El Forjista

Biografía del general San Martín

 

Capítulo 11 - La declaración de la Independencia

 

San Martín logró que entre los congresales enviados a Tucumán hubiera varios hombres de su confianza en representación de Cuyo; Tomás Godoy Cruz y Juan Agustín Maza por Mendoza, Francisco Narciso Laprida y Fray Justo Santa María de Oro por San Juan, Juan Martín de Pueyrredón por San Luis.

El 19 de enero de 1816 le escribía a Godoy Cruz: “Un furioso ataque de sangre y en su consecuencia una extremada debilidad me ha tenido 19 días postrado en cama… las atenciones del enemigo y aprestos para recibirlos en caso de invasión me obligaron a olvidar de mis amigos.”

San Martín mantuvo una cordial relación con los caudillos federales y se preocupaba hondamente por la guerra civil que ocupaba los esfuerzos tanto de unitarios como federales, consideraba que era necesario centrar toda la atención en luchar contra el enemigo externo por eso antes que comenzara el Congreso el 13 de marzo le escribió a Artigas: “Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. Paisano mío, hagamos un esfuerzo y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad. No tengo más pretensiones que la felicidad de la patria. Mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como estas no sean a favor de los españoles y de su dependencia”.

El directorio fracasa en su invasión a Santa Fe, además las diferencias producen que Álvarez Thomas presente su renuncia a mediados de abril de 1816, provisoriamente Antonio González Balcarce se hizo cargo del directorio, el congreso decide el 3 de mayo nombrar nuevo director a Juan Martín de Pueyrredón quién antes de asumir acuerda con Güemes y San Martín los pasos a seguir.

El 24 de marzo de 1816 empiezan las sesiones del Congreso de Tucumán, en una carta a Godoy Cruz le hacía llegar sus opiniones: “Los americanos o provincias unidas no han tenido otro objeto en su revolución que la emancipación del mando de fierro español, y pertenecer a una nación…Seis años de revolución, y los enemigos victoriosos por todas partes nos oprimen: falta de jefes militares y nuestra desunión son los causales ¡y se podrán remediar!!”.

Sobre el papel del imperio británico con el cual se le ha asignado injustamente alguna simpatía dice de manera taxativa: “Y está decidido el problema de la Inglaterra: nada hay que esperar de ella”

Y concluía dejando expresada su idea de la necesidad imperiosa de declarar la independencia “Que la voz de nuestros afanes repercuta en todo el orbe y se sepa que aspiramos a ser un pueblo libre en una nación soberana. Que nadie pueda llamarse a engaño, y que todos los Estados del mundo sepan lo que buscamos y lo que vamos a ser. La independencia nacional es el deseo de todos…Perseguimos la independencia del mundo americano, para obtener un pleno buen éxito es inaplazable emprender una guerra ofensiva contra el dominio de la metrópoli”.

Un mes después vuelve a insistir con Godoy Cruz: “¿Hasta cuándo esperamos para declarar nuestra independencia? ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al Soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Que nos falta más que decirlo?, por otra parte, los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues declaramos vasallos”.

Con la instalación en Buenos Aires de un Directorio más amigable para las ideas de liberación Tomás Guido decide presentarles las propuestas para libertar Chile y Perú, a la vez que cuestionaba las expediciones al Alto Perú que indefectiblemente concluían en fracasos y las pérdidas de vidas de los valientes caudillos del Alto Perú.

En esa Memoria presentada el 10 de mayo de 1816 Guido señalaba: “… después de haber quedado en poder de ellos las cuatro provincias del Alto Perú… El Ejército de línea al mando de Pezuela en número de seis mil hombres aguerridos ocupa las cuatro provincias más ricas y pobladas de nuestro estado. Sus tropas victoriosas nos acechan en el norte… Por otra parte, el ejército de tres mil quinientos hombres reunidos en Chile flanquea por el sur nuestras provincias con la ventaja de conservar comunicaciones directas por mar y tierra con el virrey de Lima y con las tropas del general Pezuela”.

Y más adelante afirmaba: “Considero impolítico y ruinoso continuar la guerra ofensiva con el ejército auxiliar del Alto Perú… La ocupación del reino de Chile es el objetivo principal que a mi juicio debe proponerse el gobierno a todo trance y a expensas de todo sacrificio. Primero, porque es el único flanco donde el enemigo se presenta más débil. Segundo, porque es el camino más corto, fácil y seguro para libertar las provincias del Alto Perú. Tercero, porque la restauración de la libertad en aquel país puede consolidar la emancipación de la América bajo el sistema que aconsejen ulteriores acontecimientos”.

