El Forjista
Existen ciertos sectores de la intelectualidad y la política argentina que no pueden ocultar el desprecio que les provoca el peronismo. Tal es así, que existen estudios sobre el tema que destilan un acendrado antiperonismo llegando en algunos casos a convertirse en un inocultable odio de clase, atrincherado tras supuestos análisis objetivos que tan sólo buscan la descalificación lisa y llana de este fenómeno político que concitó la entusiasta adhesión de multitudes, particularmente entre los sectores que menos tienen.
Precisamente esas explicaciones denigratorias contienen aspectos metodológicos erróneos, consistentes en abstraer al peronismo del tiempo y espacio donde se desarrolló. La aplicación de esquemas extranjeros para la determinación de los defectos de este movimiento popular llevará, cuanto más, a expresar las ideas políticas del autor pero jamás a ayudar a la comprensión de este fenómeno social. La búsqueda fácil de un rótulo para ingresar en la comparación del peronismo con partidos políticos de otras tierras, con culturas y desarrollo económico absolutamente diferentes, lejos está de convocar a la reflexión, en cambio se acerca más bien a reproducir una mentalidad limitada por los dictados del poder económico, pudiendo detectarse como principal consecuencia la anulación de la comprensión de un hecho tan trascendental del pasado de nuestro país cuyas consecuencias llega hasta nuestros días.
A nuestro entender sólo es posible ubicar al movimiento creado por Perón dentro de las luchas de los pueblos del Tercer Mundo, luego de la Segunda Guerra Mundial, para buscar, muchas veces contradictoriamente, un camino propio, sin el tutelaje de las grandes potencias imperialistas.
Serán esos países de Asia, África y América Latina los que provoquen los cambios más profundos desde 1945 hasta la fecha en el tablero mundial, nuestra pertenencia a una Gran Nación desmembrada por acción de los poderes mundiales hacen de Latinoamérica un motivo central de acción y de reflexión de los estudiosos de los problemas sociales y políticos, pero que ha encontrado la indiferencia y hasta el desprecio de una porción de ciertos intelectuales.
No es posible, por otra parte acercarse al peronismo sin conocer el antes y el después de la década de gobierno peronista que transcurrió entre 1946 y 1955. El patriótico trabajo de esclarecimiento sobre la nefasta Década Infame, entre los hombres de FORJA, o entre personalidades aisladas como Juan José Torres y Manuel Ugarte nos han dado una visión del ciclo nefasto que comenzó con el derrocamiento del caudillo radical Hipólito Yrigoyen y que concluyó en 1943.
Este trabajo busca de forma deliberada la polémica, deteniéndonos sobre aquellos aspectos del peronismo más controvertidos, incursionando en algunos temas que por décadas se dieron por ciertos sin discusión alguna y adoptando muchas veces la versión de los ganadores del golpe de 1955. No pretendemos abarcar los diez años de gobierno con minuciosidad simplemente daremos un pantallazo sobre algunos acontecimientos de esa porción de nuestra historia.
No ocultamos nuestras simpatías pero intentaremos mostrar que aquellos que quieren dar cierto tinte científico a sus opiniones no son más que partidarios de otras causas que han enfrentado al peronismo con una considerable cuota de desprecio.