El Forjista
El autor y compilador de este libro nació en 1955 en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires, fue el productor de los documentales “Néstor Kirchner, la película” en 2012, “El camino de Santiago” en 2018 y “Tierra arrasada” en 2019.
Su relación con Kirchner comenzó en 1987 cuando el santacruceño intentaba convertirse en intendente de Río Gallegos objetivo que logró por una diferencia de apenas 111 votos sobre su principal adversario.
Este libro recopila recuerdos de personas que trataron al ex presidente, comenzando por el testimonio del propio Devoto.
Algo notable y que debería ser suficiente para calificar a una figura política, es obtener el respeto y el cariño de Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini y Taty Almeida, lograrlo como lo hizo Néstor Kirchner no necesitaría de otra opinión, porque las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo son la mayor referencia moral en Derechos Humanos y en la consolidación de nuestra democracia.
Sin embargo, no son ellas las únicas que testimonian el significado que para la Argentina tuvo un presidente como Kirchner, que hizo muestra de una capacidad y un coraje que le permitió sacar a nuestro país del abismo al que fue arrojado por la aplicación de las políticas neoliberales.
Pero la relevancia Néstor Kirchner no sólo estuvo dada por quienes lo apoyaron, sino especialmente por aquellos que se convirtieron en sus enemigos, como lo fueron los grandes medios representados por Clarín y La Nación, la vieja, rancia y parasitaria oligarquía terrateniente nucleada en la Sociedad Rural, y aquellos políticos que han hecho carrera convirtiéndose en lacayos del poder económico.
En esa capacidad que tiene Alejandro Dolina para definir algo importante en pocas palabras, dejó plasmada esa disputa con el poder: “Él recorrió caminos que nadie se atrevía a transitar y que parecían alejarse de las avenidas centrales que recomendaban los poderosos del mundo global”.
El actual presidente Alberto Fernández, señala tres momentos decisivos en el primer gobierno kirchnerista: la de haber desplazado la desprestigiada Corte Suprema menemista, la reivindicación de los Derechos Humanos y la restructuración de la deuda externa cuando el país estaba en default.
Otra de las personas que lo conoció de larga data fue Oscar Parrilli que remarca en el libro la sensibilidad de Kirchner cuando se enteraba de la situación de alguien que estaba padeciendo algún problema serio, provocando la inmediata reacción que derivaba en el llamado a un funcionario para que tome y resuelva el asunto, o lo que lo afectaron las muertes de 14 mineros de Río Turbio en un accidente producido en 2008, la desaparición de Julio López y las muertes de Axel Blumberg y Mariano Ferreyra.
Son varios los testigos que recuerdan ese reclamo que realizó reiteradamente de “Hay que cuidarla a Cristina”, y la preocupación de quienes recibieron esa advertencia por no haber podido cumplir acabadamente con esa misión por el furibundo ataque del macrismo y los medios de comunicación de la que fue objeto su familia.
Y en esos recuerdos está siempre presente su visión de Patria Grande junto a los otros presidentes progresistas de América Latina como Rafael Correa y Evo Morales que también dejan testimonio de su relación con Kirchner.
Así también se expresa el ex presidente de Honduras, José Manuel Zelaya, derrocado por un golpe de Estado, que escribió: “Bajo el liderazgo de Néstor y Cristina, Argentina se convirtió en un ejemplo, la experiencia argentina que pagó la deuda al FMI, y abrió a Argentina hacia América Latina y creó una escuela política que tiene como centro la unidad Latinoamericana, la unión de los países latinoamericanos para enfrentar el monstruo del comercio internacional y de la globalización económica”.
No podían faltar aquellos jóvenes que en la crisis del 2001 no militaban o que lo hacían en organizaciones no partidarias porque la política era una mala palabra, y que comenzaron a tener un compromiso con el kirchnerismo por la nueva significación que Néstor Kirchner le dio a la política, como herramienta para buscar el bienestar de las mayorías.
Entre ellos se encuentran el Cuervo Larroque, Juan Cabandié, Wado de Pedro y Victoria Montenegro, por supuesto que no tiene nada de casual que dos de ellos hayan sido nietos que recuperaron su identidad por el accionar de las Abuelas y que el otro haya militado en HIJOS.
Concluimos este comentario con algunos versos de Teresa Parodi que también sirven para cerrar el libro:
Y ya no hubo quien pueda con su fuego
Él se puso a vivir con toda el alma
Él se puso a vivir ya para siempre
En los miles de flores que brotaban
Desde todos los rumbos del olvido,
Desde el fondo profundo de la patria