El Forjista

 

 Paz entre un demócrata feliz y los derrotados republicanos

Michael Moore

 

Este artículo ha sido publicado en Clarín el 19 de noviembre de 2006, por supuesto no compartimos las espectativas de Michael Moore sobre los representantes del Partido Demócrata, los latinoamericanos tenemos sobradas demostraciones que ambos partidos que se intercambian el poder en los Estados Unidos, representan los mismos intereses y por lo tanto tienen las mismas actitudes imperiales con respecto a los países del Tercer Mundo.

No obstante, siempre es interesante conocer las opiniones de Michael Moore cargadas de humor e inteligencia, además le debemos a él que nos haya hecho conocer a un sabandija como George W. Bush.  Aquí el artículo:

Me gustaría ofrecer una rama de olivo. Aquellos de ustedes que se consideran conservadores y que por lo general votan a los republicanos no tuvieron dos semanas muy buenas. Créanme; sé lo que se siente.

De hecho, los que estamos del otro lado de la cerca no sabemos cómo es ganar, de modo que si ahora parecemos algo torpes (¿se suponía que teníamos que votar al líder mayoritario que nos indicaron o que debíamos respetar la promesa hecha al otro?), discúlpennos.

Sabemos que están consternados ante los resultados de las elecciones del martes 7. Deben estar aterrados ante lo que va a hacer este grupo de amantes de los árboles, bebedores de leche y defensores de los hombres que besan a otros hombres ahora que el país está en nuestras manos. No los culpo. Nunca lo admitiríamos, pero los admiramos en secreto porque ustedes saben cómo cortar un árbol, toman el café negro y les gusta ver mujeres que besan a otras mujeres.

Lo que no quiero es que caigan en el profundo temor en el que los liberales estuvimos sumidos durante más de veinte años. Sí, su revolución republicana terminó, pero eso es todo. No desesperen. Los millones que votamos a los demócratas no estamos interesados en ninguna venganza por los últimos doce años. Permítanme hacer doce promesas sobre cómo los vamos a tratar a ustedes, la minoría, en los próximos años.

Los vamos a respetar siempre. Nunca, pero nunca, los tildaremos de "antipatrióticos" sólo porque no están de acuerdo con nosotros. En realidad, los alentamos a disentir y a no coincidir con nosotros.

Les permitiremos casarse con quien quieran (por más que algunos de nosotros puedan considerar que su conducta republicana es "diferente" o "inmoral"). Con quién se casen no es asunto nuestro. Amen, enamórense; es maravilloso.

No vamos a gastar el dinero de sus nietos en nuestros caprichos personales ni lo usaremos para enriquecer a nuestros amigos. La chequera también es de ustedes, y nos vamos a ocupar de que mantenga el equilibrio.

Cuando dispongamos, muy pronto, que nuestros hijos regresen de Irak, también haremos que regresen los hijos de ustedes. Nunca mandaremos a sus hijos a la guerra sobre la base de una presentación improvisada de Power Point urdida por quienes nunca estuvieron en una guerra.

Cuando hagamos de los Estados Unidos la última democracia occidental que tenga una cobertura universal de salud y todos los estadounidenses puedan recibir ayuda cuando estén enfermos, prometemos que también ustedes podrán consultar a un médico, sea cual sea su capacidad de pago.

Cuando purifiquemos el aire y el agua, también ustedes podrán respirar ese aire más limpio y tomar un agua más pura. Cuando pongamos fin al calentamiento global, ya no tendrán que pensar en comprar propiedades frente al mar en Yuma.

Si alguna vez un asesino mata a tres mil personas en nuestro suelo, dedicaremos hasta el último recurso a perseguirlo y llevarlo ante la justicia. De inmediato. Los protegeremos.

Nunca vamos a meter la nariz en su dormitorio ni en su útero. Lo que hagan en esas esferas en su condición de adultos es asunto de ustedes.

No les vamos a quitar las armas de caza. Si necesitan un arma automática o una pistola para matar un ave o un ciervo, la verdad es que entonces no son cazadores, por lo que tal vez deberían practicar otro deporte. Armaremos también a los ciervos para que la lucha sea más pareja.

Cuando aumentemos el sueldo mínimo, también se lo vamos a aumentar a sus empleados. «éstos usarán ese dinero para comprar más cosas, ¡lo que significa que ustedes van a recuperar el dinero! Y cuando por fin se les pague a las mujeres lo mismo que ganan los hombres, también vamos a pagar ese sueldo a las mujeres conservadoras.

Respetaremos sus convicciones religiosas, incluso cuando ustedes no pongan en práctica tales convicciones. De hecho, nos vamos a empeñar en impulsar sus convicciones religiosas más radicales ("Benditos sean los pacificadores", "Ama a tus enemigos", "Es más fácil que un came llo pase por el ojo de una aguja que que un rico entre al reino de los cielos" y "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis"). Haremos saber a los otros países que Dios no bendice sólo a los Estados Unidos, sino que bendice a todos. Desalentaremos el fanatismo y la intolerancia religiosa, empezando por casa.

No toleraremos que haya políticos corruptos y que violen la ley. Y les prometemos que vamos a perseguir primero a los políticos corruptos de nuestro partido. Si no lo hacemos, necesitamos que nos llamen la atención. El simple hecho de estar en el poder no nos da derecho a mirar para otro lado cuando nuestro partido se descarría. Por favor, cumplan con ese importante deber de una oposición leal.

Les prometo todo lo anterior porque este es también su país. Nos hundimos o nadamos juntos. Gracias por los años de servicio que prestaron a este país y por darnos la oportunidad de ver si podemos mejorar un poco las cosas para nuestros trescientos millones de compatriotas estadounidenses, y para el mundo.

Ahora recompónganse y vamos a tomar un Frappucino.

Copyright Clarín y Los Angeles Times, 2006. Traducción de Joaquín Ibarburu.

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