El Forjista

Responsabilidad social

 

La convocatoria a la responsabilidad social de la población para evitar la propagación del coronavirus adolece de un problema al olvidar que nuestro país fue gobernado reiteradamente por administraciones que lo hacían en nombre del más descarnado neoliberalismo.

Las consecuencias de esas gestiones no sólo se efectivizaron en el empobrecimiento de los ciudadanos, la entrega del patrimonio nacional y un endeudamiento feroz que aseguraba a las finanzas internacionales arrasar la soberanía del país, también las consecuencias se concretaron en las mentes de las personas.

El neoliberalismo desde sus inicios negaba las relaciones sociales, limitándolas a los vínculos familiares y exaltaba el individualismo, Margaret Thatcher llegó a afirmar que “¿Quién es la sociedad? ¡Eso no existe! Hay hombres y mujeres individuales y hay familias”.

Mientras que Ayn Rand heroína de los millonarios y neoliberales autora del best seller “La rebelión de Atlas” ha dicho en su exaltación de los poderosos que: “El dinero se ha convertido en un instrumento para medir la virtud de una sociedad”.

Mientras que el macrismo ha realizado una constante canonización del cuentapropismo a la vez que dejaba a millones de argentinos sin trabajo y de la meritocracia que es la excusa de los poderosos para echarle la culpa a los pobres por serlo y de paso eludir su responsabilidad en las desgracias que ellos producen en la sociedad.

Pero no sólo desde los gobiernos neoliberales existe una exaltación del egoísmo y el individualismo, los medios son especialistas en mostrar constantes ejemplos de personas dispuestas a pisarle la cabeza al prójimo para ser un “ganador” en a vida.

Los medios de comunicación están infectados de presentadores fascistas y obsecuentes de los poderosos que siempre recurren a recabar la opinión de las mismas personas que terminan diciendo las mismas cosas que siempre fracasan en la realidad, pero que endulzan los oídos de los empresarios dueños de esos medios de desinformación.

Contra esa exaltación impúdica del egoísmo y el individualismo se alzó la actual ex vicepresidenta Cristina Fernández cuando dijo “La Patria es el otro” buscaba precisamente dejar atrás ese pensamiento retrógrado que nos conduce indefectiblemente al “sálvese quien pueda” en cada una de las crisis que debió atravesar nuestra sociedad y que vuelve a quedar en evidencia en esta pandemia.

La educación en todos los niveles y los medios de comunicación deberían hacer de la solidaridad una bandera para mantener en alto permanentemente y transmitirse insistentemente a aquellos que se encierran en su egoísmo, sólo de esa manera la convocatoria a la responsabilidad social será un llamado que tendrá el eco que corresponde a un sociedad madura y solidaria.

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