El Forjista
Lanusse era integrante de una familia de la oligarquía terrateniente y uno de los últimos de ellos de formar parte de las fuerzas armadas, era un recalcitrante antiperonista que había participado del intento de golpe de Estado de Menéndez en 1951, reincorporado al ejército por la Revolución Libertadora, Lonardi lo puso al frente del Regimiento de Granaderos a Caballos, quien tiene la misión de resguardar al presidente, pero en un acto de extrema deslealtad participó activamente en su derrocamiento, ahora asumía la presidencia luego de los sucesivos fracasos de la dictadura con la misión de evitar la llegada de Perón al gobierno.
El 22 de abril de 1971 el coronel Francisco Cornicelli llegó a la residencia de Perón en Madrid en calidad de enviado de Lanusse, la conversación se extendió por cuatro horas, una de los asuntos tratados fue la intención del gobierno argentino que Perón desautorizara públicamente a los grupos guerrilleros, Perón se niega a realizarlo bajo el argumento válido que por más que él lo haga las organizaciones iban a seguir actuando sin tener en cuenta su opinión, pero además señala que la violencia del pueblo es la reacción lógica a la violencia del gobierno que es el principal responsable de la situación que padece el país.
Si bien existían grupos que reconocían el liderazgo de Perón como Montoneros y las Fuerzas Armadas Peronistas, otros como el ERP eran contrarios al peronismo, declarando explícitamente que consideraba a su líder un contrarrevolucionario ya que era un representante de la burguesía según su particular visión.
La dictadura lanza el denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN) que era una forma elegante de señalar que el gobierno pretendía llegar a una salida negociada con los partidos políticos que no implicara una ruptura con las políticas económicamente liberales y autoritarias en política, Lanusse pretendía entregarle el gobierno a un presidente que no alterara el orden oligárquico.
Perón le escribe una carta dirigida a los peronistas donde señala su cuestionamiento al GAN convocado por el gobierno donde incluye una de sus habituales y sarcásticas salidas: “’Ven conmigo a pescar’ le dijo el pescador a la lombriz. Lo que busca es que nosotros seamos la lombriz”.
En julio llegó a España el nuevo embajador argentino, brigadier Jorge Rojas Silveyra, una de sus primeras acciones fue reunirse secretamente con Perón, con la idea de mostrarle que el gobierno estaba dispuesto a realizar una serie de concesiones, pero con la condición de que Perón se mantuviera lejos de la política nacional.
El gobierno le ofrecía al líder peronista pagarle todas las pensiones atrasadas en su condición de ex presidente desde 1955, incluir su busto en la Casa Rosada junto a los demás ex presidentes, sería dejada sin efecto las acusaciones efectuadas ante la Justicia argentina y se daría a conocer públicamente que el Vaticano había dejado sin efecto su excomunión.
Un tiempo después se le anunció al ex presidente que se le retornaría el cuerpo de Eva Perón que había sido profanado por el Ejército Argentino en uno de los actos más infames que tiene la historia de esa fuerza, en la oportunidad con la complicidad del Vaticano.
El coronel Mario Cabanillas, jefe del Servicio de Informaciones del Ejército había asumido la custodia del cadáver de Eva desde 1956, fue el encargado de trasladar el cuerpo de la ex esposa de Perón hasta la residencia de Perón, descendió de un jeep y supervisó el traslado del ataúd de madera negra hasta el living de la residencia, Perón, Isabel y dos sacerdotes se encontraban en el lugar mientras Paladino y López Rega abrían el féretro.
También estaba presente el embajador argentino que lo apartó a Perón y le comentó la ruta del cadáver de su esposa, desde que Aramburu había decidido enviar el cadáver al exterior para enterrarlo en un cementerio de Milán bajo el nombre de María Maggi de Magistris, Cabanillas fue el encargado de presentarse en ese cementerio como familiar y trasladar el féretro a través del sur de Francia hasta Madrid.
El comentario emocionado que el general le hizo al embajador fue “Pasé muchos años felices con esta mujer”, pero la emoción se transformó en furia al ver el estado del cadáver que tenía muestras de haber sido dañado intencionalmente.
