El Forjista

Mafia judicial en Brasil y Argentina

 

La destacada trayectoria de Glenn Greenwald hizo que Edward Snowden lo eligiera para dar a conocer al mundo una de las mayores filtraciones de la historia donde ponía en evidencia que la National Security Agency (NSA) de los Estados Unidos invadía de manera ilegal la vida de los ciudadanos, robaba información y hackeaba sistemas de países extranjeros. Esa investigación le permitió ser ganador del Pulitzer en el año 2014.

Greenwald que además es un militante en defensa de los Derechos Humanos ahora produjo otro hecho marcado por una importante conmoción política al desnudar las operaciones del Poder Judicial brasilero para evitar que el Partido de los Trabajadores PT gobernara en ese país encarcelando a Lula para que no pudiera ser candidato en las elecciones presidenciales.

La documentación publicada demuestra la connivencia entre el fiscal Deltan Dallagnol y el juez Sergio Moro que es el actual ministro de Justicia del gobierno de Bolsonaro, premio que recibió precisamente por encarcelar al ex presidente.

Esta filtración no hace sino demostrar lo que muchos ya sabíamos, que estos miembros del Poder Judicial lejos estaban de ser funcionarios imparciales que aplicaban las leyes de manera rigurosa, por el contrario, las grabaciones los muestran como militantes de la derecha que querían provocar daño entre sus rivales políticos.

Pero además quedó claro que no había razones jurídicas para encarcelar a Lula la que se consumó sin prueba alguna, hasta el punto que, se le adjudicó un departamento cuyo dueño lo acaba de vender dejando en evidencia que no pertenecía al ex mandatario brasileño.

Esta explosión informativa ocurre cuando en la Argentina estalló un caso muy parecido con la detención del agente de inteligencia Marcelo D’Alesio que actuaba bajo las órdenes del fiscal Stornelli que fue uno de los sicarios encargados de perseguir a los opositores, principalmente a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con la colaboración de los jueces Ercolini y Bonadío, predispuestos a cualquier servicio para complacer a quienes detentan el poder.

Precisamente el juez Moro visitó la Argentina en abril de 2017 invitado por el Ministerio de Justicia de nuestro país y fue presentado como el adalid de la lucha contra la corrupción por el ministro Garavano, el mismo que dejó libre al estafador Fariña para declare contra los funcionarios del gobierno anterior y por Laura Alonso quien preside la Oficina en Defensa de la Corrupción Oficial.

También en la oportunidad el juez Bonadío y el miembro de la Corte, Lorenzetti, posaron sonrientes junto al juez brasilero posiblemente para mostrarse como adalides nativos de la lucha contra la corrupción, aunque ambos miembros del Poder Judicial tienen un historial que más bien los alejan de semejante título, y que posiblemente deban dar grandes explicaciones de sus actos ni bien la democracia retorne a nuestro derruido país.

En Argentina y en Brasil empieza a quedar claro el accionar de una mafia judicial que actuó en connivencia con los medios de comunicación concentrados para instalar regímenes neoliberales y cuasi fascistas, todos conducidos por un poder, que a pesar que quiera ocultarse, deja ver claramente las barras y las estrellas de un bandera acostumbrada a pisotear soberanías.

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