El Forjista

Neoliberalismo y destrucción

 

Una de las frases más conocidas de Vladimir I. Lenin es: “Los capitalistas nos venderán la soga con la que los ahorcaremos”.

La misma es acertada para mostrar la codicia ilimitada de una burguesía rapaz, pero obviamente es inexacta en cuanto a las intenciones de esa clase social y las corporaciones que hoy gobiernan el mundo que están dispuestas a destruir el planeta, tratando de sacarle la última gota de riqueza, incluso sin importarle lo que les vayan a dejar a sus propios hijos y nietos.

Varios intelectuales destacados como Noam Chomsky y Naomí Klein, basados en informes elaborados por científicos y ONG de prestigio, han señalado que la Humanidad se encuentra en un punto de no retorno en cuando al cambio climático y el calentamiento global, es decir que dentro de muy poco ya ninguna acción servirá para paliar el daño que se le ha provocado a la Tierra, y que cada vez serán mayores las nefastas consecuencias en la forma de huracanes, inundaciones, sequías, temperaturas extremas y otros sucesos catastróficos.

También estos autores han indicado que la depredación está íntimamente ligada al neoliberalismo que además de establecer una transferencia de recursos de los que menos tienen hacia los económicamente más poderosos, no tiene ningún reparo en aniquilar el medio ambiente si eso implica incrementar las ganancias de las empresas multinacionales.

Pero la gravedad de asunto se ha incrementado a niveles alarmantes y urgentes desde que gobernantes como Trump, Bolsonaro o Macri están desarrollando políticas que sólo contemplan las ganancias de una elite empresaria sin restricciones ni limitaciones.

Trump tiene una férrea alianza con las petroleras, que lo ha ayudado a llegar al gobierno, pero además como todo el Partido Republicano niega la existencia del cambio climático y ha retirado a su país de los acuerdos de París para reducir las emisiones de gases, a pesar de que su país es uno de los que más contamina el medio ambiente por la emisión de gases provocada por los combustibles fósiles.

En cuanto a Bolsonaro en cuyo país se está incendiando el pulmón del mundo que contiene el 20 % del oxígeno del planeta, minimizando el problema y echando la culpa a otros como los ecologistas, tiene una alianza con los sojeros, que también lo apoyaron para llegar al poder, precisamente estos que son los mayores provocadores de deforestaciones y que además incendian bosques para dejar el campo libre de vegetación para plantar soja.

Recordemos que en Argentina en 2008 en pleno conflicto con las patronales del campo se produjeron gran cantidad de incendios de campos en lo que era una practica habitual de los dueños de las tierras.

En cuanto a Macri, la designación de un inepto y haragán como el rabino Bergman, que cuando asumió reconoció que desconocía todo sobre medio ambiente, es una demostración de la escasa importancia que el gobierno le otorga al medio ambiente.

Bergman era muy activo cuando opositor, pero fue una nulidad como funcionario, sólo se lo conoce por haberse disfrazado de planta y por retornar del exterior con un inmenso televisor, realizando lo que mejor le sale al PRO: destruir la industria nacional.

El neoliberalismo mata y destruye, combatirlo no sólo es un compromiso nacional para asegurar la soberanía nacional y el bienestar de los argentinos, nuestra especie necesita que lo derrotemos si pretendemos que las generaciones futuras puedan habitar este planeta.

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