La cadáver tenía la nariz quebrada, un tajo en la mejilla derecha, otro en el cuello y también en la sien y fractura en las piernas, Perón sólo pudo expresar su rabia repitiendo la palabra ¡Miserables!.
A pesar que el médico Pedro Ara que había llevado el trabajo de embalsamamiento del cuerpo de Eva señaló que el cuerpo mostraba daños menores, no fueron de la misma opinión sus familiares y allegados, tanto Perón como las hermanas de Eva y el Doctor Taiana explicaron que los daños que se evidenciaban eran muchos.
Perón le escribe una carta a un familiar el 3 de septiembre de 1971 donde expresa sus sentimientos, luego de relatar el daño que mostraba el cuerpo de Eva señala: “Sin embargo, estos mismos miserables, que fueron capaces de semejante vileza, quieren ahora que les agradezcamos que nos devuelvan los despojos. Y todavía creen estos cochinos que yo anhelo vestir el mismo uniforme de los que han sido capaces de semejante hazaña. Se pueden guardar su uniforme deshonrado, su título y su grado que a mí no me interesa. Yo no puedo ser camarada de semejantes ejemplares. Me basta y me sobra con ser solamente Perón y no quiero agregar a mi apellido honesto un título definitivamente deshonrado ante el pueblo y ante todo el que tenga un poco de dignidad. Hay un castigo del que jamás se libran los profanadores de cadáveres”.(1)
El paso siguiente del gobierno fue realizar una convocatoria a elecciones para el 11 de marzo de 1973, con la asunción prevista para las nuevas autoridades para el 25 de mayo.
Perón por su parte decide reemplazar a su delegado personal Jorge Daniel Paladino, al que consideraba asumiendo actitudes muy cercanas al gobierno, por un hombre que durante su primer gobierno había sido de la mayor confianza de Eva Perón, se trataba del Héctor Cámpora.
El historiador Joseph Page se esfuerza por descalificar a Cámpora por su lealtad a Perón llegando a repetir chismes que pululaban entre los furiosos antiperonistas, mostrando que a pesar de su libro, le quedaron muchos aspectos del peronismo sin comprender. Page cae en una contradicción flagrante porque por un lado lo intenta mostrar como un incondicional a Perón, incapaz de adoptar decisiones propias y por otro como influenciado por el sector de izquierda, el arte de denigrar muchas veces desiste de la coherencia.
Cámpora mostrará a lo largo de su trayectoria política que era un hombre dispuesto a brindarse plenamente por sus convicciones, y que en Argentina muchas veces esas creencias se encarnan en figuras como Eva y Perón. Sin lugar a dudas Cámpora será una de las figuras más importantes en la historia del peronismo, sus detractores internos y externos, por lo general, fueron reaccionarios incapaces de comprender la dinámica que se imponen los pueblos en su lucha por su liberación.
Hacia fines de 1971 envía a su esposa Isabel Martínez al país para comenzar a organizar el partido para las elecciones y tomar contacto con las distintas organizaciones que formaban parte del movimiento, unas 10.000 personas la reciben en el aeropuerto de Ezeiza.
Otro movimiento del general consiste en recibir a Rogelio Frigerio en Puerta de Hierro, un tiempo después se da a conocer un documento redactado por el mismo Frigerio, donde se manifestaba la necesidad de propiciar un desarrollo económico, en la reunión también se acuerda una reunión posterior en que Frondizi visita a Perón y dejan sentada las bases de un Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA) con la participación de peronistas, desarrollistas y otros partidos.
Así como se va delineando la táctica electoral también se comienzan a esbozar los principios de un futuro pacto social que se aplicaría en caso que el peronismo y sus aliados llegaran al gobierno, los principales protagonistas de ese encuentro entre sindicalistas y empresarios son José Ignacio Rucci por la CGT y José Gelbard por la Confederación General Económica.
Pero mientras gran parte de la dirigencia política comienza a movilizarse por el llamado a elecciones, otro sector conformado principalmente por jóvenes recién arribados a la acción política se integra a los distintos grupos guerrilleros que producen actos que ponen a la dictadura en constante acoso.
