El Forjista


Oligarquía o Pueblo

En sus inmerecidas y larguísimas vacaciones el presidente Macri volvió a vomitar una de sus máximas dictadas por su costoso asesor Durán Barba, la Argentina ha vivido de fiesta en los últimos 70 años y ahora los fiesteros no podemos pretender que él y el mejor equipo de los últimos 50 años puedan arreglar la situación en apenas tres escasos años.

Haciendo el cálculo si restamos 70 años al 2019 nos da 1949, año en que gobernaba Juan Domingo Perón y donde se reformó la Constitución que disponía, entre otras cosas, la función social de la propiedad privada, la propiedad estatal de las fuentes de energía y los servicios públicos, los derechos de la niñez y la ancianidad.

Esto nos permite entender perfectamente la razón de que Cambiemos y su líder tengan especial inquina contra ese año particularmente venturoso en lo relacionado a la adquisición de derechos por parte de la mayoría de los argentinos.

No obstante, a pesar de considerar a Perón principal responsable de la crisis que padece el país, la hipocresía infinita del PRO y esa enorme estafa que fue la campaña electoral de ese partido, Macri participó de la inauguración de un monumento a Perón en octubre de 2015 junto a Eduardo Duhalde, Hugo Moyano y el fallecido y dueño de una fortuna manejada por testaferros, el Momo Venegas.

Sin embargo, la mayoría de los argentinos, incluidos algunos de los votantes del PRO tenemos la convicción que no hemos sido invitados, ni participamos ni siquiera como colados, de una fiesta cuyas invitaciones fueron cursadas a unos pocos privilegiados.

Parte de la derrota cultural sufrida por el Movimiento Nacional y Popular es haber perdido algunas palabras con su significado, una palabra que en este sitio utilizamos con frecuencia es el concepto de oligarquía.

Los grandes pensadores nacionales nos enseñaron hace décadas que a diferencia de lo que piensan algunos izquierdistas, bastante gorilas por cierto, que recitan a Marx y otros clásicos sin considerar la situación del país, Argentina ha sido gobernada prácticamente desde sus inicios como Nación por una oligarquía y no por una burguesía.

La diferencia es esencial, mientras que se supone que una burguesía debería asumir riesgos, reinvertir parte de sus beneficios y además tener disposición para competir, la característica principal de la oligarquía fue la de su parasitismo, ya sea que sus ganancias provinieran del contrabando, cuando era comercial, de la renta diferencial de la tierra, cuando fue terrateniente, o del saqueo del Estado cuando fue Patria Contratista.

Esa minoría gobernante tiene muchas veces sus intereses en el exterior y por eso no le preocupa en lo más mínimo la suerte del mercado interno, precisamente por eso puede condenar al hambre y la pobreza a millones de argentinos sin que sus ganancias se vean afectadas.

Esa oligarquía, con sus pequeñas modificaciones, gobernó a lo largo de la historia y fue la que vivió una fiesta permanente, salvo en cortos períodos, donde a pesar de no ser molestaba demasiado. se sintió incómoda con gobiernos populares que intentaron imponerles ciertos límites, situación que ocurrió con los gobiernos de Perón, Kirchner y Cristina Fernández.

Hubo también dos gobiernos radicales que intentaron establecer ciertas reglas a esos grupos dominantes, como lo fueron los de Humberto Illia y Raúl Alfonsín, aunque lo hicieron con la moderación habitual de ese partido centenario, pero la figura de esos dos presidentes se agranda en la actualidad viendo la decadencia y traición del radicalismo devenido en furgón de cola de un gobierno represor y neoliberal, y en el caso del dictador de Jujuy convertido en carcelero de Milagro Sala.

Cada vez que el pueblo pudo mejorar su situación social y económica esa oligarquía convocó a los militares, a sectores de clase media,  a un Poder Judicial corrupto y a la prensa canalla a debilitar esos gobiernos y luego a derrocarlos.

Los medios de comunicación con sus mentiras e influencia han adoptado el papel que hace décadas tenían las fuerzas armadas convertidas en el brazo ejecutor de las políticas de esa minoría privilegiada.

La clase media que llenó la Plaza de Mayo cuando fue derrocado Perón, que participó activamente de los cacerolazos contra Cristina Fernández y votó por Macri, es utilizada y luego arrojada a un costado ni bien la oligarquía llega al gobierno y comienza a aplicar la política de fiesta para unos pocos, cuando esos sectores de la pequeñaburguesía se percata de sus errores ya es demasiado tarde para lágrimas.

Quién mejor expresó el pensamiento de esa minoría acomodada fue el actual director del Banco Nación y ex candidato a vicepresidente del radicalismo cuando señaló al poco tiempo de asumir el gobierno de Macri: “Venimos de 12 años donde las cosas se hicieron mal. Se alentó el sobreconsumo, se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio…Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior”.

