramente quienes son los culpables de este estado de cosas en nuestro país, crisis que nunca hubiera ocurrido si previamente no hubiese existido un gobierno endeudador y fugador como lo fue el macrismo.

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