El Forjista

Por qué canto así

Biografía de Celedonio Flores

Juan Carlos Jara

Placeholder image

El profesor, poeta e investigador de la historia del Tango, Juan Carlos Jara, presentó un trabajo editado en el año 2015 sobre la vida y obra del gran poeta popular Celedonio Flores.

Como es su costumbre, las obras de Jara buscan rescatar del olvido a aquellas figuras que lucharon por la soberanía cultural y económica de nuestra Nación, como Manuel Ugarte y Raúl Scalabrini Ortiz, y también sobre quienes hicieron aportes significativos a nuestro arte nacional, como Cátulo Castillo y Nelly Omar, ninguno de ellos ocupan un lugar destacado en la bibliografía y los medios de comunicación, situación provocada por la invasión de productos culturales foráneos que impiden que las nuevas generaciones conozcan a quienes tanto hicieron por la cultura popular, forjando una identidad nacional que resiste los intentos colonizadores.

Con la meticulosidad característica por la investigación y los aportes originales, en este libro nos introducimos en la frondosa y valiosa producción literaria de Celedonio Flores, poeta con una obra que hizo que los más prestigiosos músicos de su época bregaran por convertir sus letras en tangos, milongas, zambas o valses.

Aún para aquellos que no son conocedores de la música ciudadana, les serán familiares algunas de las canciones surgidas de los poemas de Flores: "Margot", "Mano a Mano", "Corrientes y Esmeralda", "El bulín de la calle Ayacucho" o "Muchacho", muchas de las expresiones que ahí se vertieron forman parte de nuestro vocabulario cotidiano, aún si saber su origen específico.

Dos de los cantantes más populares de la época se disputaron la posibilidad de cantar los tangos de Celedonio, nos referimos a Carlos Gardel y Rosita Quiroga, esta última obtuvo algo inusual para la época, hacerle firmar un contrato en exclusividad con la discográfica Víctor para poder interpretar las letras de Flores, lo que da una idea de la calidad de su poesía.

Otro letrista fundamental de nuestra música, Pascual Contursi, surgido unos años antes, fue una influencia decisiva para la carrera de Flores de igual forma que la poesía de Evaristo Carriego y Carlos de la Púa, en "Corrientes y Esmeralda" Flores brinda un cálido homenaje a quienes admiró.

Al igual que sus admirados poetas supo retratar las particularidades y los personajes de los barrios porteños, las tristezas y las alegrías de esas personas invisibles para los gobernantes y los medios de comunicación de la época, que sólo se hacían visibles en las letras arrabaleras de la música popular.

Celedonio Flores intentó en un comienzo con versos "delicados, sutiles, finos" pero se dio cuenta que lo que mejor le salía era escribir con el lenguaje de la calle, con un gran componente de lunfardo, es decir que al igual que Manzi decidió a escribir letras para los hombres comunes, en vez de ser un hombre de letras.

El tango se impuso como música popular al comenzar la década del 20, hasta ese momento los sectores populares consumían fundamentalmente música española y criolla. Entre 1917 y 1922 en el repertorio de Carlos Gardel predominaba el folklore, en 1917 sólo grabó un tango, "Mi noche triste" de Pascual Contursi, en 1921 grabará el tango "Margot" de Celedonio Flores, pero ya en 1922 Gardel llega a grabar 20 tangos.

Para un joven poeta de 25 años lograr que un ídolo popular como Carlos Gardel grabara uno de sus tangos significaba un empuje sin igual para su carrera de letrista, a partir de ahí ambos trabarán una amistad que no se verá afectada por la firma de contrato por parte de Celedonio Flores con una grabadora competidora a la que producía los discos de Carlos Gardel.

El segundo tango de Celedonio fue escrito a pedido Gardel, se trababa del famosísimo "Mano a mano" y con el que el cantante obtuviera uno de sus mayores éxitos en una carrera plagada de triunfos. A partir de ahí Gardel le pedía constantemente letras para poder interpretarlas.

Si sus versos se hacen conocidos por la voz incomparable de Carlos Gardel, su consolidación como autor se establece a partir que Rosita Quiroga canta gran parte de su obra entre 1922 y 1931, tiempo en el que estrenó más de 20 tangos de su autoría.

Los mejores cantantes, no sólo Gardel y Rosita Quiroga, introdujeron en sus repertorios los temas creados por Flores, también lo hicieron Tita Merello, Agustín Magaldi y Libertad Lamarque y tiempo después fue retomada por artistas de la magnitud de Julio Sosa y Edmundo Rivero.

Gardel lo invitó a recitar sus versos en la audición que tenía tres veces por semana por las radios Splendid y Rivadavia, y en los cortos fílmicos interpretó sus canciones.