Esta frase debería estudiarse en las universidades porque deja al desnudo la mentalidad de nuestra parasitaria oligarquía, ahora con Macri gobernando la preocupación del funcionario de doble apellido ha encontrado una solución porque los sueldos y jubilaciones ya no permiten los lujos que las clase media y baja se daban en aquellos años en que estábamos tan mal.

Como dice el genial Ignacio Copani somos muchos los argentinos que “queremos volver a estar mal”.

Pero la frase de González Fraga se complementa perfectamente con esta otra, la cual salió de su boca, ni bien se conocieron las numerosas cuentas off-shore que tenía el presidente y su familia cuando explotó el escándalo de los Panamá Papers que la prensa canalla se ocupó de ocultarlo. Dijo Fraga en esa oportunidad: “Tener dinero afuera es una necesidad para sobrevivir”.

Esta declaración muestra que los funcionarios de este gobierno son apátridas cuya única bandera que siguen con devoción es el dinero, principalmente si son dólares, sin considerar que está incitando al lavado y la evasión, pero lo que nos interesa remarcar ahora es la doble vara de este oligarca, mientras la mayoría de los argentinos no deberíamos viajar, comprar un  televisor, moto o celular, ellos tienen el derecho divino a fugar y tener su dinero en el exterior.

Por esto es precisamente que la oligarquía y sus mercenarios han tratado de construir un monstruo al que llaman populismo, palabra que es denigrada precisamente porque a los privilegiados les molestan los gobiernos populares y aún mucho más que exista un pueblo consciente de sus derechos y dispuesto a hacerlos cumplir.

La prensa de la oligarquía, Clarín y La Nación fundamentalmente, han realizado campañas para denostar al populismo contratando a supuestas eminencias que bajo un título universitario pretenden alegar en contra de los populismos.

El 17 de abril de 2018 en el diario Clarín escribía el profesor universitario Felix Lonigro que decía: “El populismo no es una forma de gobierno, sino un estilo de gobernar propio de sistemas democráticos cuyos pueblos tienen una escasa cultura cívica”

Y para que no quede ninguna duda a quién se refería “Ignorancia, pobreza, fanatismo y corrupción, son los pilares en los que se sustenta el imperio de los gobernantes populistas, tales como lo fueron los Kirchner en la Argentina, los Castro en Cuba, los Correa en Ecuador, los Morales en Bolivia, los Chávez y Maduro en Venezuela, los Ortega en Nicaragua, y también Roussef y Lula en Brasil”

No cabe ninguna duda que este profesor es un ignorante al desconocer que todos esos gobernantes, salvo en Cuba, fueron elegidos por el voto de su pueblo, y por lo tanto también es claramente antidemocrático.

El primer escalón de la colonización son los colegios y las universidades, tratando de moldear mentalidades desde la niñez y la adolescencia para lograr una ciudadanía aborregada y dócil, dispuesta a aceptar sin cuestionamiento los privilegios de una clase social.

La oligarquía y sus aliados imperiales necesita también de profesores como este para tratar de infectar las mentes juveniles y ponerlas al servicio de quienes detentan el poder.

Si existe algo que irrita a los mercenarios enquistados en los medios de comunicación y en el sistema educativo es una juventud politizada dispuesta a luchar por la liberación de su patria, la juventud ha sido demonizada desde que muchos de ellos se volcaron a la política y en el caso de las mujeres desde que se lanzaron a militar por esa ola verde que desafía el conservadorismo de nuestra clase dirigente.

Son los gobiernos de derecha los que cierran escuelas y en nombre del ajuste disminuyen los presupuestos para educación, cultura o salud, mientras incrementan de manera exponencial el pago de los intereses de la deuda externa.

¿Qué autoridad tienen los lacayos de la oligarquía para decir que nuestro pueblo o el boliviano tienen escasa cultura cívica porque eligieron a Kirchner o Evo? ¿Por qué este profesor que da cátedra en la prensa canalla oculta el golpe de estado contra Dilma? Muy simple porque lo único que puede enseñar es la obediencia a los poderosos.

El razonamiento del profesor es muy similar al de González Fraga, hay gente, pocos, que pueden tener cuentas en el exterior y que no se equivocan cuando votan, y otros, los más, que no pueden tener televisores, celulares, viajar, ni elegir a quiénes no tengan el visto bueno de Magnetto, Saguier o Rocca.

El 9 de octubre de 2018 el presidente Macri dijo en una reunión con intendentes cordobeses que tiene la “voluntad de seguir desterrando el populismo en la Argentina”. 

Y de esa declaración no dudamos porque desterrar el populismo significa seguir hambreando al pueblo argentino para beneficio de su familia y unos pocos privilegiados más.

Tan antigua como Patria Si, Colonia No, es la consigna Oligarquía o Pueblo que en algún momento histórico adoptó los nombres de Braden o Perón y que en el 2019 con otros apellidos volverá a convertirse en una opción que determinará el futuro de nuestra Patria.

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