El Forjista
Este libro fue editado en el 2000, tal vez alguien pueda pensar que estamos hablando de cuestiones antiguas, sin embargo este trabajo en muy actual e ilustrativo de una situación que ocurre en todos los países y se vincula a las formas cada vez más brutales que ha adoptado el capitalismo y sobre las que aún no hay plena conciencia.
Podríamos decir que este es el libro de las marcas que identifican a los productos que suponemos producidos por las grandes multinacionales y que consumimos, sin muchas veces saber, lo que se esconde detrás de una identificación supuestamente prestigiosa.
Este trabajo de la canadiense Naomí Klein permitió poner en evidencia cuestiones que se ocultaban deliberadamente, como por ejemplo que las zapatillas Nike son confeccionadas en infames talleres en Vietnam, la desastrosa situación de quienes trabajan en los cafetales de Guatemala para recolectar el café que vende la cadena Starbucks y del saqueo que produce la Shell en humildes aldeas de Nigeria.
La autora nos dice que el libro pretende “que a medida que los secretos que yacen detrás de la red mundial de las marcas sean conocidos por una cantidad cada vez mayor de personas, su exasperación provocará la gran conmoción política del futuro, que consistirá en una vasta ola de rechazo frontal a las empresas transnacionales, y especialmente aquellas cuyas marcas son más conocidas”.
Lamentablemente en nuestro país no existe una alta conciencia de los consumidores al punto de estar dispuestos a castigar a aquellas empresas que explotan a sus trabajadores o destruyen el medio ambiente, sin embargo en algunos países ha existido una movilización importante contra la rapacidad de las multinacionales.
También hay que decir que los grandes medios de comunicación se cuidan mucho de no rozar los intereses de sus anunciantes o de afectar a posibles futuros anunciantes, por eso silencian vergonzosamente las prácticas de las grandes empresas y tampoco dedican demasiado espacio cada vez que se descubre un taller clandestino donde se somete a los trabajadores, la mayoría inmigrantes, a condiciones de semiesclavitud. Mucho menos aun si el que incumple las leyes laborales es el presidente de la Sociedad Rural.
Otro fenómeno que se intenta ocultar es que las grandes empresas han adquirido en muchos casos más poder que los gobiernos y que a diferencia de estos no tienen que dar cuenta a nadie, y que además por lo general, el sistema judicial suele actuar irremediablemente para defender las ganancias de las corporaciones en vez de intervenir para resguardar los intereses de la sociedad.
La autora señala que otra de las metas de libro es mostrar a todos aquellos individuos u organizaciones que intentan poner una barrera a este avance implacable de las grandes empresas sobre la vida de las sociedades.
Menos producción, más marketing
Este cambio del sistema económico del que nos ilustra este libro es sobre un proceso por el cual lo que predomina es la marca, mientras que el producto ha pasado a ser algo secundario, quienes tienen éxito son aquellos que imponen una marca que quiera ser consumida por gran cantidad de gente, mientras la publicidad intenta hacernos creer que al comprar algo de una marca reconocida estamos optando por un determinado estilo de vida.
Un grupo exclusivo de empresas ha logrado liberarse de la fabricación del producto entregando esas tareas a contratistas que lo harán por un costo reducido porque para ello recurrirán a la mano de obra barata del Tercer Mundo.
Mientras las multinacionales se desentienden de la producción concentran su atención en la publicidad para la construcción de la marca a las que presentan como si se estuviera eligiendo nada menos que un estilo de vida determinado o a un conjunto de valores que se hace más deseable cuando menos gente pueda acceder a ella.
Renzo Rosso propietario de Diesel Jeans explicó en una revista: “Nosotros no vendemos un producto, vendemos un estilo de vida. Creo que hemos creado un movimiento…El concepto Diesel está en todas partes. Es la manera de vivir, la manera de vestir: es la manera de hacer las cosas”.
Tommy Hilfiger dedica menos tiempo al diseño de la ropa que vende que a la promoción de su marca, esta empresa no fabrica nada, Jockey International le fabrica la ropa interior, Pepe Jeans London le hace los vaqueros, Oxford Industries las camisas y la Stride Rite Corporation las zapatillas.
Hasta la década del 70 las marcas se encontraban ocultas, Lacoste tal vez haya sido la primera en colocar el cocodrilo bien visible y cumple la misma función que si se dejara a la vista el precio de la prenda precisamente porque es un producto que no está al alcance de todo el mundo, por eso es que queremos que todos se enteren.
La multiplicación de los logos de las marcas más conocidas ha provocado que los consumidores se conviertan en publicidades ambulantes, la autora ha señalado que: “Los compradores obsesionados con las marcas han adoptado una actitud casi fetichista hacia el consumo, en la que el nombre de la marca adquiere el poder de talismán”.
La invasión de los espacios culturales
A mediados de los 90 empresas como Nike, Polo y Tommy Hilffiger descubrieron que la exposición de la marca podía ser muy redituable patrocinando acontecimientos culturales.
Muchas figuras muy conocidas se convirtieron en las caras visibles de determinadas marcas, incluso algunos famosos han conseguido imponerse como una marca propia.
Para poder convertir espacios culturales en extensiones de determinadas marcas antes debió existir toda una política alentada por gobiernos neoliberales de desregulación y privatización, proceso iniciado fundamentalmente con los gobiernos conservadores de Ronald Reagan en los Estados Unidos y de Margaret Thatcher en Inglaterra.
Estos gobiernos redujeron los impuestos que debían pagar las empresas, colocando a las finanzas públicas en una difícil situación al punto de necesitar reducir la inversión en cultura y educación, esto produjo la necesidad que el Estado debiera asociarse al capital privado.
Algunos vieron positivamente los acuerdos culturales o educativos porque las instituciones recibían fondos y las empresas privadas pagaban menos impuestos y mejoraban su imagen ante la sociedad, sin embargo no tardó en detectarse una invasión de las corporaciones sobre esas instituciones donde comenzaban a fijar las reglas.
En el libro se cita a un crítico publicitario que señalaba: “El acontecimiento deportivo, la obra de teatro, el concierto o el programa de televisión pública quedan subordinados a la promoción, porque en la mente del patrocinador y en su propio simbolismo existen para promocionar. Ya no se trata del arte por el arte, sino del arte por la publicidad…Siempre que lo comercial invade lo cultural se debilita la integridad de la esfera pública, a causa de la evidente usurpación que ejerce la promoción corporativa”.
La publicidad avanza irremediablemente sobre todos los espacios públicos, edificios, ómnibus, taxis y subtes se han convertidos en lugares para exposición de publicidad. Incluso a veces hasta podemos no ser conscientes que se nos están vendiendo un determinado producto, en una serie de 1998, Dawson’s Creek, todos los actores usaban la misma marca de ropa. En tanto que empresas como Nike, Apple o Starbucks publicitan solapadamente sus productos en las películas.
Cada vez son menos los espacios públicos sin publicidad, en los Estados Unidos hay menos festivales independientes mientras crecen aquellos patrocinados, en el festival de Woostock de 1994 se vendían las latas de Pepsi recordatorias del encuentro, lo cual levantó algunas críticas por el sentido anticomercial del festival original realizado 25 años antes, sin embargo uno de los organizadores explicó que los jóvenes actuales están acostumbrados al mercantilismo y que posiblemente un concurrente a un recital se enoje si no encuentra algo para comprar.
Acierta Naomí Klein al señalar: “Esta pérdida de espacios se produce dentro de las personas, ya no es una colonización del espacio físico, sino del mental”.
La música sin duda es una de los sitios que se encuentra más penetrada por la publicidad, en la década de los 80 Eric Clapton apareció en avisos de cerveza, otros aparecieron en anuncios de Coca Cola o Pepsi como George Michael, Robert Plant, Madonna, Whitney Houston, Tina Turner. El tema de los Beatles Revolution fue utilizado en una publicidad de Nike.
Tal vez quienes hayan llegado más lejos fueron los Rollings Stones que iniciaron la modalidad de las giras patrocinadas y en establecer una asociación con una marca. Tommy Hilfiger firmó un contrato para vestir a Mick Jaegger y a Sheryl Crow que actuaba como telonera de la banda inglesa. En 1999 Hilfiger presentó una serie de anuncios con jóvenes presenciando los conciertos de los Rollings Stones.
Juventud divino tesoro
Una vendedora le explicaba a la autora del libro lo siguiente sobre el comportamiento de sus jóvenes clientes: “Se mueven en manada. Si le vendes a uno, les venderás a todos los de su clase y a todo su colegio”.
Para los empresarios publicitarios: “La gran esperanza mundial son los jóvenes que viven en los países desarrollados o semidesarrollados. Más que nada y que nadie, los adolescentes de clase media, cubiertos de marcas y decididos a introducirse en el molde creado por los medios, se han convertido en los símbolos más poderosos de la globalización”.
