El Forjista
Argentina perdió a uno de sus más brillantes artistas, para la generación de los que rondamos la edad de Spinetta, muy posiblemente coincidamos en que se ha ido el mejor de todos, o al menos el más admirado por su talento y actitud ante el arte y la vida.
En este sitio en que solemos homenajear relatando la vida de quienes admiramos, en este caso preferimos expresar lo que sentimos en tanto El Flaco ha formado parte de lo más grato de nuestras vidas. Tal vez el mejor homenaje consista en infinitos relatos de quienes lo teníamos en lo más alto de nuestro reconocimiento.
Existen sensaciones en nuestras vidas que nunca se olvidan a pesar del tiempo trascurrido, tal vez no podamos precisar detalles, pero esa sensación permanece indeleble en nuestros corazones. En el caso de quién escribe estas líneas, una de esas sensaciones inolvidables se produjo cuando a los 16 años escuché por primera vez el "Tema de Pototo" que integraba el primer simple de Almendra.
Fue casi instantáneo escuchar ese tema y quedar fascinado por una melodía y una sensibilidad desconocida para la época ¡ y en nuestro idioma !. A partir de ese momento se estableció una relación de admiración hacia Spinetta que se mantuvo a pesar de haber transcurrido más de 40 años.
Esa fascinación nos llevó a distintos lugares de país, desde un Teatro en Mar del Plata que no se encontraba lleno, hasta la despedida del grupo en el Pueyrredón de Flores. En cada una de esas presentaciones tuve la certeza que estaba escuchando a una de las voces más sublimes con que me iba a encontrar a lo largo de la vida.
Pero Almendra fue sólo un paso en su larga carrera luego siguieron magníficos grupos con excelentes músicos como lo fueron Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade hasta llegar a su etapa solista. Siempre se esforzó por brindarnos una música de calidad y con un cuidado especial por las letras en la que fluía toda su exquisita sensibilidad.
Siempre tuvimos la sensación que volaba con su creatividad y su genio a unas alturas donde era difícil seguirlo y en ese vuelo supo componer las más bellas canciones y escribir una poesía magnífica que aún cuando no pudiéramos comprender en toda su riqueza sabíamos que nos hablaba de amor y de otras cuestiones esenciales de la vida.
Nunca posó de estrella del rock y le escapó intencionalmente al jet set y en ese camino fue crítico de ese periodismo canalla y carroñero que intentaba voltear puertas para inmiscuirse en la intimidad de las personas, en una oportunidad apareció en la tapa de la revista Gente con un cartel colgado del cuello que decía "Leer basura daña la salud", de ese pseudo periodismo impulsado por empresarios inescrupulosos fue también víctima poco tiempo antes de su muerte.
También cuestionó el papel de las grabadoras, generalmente multinacionales, que con su política comercial explotan el trabajo de los músicos mientras centran su atención impulsando productos detestables pero taquilleros en detrimento de aquellos músicos que se esfuerzan por presentar productos de calidad que no subestiman al público.
Otro aspecto destacable de la carrera del Flaco el inmenso respeto por su trayectaria que siempre mostraron sus colegas, en la autobiografía de León Gieco queda claramente expresada esa admiración, otra demostración palmaria de esto, es que muchos de los músicos argentinos incluyen temas del Spinetta en sus repertorios.
Nos dejó el mejor de los regalos con el recital efectuado en Velez en diciembre del 2009 que se denominó "Spinetta y las bandas eternas" donde en cinco horas y media repasó el repertorio de todas las bandas que integró.
Se fue haciendo suyo el reconocimiento a esas chicas y chicos del colegio Ecos y la profesora, fallecidos producto de la imprudencia criminal de un conductor, cuando regresaban de realizar una tarea solidaria, realizó innumerables actuaciones en su homenaje y en la búsqueda de crear conciencia en la necesidad que los conductores actúen responsablemente para evitar tragedias de este tipo.
Un gran vacío en la cultura argentina se ha producido el 8 de febrero de 2012 por la pérdida de Luis Alberto Spinetta no obstante creemos, sin temor a equivocarnos, que su extraordinaria música permanecerá inmortalmente formando parte inescindible de nuestra mejor tradición cultural.