El Forjista
Nora Merlín es psicoanalista y docente universitaria, en este libro vuelve sobre un tema esencial de la política tal como lo señala Horacio González en el prólogo: “El tema de la obediencia es uno de los más sugestivos en el pensamiento político clásico, y ámbito central que congrega todo tipo de preguntas, investigaciones y enigmas”
La autora siguiendo los pasos de Ernesto Laclau realiza una reivindicación del populismo que de ninguna manera constituye una amenaza para la democracia como sí claramente lo es el neoliberalismo como podemos comprobar en nuestro país y en cada uno de aquellas naciones que cayeron bajo su influjo destructor.
Tal como declaró la diva macrista Susana Gimenez que olvidando sus orígenes reafirmó su temor al populismo, cabe preguntarse quiénes son aquellos que pueden sentirse horrorizados porque la voluntad popular se imponga por sobre los intereses económicos de las corporaciones, cosa que por otra parte sucede muy de vez en cuando.
Lo que se propone investigar Merlín es la obediencia inconsciente de las masas adormiladas por el neoliberalismo a las que logra imponer condiciones que claramente van en contra de los integrantes de esa masa dócil.
En este libro se hace una diferenciación entre el servilismo voluntario existente en la Edad Media en la cual se obedecía ciegamente al rey porque, según las creencias, esa era la voluntad de Dios, con el servilismo inconsciente que promueve el neoliberalismo para lo cual cuentan con la imprescindible participación de los medios de comunicación concentrados.
Muchos ni siquiera se percatan de esa manipulación que conforma una particular clase de esclavos modernos que hacen lo que el poder desea y le conviene.
Pensemos en cuantos argentinos se convencieron que era necesario aumentar las tarifas de la manera irracional y descomunal como lo hicieron, había modestos ciudadanos pidiendo a los gritos que les aumentaran las tarifas.
También estamos asistiendo al triste panorama de personas que antes vivían mejor, pero los medios lograron taladrarle la cabeza para que lleguen a decir que eso era una ficción, los asados que se comieron, los litros de leches que bebían sus niños, los kilos de pan que devoraron, y que ahora no pueden comprar, parece que era mera ilusión.
El mayor éxito que ha logrado el neoliberalismo es precisamente haber modelado las mentes de millones de personas dispuestas a obedecer y a aceptar mansamente medidas que notoriamente las perjudican.
Por supuesto, y eso demuestra mucha inteligencia maligna, que la maniobra es invisible, la idea es que todos creamos que actuamos por propia iniciativa aún cuando estemos haciendo aquello que les conviene a las corporaciones.
Hoy los medios de comunicación accionan fundamentalmente como promotores del odio y la ignorancia, el odio dirigido hacia aquellos que resisten al neoliberalismo e ignorancia para ocultar las consecuencias nefastas de las políticas de ajustes.
Según las épocas han tratado que odiemos a los piqueteros, a los mapuches, los kirchneristas, los paros de los trabajadores, los musulmanes, ahora la palabra mágica para crear pánico es ¡Venezuela!, en realidad son los mismos propaladores de odio que hace algunos años mandaban a los disconformes o a los que quisieran ver el futbol gratis a Cuba.
Y están tratando que ignoremos la inmensa corrupción macrista, radical y del Partido del Odio de Carrió con la estafa del Correo, los Panamás Papers, el espionaje ilegal, la putrefacción en Comodoro Py, la gigantesca deuda externa, y muchos etc más
Es muy clara Merlín en cuanto al papel de los medios concentrados y su utilización del odio para envenenar la vida social de los argentinos cuando dice: “Los periodistas de los medios de comunicación concentrados , voceros del poder, enferman la cultura transformándola en un campo de batalla que lleva a la destrucción del espacio común”.
El neoliberalismo necesita de ese odio y por eso es antidemocrático porque es imposible entablar cualquier diálogo político o discusión abierta ya que su función es mantener la idea de pensamiento único, que está adquiriendo una forma violenta e irracional como puede visualizarse en personas como Marcos Peña, Elisa Carrió o el diputado troll Fernando Iglesias.
La utilización de la lawfare el poder judicial como disciplinador y para eliminar opositores completa el panorama que pone en evidencia el carácter totalitario del neoliberalismo, un nuevo Plan Condor está en ejecución conducido desde los Estados Unido y sus embajadas para erradicar cualquier forma de gobierno popular, que ellos llaman populista, porque rechazan el predominio de la voluntad popular para imponer los intereses de organismos como el FMI.
Un final revelador de este libro, sobre la emancipación plantea una cuestión fundamental que deberá aplicar cualquier gobierno popular que surja en el futuro consistente en decirle “nunca más al neoliberalismo”.
Estamos en el tercer período neoliberal, un mal que parece regresar periódicamente, porque no se juzgó a los responsables civiles de la dictadura quienes destruyeron la economía y endeudaron al país de manera astronómica, ni tampoco a quienes vinieron posteriormente entregando el patrimonio nacional con el menemismo y el radicalismo dellarruista, pero también porque el Poder Judicial corrupto impidió la aplicación de la Ley de Medios.
En el tema de la emancipación, Merlín incluye un asunto primordial como es la lucha del colectivo feminista que es un ariete fenomenal contra el poder del neoliberalismo y el patriarcado: “Que sólo habrá democracia si somos capaces de emanciparnos del patriarcado y de toda forma de concentración del poder capitalista”
El movimiento feminista además de promover el rechazo a la violencia contra la mujer, la ley de aborto, igualdad salarial, reconocimiento del trabajo de la mujer como ama de casa, también afecta los patrones del orden social porque se dirige contra las jerarquías, la sumisión y toda forma de explotación.
Los libros de Nora Merlín se están constituyendo en obras fundamentales para comprender esta época neoliberal y bucear en sus mecanismos de lavado de cerebros para lograr la imprescindible y definitiva emancipación de los argentinos.