Hagamos una aclaración necesaria, obviamente estas actitudes consumistas hacen referencia a una porción de la Humanidad que son aquellos que viven en las grandes potencias y a las clases medias y altas de los países del Tercer Mundo, sigue habiendo una gran cantidad de la población mundial para la cual todos estos artículos de los que estamos hablando les son prohibitivos.
Una empresa norteamericana que hizo un estudio sobre los adolescentes chinos descubrió que si bien la familia podía prescindir de los productos modernos, su único hijo suele disfrutar de lo que se conoce como “síndrome del pequeño emperador”.
Mientras los adultos siguen respetando sus tradiciones y costumbres, los jóvenes globalizados las abandonan mientras consumen Coca Coca, Nike y comen hamburguesas. Muchos de ellos tienen el mismo comportamiento de los jóvenes de otros países, juegan a la Playstation, usan celulares y consumen las noticias de Internet.
El marketing global es repetitivo y adormecedor, MTV es un ejemplo de esa juventud global, en 1998 llegaba a 273 millones de hogares, sólo 70 millones en los Estados Unidos, en 1999 llegaba a 83 países que era menos que los 212 a los que llegaba el mensaje imperial de la CNN.
Según opinión de algunos investigadores, es muy posible que los televidentes de MTV utilicen el mismo uniforme, los mismos jeans, zapatillas y remeras, también es probable que tengan los mismos aparatos electrónicos.
La mayoría de las empresas tienen puesto su objetivo en la captura del mercado juvenil, para eso utilizan una palabra para identificar esos productos que son los que atraen a ese mercado, esa palabra que no es de fácil traducción y se relaciona con ser “cool”.
Las publicidades generan una preocupación entre el público juvenil, acerca de si lo que ellos usan o cómo se comportan puede identificarse como “cool”, que sería algo así como estar a la moda o con aquello que es novedoso.
Aquellas empresas que no integran la elite de las marcas de éxito deben conformarse con mercados residuales y posiblemente con consumidores de menores recursos económicos.
Las empresas tienen a personas que se encargan de cazar lo “cool” es decir a identificar aquellas tendencias y costumbres que pueden interesarle a los jóvenes.
Lo que el libro no explica y a lo que en general no se presta demasiada atención son los efectos nocivos que puede causar entre aquellos jóvenes que por falta de recursos económicos no pueden acceder a esos productos de moda o que por determinada características no se adaptan a los parámetros de lo que la publicidad considera “cool”.
La utilización de los jóvenes para vender determinados productos ha llegado a niveles ciertamente preocupantes, en 1998 la empresa de autos coreana Daewoo contrató a 2.000 estudiantes universitarios de 200 instituciones para que hablaran de las ventajas del auto ante sus amistades, igual actitud asumió Anheuser- Bush fabricante de la cerveza Budweiser que contrató a estudiantes para que promocionen la bebida en fiestas y bares.
Los jóvenes son víctimas de una maquinaria de marketing que intenta apoderarse de su identidad tratando de generar necesidades y estilos prefabricados, en esta cruzada nada ha quedado excluido, incluso aquellos movimientos que podían aparecer como alternativos o rebeldes también fueron utilizados y desvirtuados por la publicidad.
La imágenes de Lenin o Mao fueron puestos en los bolsos de una determinada marca, mientras que Mahatma Ghandi fue utilizado en una publicidad de Apple, por no mencionar las imágenes del Che Guevara en millones de remeras.
La trasformación de Courtney Love de reina del punk a ser tapa en las revistas de moda es una clara demostración de lo que el sistema puede hacer con aquellas figuras que sólo se dedican a cuestionar aspectos formales o menores del sistema.
A pesar de que las multinacionales hablan de libertad hay un ejército de jóvenes uniformados que están en la mira del comercio mundial. La globalización mundial lejos está de desear la diversidad, su gran enemigo son las costumbres nacionales, las marcas del país y los gustos particulares, son cada vez menos los que controlan territorios cada vez más amplios.
De todo lo dicho sobre la juventud queda claro que a las multinacionales no les convienen los jóvenes militantes comprometidos con la realidad de sus países y dispuestos a cuestionar las supuestas “verdades” de los medios de comunicación, tal vez esto explique, aunque sea en parte, la demonización que hacen la corporaciones de la militancia juvenil.
Autocrítica de Naomí Klein
La autora realiza una interesante autocrítica de su militancia juvenil que podría extenderse a muchos de los jóvenes de los países del Primer Mundo que con las mejores intenciones realizan actos de supuesta rebeldía que en definitiva terminan siendo utilizados por el sistema al que creían estar combatiendo.
Aquellos que eran jóvenes en los 90 pensaban sinceramente estar realizando actividades que subvertirían el sistema capitalista, para ello encaraban una militancia sectorizada que se encargaba de cuestionar sólo un determinado aspecto del sistema.
Era sin duda una crítica política pero era parcial, estaban quienes militaban por la defensa del medio ambiente, otras por el feminismo, o quienes pretendían desde la música mantenerse al margen del sistema mercantilista, todo eso fracasó, mucho de esos movimientos nutrieron a la misma publicidad que los utilizó para llegar a la juventud.
Entre los cuestionamientos que realiza Klein a su militancia juvenil están aquellas vinculadas a las cuestiones de género a las que viéndolas retrospectivamente las considera que no podían subvertir el sistema porque en realidad lo alimentaba, ya que la diversidad sexual y racial se convirtieron en determinado momento en estrellas de la publicidad, los empresarios publicitarios no tardaron en darse cuenta de las enormes posibilidades que se abría con la diversidad.
La militancia de los 90 no se ocupaba demasiado de la pobreza, los cuestionamientos al sistema se referían a la representación de las mujeres y las minorías en la estructura del poder y no a las causas económicas.
Klein nos dice que debieron haber planteado el tema de la redistribución de la riqueza y no del sexismo, el racismo y la homofobia. Las clases sociales desaparecieron del programa político en tanto no se realizaba ningún análisis económico serio.
El pecado fue grave porque los problemas que se evidenciaron estaban vinculados con la distribución de los recursos mundiales y con los puestos de trabajo, pasado un tiempo se evidenció que todos perdieron salvo las minorías pudientes que acumularon mayor riqueza.
Resulta ser que en América del Norte también la lucha contra el libre comercio estaba vinculada a la defensa de los puestos de trabajo, pero nadie se ocupaba de los posibles efectos de los Acuerdos de Libre Comercio firmado con varios países entre ellos México, medidas que también tenían un efecto devastador sobre los países dependientes que aceptaban dichos tratados.
Quienes luchaban contra el uso de la mujer en la publicidad y los efectos perniciosos de la moda en tanto pudieran provocar trastornos alimenticios y otras consecuencias igualmente nefastas, no asociaban esa batalla a la lucha de las obreras del 8 de marzo de 1908 cuyo recuerdo dio origen al Día Internacional de la Mujer y a que las mujeres salieran a reclamar mejores condiciones de trabajo.
El abandono de los fundamentos económicos pareció tratarse de una ceguera voluntaria que educó a toda una generación en la política de la imagen y no en la acción.
Aclaramos nosotros que por supuesto no se trata de obviar las cuestiones ecológicas, de género, la lucha contra el racismo y la homofobia, sino de vincularlas a un proyecto político y económico más general que contemple los derechos de los más humildes junto a la gran cuestión nacional de los países del Tercer Mundo que es la lucha contra la dependencia.
La publicidad invade los colegios
Por suerte esto que vamos a comentar aquí no ha pasado en nuestro país, aunque a algunos políticos neoliberales les encantaría, al menos en los niveles que mostraremos que ocurre en los Estados Unidos y Canadá.
James Rorty un publicitario dijo en 1934. “El sistema democrático de educación… es una de las mejores maneras de crear y expandir los mercados de artículos de todas clases y especialmente los que pueden ser influidos por las modas”.
Durante la década del 90 en los Estados Unidos se hizo patente la falta de recursos en los colegios producto de los constantes recortes presupuestarios, esta situación obligaba a las autoridades a buscar nuevas fuentes de financiación.
En muchas escuelas de las zonas más pobres el aporte económico de empresas privadas fue la única posibilidad de sobrevivir, padres y profesores debieron aceptar esta intromisión como forma de sostener la educación de los chicos.
Cada vez más escuelas debieron recurrir a estos convenios que significaban permitir la promoción de las marcas en las cafeterías y en las disciplinas deportivas.
Pero las empresas también se encargaron de traer sus propios proyectos educativos y solicitaron poder de disponer de cierto tiempo para exponer ante los alumnos, algunos de estas charlas se convirtieron en obligatorias.
También se han creado cadenas como el Channel One que llega a gran cantidad de escuelas donde además de programas educativos se realiza publicidad. Este canal difunde marcas de zapatillas o golosinas y también intenta instalar la idea que sus programas tienen más valor educativo que las clases o los libros.