Pero no todos los grupos juveniles optaron por la lucha armada, al comenzar el año 1972 la cantidad de agrupaciones juveniles que actuaban en la cercanías del peronismo eran innumerables, entre ellas se encontraba Guardia de Hierro comandada por el “gallego” Alejandro Álvarez con posiciones de derecha por sus simpatías con el falangismo español, el Frente Estudiantil Nacional tenía a su principal figura en Roberto ”pajarito” Gravois, la agrupación de Bases Peronistas 17 de octubre contaba como su más destacado dirigente a Dardo Cabo quién lideró el denominado “Operativo Condor” que había desviado un avión hacia las Islas Malvinas donde izaron una bandera Argentina y que del nacionalismo derivó en posiciones de izquierda, las Juventudes Argentinas para la Emancipación Nacional JAEN con el liderazgo de Rodolfo Galimberti que ya había sido designado por Perón en el Comando Superior Justicialista, el Encuadramiento de la Juventud conocido como Demetrios estaba aliado con el desplazado Paladino, Alberto Brito Lima lideraba el Comando de Organización con posiciones de ultraderecha y que apelaba a la violencia con peligrosa asiduidad.
A fines de marzo de 1972, el ERP secuestra al presidente de la sucursal argentina de FIAT, Oberdam Sallustro, reclaman un rescate de un millón de dólares y la liberación de presos políticos, el gobierno se niega a negociar y cuando las fuerzas de seguridad intentaban acciones de rescate el empresario cautivo muere sin saberse a ciencia cierta de donde salió la bala que puso fin a su vida, ese mismo día el general a cargo del Segundo Cuerpo de Ejército Juan Carlos Sanchez moría en un atentado en Rosario que sería reivindicado por una acción conjunta de las FAR y el ERP que acusaban al militar de ser el responsable de la tortura que se le aplicaba a los presos políticos.
Pero lo que más conmocionaba a la dictadura eran las rebeliones populares que se producían reiteradamente en el interior del país, en abril de 1972 se produjo el denominado Mendozazo, el incremento de las tarifas eléctricas fue el motivo que comenzó el incendio, provocando que el Ejército debiera ocupar la ciudad capital de la provincia al haber sido sobrepasada la policía, la represión provoca dos muertes y gran cantidad de heridos y detenidos, el gobierno dispone dejar sin efecto el incremento de las tarifas. La represión a esta rebelión inspira a León Gieco para escribir su canción “Hombres de Hierro”.
En junio y julio la rebelión se entiende a otras ciudades del país: Tucumán, Córdoba, La Plata, general Roca y Malargüe son expresiones del mismo hastío popular que le reclama a la dictadura que ponga fin a su nefasto dominio.
Las expectativas de Lanusse era que después de las concesiones efectuadas a Perón, éste aceptara retirarse de la política y dejara el camino libre para que la dictadura pusiera al sucesor de Lanusse, que incluso podía ser él mismo pero esta vez bajo el ropaje de una democracia debilitada y controlada por las fuerzas armadas.
Perón apela a su ironía cuando le preguntan sobre las posibilidades de Lanusse de ser un presidente elegido por el voto popular, el líder exiliado responde: “tengo más probabilidades yo, de ser elegido rey de Inglaterra, que Lanusse de llegar a ser presidente constitucional de la Argentina”. (2)
Con la intención de eliminar a Perón como posible candidato, el gobierno dispone una medida absolutamente arbitraria: sólo podían ser candidatos en las elecciones aquellos que se encontraran en el país antes del 25 de agosto de 1972 y que no ocuparan cargos públicos después de esa fecha, esto provocaba la autoexclusión de Lanusse, pero imponía a Perón la obligación absurda de tener que viajar a la Argentina antes de esa fecha. El gobierno también establece el ballotage o segunda vuelta con la esperanza que los partidos antiperonistas reunidos pudieran superar en número al peronismo.
Lanusse lanza otra provocación al señalar que si Perón no retornaba antes de esa fecha demostraría que “no le daba el cuero”, el líder exiliado por su parte no estaba dispuesto a someterse a las imposiciones de la dictadura ni mucho menos dejarse comprar por las concesiones realizadas por el gobierno.