Jara nos comenta que la poesía de Flores lo emparentan con la poesía gauchesca tanto como por su inclinación a plantear una temática social, como así también por la intencionalidad de dar consejos propios de obras como el Martín Fierro. Dicha relación también se extiende al lenguaje y la utilización de expresiones como la contracción "pa" en reemplazo de para, y en palabras como maula, matear, pilcha y muchas más.

Celedonio expuso en un lenguaje accesible para las mayorías la dura realidad que muchas veces resultaba eludida por otras vertientes artísticas, en su poesía apareció la muchas veces ocultada violencia contra la mujer.

Una cuestión importante remarcada por Jara es el desprecio y el prejuicio que mostraban los intelectuales hacia la música popular del Río de la Plata, incluso en aquellos de tendencia izquierdista que consideraban como un arte menor a este tipo de música, llega a mencionar el caso de un periodista que para conservar su trabajo no pudo aparecer como autor de un tango.

Muchas veces en nuestra historia los intelectuales marcharon a contramano de los sectores populares a quienes no entendieron en ninguno de sus aspectos, no sólo el político.

La Década Infame significó un duro golpe para los argentinos y obviamente también para los artistas, muchas discográficas quebraron, Discépolo le ponía versos a la desesperanza y los personajes salidos de los cuentos de Roberto Arlt también vagaban buscando una milagrosa salvación que no llegaba. El tango también se vio perjudicado por la importación de música extranjera como el jazz.

La muerte de su amigo Carlos Gardel en Medellín fue un duro golpe para Flores que escribió en su honor "Jilguerito Criollo" donde expresaba su sentir:

Vos eras hijo de todas las madres,
eras el amigo más noble y más fiel
¡Qué triste se queda Buenos Aires....!
¡Que Dios te bendiga, Carlitos Gardel...!

Nos ilustra Jara que Flores no coincidía con el escepticismo de Discépolo no obstante también mostraba una clara preocupación por los problemas sociales lo demuestran sus tangos "Pan", "Pordioseros", "Pajarito" y su poema "Mishiadura".

En el tango "Pan" que el neoliberalismo convirtió en actual, Celedonio decía:

Sus hijos no lloran por llorar,
ni piden masitas,
ni chiches, ni dulces ...¡Señor!
Sus hijos se mueren de frío
y lloran, hambrientos de pan.
La abuela se queja de dolor,
doliente reproche que ofende a su hombría.
Tambi
én su mujer,
escuálida y flaca,
en una mirada
toda la tragedia le ha dado a entender.

La utilización del lunfardo hizo que muchas de sus obras fueran censuradas a partir del golpe de estado de junio de 1943, donde a pesar de la incansable actividad del coronel Perón en favor de los trabajadores, el campo de la cultura y la educación fue cedido a reaccionarios nacionalistas oligárquicos que la emprendieron contra las letras de la música popular.

Celedonio Flores fue especialmente víctima de estos retrógrados que prohibían la difusión de determinados temas por radio y obligaban a los autores a reescribir sus letras si pretendían que las mismas se difundieran.

Jara nos brinda un elocuente ejemplo de esa amputación realizada por mentes reaccionarias, así fue como el "Bulín de la calle Ayacucho" que tenía la siguiente estrofa:

El bulín de la calle Ayacucho
que en mis tiempos de rana alquilaba,
el bulín que la barra buscaba
para caer por la noche a timbear,
el bulín donde tantos muchachos,
en su racha de vida fulera,
encontraron marroco y catrera
amurado parece llorar
.

Quedó transformado en:

Mi cuartito feliz y coqueto
que en la calle Ayacucho alquilaba,
mi cuartito feliz que albergaba
mi romance sincero de amor.
Mi cuartito feliz donde siempre
una mano cordial se tendía
y una linda carita ponía
con bondad su sonrisa mejor.

Esta censura también produjo un cambio en la temática de las canciones, evadiéndose de la realidad y abandonando el testimonio de una época para incursionar en melodías intimistas que apuntaban a la problemática individual.

Celedonio Flores murió por una afección cardíaca el 28 de julio de 1947, cinco días antes de cumplir 51 años.

Juan Carlos Jara vuelve a rescatar a un hombre de la cultura popular de esos tantos olvidados, a pesar que muchas veces recurrimos sin saberlo a su poesía para referirnos a hechos cotidianos, los olvidos de nuestra historia oficial no suelen ser inocentes, buscan borrar parte de nuestra memoria histórica, al menos aquella que no les conviene a las clases dominantes o que simplemente no les interesa, para de esa forma imponer a sus héroes y su ideología, por eso que las obras de Jara se tornan tan necesarias como útiles para comprender, actividad que siempre es una herramienta de liberación.

Volver a la Página Principal