Los comedores y las cafeterías de los colegios han sido los lugares de mayor inserción de la publicidad, en 1997 la Twenty Century Fox logró que el menú en 40 escuelas primarias fuera bautizado con los nombres de los personajes de la película Anastasia. Disney y Kellogs lanzaron promociones especiales para los colegios.
Por un acuerdo de 1980 Mc Donalds y Burger King abrieron quioscos en los comedores y los anuncian en todo el colegio, convenios similares realizaron Subway, Taco Bel y Pizza Hut.
Esta invasión publicitaria produce una situación de desigualdad porque no todos los alumnos pueden gastar el dinero para acceder a los productos de esas cadenas que además no suelen aceptar los vales del programa de asistencia alimentaria, los precios de las cafeterías son más económicos pero no pueden competir con las marcas, si está McDonalds o Burguer King instalados en la escuela en las cafeterías no se puede vender hamburguesas.
Hay colegios que le han concedido en la exclusividad a Coca Cola o Pepsi, Pepsi ha conseguido en Toronto abastecer a 560 máquinas en las escuelas primarias impidiendo la venta de Coca Cola, para completar la invasión se entregan los Premios Pepsi al Mérito y se distribuyen artículos con el logo.
En Cayuga, un pueblo de Ontario, Canadá, hay un cartel gigante que se puede leer desde la carretera que reza: “Pepsi, Bebida Oficial del Colegio Secundario de Cayuga”.
Un contrato firmado en un colegio secundario de South Fork, Florida, obliga al establecimiento a “desplegar todos los esfuerzos necesarios para favorecer las actividades de venta de los productos de Pepsi Cola”.
En casi todas las Universidades de los Estados Unidos existen avisos publicitarios en las pistas de atletismo, los salones, los baños y las bibliotecas.
Los principales equipos escolares de básquet cuentan con el patrocinio de Nike o Adidas, Nike es la empresa que más ha avanzado en la promoción de contratos con universidades.
La comercialización de la educación ha llegado a lindar algunos límites ridículos y risueños, en 1998 Coca Cola organizó un concurso entre varias escuelas para promover estrategias para distribuir cupones de la bebida entre los alumnos, el colegio ganador organizó el día oficial de Coca Cola en la que todos los alumnos debían concurrir con camisetas con el logo de la gaseosa, pero ocurrió algo que no estaba dentro de los planes, un “provocador” apareció con una camiseta de Pepsi, el alumno fue suspendido, la explicación de la Directora fue que la sanción se aplicó porque estaba el director regional de Coca Cola y porque algunas personas habían viajado desde otras ciudades y no merecían esa afrenta.
Pero así como hubo directoras fanatizadas con la promoción de determinados productos, en algunas instituciones se logró poner límites a las empresas.
El Colegio Atkinson de la Universidad de Nueva York informó que de ninguna manera las empresas podían intervenir en el contenido de un concurso patrocinado y que sólo podían colocar el nombre de la empresa en el nombre del certamen.
Mientras que en la Universidad McMaster de Ontario le explicaron a las empresas que querían intervenir como patrocinadoras que no podía influir en el contenido académico.
Pero muchas veces los estudiantes no tienen acceso a los contratos que las instituciones educativas firman con las empresas esto ocurre porque algunas compañías como Coca Cola ponen como condición que no se conozcan las cláusulas del acuerdo.
La Universidad de Wisconsin firmó un convenio con Reebok por el cual se le impedía a todos los miembros de la institución realizar críticas a la empresa, pero luego que estudiantes y profesores lanzaran una campaña informática sobre las condiciones laborales de la empresa en el sudeste asiático, Reebok aceptó quitar esa condición restrictiva.
En el caso de Reebok se conocieron las condiciones antes de firmar pero muchos contratos de ese tipo son secretos porque establecen claramente condiciones abusivas, el convenio de la Universidad de Kentucky con Nike le permite a ésta concluir el acuerdo si la empresa es cuestionada por la universidad o se adopta alguna acción que Nike considere perjudicial para sus intereses comerciales.
En 1999 estalló un escándalo en los Estados Unidos por un texto escolar utilizado en las escuelas públicas porque en Matemáticas de sexto grado se mencionaban los productos de Nike, Gatorade y McDonalds, se le enseñaba a los niños a calcular el diámetro de una galletita Oreo, los padres protestaron y la editorial McGraw-Hill la editora del libro explicaba que era conveniente trabajar con cosas que los chicos conocieran bien.
Cuando las empresas aplican la censura
También se han dado casos en que las autoridades universitarias convocaban a la policía para reprimir a sus propios estudiantes porque actuaban contra los intereses de los patrocinadores, en 1996 la Universidad de York, en Toronto, organizó un torneo de tenis televisado con el apoyo comercial de una tabacalera. Se les prohibió a los militantes contra el tabaco que manifestaran en las cercanías de la Universidad, cuando desafiaron la orden, las autoridades convocaron a la policía.
Los shoppings se han convertido en lugares de reunión asumiendo en algunos lugares la misma función de la plaza principal, sin embargo a diferencia de otros lugares públicos donde los ciudadanos se reúnen para divertirse o para protestar, en estos sitios privatizados la principal actividad es el consumo y no se permiten las protestas, si alguien lo intenta será expulsado por los encargados de la seguridad.
En 1997 en Toronto militantes contra el tabaco fueron violentamente expulsados de un festival de jazz auspiciado por una tabacalera celebrado en una plaza pública porque durante esa semana ese espacio pertenece al festival.
Más grave aún es cuando las investigaciones científicas que se efectúan en las universidades están condicionadas por los intereses comerciales de los patrocinadores, veamos algunos casos.
La doctora Dong realizó un estudio sobre una droga para la tiroides de la empresa Boots, procedió a comparar ese producto con otro genérico que era más barato, la investigación demostró que ambos productos eran igualmente eficaces, por lo cual el producto de Boots iba a resultar un fracaso por ser más caro, esto implicaba una pérdida de 600 millones de dólares para la empresa.
La doctora Dong iba a publicar sus conclusiones el 25 de enero de 1995, pero Boots logró impedir que lo realizara porque el contrato de patrocinio con la Universidad para la cual trabajaba la doctora le otorgaba a la empresa derecho a veto, temiendo un juicio millonario la universidad se puso del lado de la empresa y el artículo no apareció, luego que el Wall Street Journal difundiera el caso Boots accedió a difundir el artículo pero eso ocurrió dos años después.
La Universidad de Toronto tiene un hospital infantil adscripto a ella, en 1998 una investigación descubrió un medicamento que podía dañar a los pacientes, la doctora Oliviera especialista en talasemia una enfermedad de la sangre firmó un contrato de investigación con la empresa Apotex para estudiar la eficacia de la droga defepiprona en jóvenes que padecían la enfermedad.
Olivieri detectó efectos secundarios que podían poner en riesgo la vida de los pacientes, por lo que se propuso informar a los pacientes que participaban del estudio, la empresa suspendió la investigación y amenazó a llevar a la doctora ante los tribunales si daba a conocer las conclusiones, sin embargo la doctora publicó su estudio en un periódico de medicina, la Universidad procedió a cuestionar a la investigadora y luego la despidieron, pero un tiempo después debieron restituirla en su puesto.
Un profesor de la Brown University de Rhode Island, David Kern, trabajaba para un hospital adscripto a esa casa de estudios, recibió un encargo de realizar una investigación sobre dos casos de enfermedades del pulmón que se habían detectado en un establecimiento fabril. Luego detectó seis casos más en la fábrica de 150 trabajadores, Kern se dispuso a publicar su estudio cuando la empresa lo amenazó con un juicio, la Universidad y el Hospital se pusieron del lado de la empresa, y le prohibieron al doctor que diera a conocer su hallazgo y terminaron cerrando la clínica donde se desarrolló la investigación.
Un paraíso para los monopolios
Entre 1948 y 1952 en los Estados Unidos se han aprobado varias leyes tendientes a limitar el poder de los monopolios, por ejemplo una de ellas establecía que los estudios cinematográficos no podían ser dueños de cine.
Pero durante la presidencia Ronald Reagan se comenzó a desmantelar esa legislación, una de las medidas dispuestas fue permitir las fusiones entre grandes corporaciones, le quitó a la Comisión Federal de Comercio la posibilidad de aplicar multas a las acciones que impedían la competencia y se redujo la cantidad de personal de ese organismo.
En ese período se produjeron las diez mayores fusiones de la historia, ese presidente intervenía directamente cuando algún organismo intentaba iniciar una acción antimonopólica.
A las cadenas televisivas se les levantaron casi todas las restricciones por ejemplo la de producir sus propias películas y se permitió la fusión de Disney con la cadena ABC.
Pero mientras Reagan abolía cualquier impedimento para los monopolios, reforzaba la política del copyright para que las corporaciones pudieran cuidar sus marcas, esto produjo una industria de juicios en que las grandes empresas impedían la simple mención de sus marcas.