En agosto de 1972 se produce un acto que permite alumbrar las verdaderas intenciones de la dictadura más allá de las convocatoria a elecciones, en la prisión de la ciudad de Rawson en Chubut, un grupo de presos políticos miembros de las organizaciones guerrilleras Montoneros, ERP y FAR se amotina y logran escapar hacia el aeropuerto de Trelew secuestrando un avión comercial, seis de ellos incluido Roberto Santucho el máximo dirigente del ERP, abordaron la nave y logrando volar hacia Chile donde obtuvieron el asilo político del gobierno de Salvador Allende.
Pero las fuerzas de seguridad logran apresar al resto de los evadidos y los conducen a la prisión de la Marina en la ciudad de Trelew, por la noche los prisioneros son sacados de sus celdas y asesinados a mansalva, dieciséis de ellos mueren y otros tres reciben heridas de gravedad, el gobierno presentó los hechos mintiendo descaradamente mostrándolo como un intento de fuga, sin embargo, uno de los sobrevivientes pudo hacer conocer la verdadera historia, los guardias pusieron en fila a los prisioneros y los fueron ultimando, en lo que pasó a la historia como la Masacre de Trelew, la Marina escribía otra página criminal al asesinar a compatriotas indefensos.
Todo el arco político, sindical y de derechos humanos se conmueve al enterarse de este acto demencial, y se producen numerosos actos de repudio, la dictadura oligárquica seguía manchando con sangre su nefasto historial.
Perón también da a conocer un mensaje donde repudia el crimen consumado por la dictadura, el general expresa: “Se ha producido una masacre de jóvenes argentinos, miembros de una juventud, generalmente universitaria, que está en una posición de protesta permanente. Sin juicio de ninguna naturaleza, utilizando el estado de sitio – lo que le permite detener a la gente indiscriminadamente- los han masacrado en la cárcel. Todas esas explicaciones que dan ahora, que he leído en los diarios de allá, son demasiadas explicaciones para creerlas. En los casos de masacres de este tipo o genocidios de cualquier naturaleza, las explicaciones huelgan. Están de más. ¡Más explican, peor será!... Me imagino a la juventud argentina, a la cual le han asesinado, entre hombres y mujeres, a dieciséis de los suyos, y herido gravemente a otros tres. Ya lo dije antes: se trata de un verdadero genocidio…”. (3)
Algunos de los guerrilleros asesinados son velados en la sede del partido Justicialista en la Capital Federal, cuando una tanqueta de la Guardia de Infantería derriba la puerta, ingresando al local donde secuestran los ataúdes y reprimen a los concurrentes, en otro acto vandálico de la dictadura.
También habían comenzado a actuar grupos paramilitares, el 13 de julio de 1971 fueron secuestrados en el barrio de Belgrano de la Capital Federal, Juan Pablo Maestre y su esposa, Mirta Misetich, ambos integrantes de las FAR, el cadáver de Maestre aparece unos días después en un descampado mientras que su esposa permanece desaparecida, en su funeral pronuncia un discurso el mayor Bernardo Alberte.
En Carlos Paz, Córdoba, se realiza la primera reunión de Sacerdotes del Tercer Mundo que se definen a favor del socialismo nacional y reconocen al peronismo como expresión revolucionaria de las masas argentinas.
Perón se percata enseguida de la profunda transformación que se está desarrollando en la Argentina, cuando expresa: "Nos acusaron de quemar iglesias y hoy los sacerdotes con sensibilidad popular están con nosotros fervorosamente”, y también reconoce otro cambio singular que se está perfilando en el mundo universitario al señalar: “Quisieron arreglar la Universidad con policía y machetes, y los estudiantes se han hecho peronistas y montoneros”.(4)
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(1) Norberto Galasso, Perón. Exilio , resistencia, retorno y muerte. Tomo II Colihue 2011 Pag. 1085
(2) Idem Pag. 1106
(3) Idem Pag. 1115 y 1116
(4) Idem Pag. 1080