La idea que compartían Guido y San Martín era mantener en el norte una campaña defensiva para impedir que los realistas avanzaran sobre suelo nacional proponiendo a Belgrano a cargo de esa tarea, a la vez que se organizara un ejército de 6000 hombres para libertar Chile Y luego Perú.

El papel fundamental de Guido en el proyecto libertador fue meticulosamente ocultado por la historiografía liberal por haber sido, tiempo después, ministro de Juan Manuel de Rosas.

Ese mismo mes de mayo en carta a Guido, San Martín explicaba que ya tenía delineado gran parte del plan aun cuando todavía no había recibido toda la ayuda que necesitaba para emprender la gran hazaña: “Si esta se verifica es necesario salga el 1° de noviembre a más tardar para que todo el reino se conquiste en el verano; de no hacerse así es necesario prolongar otra campaña y entonces el éxito es dudoso: por otra parte se pierde el principal proyecto, cual es, a mediados del invierno entrante hacer marchar una expedición marítima sobre Arequipa, dirigirse a Cuzco llevando algun armamento y hacer caer el coloso de Lima y a Pezuela…”.

Y concluía: “En fin, amigo mío, todo es menos malo que el que los maturrangos nos manden y más vale privarnos por tres o cuatro años de comodidades que el que nos hagan morir en alto puesto y, peor que esto, el que el honor nacional se pierda…Hasta aquí llegó mi gran plan: ojalá tuviéramos un Cromwell o un Robespierre que lo realizase y a costa de algunos menos diese la libertad y el esplendor de que es tan fácil nuestro suelo”.

El 24 de junio el nuevo director Pueyrredón le expresaba a Balcarce que ya tenía decidido impulsar el proyecto presentado por Guido, con San Martín al frente del ejército libertador.

Cinco días después de la Declaración de la Independencia se produce la reunión entre San Martín y Pueyrredón, se reunieron en Córdoba y discutieron los detalles del cruce de los Andes, ni bien Pueyrredón llegó a Buenos Aires mediante un decreto nombró a San Martín General en Jefe del Ejército de los Andes.

Luego de la reunión San Martín le escribe a Godoy Cruz contándole: “Me he visto con el dignísimo Director que tan acertadamente han nombrado ustedes. En dos días con sus noches hemos transado todo. Ya no nos resta más que empezar a obrar… Pasado mañana partiremos cada uno a su destino con los mejores deseos de trabajar en la gran causa”.

Tanto San Martín como Güemes apoyaron la moción de Belgrano en el Congreso de Tucumán de nombrar rey de estas tierras a un descendiente de los incas pera la moción no fue aprobada en el Congreso que se desarrollaba sin las provincias artiguistas que habían realizado su congreso el año anterior.

El acta de la independencia declaraba: “Solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas provincias romper los vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueran despojadas e investirse del alto carácter de nación independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.

En junio Brasil invade la Banda Oriental con una escuadra de 4000 hombres, Artigas debió hacer frente a la invasión sin la colaboración de Buenos Aires por eso para despejar cualquier sospecha de simpatía con los portugueses el 19 de julio uno de los diputados de Buenos Aires, Pedro Medrano propuso se agregara a continuación “ y de toda dominación extranjera”.

El 20 de enero de 1817 las fuerzas portuguesas al mando del general Lecor ingresan a Montevideo ante la pasividad del director y el Congreso.

Por esos meses la salud de San Martín volvió a resentirse por los problemas respiratorios y las úlceras gástricas, a comienzos de ese año había tenido vómitos de sangre y debió guardar cama por casi tres semanas aunque menos intenso los vómitos y dolores continuaban.

Mientras que en Mendoza el 24 de agosto de 1816 Remedios daba a luz a Mercedes Tomasa que sería la única hija de San Martín, un tiempo después Remedios perdería un embarazo.

Esa hija estaría poco con su padre hasta 1823, al mes de nacida su padre empezó a pasar más tiempo en el campamento de El Plumerillo dedicado por completo a preparar la expedición a Chile, después salvo breves estadías en Mendoza de paso a sus viajes entre Santiago y Buenos Aires, a fines de marzo de 1819 San Martín dispuso que Remedios y Mercedes se mudaran a Buenos Aires.

Los españoles ocupaban Venezuela desde 1815, en diciembre el general español Morillo ocupó Cartagena y en mayo de 1816 estaba en Bogotá, Quito estaba dominada por los realistas desde 1812, un intento de Bolívar de atacar Venezuela desde Haití terminó en fracaso en marzo de 1816.

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