En 1991 Disney obligó a unas madres de un pueblo remoto de Nueva Zelandia a borrar imágenes de Pluto y el Pato Donald que habían pintado en un mural.
El grupo Lyons propietario del dinosaurio Barney, personaje de un programa de televisión, envió 1000 cartas a propietarios de comercios que alquilaban o vendían los disfraces de Barney sin su consentimiento.
Mc Donalds ha perseguido a propietarios de comercios que utilizan el prefijo Mc antes de apellido, lo cual es muy habitual en descendientes escoceses, la primera enjuiciada fue una empresa danesa que vendía salchichas que se llama McAllan´s, a un comercio de sandwiches Mc Munchies, a Mc Coffe de San Francisco, y tuvo varios enfrentamientos judiciales con un hombre llamado Ronald McDonald que desde 1956 tenía un restaurante familiar en Illinois.
Mattel la empresa que fabrica la muñeca Barbie le inició un juicio al grupo musical danés Aqua y el sello discográfico que lo edita, por la canción “Barbie girl” que según la empresa daña la imagen de la muñeca, el grupo fue acusado de violación de la marca y competencia ilegal por lo que la empresa reclamaba ser indemnizada por un supuesto perjuicio y que el tema fue retirado de la venta, sin embargo Aqua ganó el juicio.
Pero Mattel ha logrado algunos éxitos con sus juicios, pudo cerrar un sitio para chicas llamado “Hey there, Barbie Girl”, y evitó que se difundiera un documental sobre la vida de la fallecida cantante Karen Carpenter, que utilizaba muñecas Barbie en sus espectáculos.
A los editores de la revista Miller´s para coleccionistas de muñecas Barbie les comenzaron un juicio por el copyrigth cuando cuestionaron los precios de las muñecas y mostraron fotografías de Barbie promocionando los cigarrillos Virginia Slim, que forma parte de la historia que la empresa pretende esconder.
En 1986 el gobierno estadounidense logró derogar la “Comisión de las Naciones Unidas sobre las Empresas Transnacionales” fundada en 1970 que se había dedicado a redactar un código de conducta para esas empresas, la finalidad era impedir los abusos de las corporaciones como la venta de medicinas en el tercer Mundo que son ilegales en el Primer Mundo, examinar los efectos en el medio ambiente y los derechos laborales e imponer trasparencia en el sector privado. Para ese gobierno conservador cualquier ataque a las empresas era considerada una maniobra del comunismo.
Mano de obra barata
John Ermantinger presidente de la división América de Levi Strauss explicó de la siguiente manera la decisión de la empresa de cerrar 22 fábricas y despedir 13.000 trabajadores entre noviembre de 1997 y febrero 1999: “Nuestro plan estratégico en América del Norte consiste en dedicarnos con intensidad a la gestión de la marca, al marketing y a los productos de diseño como medio para satisfacer la necesidad de ropas informales que tienen los consumidores. Al transferir una porción significativa de nuestras actividades de producción de los mercados estadounidenses y canadiense a contratistas del resto del mundo, daremos a la empresa mayor flexibilidad para asignar recursos y capital a sus marcas. Estas medidas son esenciales si queremos seguir siendo competitivos”.
Este cambio drástico en las estrategias de las multinacionales ha colocado a los trabajadores y al movimiento sindical en una situación de extrema debilidad y también ubica ante una disyuntiva a aquellos empresarios que deciden continuar produciendo. Durante la década del 90 se incrementó sustancialmente los gastos en concepto de marketing mientras disminuyó la inversión en producción y trabajo.
Antes los despidos masivos eran presentados como una lamentable necesidad de la empresa provocada por malos resultados, ahora se las consideran como inteligentes decisiones de una estrategia comercial, cada vez es más común que los despidos vayan acompañados de un incremento del gasto publicitario.
En septiembre de 1997 la empresa Sara Lee anunció el cierre de 30 fábricas e hilanderías, pasando a manejarse con contratistas mientras tanto aumentó al doble el presupuesto en publicidad. Wall Street y la prensa económica celebró la idea subiendo la acción en un 15% mientras le llovían elogios al presidente por ser “valiente e imaginativo”.
General Motors suprimió 82000 puestos de trabajos en los Estados Unidos desde 1991 transfiriendo su producción a maquiladoras en México, un tiempo atrás esa empresa había impuesto la frase: “Lo que es bueno para General Motors es bueno para el país”.
Un gurú del establishment económico que ha recorrido el mundo aplicando recetas neoliberales con nefastas consecuencias para los trabajadores, pero elogiado por los medios de comunicación, no referimos a Jeffrey Sachs, ha declarado: “Lo que me preocupa no es que existan tantas fábricas donde se explota a los trabajadores, sino que haya tan pocas… porque fue precisamente ese tipo de empleos lo que puso los cimientos de la prosperidad en Singapur y de Hong Kong, y que tienen que llegar al África para sacarla de la esclavitud de la economía rural”.
Una influyente redactora publicitaria norteamericana de los años 20 recomendaba: “Al hacer la publicidad de un artículo, nunca visitéis la fábrica donde se produce… No miréis trabajar a los obreros…, porque ocurre que cuando sabes la verdad sobre cualquier cosa, su verdad más recóndita, se hace muy difícil crear la palabrería superficial que la vende”.
Es el momento de comenzar a recorrer algunas de las multinacionales donde se aplican estos mecanismos que venimos relatando.
Nike
Esta empresa comenzó a vender zapatillas en 1960 pero su presidente Phill Knight no se hizo rico hasta que ese calzado se hizo un artículo imprescindible de la moda en los Estados Unidos.
Nike llegó a ubicarse en el tope de las marcas cuando firmó su contrato con la mayor figura de la NBA, Michael Jordan, acuerdo que también ayudó al deportista a convertirse en una superestrella.
Un anuncio de 1985 en que aparecía Jordan produjo un particular impacto, el basquetbolista aparecía suspendido en el medio de un impresionante salto dando la impresión que Jordan era capaz de volar, por su capacidad atlética y ….por sus zapatillas.
La película Space Jam significó la conversión de Michael Jordan en una marca, en la película aparecían todos los patrocinadores de Jordan: Nike, Gatorade y McDonalds, esta cadena entregaba los muñecos de la película en su caja infantil.
Nos dice la autora que: “Se está comenzando a comprender que los diseñadores de ropa, los fabricantes de zapatillas deportivas, los medios de comunicación, los personajes de dibujos animados y los famosos de toda especie participan más o menos en el mismo negocio: el de comercializar sus marcas”.
El poder de la marca Nike está sustentado en los héroes deportivos afroamericanos que fueron la imagen de la marca como Michael Jordan, Charles Barkley, Scottie Pipen, Spike Lee, Tiger Woods y varios músicos de rap.
Muchos chicos afroamericanos gastan el dinero que su familia no tiene para comprarse unas zapatillas Nike porque para muchos de ellos son un símbolo que es posible salir de la pobreza.
Esta empresa fue una de las primeras en manejar cifras siderales en el rubro de publicidad mientras pagaba salarios de hambre a trabajadores temporales en fábricas lejanas donde no existe ningún tipo de legislación laboral.
Phil Knight explicó el desinterés de la empresa en producir de la siguiente manera: “…no vale la pena hacer las cosas. Lo que añade valor es la investigación cuidadosa, la innovación y el marketing”, la producción se convirtió en una tarea molesta y marginal, son muchas las empresas que se desatienden de la producción.
Nike se ha convertido en el prototipo de marca sin producción, casi todas sus competidoras siguieron ese camino, a mediados de los 90 la empresa de zapatillas Vans también dejó de producir y en 1993 Adidas cerró sus fábricas en Alemania pasando a contratar la producción en Asia.
La empresa Reebok en tanto fabricaba todas sus zapatillas en Corea del Sur y Taiwan hasta que en 1995 decidió abandonar esos países y volcar sus contratos a Indonesia y China.
En 1998 una crisis en Filipinas produjo el cierre o la reducción de personal en unas 3000 empresas, Nike despidió a 268 trabajadores, dos meses después se retiró de otras dos fábricas en ese país, 1500 trabajadores se vieron afectados, pero el trabajo sucio no tuvo que realizarlo Nike simplemente dejó de realizar sus pedidos.
Phill Knight el presidente de Nike ha sido el héroe en las facultades de ciencias empresariales, medios académicos elogiaron sus innovadoras tácticas de marketing, pero cuando se lo invitó en 1997 a la Universidad de Stanford a dar una conferencia no se esperaba una manifestación de protesta al grito de “¡Paga un salario decente a tus obreros!”. Las tácticas empresariales de Nike se empezaban a conocer.
El 18 de octubre de 1997 se realizó una campaña de protesta contra Nike en 85 ciudades de 13 países. Los activistas simularon una obra de teatro con las prácticas laborales de la empresa con temas como el “desfile de moda de los talleres de trabajo esclavo” y “subasta internacional de capital: un juego de supervivencia” donde gana el que ofrece menos.
