El Forjista

La alegría y los barriles también

Cynthia Ottaviano - Tiempo Argentino - 17 de abril de 2012

Los medios de comunicación en tanto corporaciones económico-políticas disfrazan de noticia su posición editorial, desde la tapa hasta la contra, aun cuando en apariencia se trate sólo de chistes. 

Vale la pena analizar su cobertura y también apuntar quiénes son sus anunciantes, ya que desde allí nos dirán qué temas, tal vez, estén vedados a sus periodistas o por lo menos, dificulten su tarea cotidiana. 

Cristina Fernández dedicó ayer un tramo de su discurso sobre la nacionalización de YPF a recordarle a los empresarios que si el gobierno nacional siguiera las políticas públicas propuestas por los medios hegemónicos, a la mayoría, incluso a ellos mismos, les iría mal, sin embargo cada día son esas mismas empresas las que anuncian en esos diarios. 

Como si pudieran disociarse y apoyar, adrede o no, aquello que podría perjudicarlos. Porque está claro que el sustento económico de un medio de comunicación tiene una de sus bases, quizá la principal, en la pauta publicitaria privada. En otro plano, ocurre lo mismo cuando denostan la política de recuperación de la soberanía, a través del control de sus recursos naturales. 

Si el Estado maneja las riendas de nuestras riquezas, nos beneficiamos todos, con sinceridad, ¿quién puede sostener lo contrario? Establecer, incluso, que sea desde el Congreso sólo con sus dos tercios desde donde se pueda cambiar esa situación, equiparable a una reforma de la Constitución Nacional, deja en claro el grado de política pública establecida, alejada de la más llana circunstancia. 

Sin embargo, la primera entrevista que decidieron poner al aire en TN, el canal de cable del Grupo Clarín, cuando la presidenta terminó el anuncio no fue la de un especialista en la materia argentino, ni siquiera la de un político opositor. La primera voz fue la del “periodista económico de España”, Juan Novo, quien se despachó con la “abrupta y brusca” medida, antes de agregar: “Aquí no dábamos crédito.”

Desde temprano, en el portal del diario La Nación, Carlos Pagni –imputado en una causa por “la violación de secretos políticos y/o militares, junto al ex titular de la SIDE Juan Bautista “Tata” Yofre– señalaba: “Los tres problemas que Cristina no vio venir”, posicionándose en un rol vanguardista y avizor muy superior al de la primera mandataria, mientras otro columnista, Jorge Oviedo, auguraba: “Peligrosísimos avances contra la propiedad y la libertad”, desconociendo cómo habría que llamar a la “apropiación” de lo propio, es decir del petróleo que, en realidad, es nuestro. 

En 1970, el Sindicato de Luz y Fuerza relevó 36 mil editoriales del diario La Prensa “para quebrar los mecanismos económicos y culturales de la dependencia”. La conclusión principal fue una: “El imperialismo coronó sus estructuras económicas con un andamiaje de ideas, principios y concepciones que sujetaban a los argentinos a un verdadero coloniaje mental. La prensa ha sido y sigue siendo una pieza clave de ese mecanismo de dominación, sin duda más difícil de quebrar que el económico.” 

Pasaron 42 años, pero el mecanismo de dominación sigue vigente y el coloniaje mental de muchos periodistas también. Aunque, es cierto, no suficiente como para impedir que ayer hayamos vivido un día histórico, reconociendo que esta vez las alegrías son de nosotros y los barriles, también. 

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