A pesar de esta movilización, Nike nunca parece sentirse afectada ni dar muestra de arrepentimiento, Phill Knight solía reaccionar negando todo, atacando a los periodistas que preguntaban, acusando a los contratistas y contratando agentes de prensa para defender a la compañía.
La hipocresía del presidente de Nike superó todos los límites cuando acudió a la Casa Blanca al Grupo de Trabajo sobre los Talleres de Trabajo Esclavo y se sacó una fotografía junto a Bill Clinton.
Dos diputados norteamericanos dijeron sobre Nike y su tendencia a producir fuera del país: “Aparentemente, Nike piensa que los obreros de los Estados Unidos son buenos para comprar sus productos de calzado, pero no para fabricarlos”.
En mayo de 1998 Phill Knight se dignó aceptar algunas de las cuestiones evidentes como por ejemplo que la marca se había convertido en sinónimo de salarios de hambre y de horarios excesivos, prometiendo desarrollar un plan para mejorar las condiciones de trabajo en Asia y no contratar a menores de 18 años, sin embargo nunca permitió que sus fábricas fueran inspeccionadas ni tampoco mencionó que estuviera dispuesto a elevar los míseros salarios.
Reebok intentó aprovechar las críticas contra Nike ofreciéndose como una alternativa ética, incluso creó el Premio Reebok de los Derechos Humanos para los militantes que combaten el trabajo infantil y las dictaduras, sin embargo la empresa fabrica su calzado en las mismas fábricas que Nike.
Shell
Mientras las protestas en América del Norte se concentraron contra Nike, en Europa se direccionaron hacia la petrolera Shell.
Hubo una gran movilización en febrero de 1995 por el intento de Shell de hundir una plataforma petrolera en el Océano Atlántico a 150 millas de Escocia, había una posibilidad cierta que dicha solución contaminara y Shell no quería aumentar los costos buscando otro método como proceder a desarmarla, hundirla le salía más barata.
Miles de personas manifestaron frente a las estaciones de servicio de la empresa y hubo caída de ventas en varios países, incluso en algunas hasta hubo atentados, finalmente el 20 de junio de 1995 Shell cedió y se mostró dispuesta a gastar millones extras para desmantelarla de manera segura.
El primer ministro británico John Major que había autorizado a Shell a realizar el procedimiento que más le convenía a la empresa quedó en evidencia por su permisividad a los planteos de la corporación, dos días después renunció a la presidencia del Partido Conservador y a la posibilidad de ser reelecto.
Shell saquea Nigeria desde 1959 se estima que ha ganado unos 30.000 millones de dólares por el petróleo extraído de la tierra de la tribu Ogoni en el Delta del Níger, los ingresos por petróleo en Nigeria representan el 80 % la mitad corresponde a Shell.
Pero el pueblo Ogoni no obtuvo ningún beneficio de esa extracción indiscriminada siguieron viviendo sin agua corriente ni electricidad, sus tierras y el agua estaban contaminadas a raíz de la perdida de los oleoductos, el material que vierten las destilerías y los incendios por emanaciones de gas.
Bajo el liderazgo del Premio Nobel de la Paz Ken Saro-Wiwa el Movimiento de Supervivencia del Pueblo Ogoni organizó una campaña para reclamar reformas y exigir compensaciones a Shell, la respuesta de la dictadura nigeriana fue la de atacar al pueblo Ogoni, se aplicaron torturas y muchos murieron producto de la sangrienta represión.
Los Ogoni acusaron a la dictadura y a Shell de usar a los militares como fuerza policial privada a la que le pagaban para que sofocaran las protestas pacíficas, ante las protestas Shell optó por retirarse en 1993 de la tierra de los Ogoni pero siguió actuando en Nigeria.
En mayo de 1994 Saro-Wiwa fue detenido y juzgado por asesinato en una causa armada, el 10 de noviembre de 1995 fue ejecutado junto a otros dirigentes que se oponían a Shell, hubo manifestaciones en varios países contra la petrolera.
La compañía ha tratado de lavar su imagen haciendo donaciones a comunidades de personas de raza negra, sin embargo Shell siguió expoliando el país africano.
Saliendo un rato del libro queremos señalar el comportamiento de la empresa en la Argentina, la misma fue denunciada por haber intervenido para provocar la devaluación del peso a comienzos de 2014 al realizar una compra de dólares a un precio mayor al del mercado, además ha sido denunciada reiteradamente por incrementar el precio del combustible de manera arbitraria.
Su presidente Juan José Aranguren actúa como si fuera un virrey adoptando una posición claramente opositora al gobierno popular adoptando decisiones como las mencionadas con una clara intencionalidad desestabilizadora actuando en conjunto con otras corporaciones que tienen idéntico objetivo.
Starbucks
Esta empresa era en 1986 un fenómeno local en Seattle, hacia 1992 tenía 165 locales en los Estados Unidos y Canadá. En 1993 la cantidad ascendió a 275 y en 1996 llegó a los 1.000, para 1999 había 1900 locales en 12 países. A la Argentina ha llegado recientemente, cuando se publicó este libro, la empresa no tenía locales en nuestro país.
La táctica que desarrolla esta empresa es la de saturar la zona en la que se instala, hasta el punto de disminuir las ventas de sus propios locales con tal de perjudicar a bares y confiterías que compiten con ella.
Starbucks es particularmente agresiva en su intención de desplazar a la competencia, los afectados por su accionar han denunciado que su representantes han llegado a presentarse ante el dueño del local donde está instalado un bar con una buena clientela ofreciéndole alquilárselo por un valor mayor, si esto no es posible pueden recurrir a alquilar un local lindero.
También hay que acotar que esta modalidad no es exclusiva de Starbucks también McDonalds o The Gap recurren a prácticas similares en su afán de desplazar a la competencia.
Starbucks también tiene una larga historia de resistencia a la sindicalización de sus trabajadores, en 1997 esta cadena cerró una planta de distribución de Vancouver porque sus empleados se habían agremiado.
También se ha caracterizado por la explotación de la mano de obra barata en el Tercer Mundo, el café guatemalteco que vende esta empresa se cultiva con la participación de trabajo infantil, utilizando pesticidas peligrosos y pagando salarios miserables.
Wall-Mart
El primer supermercado de Wall-Mart abrió sus puertas en 1962 pero su expansión recién se produjo 1988, para 1991 había superado a sus competidoras Sears y Kmart constituyéndose en la primera tienda minorista de los Estados Unidos.
Su estrategia consistió en construir tiendas dos o tres veces más grandes que las de sus competidoras, las compras masivas le permitía mejorar sustancialmente los precios, aceptando en un principio reducir sus beneficios para mejorar los precios.
Otra característica de esta cadena es que sus supermercados se encuentran en las afueras de las ciudades aprovechando un valor más bajo de las propiedades y también el pago de menores impuestos.
Una consecuencia directa de la instalación de esta cadena en cualquier lugar es la quiebra de muchos pequeños negocios que no pueden competir con los precios de Wall-Mart.
Ha mostrado un comportamiento monopólico que también caracteriza a otras cadenas similares, en 1997 se denunció en los Estados Unidos que una importante empresa de juguetes sólo le proveía los juguetes de mayor venta a Wall-Mart y se los negaba a sus competidoras.
En 1997 cuando los empleados de Wall-Mart de Ontario intentaron organizar un sindicato, la empresa respondió amenazando con cerrar el supermercado, por eso la Oficina de Relaciones Laborales de la ciudad determinó que los gerentes habían proferido amenazas contra sus empleados.
Wall-Mart es la mayor vendedora de productos donde trabaja mano de obra esclava la línea de ropa Katie Lee Gifford otra empresa estrechamente relacionada con el explotación de los trabajadores es vendida en exclusividad por Wall-Mart.
Disney
Disney ha sido una de las inventoras de las marcas modernas, creando el modelo de supertienda cuando abrió la primera en 1984, en el 2000 había 730 repartidas por todo el mundo.
La siguiente fase fue la creación de las vacaciones de marca, Disney no sólo ha creado parques temáticos, incluso ya hay varios fuera de los Estados Unidos, también ha creado sus propios cruceros, uno de cuyos destinos es una Isla en Bahamas que es propiedad de Disney.
Pero ahí no terminó la cuestión, Celebration Florida es la primera ciudad Disney, está formada por casas rodeadas de cercos de madera que constituyen un barrio cerrado con tranquilas calles, con gran cantidad de árboles y sin publicidades.
Una característica de la ciudad es la gran cantidad de parques y plazas, paradójicamente aquí en su ciudad Disney respeta los espacios públicos que en otros lugares ocupa con su abundante publicidad. Como dice la autora el triunfo de la marca Disney es la ausencia de marcas.
Ken Green vocero de Disney salió a responder las denuncias contra la empresa por la situación de los trabajadores en Haití que producían las prendas de esa marca: “No tenemos empleados en Haití” porque la fábrica es de un contratista y le respondió notoriamente enojado a un periodista: “¿Acaso conoce usted las condiciones laborales en que se fabrica el papel de su revista?”
Los piyamas de Disney se producen en Haiti en condiciones de explotación extrema, tanto esta marca como Nike y Wall-Mart se han convertido en símbolos de una manera brutal de hacer negocios.
En 1999 se conoció que las obreras que cosen ropa para Disney en China apenas ganan 0,13 dólares la hora y además son obligadas a realizar horas extras.
En febrero de 1997 se celebró la Asamblea Anual de accionistas de Disney, muchos de ellos se encontraban enojados con Michael Eisner el presidente de la empresa, porque había pagado 100 millones de dólares por el despido de Michael Ovitz que había sido su segundo, también era motivo de disgusto que se había concedido 400 millones de premio a sí mismo, además algunos accionistas cuestionaban que se pagaran salarios de hambre a los obreros en el extranjero, fuera del recinto militantes en defensa de los derechos laborales agitaban carteles cuestionando la situación de los trabajadores haitianos. Ninguno de los cuestionamientos fue escuchado.
McDonalds
McDonalds inició un juicio millonario contra la empresa que edita el Diccionario Oxford por utilizar el neologismo Mcjobs para referirse a las malas condiciones de trabajo que la empresa impone a sus empleados.
Cuando los empleados de McDonalds en Alemania intentaron agremiarse la empresa se vio envuelta en denuncias de sobornos, mientras que en Francia diez gerentes fueron arrestados en 1994 por violar leyes laborales y los derechos de asociación de los trabajadores, en tanto que en 1998 la empresa despidió a dos jóvenes que intentaron realizar una huelga en Ohio.
En febrero de 1998 la Comisión Laboral de Quebec estaba por autorizar el sindicato creado en McDonalds de Montreal cuando el propietario de la franquicia lo cerró.
En junio de 1995 dos militantes, Helen Steel y Dave Morris, que habían sido juzgados por McDonalds en el caso que se conoció como McLibel por supuestas calumnias, informaron que la empresa les ofreció un acuerdo, le proponían aportar dinero para su causa si ellos dejaban de criticar a la empresa.
Los dos rechazaron la oferta porque consideraron que la empresa quería silenciarlos, el documento que ocasionó la querella fue publicado por la filial londinense de Greenpeace que tenía serias diferencias con Greenpeace Internacional porque los militantes británicos la consideraban muy condescendiente con las grandes empresas.
Estos militantes lograron unificar varios de los reclamos que se les hacían en todo el mundo a McDonalds por la deforestación, la pobreza en el Tercer Mundo, el maltrato de animales, la producción de residuos, la sanidad de los alimentos, las deplorables condiciones de trabajo y la publicidad con la que se dirige a los niños.
McDonalds inició en 1990 un juicio a cinco militantes de Greenpeace, tres de ellos se disculparon, la empresa tiene una larga lista de juicios, incluso contra otras compañías poderosas, todos los cuales los ha ganado y obtenido que se disculparan.
Pero Steel y Morris no lo hicieron, continuaron con el juicio y aprovecharon la oportunidad durante el proceso que duró siete años para mostrarle al mundo la conducta de la empresa.
Los dos ecologistas fundamentaron cada una de las denuncias con la ayuda de expertos en nutrición y en temas del medio ambiente, también presentaron estudios científicos avalando sus acusaciones.
Los 180 testigos que declararon le provocaron un serio daño a la imagen de la empresa, exponiendo casos de envenenamientos, horas extras que no se pagan, falsos reciclajes y actitudes agresivas como infiltrar con espías a Greenpeace de Londres.
El juez del caso determinó que algunas denuncias eran un tanto exageradas pero que otras eran reales, entre ellas que McDonalds explota a los niños a los que utiliza por ser permeables a su publicidad, que inflige un trato cruel a los animales, que persigue a las asociaciones de trabajadores, que paga salarios bajos, que sus supervisores suelen ser autoritarios y que sus productos aumentan el riesgo de provocar enfermedades cardíacas.
No obstante Steel y Morris fueron condenados a pagar 100.000 dólares a McDonalds en concepto de daños, pero el Tribunal de Apelación consideró que el juez había sido demasiado severo y bajó el pago a 61.300, la empresa sin embargo nunca intentó cobrar la multa y no impidió que el folleto siguiera difundiéndose.
Durante el juicio el documento de los ecologistas tuvo una inmensa difusión, se estima que sólo en Gran Bretaña se repartieron unos tres millones, también se publicaron libros sobre el tema y hubo programas especiales.
Dos días después de concluido el juicio hubo manifestaciones frente a los locales de McDonalds, Steel y Morris lo hicieron frente al local de su barrio en Londres. El 21 de junio de 1997 se realizaron manifestaciones frente a más de 500 locales de McDonalds en Gran Bretaña y a 30 en los Estados Unidos.
Como señalan Steel y Morris: “Si las empresas deciden utilizar leyes opresivas contra sus críticos, los juicios no sólo deben relacionarse con los procedimientos legales y con el veredicto. Es posible convertirlos en foros públicos de discusión y en centros de protesta, para difundir mejor la verdad. Esto es lo que sucedió con McLibel … Quizá por primera vez en la historia, una entidad poderosa (que sólo por casualidad era una cadena de comidas rápidas, pues también pudo ser una empresa financiera o un organismo estatal) fue sometida a una investigación pública prolongada detallada y crítica ¡Eso sólo puede ser bueno!”.
Los militantes contra McDonalds crearon el sitio McFoco donde estaba el famoso panfleto y las 20.000 páginas del proceso y un foro para que los trabajadores de McDonalds puedan mostrar las historias de explotación en el trabajo
Explotación extrema
Naomí Klein viajó a una de las zonas donde miles de obreras son explotadas por subcontratistas de las multinacionales, la Zona de Procesamiento de Exportaciones (ZPE) de Cavite de Rosario, ubicada a 150 kilómetros al sur de Manila capital de Filipinas fue visitada por la autora en septiembre de 1997, está rodeada de murallas donde se alojan unas 207 empresas que producen artículos para la exportación.
Klein pudo ingresar a esa zona a entrevistarse con un funcionario aunque generalmente están prohibidas las visitas, a menos que uno sea un importador o exportador, pero además con la colaboración de una obrera pudo realizar otra visita no oficial.
Los talleres están construidos de plástico con paredes de aluminio, no hay ventanas y el sistema de ventilación consiste en dejar las puertas abiertas, si uno se asoma puede ver una hilera interminable de muchachas trabajando en máquinas que producen un ruido ensordecedor.
En 1964 las Naciones Unidas apoyaron la creación de las ZPE argumentando que sería una forma de llevar trabajo a países atrasados, pero la idea no se desarrolló plenamente hasta comienzos de la década del 80, cuando India concedió cinco años de exención de impuestos a las empresas manufactureras que funcionaban con salarios muy bajos.
Desde ese momento las zonas de libre comercio se multiplicaron, hay 52 zonas en Filipinas que empleaban a 460.000 personas, la zona económica para exportación de mayor magnitud es China con 18 millones de personas empleadas. La OIT estimó que había 850 ZPE en todo el mundo, sin embargo es posible que haya más de mil en 70 países, estas cifras son de 1999.
La frontera de México con los Estados Unidos es una región donde ha crecido el número de las denominadas maquiladoras en la década del 90 para llegar en 1997 a unas 3500 donde trabajan casi un millón de personas.
Independientemente del lugar donde estén ubicadas las condiciones son similares, la jornada laboral es muy extensa, de 14 horas en Sri Lanka, 12 en Indonesia, 16 en China y 12 en Filipinas. La mayoría son mujeres jóvenes que trabajan para subcontratistas de Corea del Sur o China, los pedidos proceden de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Alemania o Canadá.
El trato al personal es casi del tipo militar, los supervisores se caracterizan por la arbitrariedad, los sueldos están por debajo del nivel de supervivencia lo que hace que por más horas que se trabaje los obreros no están en condiciones de ahorrar, el trabajo es poco calificado y es sumamente rutinario. Muchos de los trabajadores son migrantes internos que proceden de lugares alejados.
Con la falsa idea de atraer capitales foráneos que algún día decidan radicarse en el país, los gobiernos ofrecen muchos beneficios como exenciones impositivas, leyes laborales inexistentes y la provisión de una fuerza de seguridad que impida cualquier intento de rebeldía.
Algunos empleadores en Cavite cierran las letrinas con llave que sólo abren en los descansos de 15 minutos, en estos breves recreos los obreros están obligados a marcar sus tarjetas para determinar el tiempo de inactividad.
Las costureras de las fábricas donde se confecciona la ropa para The Gap, Guess y Old Navy a veces están obligadas a orinar en bolsas de plástico bajo las máquinas y se les prohíbe hablar.
Las empresas obligan a sus empleados a poner de su bolsillo el dinero para comprar artículos de limpieza o para organizar la fiesta navideña, también se los obliga a realizar tareas como cortar el césped en los terrenos de la empresas, limpiar las letrinas o lavar el piso.
Las horas extraordinarias son obligatorias, la negativa a realizarlas es causal de despido, cuando hay mayor cantidad de pedidos los trabajadores pueden realizar dos turnos, lo cual les deja dos horas para dormir, hay obreras que utilizan los 30 minutos de descanso para dormir. Se trabajan 6 o 7 días a la semana.
Pero si la situación en Filipinas es muy mala para los trabajadores, hay regiones donde es aún peor por ejemplo en Sri Lanka con una jornada mayor, las exenciones que se le conceden a las empresas son aún por más tiempo, las calles son inseguras, los alojamientos exceden en su capacidad, los espacios para dormir están delimitados por rayas pintadas en el piso.
También los salarios ínfimos de Filipinas pueden considerarse altos si se los compara con los de China, se estimaba para 1999 que un salario promedio para ese país era de 0,87 dólares la hora, mientras que en Alemania era de 18,50 y en los Estados Unidos de 10.
Sin embargo algunas de la empresas que fabrican en China como Wall-Mart, Ralph Lauren, Kmart, Nike y Adidas han pagado aún mucho menos llegando a los 13 centavos la hora.
En los ZPE las huelgas están prohibidas, en algunos países como Sri Lanka hasta se prohíbe cuestionar a las empresas porque se considera que afecta la economía nacional, en ese país ha muerto un obrero que se oponía a la explotación de las empresas y también un abogado que defendía a los trabajadores.
En China se han dado casos de trabajadores que han cumplido turnos de tres días seguidos durmiendo al lado de la máquinas, los contratistas se exponen a multas si no cumplen con los pedidos por lo que la presión sobre los obreros crece a niveles insoportables, en Honduras se han realizado denuncias de empresas que les proveen anfetaminas a los trabajadores para que puedan cumplir con jornadas de 48 horas.
En Cavite es muy conocido el caso de Carmelita Alonzo que murió por exceso de trabajo, ella cosía ropa para The Gap y otras marcas, murió luego de realizar largos turnos nocturnos porque había que terminar con los pedidos y no se les permitía a los trabajadores irse a sus casas, además Carmelita tenía un viaje de dos horas hasta su hogar, estaba afectada de neumonía y cuando pidió unos días para recuperarse le fueron negados, murió el 8 de marzo 1997.
Si por el contrario hay momentos en que los contratistas no reciben pedidos, los obreros son enviados a sus casas y no cobran ningún sueldo, los contratos que firman finalizan cada cinco meses y luego deben volver a firmar otro.
Muchas mujeres son despedidas al cumplir 25 años porque se las considera “viejas” y que pierden habilidad con las manos, es una táctica para disminuir la edad de las trabajadoras y por consiguiente las mujeres con hijos.
La maternidad se considera antieconómico por eso se han denunciado malos tratos a embarazadas o que son expuestas a largas jornadas para obligarlas a presentar la renuncia. En Cavite se han presentado casos de mujeres embarazadas que han tenido que cumplir turnos hasta la madrugada lo que ha producido problemas en el nacimiento de los hijos.
En América Central es una práctica común despedir a todos los trabajadores a fin de año y volverlos a contratar unas semanas después para asegurarse que no sean considerados como fijos, en China muchos trabajadores ni siquiera tienen contratos.
Inseguridad laboral
MTV y Much Music en Canadá son dos compañías que han abusado de la categoría de interinato de sus empleados durante el cual no reciben ninguna paga.
Empresas como Manpower han salido ganadoras y han tenido un crecimiento espectacular a partir que cada vez se ha utilizado más la figura del trabajador temporal, en uno de los sitios donde más ha crecido esta modalidad ha sido en Europa.
Siempre se ha tenido la esperanza que las empresas surgidas de la transformación en la era de la informática introdujeran nuevas formas más convenientes para sus empleados, en los últimos años esa expectativa se ha esfumado.
Microsoft ha convertido a un tercio de sus empleados de la sección Medios Interactivos en temporales, alrededor de la mitad de sus trabajadores no trabajan directamente para Microsoft sino para agencia de colocaciones de empleados temporales.
Microsoft cada vez tiene menos empleados permanentes, este grupo cada vez más reducido permanece leal a su patrón pero alrededor de ellos hay muchos que son temporales, incluso hay varios que ya llevan varios años en esa condición.
En 1990 el gobierno de los Estados Unidos determinó que los empleados temporales de Microsoft eran empleados de la empresa y debía pagar los impuesto correspondientes por ellos, en 1993 un grupo de contratados inició juicio a la empresa, en 1997 la empresa perdió el juicio por lo que la justicia determinó que los empleados tenían derechos a los beneficios de las pensiones y compra de acciones.
A raíz de este fallo la respuesta de la empresa de Bill Gates fue aislar aún más a los temporales, dejó de tomar temporales autónomos obligándolos a registrarse en alguna agencia de trabajo con la que tienen convenios especiales. Para que estos trabajadores no sean considerados como parte de la empresa se les prohíbe participar en determinadas actividades como cenas o fiestas. En junio de 1998 la empresa determinó que aquellos temporales que habían trabajado por un año dejen de hacerlo por 30 días.
Obreros despedidos, ejecutivos millonarios
Una paradoja si se quiere es que mientras los despidos masivos crecían también aumentaban los sueldos de los ejecutivos de las multinacionales, un periodista que se menciona en el libro dice que es precisamente para que estos directivos estén predispuestos a adoptar decisiones difíciles que afectan el trabajo de miles de trabajadores.
George Fisher que en Eastman Kodak fue el responsable de suprimir 20.000 puestos de trabajo en 1997, ese mismo año recibió un incentivo en acciones por 60 millones de dólares.
En ese año el hombre mejor pago fue Sanford Wiell que ganó 230 millones como presidente de Travelers Group, al año siguiente anunció que la empresa se fusionaría con Citicorp, decisión que hizo subir la acción en la Bolsa a pesar que se esperaba que se produjeran una gran cantidad de despidos.
John Smith presidente de General Motors determinó el despido de 82.000 empleados sin embargo recibió un premio de dos millones y medio por las ganancias récord de la empresa.
Caterpillar por su parte paga a sus directivos con acciones mientras paralelamente se producen cierres y disminución de salarios.
A finales de la década del 80 IBM eliminó 37.000 puestos de trabajo, Microsoft en cambio fue más discreta fue reduciendo personal sin que fuera tan notorio y ruidoso.
Las Bolsas aumentan cuando se anuncian despidos y bajan cuando se promueven aumentos salariales, el mensaje que se transmite es que los buenos trabajos son muy mal negocio.
Gran cantidad de gente vive bajo la amenaza permanente de la pérdida del trabajo, mientras esto ocurre desde los gobiernos y las empresas se alienta el egoísmo y la salida individual, porque una solución colectiva podría significar una acción contra las empresas y aquellos gobiernos que las apañan.
No hay nada que esperar de los demás hay que tratar de ser autosuficiente, se impone un idea de darwinismo social por el cual si te despiden es porque no sos apto y no porque a la empresa sólo le interese lucrar y no tenga ningún tipo de responsabilidad social.
La lucha contra las multinacionales
En los países desarrollados han aparecido organizaciones e individuos dispuestos a desplegar una serie de actividades tendientes a combatir la inundación de todos los espacios por parte de la publicidad de las grandes marcas, se han organizado grupos que destruyen carteles y avisos en espacios públicos, también en las universidades algunos estudiantes han manifestado su protesta reemplazando avisos publicitarios por dibujos artísticos.
La resistencia a las marcas se ha expresado a través de cuestionar la invasión de los espacios públicos por la publicidad, la injerencia en ciertos aspectos económicos y políticos de las multinacionales, el desprecio por el medio ambiente y las condiciones de trabajo a los que someten a los obreros de los países del Tercer Mundo.
Si bien varios artistas y deportistas famosos se han prestado como imagen para las marcas, existen quienes se han resistido y han rechazo jugosas ofertas para no ser cómplices del accionar de las empresas, por ejemplo el grupo británico Chumbawamba le dijo no a Nike a pesar del 1,5 millones que le ofrecieron.
El poeta Martín Espada también le dijo que no a Nike explicando que “rechazo la oferta de ustedes como protesta por el brutal sistema de trabajo que aplica la empresas. No pienso relacionarme con una compañía cuya participación en la explotación de los trabajadores están bien documentadas”.
Ralph Nader un dirigente del movimiento de defensa de los consumidores también rechazó una oferta de Nike.
Cuando se produjo la crisis de 1930 en los Estados Unidos muchos se enojaron cuando se siguieron emitiendo publicidades que mostraban a gente feliz que consumía cuando la realidad era muy distinta, en esos momentos surgió un importante movimiento antipublicitario.
Una profesora de la Universidad de Toronto expresó en 1998: “Imagino la realidad en que vivimos como si fuera una ocupación militar. Hemos sido ocupados, tal como lo fueron los franceses y los noruegos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez por un ejército de publicitarios. Debemos recuperar nuestro país de manos de quienes lo han ocupado en nombre de sus amos mundiales”.
Durante la segunda mitad de la década del 90 apareció una importante militancia ecológica, de los derechos de los trabajadores y de los derechos humanos que estaban dispuestos a mostrarle al mundo el daño que las empresas multinacionales le estaban produciendo a nuestro planeta, no sólo se dedicaban a controlar a los gobiernos también lo hicieron con las empresas. También han podido mostrar en varios casos que las corporaciones llegaron a tener más poder que los gobiernos.
Estas organizaciones contra las corporaciones comenzaron a mostrar lo que las grandes cadenas de medio se negaban a publicar para no perder anunciantes o posibles anunciantes.
Así fue como entre otras cuestiones se supo en 1995 las condiciones infames de la fábrica de The Gap en El Salvador de la cual se despidieron a 150 trabajadores por intentar realizar una huelga, en 1996 se supo que las prendas de Katie Lee Gifford eran confeccionadas por niños en Honduras y en talleres ilegales de Nueva York.
La marca de vaqueros Guess ni siquiera paga el salario mínimo a sus trabajadores, Disney explotaba a trabajadores en Haití confeccionando el piyama de Pocahontas en condiciones deplorables.
Esto obligó al periodismo tradicional a comenzar a investigar sobre el tema, la cadena NBC emitió una investigación sobre Mattel y Disney poco después de la navidad de 1996 con la ayuda de cámaras ocultas pudo mostrar como en talleres de China e Indonesia trabajaban menores en condiciones de semiesclavitud “para que los niños estadounidenses puedan poner bonitos vestidos a sus muñecas”.
En junio de 1996 la revista Life publicó fotos de niños paquistaníes trabajando en condiciones lamentables cosiendo las pelotas de futbol de Nike, pero que también lo hacían para Adidas, Umbro, Reebok y Mitre. Esta publicación provocó que algunos padres se manifestaran frente a tiendas deportivas.
Varias multinacionales han sido cuestionadas por hacer negocios con dictaduras en países como Birmania, Nigeria e Indonesia.
En agosto de 1998 la gira de Celine Dion se vio perturbada por la intervención de militantes por los derechos humanos porque la compañía Ericsson que auspiciaba a la cantante tenía inversiones en Birmania y se negaba a suspender sus acuerdos con los militares golpistas de ese país, pero cuando la imagen de Dion se vio afectada, Ericsson anunció su retiro de Birmania.
En mayo de 1993 se produjo un incendio en la fábrica de juguetes Kader en Bangkok donde murieron 188 trabajadores y otros 469 sufrieron quemaduras, en el edificio no tenía ninguna medida de seguridad y era una trampa si se producía cualquier accidente, la mayoría eran muchachas entre 14 y 19 años.
Kader proveía a la cadena norteamericana Toys “R” Us, entre los restos del incendio podía verse a los muñecos de Bugs Bunny, Bart Simpson y los Muppets. La mayoría de los consumidores occidentales no pudieron relacionar ese incendio con los productos que compraban, sin embargo para algunos no pasó desapercibido y organizaron manifestaciones frente a los locales de la cadena Toys “R” Us al grito de “¡Nuestros hijos no necesitan juguetes manchados de sangre!”.
La Comisión Nacional de Trabajo en los Estados Unidos liderada por Charles Kerbaghan ha sido quién más ha denunciado el manejo de las empresas.
Una de las actividades que han desarrollado consistió en llevar a algunas de las trabajadoras esclavizadas en los talleres de los países del tercer Mundo a los países desarrollados para generar conciencia entre los consumidores sobre las condiciones en que se producen los productos que se venden en esos países.
Kerbaghan ha realizado una interesante investigación en la cual comparaba la confortable vida de los perros dálmatas que protagonizaron la película “Los 101 dálmatas” con las chozas en la que viven los obreros haitianos que cosen los piyamas de Disney, mientras los perros viven en cómodos compartimentos con almohadones y calefacción, tienen veterinarios que los controlan constantemente y comen pollo y carne vacuna, los trabajadores haitianos viven en tugurios bajo el riesgo de contraer malaria o disentería, duermen en catres y casi nunca comen carne ni pueden consultar a un médico.
Cuando Kerbaghan da una conferencia lleva una bolsa con productos de Disney o de Katie Lee Gifford lleva los tickets de la compra para comparar lo que se les paga a los obreros y los precios de los productos para poner en evidencia la sideral ganancia de las empresas. Por ejemplo el precio de una camiseta de Disney equivale al sueldo de nueve días de una de las obreras que las confeccionan.
En 1996 la Universidad de Harvard rechazó un contrato de un millón de dólares con Pepsi a causa de su trabajo en Birmania donde había una dictadura, cuando Pepsi se retiró de Birmania los ojos se posaron sobre la actuación de la Coca Cola en Nigeria, en la Universidad Estatal de Kent donde Coca Cola era la bebida exclusiva, los estudiantes cuestionaron su participación en Nigeria legitimando la dictadura militar, los alumnos levantaron la voz y acusaron a las autoridades de mancharse las manos con sangre.
El poder de las empresas
Las grandes empresas se han convertido en factores de poder aún mayor que los propios gobiernos, si se consideran las 100 mayores economías del mundo la mitad son empresas y la otra mitad países.
Naomí Klein lo expresa del siguiente modo al referirse el descontento de muchas personas sobre el comportamiento social de las empresas: “Y el secuestro del poder político por las grandes empresas es tan responsable de ese humor como el saqueo cultural de los espacios públicos y mentales por las marcas”.
Muchos pueblos han tratado de revertir la tendencia conservadora que delega el poder en las multinacionales, votando a partidos socialdemócratas o laboristas, para desengañarse cuando se puede verificar que su comportamiento no dista demasiado de sus colegas reaccionarios.
En varios municipios de Canadá se comenzaron a aprobar leyes donde se prohibía comprar a empresas que se hubieran radicado en Birmania, esta presión hizo que varias multinacionales abandonaran ese país, mientras que otras se mantienen firmes negándose a abandonar un redituable negocio, estas empresas se agruparon para presionar a esos municipios de los que eran excluidos señalando que eso lesionaba la libertad de comercio, esas empresas consiguieron un juez amistoso que indicó que la ley era anticonstitucional. Estas prácticas ya se habían aplicado contra el apartheid en Sudáfrica.
Vancouver aprobó una resolución de compras selectivas en 1989 que prohibía que prohibía usar nafta de Shell, a causa de sus negocios con Sudáfrica apoyando el apartheid, los ayuntamientos de Toronto , Ottawa y Victoria adoptaron las mismas medidas pero Shell recurrió a la justicia y en febrero la Corte Suprema de Canadá por 5 a 4 decidió a favor de la empresa señalando sorprendentemente que el ayuntamiento había discriminado a Shell y que los funcionarios no podía decidir según las preferencias de los ciudadanos de Sudáfrica, Shell logró suministrar gasolina a Vancouver
Klein arriba a la conclusión: “…que las empresas han llegado a tener más poder que los gobiernos, que los gobiernos nacionales han dejado de obedecer a los intereses del pueblo y que a la luz de estos dos hechos los ciudadanos no tienen más remedio que enfrentarse por sí mismos al poder de las corporaciones”.
Nuestra opinión es que sólo en algunos países de América Latina los pueblos han conseguido elegir a gobiernos que no son dóciles a los poderes económicos, el precio que han tenido que pagar es la calumnia constante de parte de los medios de comunicación que forman parte de las elites corporativas.
Lamentablemente en nuestro país no existe la conciencia de los consumidores al menos no hasta el punto de aplicar sanciones a aquellas empresas que abusan de su posición dominante.
En el 2005 el presidente Kirchner realizó una dura crítica al comportamiento de la empresa Shell por su costumbre de aumentar el precio de sus combustibles, sectores juveniles llamaron a no comprar el combustible de la multinacional y las ventas de la petrolera disminuyeron pero la campaña no fue sostenida en el tiempo.
Actualmente el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner propuso una Ley de Defensa del Consumidor con propuestas muy interesantes que le otorgan a los consumidores algunas herramientas para defenderse del abuso empresarial, sin embargo las cámaras empresarias en su conjunto han expresado su rechazo y casi toda la oposición se ha colocado al lado de las corporaciones, dejando sólo al oficialismo en su lucha contra los oligopolios que imponen arbitrariamente sus condiciones.